tag:blogger.com,1999:blog-37024960199121136052024-03-13T12:57:05.282-03:00Un LargoEl largo de La otraOscar Cuervohttp://www.blogger.com/profile/15744374287487312025noreply@blogger.comBlogger157125tag:blogger.com,1999:blog-3702496019912113605.post-86520370473647468082022-09-29T18:59:00.002-03:002022-09-29T18:59:35.915-03:00Rompecabezas Wittgenstein: "Incapaz de pronunciar la única palabra redentora"<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEittB92PJs2mJOcpz5Hu8zQ2cP2VjqBaRvjtm4NclUMpEesaauo0GBuT1tMCjBJ_oHAsXhT4evX5Sn3KXfYtdl3LCLAX9r63mh1BR_fSk1d5huHS48i_ZPXKoc27Qrz2DkCn2k3oosbTXQCVZde-eJfUAt2O_SKCgbHH6OjNaRNI1Ni7-eszfeH-8nTEQ/s781/lud%20witgenstein%202.PNG" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="668" data-original-width="781" height="548" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEittB92PJs2mJOcpz5Hu8zQ2cP2VjqBaRvjtm4NclUMpEesaauo0GBuT1tMCjBJ_oHAsXhT4evX5Sn3KXfYtdl3LCLAX9r63mh1BR_fSk1d5huHS48i_ZPXKoc27Qrz2DkCn2k3oosbTXQCVZde-eJfUAt2O_SKCgbHH6OjNaRNI1Ni7-eszfeH-8nTEQ/w640-h548/lud%20witgenstein%202.PNG" width="640" /></a></div><p style="text-align: justify;">por Oscar Alberto Cuervo</p><p style="text-align: justify;">Todo lo que puede decirse, puede decirse claramente. De lo que no se puede hablar, se debe guardar silencio. Resulta curioso, pero estas frases provienen del <i>Tractatus Logico-philosophicus</i>, un libro hermético y desconcertante, fuente del mayor equívoco de la filosofía del siglo XX: los positivistas lo erigieron como su <i>libro sagrado</i>, sin haberlo comprendido, precisamente por no haberlo comprendido. Su autor, Ludwig Wittgenstein -que pudo haberse dedicado a la ingeniería aeronáutica o haberse suicidado a los 20 años, pero no- persiste como enigma, a pesar suyo. Lo que nos da que pensar es su silencio.</p><p style="text-align: justify;">Pudo haberse suicidado como lo hicieron tres de sus nueve hermanos. Hijo menor de una familia de la alta burguesía austríaca de origen judío, Wittgenstein nació en Viena el 26 de abril de 1889, bajo el signo de Tauro. Su padre era un capitán de la industria metalúrgica que destinaba una parte de su fortuna al mecenazgo de artistas como el pintor Gustav Klimt, el escultor Auguste Rodin o el músico Gustav Mahler, pero no respetaba otra profesión que la de ingeniero. Sobre todo, le disgustaba que sus hijos tuvieran inclinaciones artísticas, como las que manifestaron Hans y Rudolf, quienes, además, eran homosexuales declarados. Los hermanos mayores de Ludwig no fueron capaces de soportar las presiones paternas: lo cierto es que se suicidaron poco después de cumplir los 20 años. Ludwig estudió ingeniería aeronáutica y estuvo varias veces al borde del suicidio, tal vez atormentado por la culpa que le producía su a duras penas velada homosexualidad, o quizás por su desbocada sed de absoluto. El temple de Wittgenstein penduló siempre entre la sorda desesperación y la experiencia de un amparo invulnerable. Para esta guerra no tuvo palabras.</p><p style="text-align: justify;">Como técnico, pronto se destacó en el diseño de una hélice de propulsión por reacción. El tema lo obsesionó y, sin proponérselo, desde las conjeturas físicas fue deslizándose hacia los fundamentos de las matemáticas y de ahí hacia la filosofía. En 1908 llegó a sus manos un libro de Bertrand Russell, <i>Los principios de las matemáticas</i>. Wittgenstein decidió escribirle una carta a su autor.</p><p style="text-align: justify;"><span style="color: #2b00fe; font-size: medium;"><b>El novio del átomo</b></span></p><p style="text-align: justify;">El techo es blanco, la cama es de madera, las sábanas son azules y esta mano tiene cinco dedos. Así sucesivamente. La realidad es una colección de hechos simples que son descriptibles por medio de proposiciones igualmente simples. A cada hecho le corresponde una proposición. "El techo es blanco" es una proposición verdadera si y sólo si el techo es blanco. El lenguaje es una figura de la realidad. La realidad y el lenguaje tienen la misma forma. Ambos pueden descomponerse hasta llegar a sus elementos simples -o atómicos- que los componen. El todo es la suma de las partes (la cama es de madera, las sábanas son azules, etc.). La realidad no es ambigua ni contradictoria, nuestra forma de hablar de ella puede serlo a veces. Pero para solucionar eso (para <i>curar</i> esa enfermedad del habla) está la filosofía. Ella tiene que determinar con claridad la forma lógica del lenguaje para erradicar las contradicciones. Tiene que purgar las ambigüedades y las vaguedades en el uso de los términos para figurar los hechos con precisión. Tiene que mostrar que la mayoría de los problemas planteados por la filosofía tradicional son pseudo-problemas originados por un mal uso del lenguaje. Si la filosofía logra esto -y está en vías de lograrlo-, entonces el lenguaje y el pensamiento humanos conquistarán la precisión del cálculo matemático (esta mano tiene cinco dedos, etc.). El resto es silencio.</p><p style="text-align: justify;">El párrafo anterior describe el programa del atomismo lógico, el proyecto filosófico puesto en marcha por el filósofo inglés Bertrand Russell hace ya más de un siglo y continuado por el Círculo de Viena en los años 20 del siglo pasado. Aún hoy es el pensamiento dominante de los departamentos de filosofía de aquí, allá y de todas partes. En realidad estas tesis pasan en limpio el craso sentido común, al que tratan de formalizar. La filosofía clara de una época oscura. Es más fácil resumir este programa en quince renglones que consumarlo en sus articulaciones y detalles. A Russell y acólitos les llevó décadas el intento y en el camino se encontraron con paradojas aún no resueltas, tal vez insalvables. ¿Falta mucho para llegar a las verdades simples y precisas (el techo es blanco, las sábanas son azules, etc.)? El desafío fue una tentación que Wittgenstein no pudo o no quiso evitar. En 1908 encontraba un fundamento sólido para seguir viviendo o se mataba.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj-Fgxtte0f7FP-OZ8R4Wu-t0k1E3Z0T14VPHaLTO_RGWLzg3Okug_B0TP8OXDAjKT0ha6oj6VjL0WAft5BhJi0lofnYeaEDgtcpUz6C6kdyivo7o2BU4NMC_DWo0tQR7YL22tvVbx8RqAUAiKy5ZXUaFtDwBhsVFH5JO1JDtpH0RMki59vvVIXegKA4g/s540/Witt-Russ_composite.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="363" data-original-width="540" height="430" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj-Fgxtte0f7FP-OZ8R4Wu-t0k1E3Z0T14VPHaLTO_RGWLzg3Okug_B0TP8OXDAjKT0ha6oj6VjL0WAft5BhJi0lofnYeaEDgtcpUz6C6kdyivo7o2BU4NMC_DWo0tQR7YL22tvVbx8RqAUAiKy5ZXUaFtDwBhsVFH5JO1JDtpH0RMki59vvVIXegKA4g/w640-h430/Witt-Russ_composite.jpg" width="640" /></a></div><p style="text-align: justify;"><span style="color: #2b00fe; font-size: medium;"><b>Dos potencias se saludan</b></span></p><p style="text-align: justify;">El encuentro de Russell y Wittgenstein en Cambridge resultó decisivo para los dos. En 1911 Russell era, a sus 40 años, una autoridad académica cuyas tesis sobre filosofía de las matemáticas eran estudiadas en todo el mundo; estaba trabajando para concretar el objetivo de máxima de la metafísica occidental: demostrar que la realidad es enteramente representable por el lenguaje proposicional de sujeto y predicado; es decir: por la ciencia. (Una metafísica, digamos, que ni siquiera se reconoce como tal). Wittgenstein era un estudiante de 22 años inadaptado, de vocación no del todo definida y con serios problemas anímicos. Así lo vio Russell en sus primeros encuentros:</p><p style="text-align: justify;"><i>"Mi amigo alemán amenaza ser un suplicio. Después de mi clase me acompañó a mi casa y estuvo discutiendo conmigo hasta la hora de la cena; lo hacía de un modo testarudo y extravagante, aunque me parece que no es nada estúpido".</i></p><p style="text-align: justify;">Wittgenstein tenía que tomar una decisión: o dedicaba su vida a la aeronáutica o la dedicaba a la filosofía. Le fue a preguntar a Russell si veía en él algún talento filosófico porque si así no fuera estaba dispuesto a abandonar para siempre esa vocación. Russell le dijo que no estaba seguro de sus reales aptitudes pero, después de leer un ensayo que Wittgenstein le acercó, se convenció de su talento excepcional y lo alentó a seguir. En sus memorias, Russell lo recuerda así:</p><p style="text-align: justify;"><i>"Fue el ejemplo más perfecto de genio que encontré en mi vida: apasionado, profundo, intenso y dominante... Cada medianoche me visitaba y durante tres horas, sumido en un nervioso silencio, se movía de un lado para otro como un animal salvaje. Una vez le pregunté: '¿Usted está pensando sobre lògica o sobre sus pecados?'. 'Sobre las dos cosas' me contestó y siguió moviéndose por la habitación. Yo no quería mencionarle que ya iba siendo hora de acostarse, porque temía que se fuera a suicidar si lo hacía ir'".</i></p><p style="text-align: justify;">La relación entre maestro y discípulo fue mutando con el correr del tiempo. Wittgenstein se tomaba las tesis del atomismo lógico como una obsesión personal, con su incapacidad tan característica para ponerle límites a su inquietud que lo obligaba a perseguir una idea hasta extraer las últimas consecuencias y descubrir los puntos débiles de cualquier argumentación. Ludwig concordaba, en principio, con el programa científico de Russell, pero encontraba serios inconvenientes en el concepto de representación; esto es: en la capacidad del lenguaje para hacer referencia a los hechos. ¿Cómo es posible que haya una concordancia entre una proposición simple y un hecho? ¿Hay en nuestra experiencia 'hechos simples'? Las proposiciones negativas, como por ejemplo "vos no estás aquí", ¿se refieren a hechos negativos? ¿a "no hechos"? ¿Tiene algún sentido hablar de un hecho negativo - un "no estás"-? ¿o los hechos son simplemente lo que son? ¿Cuál es el sentido entonces de una proposición negativa? ¿Y qué pasa con una proposición general, como por ejemplo "todos los metales se dilatan con el calor"? ¿Se refiere, en razón de la infinidad de hechos a los que alude, a algo real, a una infinitud real de hechos? ¿O es sólo una manera de hablar?</p><p style="text-align: justify;">Los cuestionamientos a Russell se fueron haciendo cada vez más duros, hasta bordear la violencia. Ludwig le dijo que estaba totalmente equivocado, que él ya había ensayado recorrer ese camino hasta convencerse de que no conducía a ninguna parte. Las críticas hicieron tambalear a Russell. Años después, el filósofo inlgés reconocería que el encuentro con Wittgenstein fue "un acontecimiento importantísimo en mi vida, que afectó todo lo que hizo desde entonces. Vi que él tenía razón y que yo no podría hacer ya ninguna tarea fundamental en la filosofía". De hecho, Russell no produjo ya grandes novedades en su pensamiento filosófico después de cruzarse con Wittgenstein y, a pesar de que vivió hasta los 98 años, sus intereses se fueron desplazando cada vez más hacia la causa pacifista, los derechos humanos y el feminismo.</p><p style="text-align: justify;">La distancia entre ambos aumentó hacia 1914, no sólo por razones filosóficas: sus actitudes de vida eran totalmente opuestas. Russell era un librepensador, un antirreligioso que se burlaba de los escrúpulos de Wittgenstein sobre el pecado y de su misticismo; el inglés tenía todo el sentido del humor y la sociabilidad que le faltaban al austríaco. Solo el brillo intelectual de Wittgenstein y el respeto y la paciencia que Russell le llegó a profesar le permitían disculparlo por los continuos desplantes que su discípulo tenía contra las normas académicas y las convenciones sociales.</p><p style="text-align: justify;">Cuando empezó la Primera Guerra Mundial, Russell pudo profundizar su militancia pacifista, precisamente en el momento en que Wittgenstein decidió enrolarse como voluntario en el ejército austríaco. Esa era su oportunidad para romper con la comodidad y el vacío de la vida burguesa que tanto despreciaba. Creyó encontrar en la guerra un remedio extremo, el sentido fuerte del que su existencia hasta ese momento carecía.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjQHs30z2toM7wiDuY-e2hVRQlpH4vjeZ1lH6ZgvBH37Nn2hRPer5STN-0EgEmX_LeHZkpf3Gj5WzM0dsagz9T0cmljRA4um527ZuESltZuxjddRewt8rGey1wkCLTr-AFpszjHZ5gqv6GiB48Z58Fa3JnxX9ab7BC9_my6Kl4DWExH4YKKJODqUzhSxQ/s918/ludwig-wittgenstein%20cortado.JPG" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="652" data-original-width="918" height="454" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjQHs30z2toM7wiDuY-e2hVRQlpH4vjeZ1lH6ZgvBH37Nn2hRPer5STN-0EgEmX_LeHZkpf3Gj5WzM0dsagz9T0cmljRA4um527ZuESltZuxjddRewt8rGey1wkCLTr-AFpszjHZ5gqv6GiB48Z58Fa3JnxX9ab7BC9_my6Kl4DWExH4YKKJODqUzhSxQ/w640-h454/ludwig-wittgenstein%20cortado.JPG" width="640" /></a></div><p style="text-align: justify;"><span style="color: #2b00fe; font-size: medium;"><b>La guerra de un solo hombre</b></span></p><p style="text-align: justify;">Durante sus años de guerra Wittgenstein llevó un diario escrito en cuadernos escolares, con un llamativa distribución: en las hojas del lado derecho escribía sus áridas reflexiones sobre la lógica proposicional; del lado izquierdo y en una clave secreta, dejaba testimonio de su tormento personal. Creo que nunca se ha expresado de manera tan patente la íntima fisura y la oculta tensión que existen entre la verdad científica y la inquietud existencial. Los lectores de Wittgenstein, sus equívocos discípulos, sus herederos intelectuales, no han cesado de ahondar la disociación.</p><p style="text-align: justify;"><b>15 de agosto de 1914</b></p><p style="text-align: justify;">Hoja izquierda:</p><p style="text-align: justify;">Son tantas las cosas que ocurren que un solo día me parece tan largo como una semana. Ayer me destinaron a prestar servicio en el reflector de un barco que hemos requisado y que patrullará por el Vístula. ¡La tripulación es una banda de cerdos! ¡De entusiasmo, nada! ¡Son increíbles su grosería, su estupidez y su maldad! No es cierto que la gran causa común ennoblezca necesariamente a las personas. Esto hace también que las tareas más desagradables se conviertan en una labor de esclavos. Resulta notable ver cómo son las propias personas las que hacen de sus tareas un tormento aborrecible. A pesar de las circunstancias externas, las tareas en nuestro barco podrían procurarnos un período magnífico, feliz... ¡y en cambio! Sin duda resultará imposible entenderse aquí con la gente. Por tanto, hay que ejecutar las tareas con humildad y, por amor a Dios, ¡no perderse a sí mismo! Pues cuando uno quiere darse a los demás es cuando más fácilmente se pierde a sí mismo.</p><p style="text-align: justify;"><b>5 de septiembre de 1914</b></p><p style="text-align: justify;">Hoja izquierda:</p><p style="text-align: justify;">Me encuentro en camino hacia un gran descubrimiento. ¿Pero llegaré a él? Noto mi sensualidad más que antes. Hoy he vuelto a masturbarme. Afuera hace un tiempo gélido y tormentoso.</p><p style="text-align: justify;"><b>19 de septiembre de 1914</b></p><p style="text-align: justify;">Hoja derecha:</p><p style="text-align: justify;">Una proposición como “este sillón es marrón” parece decir algo enormemente complicado, dado que si quisiéramos expresar esta proposición de modo tal que nadie pudiera hacernos objeciones acerca de su ambigüedad, tendría que resultar infinitamente larga.</p><p style="text-align: justify;"><b>7 de octubre de 1914</b></p><p style="text-align: justify;">Hoja izquierda:</p><p style="text-align: justify;">Siento un frío helado que me viene de dentro. ¡Si al menos pudiera dormir lo suficiente otra vez antes de que comience la cosa! Trabajé poco. Aún no acierto a cumplir con mi deber simplemente porque es mi deber, ni a reservar todo mi ser para la vida del espíritu. Puedo morir dentro de una hora o dentro de dos. Puedo morir dentro de un mes o dentro de algunos años. No puedo saberlo y nada puedo hacer ni a favor ni en contra: así es esta vida. ¿Cómo he de vivir para salir airoso a cada instante? Vivir en lo bueno y en lo bello hasta que la vida se acabe.</p><p style="text-align: justify;"><b>15 de octubre de 1914</b></p><p style="text-align: justify;">Hoja derecha:</p><p style="text-align: justify;">En la proposición componemos, por así decirlo, experimentalmente las cosas, tal como estas no necesitan componerse en la realidad. No podemos componer sin embargo algo ilógico, porque para eso tendríamos que salirnos en el lenguaje fuera de la lógica. (...). De existir proposiciones totalmente generales, ¿qué componemos experimentalmente con ellas? Cuando se tiene miedo a la verdad, como me ocurre a mí ahora, no se presiente la entera verdad. He considerado aquí las relaciones entre los elementos proposicionales y sus referencias, como si fueran tentáculos, por decirlo así, por medio de los cuales la proposición entra en contacto con el mundo exterior; por eso, la generalización de una proposición equivaldría a la contradicción de los tentáculos; hasta que al fin la proposición general estaría totalmente aislada. Pero, ¿es válida esta figura?</p><p style="text-align: justify;"><b>11 de noviembre de 1914</b></p><p style="text-align: justify;">Hoja izquierda:</p><p style="text-align: justify;">Hemos oído el estampido de los cañones desde las fortificaciones. He enviado una carta a David. ¡Cuánto pienso en él! ¿Pensará él en mí, por lo menos la mitad?</p><p style="text-align: justify;">Hoja derecha:</p><p style="text-align: justify;">¿Acaso no corresponde mi estudio del lenguaje al estudio de los procesos mentales que los filósofos consideraron siempre tan esenciales para la filosofía de la lógica? Lo que ocurre es que siempre se perdieron en disquisiciones psicológicas inesenciales. Igual peligro se corre con mi método.</p><p style="text-align: justify;"><b>21 de noviembre de 1914</b></p><p style="text-align: justify;">Hoja izquierda:</p><p style="text-align: justify;">Incesante cañoneo. Mucho frío. Explosiones casi ininterrumpidas desde las fortificaciones. Trabajé bastante. Pero soy incapaz de pronunciar la única palabra redentora. Doy vueltas a su alrededor, muy cerca, pero aún no he podido agarrarla. Sigo preocupado por mi futuro, porque no reposo del todo en mí.</p><p style="text-align: justify;">Hoja derecha:</p><p style="text-align: justify;">En este punto intento expresar otra vez lo que no resulta expresable.</p><p style="text-align: justify;"><b>25 de mayo de 1915</b></p><p style="text-align: justify;">Hoja derecha:</p><p style="text-align: justify;">¿Se nos aparece en el campo visual algo mínimo visible como indivisible? Lo que tiene extensión es divisible. ¿Hay en nuestro campo visual partes carentes de extensión? ¿Las estrellas fijas, por ejemplo?</p><p style="text-align: justify;">El impulso hacia lo místico viene de la insatisfacción de nuestros deseos por medio de la ciencia. Sentimos que incluso una vez resueltos todos los posibles problemas científicos, nuestro problema ni siquiera habría sido aún rozado. Ninguna otra cuestión quedaría ya en pie, obviamente, y esa sería la respuesta.</p><p style="text-align: center;">***</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEip9TZEbbd6R4OnPD7IIvhfoppJhKVqBKkCqJ4II-wpbM-edkibaA5wBpowgkpNAbYXV1r7Uol1l3cyow6Sd2Ng929xLBEPl6z8Y4tAxm_8CBBw9poU54vU_bHfkMx6wUBO5oFHpV0MTs9bd1_vx7RuWsEsVqIVCaEkqBIrYcqyqifl2RB6-ba963nmUQ/s794/witt.JPG" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="794" data-original-width="673" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEip9TZEbbd6R4OnPD7IIvhfoppJhKVqBKkCqJ4II-wpbM-edkibaA5wBpowgkpNAbYXV1r7Uol1l3cyow6Sd2Ng929xLBEPl6z8Y4tAxm_8CBBw9poU54vU_bHfkMx6wUBO5oFHpV0MTs9bd1_vx7RuWsEsVqIVCaEkqBIrYcqyqifl2RB6-ba963nmUQ/w542-h640/witt.JPG" width="542" /></a></div><p style="text-align: justify;">Austria terminó siendo derrotada en 1918. Wittgenstein fue hecho prisionero por las tropas italianas. Estuvo cautivo diez meses en Montecasino. Quienes administraron su herencia filosófica publicaron póstumamente en 1960 las hojas del lado derecho, con el título <i>Diario filosófico</i> (1914-1916) e hicieron desaparecer durante décadas toda referencia al lado izquierdo: "Del contendido de los diarios hemos dejado afuera muy poca cosa. Las omisiones afectan casi solo a los esbozos de simbolismos que no pudimos interpretar o que por otros motivos carecen de interés" escribieron los editores en la introducción al <i>Diario filosófico</i>. Recién en 1985 fueron publicadas bajo el título <i>Diarios secretos</i> las páginas izquierdas del diario de guerra de Ludwig.</p><p style="text-align: justify;"><b><span style="color: #2b00fe; font-size: medium;">La solución final</span></b></p><p style="text-align: justify;">En su cautiverio, Wittgenstein reanudó la correspondencia con Russell y comenzó la preparación del <i>Tractatus</i>, en base a las anotaciones del lado derecho de sus cuadernos de guerra. Ya liberado, se resistió a volver a la vida académica, renunció a heredar su fortuna familiar, incluyó en su renuncia una clásusula por la cual comprometía a sus hermanos a que no le permitieran arrepentirse aunque él mismo se los pidiera, y se fue a trabajar varios años como jardinero en un monasterio, donde los monjes hacían votos de silencio. Después, ya como maestro de escuela, intentó aplicar con los alumnos sus ideas sobre el lenguaje; pero como perdía fácilmente la paciencia y castigaba a los chicos, los padres hicieron un petitorio para que lo despidieran.</p><p style="text-align: justify;">Al poco tiempo de terminar de escribir el <i>Tractatus</i>, Wittgenstein empezó a distanciarse de su obra sin saber del todo por qué. Se desentendió de la suerte del libro, que fue publicado en su ausencia gracias al empeño de Russell, en 1922. Fue su único libro publicado en vida.</p><p style="text-align: justify;">Pocos obras en la filosofía contemporánea fueron tan influyentes y pocas tan mal entendidas. La oscuridad del asunto contradecía las intenciones del autor, que estaba convencido de que todo lo pensable puede decirse claramente. Precisamente el libro se proponía fijar de modo definitivo los límites del lenguaje, de lo que se puede decir y pensar. La dificultad radica en que para hacerlo no se permitió recurrir a otra cosa más que al mismo lenguaje. Todo lo escrito allí queda de este lado de lo decible, ya que Wittgenstein quiso evitar caer en los vicios del lenguaje en que habían caído los filósofos anteriores, entre ellos el mismo Russell. Por eso, para no violar sus propias reglas, muchas de las ideas escritas en los diarios de guerra quedaron reducidas en el <i>Tractatus </i>a escuetas alusiones, lo que le da al libro un tono hermético, por momentos impenetrable. El suponía que, si lograba presentar claramente lo decible –lo pensable-, de esta forma estaría señalando (oblicuamente) lo indecible. Por ese tiempo, escribió una carta a un amigo en la que decía que el libro tenía dos partes: 1) lo que estaba escrito, y 2) todo lo que no había sido escrito; y esta segunda parte... ¡era la más importante! <i>“Creo que todo aquello sobre lo que muchos parlotean, yo lo puse en evidencia en mi libro, guardando silencio sobre ello.”</i></p><p style="text-align: justify;">Gran parte del <i>Tractatus </i>está dedicada a resolver los aspectos insuficientes de la filosofía russelliana y lo hace con éxito, inventando algunos instrumentos lógicos que luego fueron adoptados por el positivismo. En sus proposiciones principales, el libro dice que el mundo es todo aquello que acaece: la existencia de los hechos simples. El pensamiento es la figura lógica de los hechos y su expresión es el lenguaje proposicional. Pensamiento, lenguaje y hechos tienen la misma forma, por lo que los límites del lenguaje son los límites del mundo; no podemos decir ni pensar cómo sería un mundo ilógico. Gran parte de lo escrito sobre filosofía, sostiene Wittgenstein, no es ni siquiera falso: apenas carece de sentido, precisamente por desconocer los límites dentro de los cuales puede decirse algo con sentido. Todo lo que puede decirse se refiere en última instancia a los hechos simples y en esa referencia se decide su verdad o falsedad. Esta crítica a los usos del lenguaje y los aportes lógicos de Wittgenstein encandilaron a los neopositivistas, que en la segunda década del siglo formaron el Círculo de Viena, tomando como base de su escuela filosófica al <i>Tractatus</i>.</p><p style="text-align: justify;"><span style="color: #2b00fe; font-size: medium;"><b>Pero</b></span></p><p style="text-align: justify;">Pero para hacerlo, los positivistas debieron prescindir de las últimas páginas del libro, en las que el pensamiento muestra un giro imprevisto, incomprensible para ellos (un poco como si a los evangelios les quitáramos la parte del calvario y la cruz). Por empezar, las generalizaciones acerca de hechos, como las que forman las ciencias naturales ("todos los metales se dilatan con el calor"), no tienen fundamentación lógica sino psicológica (cosa que después de todo ya había dicho David Hume hacía mucho, mucho). Que el sol salga dentro de un rato porque ha salido ayer y anteayer y antes de anteayer es sólo una hipótesis (y esto significa que no podemos saber si saldrá). La idea moderna de que la naturaleza está sometida a leyes constantes es para Wittgenstein una ilusión. Los modernos se aferran a las leyes naturales como los antiguos se aferraban a Dios y al destino; ambos tienen razón y no la tienen. Pero los antiguos eran aún más claros, dado que reconocían un límite preciso, mientras que el sistema moderno quiere aparentar que todo está explicado.</p><p style="text-align: justify;">Porque (acá viene el hueso duro de roer) existe ciertamente lo inexpresable, lo que, atravesando lo decible, se muestra a sí mismo. Esto es <i>lo místico</i>. Ante esto, todo aquello de lo que se puede hablar carece de la más mínima importancia. Y de lo que no se puede hablar se debe callar.</p><p style="text-align: justify;">Los positivistas se mostraron algo desorientados ante esta modulación mística de las últimas páginas del <i>Tractatus</i>, pero creyeron posible pasarla por alto, como si fuera el epílogo prescindible de un libro valioso.Valoraron más bien el aporte instrumental que el libro brindaba en sus aspectos lógicos (Wittgenstein inventó, por añadidura, las bases de la moderna lógica proposicional, lo que en su camino personal fue un tránsito necesario pero, una vez atravesado, carente de valor). La extrañeza del planteo wittgensteiniano se acentúa por la manera seca y tajante con que lo presenta en su breve prólogo:</p><p style="text-align: justify;"><i>"primero... la verdad de los pensamientos aquí comunicados me parece intocable y definitiva. Soy, pues, de la opinión de que los problemas han sido, en lo esencial, finalmente resueltos. Y si no estoy equivocado en esto, el valor de este trabajo consiste, en segundo lugar, en el hecho de que muestra cuán poco se ha hecho cuando se han resuelto estos problemas".</i></p><p style="text-align: justify;">Mezcla de arrogancia filosófica extrema y humildad desconcertante, la declaración produce una especie de comicidad involuntaria (lo cómico como reflejo oblicuo del misterio). Para un libro que al principio se jacta de haber resuelto todos los problemas de la filosofía, el final parece una broma decepcionante:</p><p style="text-align: justify;"><i>"Mis proposiciones son esclarecedoras de este modo: quien me comprende termina por reconocer que carecen de sentido, siempre que el que comprenda haya salido a través de ellas, fuera de ellas. (Debe, pues, por así decirlo, tirar la escalera después de haber subido). Debe superar estas proposiciones; entonces tiene la justa visión del mundo".</i></p><p style="text-align: justify;">Un extraño libro que dice resolverlo todo e invita inmediatamente a ser olvidado, un trazo que se borra cuando termina de trazarse.</p><p style="text-align: justify;">Tal era el efecto auto-anulador de la filosofía del <i>Tractatus</i> que el propio autor lo abandonó a su suerte. Russell, en cambio, quedó deslumbrado por los instrumentos lógicos que proveía a su programa filosófico y levemente perplejo por su final anticlimático. Por eso, se encargó personalmente de traducirlo al inglés (W lo había escrito en alemán) y de prologarlo, destacando lo que a su juicio eran los aportes decisivos de quien había sido su discípulo. El prólogo selló el malentendido, porque hizo que la obra empezara a leerse en la clave que Russell proponía. El <i>Tractatus</i> se abrió camino mientras su autor estaba desaparecido. Inlcuso muchos pensaban que quizá Wittgenstein hubiera muerto en la guerra. Mientras tanto él se había sumido en el silencio al que su tratado invitaba:</p><p style="text-align: justify;"><i>"De lo que no se puede hablar se debe guardar silencio".</i></p><p style="text-align: justify;">El triunfo en los círculos positivistas solo fue posible amputando una parte del libro y tergiversando la otra. En torno a él se reunió una generación de jóvenes filósofos en Viena, con la pretensión de subordinar definitvamente la filosofía al rol de auxiliar del conocimiento científico. Desgraciadamente (para los positivistas) su autor no había muerto: unos años después apareció vivito y coleando. Y les dijo en sus caras que no lo habían entendido en absoluto y que nunca lo entenderían. Pero el intento de aclarar el malentendido no fue asumido por Wittgenstein con la suficiente convicción, porque él mismo empezó a odiar al libro que le había conquistado una fama que despreciaba. </p><p style="text-align: justify;">El <i>Tractatus </i>quedó como una fotografía de lo que había pensado durante un cierto período de su vida, en sus años de guerra. Era solamente un pasaje hacia otra cosa, a pesar del tono terminante de su escritura. Este movimiento paradójico hizo que el libro fuera aplaudido por aquellos contra quienes había sido escrito. Wittgenstein dedicó el resto de su vida a reformular su pensamiento, que quedó expresado en libros sólo publicados póstumamente, tomados de apuntes de clases, de cuadernos de anotaciones, de notas escritas al margen de libros ajenos. El malentendido nunca terminó de despejarse, hasta el día de hoy.</p><p style="text-align: justify;"><i>El verano mengua y mi corazón palpita. ¡Cuánto pienso en ti! ¿Pensarás en mí, al menos la mitad?</i></p><p style="text-align: justify;"><b><span style="color: #2b00fe; font-size: medium;">Sin salida</span></b></p><p style="text-align: justify;">Una proposición tan simple como “la sábana es azul” no puede ser comprendida si sólo se la toma como representación de un hecho real –y recordemos que este tipo de proposiciones son el núcleo puro y duro de la filosofía positivista. No conocemos objetos simples por nuestra percepción, conocemos objetos complejos: vemos una superficie azul, no vemos los puntos azules que la componen. Esto Wittgenstein ya lo advertía en su diario de guerra. Además, ¿cómo podemos saber que comprendemos el significado de la palabra “azul”? ¿y cómo saber si otro comprende esta palabra? Podríamos aventurar que comprenderla es saber cómo los hombres la utilizan, pero esto no resuelve el problema, ya que abre otros frentes de conflicto. <i>“¿Comprendo una palabra cuando describo el modo como es aplicada? ¿Comprendo su propósito? ¿No me estoy engañando acerca de algo importante?... No sé por qué los hombres que usan esta palabra actúan así, no sé cómo interviene el lenguaje en sus vidas... ¿No es el significado de la palabra la manera en que este uso interviene en la vida?... El lenguaje interviene en mi vida y lo que se llama lenguaje es un ser que consiste de partes heterogéneas y la manera en que interviene en la vida es infinitamente diversa.”</i> (<i>Gramática filosófica</i>, 1931).</p><p style="text-align: justify;">La concepción positivista -que reduce la realidad a un conjunto de hechos representables mediante proposiciones simples- conduce a un callejón sin salida, porque sólo hay “simples hechos” si hay proposiciones simples que al nombrarlos, los delimitan; y las proposiciones simples son, en sentido estricto, simplemente imposibles. Wittgenstein llegó a esta conclusión después de haberse tomado en serio el proyecto positivista y de haber caminado por ese callejón hasta el fondo. O sea: ser positivista es no ir hasta el final, no querer llegar.</p><p style="text-align: justify;"><span style="color: #2b00fe; font-size: medium;"><b>¿Cuánto te tocará vivir la otra mitad?</b></span></p><p style="text-align: justify;">¿Alguna vez tuviste la experiencia de estar a salvo? Digamos, no a salvo de una tormenta porque en medio de la noche encontrarás un refugio; no a salvo de la tristeza porque la persona a la que amás también te ama. No: sentirte a salvo, <i>pase lo que pase</i>. Aunque estés a la intemperie, empapado y helado, despreciado por la persona que amás: a salvo. Esto es la experiencia del amparo, absurda para una mentalidad científica, dado que el amparo no es representable en el lenguaje proposicional, porque desborda el límite de lo que una proposición puede contener: una taza de te sólo puede recibir el volumen de una taza, por más que se vierta en ella un litro. La experiencia del amparo, pase lo que pase, es un sinsentido que queda afuera de la cadena de los hechos naturales (es de noche, llueve, hace frío, el techo es blanco, las sábanas son azules, etc.). El amparo no es de este mundo y sin embargo es lo único que le puede dar valor a una vida.</p><p style="text-align: justify;">Esta experiencia absurda nos lleva a arremeter contra los límites del lenguaje. No se puede escribir un libro sobre ella o, mejor dicho, si pudiera escribirse un libro sobre ella, en el acto se pulverizarían todos los otros libros del mundo.</p><p style="text-align: justify;">Esto les decía Wittgenstein a unos oyentes algo sorprendidos, que el 2 de enero de 1930 asistieron en Cambridge a escuchar su <i>Conferencia sobre ética</i>.</p><p style="text-align: justify;"><b><span style="color: #2b00fe; font-size: medium;">Citizen Wittgenstein</span></b></p><p style="text-align: justify;">¿Tendrá sentido escribir este texto? ¿Se podrá conocer a un hombre por medio del relato apurado de unas páginas que mezclan versiones de su vida y versiones de su pensamiento? ¿Es lícito hacerlo justamente con Wittgenstein, quien por años tejió tan amorosamente su silencio? ¿Habrá sido así, como yo lo escribo? <i>Las palabras son como la piel sobre el agua profunda. </i>¿Y si pudiera decir yo algo, no con palabras sino entre los puntos y aparte? ¿Y si Wittgenstein fuera sólo el pretexto para señalarlo no a él: a <i>otro</i>?</p><p style="text-align: justify;"><b><span style="color: #2b00fe; font-size: medium;">The End</span></b></p><p style="text-align: justify;">No, Wittgenstein no se suicidó, murió de cáncer a los 62 años el 29 de abril de 1951. Fue enterrado en el cementerio de St. Giles por el rito católico.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjg-0uySlvIf81VM62w3cEV4FzsVsroiEdv4dGWPRsgFqWWAuXRU7JjI7eO6nvkNk4YhK7QIU6KC1WEv2GLqYgzL8ZMPybTi_1uib8PZ1mruzXJsqm8u0nmLi7GyaMJDIk1fBZ4Y4RHKeNmK-gD7RGzpZlJ8QPIgVyTDa6sATrGw8CNwWIe9Wkiotb6Xg/s736/witt2.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="490" data-original-width="736" height="426" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjg-0uySlvIf81VM62w3cEV4FzsVsroiEdv4dGWPRsgFqWWAuXRU7JjI7eO6nvkNk4YhK7QIU6KC1WEv2GLqYgzL8ZMPybTi_1uib8PZ1mruzXJsqm8u0nmLi7GyaMJDIk1fBZ4Y4RHKeNmK-gD7RGzpZlJ8QPIgVyTDa6sATrGw8CNwWIe9Wkiotb6Xg/w640-h426/witt2.jpg" width="640" /></a></div><p style="text-align: justify;"><b><span style="color: #2b00fe; font-size: large;">Epílogo epigramático</span></b></p><p style="text-align: justify;"><b><span style="color: #2b00fe; font-size: medium;">El problema con los racionalistas</span></b></p><p style="text-align: justify;">El problema con los "istas": los racionalistas no son racionales en su valoración de los límites de la razón.</p><p style="text-align: justify;">No digo "el problema con la razón" sino con los racionalistas. La razón es más racional si acepta toparse con sus propios límites. Y menos racional cuando se vuelve racionalista.</p><p style="text-align: justify;">Wittgenstein se hizo más racional cuando se topó con el límite de la Lógica y descubrió eso de lo que no puede hablarse.</p><p style="text-align: justify;">Bertrand Russell se volvió más racional al chocarse con la paradoja de los conjuntos normales y se deprimió.</p><p style="text-align: justify;">Había sido un fundamentalista de la razón. Quería completar el proyecto moderno de matematización de la razón.</p><p style="text-align: justify;">Proyecto que venía desde Descartes y Galileo, como mínimo.</p><p style="text-align: justify;">Kant le dio una gran mano a ese proyecto. Era un tipo de racionalista sobrio y reconoció sus límites.</p><p style="text-align: justify;">Kant quizá haya sido el gran racionalista de la modernidad. El más racional. Por ese reconocimiento de los límites.</p><p style="text-align: justify;">Después, en el siglo 19, llegó Frege. Y poco después Russell: quisieron llevar a cabo hasta el fondo el proyecto de matematización de la razón.</p><p style="text-align: justify;">Pero Russell tuvo dos problemitas: la paradoja de los conjuntos normales y un alumno que le apareció: un tal Wittgenstein.</p><p style="text-align: justify;">La paradoja. En matemática de conjuntos hay conjuntos normales y conjuntos anormales.</p><p style="text-align: justify;">Los conjuntos normales son los que no se incluyen a sí mismos como elementos de sí mismos. Por ejemplo, el conjunto de todos los perros no es un perro.</p><p style="text-align: justify;">Los conjuntos anormales son los que se incluyen a sí mismos como elementos de sí mismos: el conjunto de todos los entes matemáticos es un ente matemático. El conjunto de los entes matemáticos está incluido dentro del conjunto de los entes matemáticos. Forma parte de sí mismo.</p><p style="text-align: justify;">El conjunto de todas las cosas que se pueden nombrar con palabras es una cosa que se puede nombrar con palabras. Es un conjunto anormal. Es parte de sí mismo. Se incluye a sí mismo como un elemento más de sí mismo, entre todas las cosas que se pueden nombrar con palabras .</p><p style="text-align: justify;">El conjunto de todos los paraguas no es un paraguas, sino un ente matemático. No sirve para taparse de la lluvia. Es un conjunto normal.</p><p style="text-align: justify;">Hasta acá todo bien. Si paramos acá, no hay problemas aún para la teoría de conjuntos.</p><p style="text-align: justify;">Pero Russell tuvo la necesidad de ir más allá. O la honestidad de ir más allá.</p><p style="text-align: justify;">Pensemos en todos los conjuntos normales: el conjunto de todos los perros, el conjunto de los paraguas, el de los tintoreros japoneses, el de los egresados de la UBA...</p><p style="text-align: justify;">Hagamos con todos los conjuntos normales un conjunto. Ese conjunto estará formado por todos los conjuntos que no se contengan a sí mismos.</p><p style="text-align: justify;">El conjunto de todos los conjuntos normales.</p><p style="text-align: justify;">¿Es normal o anormal?</p><p style="text-align: justify;">Si opto por decir que el conjunto de todos los conjuntos normales es normal, entonces se contiene a sí mismo, o sea: no es normal.</p><p style="text-align: justify;">Si digo que el conjunto de todos los conjuntos normales es anormal, entonces no se contiene a sí mismo. O sea: no es anormal.</p><p style="text-align: justify;">Es decir: cualquiera de las dos respuestas implican su contradictoria.</p><p style="text-align: justify;">Si el conjunto de todos los conjuntos normales es normal, entonces no es normal.</p><p style="text-align: justify;">Si el conjunto de todos los conjuntos normales es anormal, entonces no es anormal.</p><p style="text-align: justify;">Russell quería racionalizar las matemáticas ligándola a la lógica de conjuntos. Pero advirtió que la lógica de conjuntos es autocontradictoria.</p><p style="text-align: justify;">Ese es el punto culminante del pensamiento de Russell. Se lo comunicó en una carta a un amigo en 1902. Vivió 70 años más, pero los dedicó a escribir huevadas.</p><p style="text-align: justify;">Cuando Russell se dio cuenta de que su proyecto de reducir la razón a cálculo matemático no funcaba, se deprimió.</p><p style="text-align: justify;">Unos años más tarde, dando clases, Russell conoció a un joven estudiante austríaco algo extravagante: Ludwig Wittgenstein.</p><p style="text-align: justify;">El motivo por el que Russell bancaba a Wittgenstein era que el austríaco loco no quería demolerle el proyecto sino perfeccionarlo.</p><p style="text-align: justify;">Wittgenstein se angustiaba porque tenía una necesidad extrema de encontrar el sentido de su vida en una razón de fundamentos precisos e inobjetables. No pretendía destruir la teoría de Russell, sino ponerla a salvo de las paradojas.</p><p style="text-align: justify;">Años después, Russell admitió que las objeciones de Wittgenstein eran correctas. Es decir: lo bancaba porque el alumno le estaba enseñando.</p><p style="text-align: justify;">En la Primera Guerra Mundial, Wittgenstein seguía mal; para salir de la desesperación se enroló en el ejército a combatir por su patria.</p><p style="text-align: justify;">En la guerra, Wittgenstein escribió un diario. En las hojas derechas del cuaderno seguía obsesionado con sus especulaciones lógico matemáticas.</p><p style="text-align: justify;">En las hojas izquierdas Wittgenstein escribía sobre su desesperación. Extrañaba a su *mejor amigo*, que combatía en el ejército enemigo.</p><p style="text-align: justify;">Wittgenstein lado derecho: <i>"En la proposición componemos experimentalmente las cosas, tal como estas no necesitan componerse en la realidad. De existir proposiciones totalmente generales, ¿qué componemos experimentalmente con ellas?"</i>.</p><p style="text-align: justify;">Y después, en la misma hoja derecha, parece colársele una oración del lado izquierdo:</p><p style="text-align: justify;"><i>"Cuando se tiene miedo a la verdad, como me ocurre a mí ahora, no se presiente la entera verdad"</i>.</p><p style="text-align: justify;">Rarísimo: un lógico extremo hablando de miedo. A la verdad.</p><p style="text-align: justify;">Nada raro: un desesperado temiendo a la verdad.</p><p style="text-align: justify;">Ese miedo de Wittgenstein, así como la decepción de Russell ante la aparición de su paradoja son los momentos más sinceros del racionalismo contemporáneo.</p><p style="text-align: justify;">Después vino el joven matemático Gödel que demostró mediante un teorema que la aritmética era o bien incompleta o bien contradictoria.</p><p style="text-align: justify;">Pero no esperen que desarrolle el teorema de Gödel en un post ya tan largo. </p>Oscar Cuervohttp://www.blogger.com/profile/15744374287487312025noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3702496019912113605.post-73614069358575232462022-09-26T17:30:00.002-03:002022-09-26T18:11:05.723-03:00Belleza de lo que termina - pero recomienza, al día, al amor siguiente - JLG/Ricagno<p style="text-align: left;"><span style="color: #2b00fe; font-family: verdana; font-size: medium;">Filme Socialisme</span></p><p style="text-align: left;"><span style="color: #2b00fe; font-family: verdana;"> -Apuntes impresionistas sobre una primera visión del film de Godard </span></p><p style="text-align: left;"><span style="color: #2b00fe; font-family: verdana;"> en forma de poesía, con el permiso de Pasolini- </span></p><p>por Alejandro Ricagno *</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgBXkkoL0jm5CYodNZ_ccFwlIrQD65h1ZOjUTmhqGRCOCfuulIMR3U-r4cvwLVLaV7bHY4IR6i78ceIh3e53ZS_a_Ko2wtoOnh1VPAKPUVY3uk7gCqjQ7Cv7SNF8FfPENE7EumpemgXFEKZTMKWLbY-WHB0CsQg01cdnja750k_5dGp04trvpgIKpuFMg/s1600/film-socialisme1.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="900" data-original-width="1600" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgBXkkoL0jm5CYodNZ_ccFwlIrQD65h1ZOjUTmhqGRCOCfuulIMR3U-r4cvwLVLaV7bHY4IR6i78ceIh3e53ZS_a_Ko2wtoOnh1VPAKPUVY3uk7gCqjQ7Cv7SNF8FfPENE7EumpemgXFEKZTMKWLbY-WHB0CsQg01cdnja750k_5dGp04trvpgIKpuFMg/w640-h360/film-socialisme1.jpg" width="640" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi8EGbhg5vVKdWvSQuICcsPIalS-Kuq7DZBjEWJO3eFFzgXLulAuQmXprZgznGScpkrKwNCvlhoPl44fR-EpzFzSqxR_BV_hTxrJYlga20CQw7usEIAgv8GiPz4Owsue1jsgQWrnsDZhsgHUo69vaxJfgdvmscXAi2S2vAXjhRAeZuAyEauWQUX5h8Wpg/s707/film%20socialisme%20jlg.webp" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="398" data-original-width="707" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi8EGbhg5vVKdWvSQuICcsPIalS-Kuq7DZBjEWJO3eFFzgXLulAuQmXprZgznGScpkrKwNCvlhoPl44fR-EpzFzSqxR_BV_hTxrJYlga20CQw7usEIAgv8GiPz4Owsue1jsgQWrnsDZhsgHUo69vaxJfgdvmscXAi2S2vAXjhRAeZuAyEauWQUX5h8Wpg/w640-h360/film%20socialisme%20jlg.webp" width="640" /></a></div><p style="text-align: right;"><i>dedicada a todos aquellos y aquellas que saben reírse seriamente con Godard, con Tati, con Toto, y con Keaton (Buster o Diane, igual da ¿igualdad?) A los que tienen -cinéfilos o no- en fin, sentido del humor y del amor.</i></p><p style="text-align: right;"><i> Ah; y también a los cinéfilos que no detestan el teatro.</i> </p><p><br /></p><p style="text-align: right;"><span style="font-family: times;"><em><span lang="ES" style="font-size: 12pt;">La mer</span></em><span lang="ES" style="font-size: 12pt;">, <em>la mer</em>, <em>toujours
recommencée</em><i>. O récompense après une
pensée. Qu'un long</i></span></span></p><p style="text-align: right;"><span lang="ES" style="font-size: 12pt;"><i><span style="font-family: times;">regard sur le
calme des dieux!</span></i></span></p><p style="text-align: right;"><span style="font-family: helvetica; font-size: x-small;"><b>Paul Valery</b></span></p><p> </p><p> Como en un film de Godard/ </p><p> Aturdido como después de un film de Godard/</p><p> </p><p> Y allí perdido entre los pasajeros del barco/ </p><p> Alain Badiou, entre camarotes en la geometría del vacío/</p><p> </p><p> Los pasajeros, mientras tanto, juegan con los tragamonedas/ </p><p> Y el mar…. <i>La mer, la mer, toujours recomencée</i></p><p> </p><p>Pero para los tripulantes de este Titanic/ </p><p>cuyo hundimiento es seguir indiferente frente a la belleza del mar/</p><p>para ellos, Jean Luc, </p><p>nunca recomienza. </p><p> </p><p>Ni siquiera está:</p><p>Superficie lisa de deslizamiento de falsa horizontalidad</p><p>(Idea Europea de Democracia expulsiva)</p><p>Salvo para vos, </p><p>que lo retratás en HD, por primera vez…</p><p> </p><p>(Hacer algo, por primera vez a los 80: nacer.)</p><p><br /></p><p><b>Film Socialisme</b>: uno se hunde en la butaca de ese mar de citas,</p><p>en el barco ebrio de dinero y desazón</p><p>aunque Patti Smith cante como una eléctrica Rimbaud:</p><p>Oh, Gloria!</p><p>Jesús murió por los pecados de alguien, pero no por los tuyos/ Patti, my dear! </p><p>Pero no por los tuyos, </p><p>Jean Luc, cher ami!</p><p> </p><p> Yo los saludo a ambos y levanto mi copa por más películas y poemas!</p><p> Por la pobre Europa, levanto mi copa!</p><p> Por entre los escombros de Medio Oriente, levanto mi copa!</p><p> Por el Tercer Mundo y su miseria fotografiada hasta la Náusea en los libros </p><p> Y los documentales europeos </p><p> Y en los celulares de turistas, </p><p> Y en el banco de datos de Facebook </p><p> Apuro mi copa en alegre trago amargo -sin obrero-</p><p> mientras dudo si seguir en el barco </p><p> o saltar: </p><p> Film Socialisme:</p><p> </p><p>De un abismo a otro / De un pensamiento a una imagen</p><p>acá, en la pantalla, </p><p>allá, en la vida - y viceversa-</p><p>en la búsqueda de la idea de un Socialismo para un Film</p><p>que como el mar…</p><p>-Etcétera-</p><p><br /></p><p>Como en un film de Godard: </p><p>la paradoja consiste en que la memoria universal</p><p>son sus fragmentos que Jean Luc hace estallar para clavarlos en la nuestra</p><p>¿La imagen nos enseña a ver antes que escribir? </p><p> </p><p>-Preguntas al no azar-</p><p>Ver será realmente Ver, sin vidrio oscuro</p><p>delante o detrás?</p><p> </p><p>-Preguntas al no espacio-</p><p>Y la palabra, qué fija o dispara? </p><p>Y la palabra que fija: dispara.</p><p>Un barco como una casa de citas </p><p>-donde el ex nazi amable puede ser un señor de apellido ¿judío?, confundido en las luchas argelinas de aquel FLN, donde el marinero ruso no es de Potemkin, y el capitán posa frente al turismo obsceno de cámara digital y sonrisa de Black Jack(ass) entre el ruido de los tragamonedas-</p><p><br /></p><p>Un barco como una Casa de Citas</p><p>Burdel cultural europeo de luxe multilingual </p><p>Mientras Palestina es la herida y su pueblo se balancea en las cuerdas</p><p>de los equilibristas del ultimo film de la Vardá</p><p>-despreciado por varios críticos argentinos de Fipresci, que prefiere las proezas físicas de los que se golpean, rien, y beben sudor testicular, por la gracia de la Libertad Documental Norteamericana & White Trash-</p><p> </p><p>Y vos Jean Luc, con tus anteojos, supiste ver</p><p>que las playas de Agnès, también </p><p>son las de otro pueblo que las anhela con sangre,</p><p> </p><p> y sin embargo allá nomás, </p><p> EL MAR - <i>toujour recomencé</i></p><p><i>En Pax</i></p><p>En HD!!-</p><p> </p><p>Y la eternidad - sabemos que es el Sol mezclado con el mar-</p><p>Siempre en Poniente. </p><p> </p><p>Belleza de lo que termina - pero recomienza, al día, </p><p>al amor siguiente-</p><p><br /></p><p> Todos son -somos, queremos, ¿quisimos ser?- pasajeros de Europa Paquebote,</p><p> Paquete bobo de mercancías culturales, sin distinción </p><p> Imagen clara junto a imagen degradada. </p><p>Ver más tarde: O antes de que sea demasiado tarde :VER- más vidrio-</p><p> </p><p>Como en un film de Godard, </p><p>como en la pesadilla de Pasolini</p><p>-muerto frente al mar pobre de Ostia o Bombay, Palestina, el Riachuelo, lo mismo da- </p><p>sumergidos, todos, navegando en las autopistas o las aguas </p><p>-troubled water-</p><p>del neocapitalismo moderno,</p><p>y Pier Paolo, solo, poeta civil en sus huesos al sol </p><p>bajo el peligro de escribir en Profecía- </p><p><br /></p><p>¿Y cuando se filma en profético esplendor, Jean Luc?</p><p>Entonces: Filme Socialisme.</p><p><br /></p><p>-¿Que pasa con las imágenes de Egypto, del final, por ejemplo?-</p><p>Los peligros de filmar en Profecía. </p><p>Las palabras son importantes, ha detto Moretti, Nanni.</p><p>Ah sí, pero también la melange de imágenes -y lenguas- </p><p>allá adelante: Abismo: Film Socialisme. </p><p><br /></p><p>Peligros de anticiparse a la historia en la nueva manipulación poética</p><p>de viejas imágenes.</p><p>Lo filmado se vuelve Real.</p><p>Mientras el Paquebote navega </p><p>su grave ficción de capital. </p><p><br /></p><p>¿Te acordás, Jean Luc, de <i>Poesía en Forma de rosa</i>? </p><p>(Claro que te acordás, </p><p>viejo zorro suizo con los ojos llorosos de inteligencia detrás de un cristal claro!!)</p><p>Si no hacés otra cosa que recordar... </p><p>Pero –como Pier Paolo- hacia adelante…</p><p>Privilegio profético de filmar</p><p>uno dos, tres, pasos más en avance que los demás</p><p>Aún en precipicio</p><p>Aún en Abismo </p><p>Uno Dos Tres pasos -sin nubes-: Film Socialisme.</p><p><br /></p><p>Soledad del explorador de fondo:</p><p>Los que nadamos muy detrás de ti, te decimos </p><p>Adelante viajero! </p><p>Navegar es preciso y vivir no es preciso.</p><p> </p><p>-Pero de vez en cuando, Jean Luc, </p><p> a mano:</p><p> Un salvavidas.</p><p>-De vez en cuando- </p><p> </p><p>Una frase de la que agarrarnos,</p><p>una imagen que nos detenga en el momento</p><p>Exacto en que el pensamiento, saturado de dialéctica,</p><p>da un brinco o latido simple de belleza simple.</p><p><br /></p><p>Dejanos conservar un instante esa imagen</p><p>Ese sonido.</p><p>Ese silencio.</p><p><br /></p><p>Dejanos, un momento: </p><p>Film Socialisme. </p><p> </p><p>-Me ahogo, a veces, entre tus voces, </p><p> entre tus luces, </p><p> Jean Luc, entre tus sombras </p><p> y sabés </p><p> que estoy como vos</p><p> de parte y entre las cosas</p><p> perdido. Como un niño-</p><p> Me ahogo a veces, como vos, en medio de dos siglos.</p><p><br /></p><p> Como en un film de Godard: un ensayo musical</p><p> dividido en tres movimientos </p><p> Una Sinfonía que va del Mar a la Tierra </p><p>-a un Sur francés y luminoso-</p><p>para llegar a los puertos </p><p>o ciudades, como puntos de memoria. </p><p>Y la palabra: </p><p>¿Socialisme? </p><p> </p><p> Lo que interroga y atraviesa el mar</p><p>Como Deuda Eterna, </p><p>de uno a otro siglo.</p><p> -y hacia atrás, también, </p><p>Helás; </p><p>hacia atrás: </p><p>la idea de varios socialismos</p><p>(¡Toujours recomencée!)</p><p>perdidos como niños.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjKw8eeoNyZtLDVSzADcQOzFccBep_7yqIbNLwb04NyIpgs798jhnCO8wxkNNLJtQIuEwbYdqMfPgMR1TOQZCHsOqi3MflHvOi7Y9n0BI-HGKPuabXLmfUASc90eDi9AE6xXbmUxxmDR8UvFZE-EVhb8ZCprhg6V-u2UE4pL5b_T5AWM1LKNQlYha_c3Q/s1378/film%20patti-socialisme-magick.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="778" data-original-width="1378" height="362" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjKw8eeoNyZtLDVSzADcQOzFccBep_7yqIbNLwb04NyIpgs798jhnCO8wxkNNLJtQIuEwbYdqMfPgMR1TOQZCHsOqi3MflHvOi7Y9n0BI-HGKPuabXLmfUASc90eDi9AE6xXbmUxxmDR8UvFZE-EVhb8ZCprhg6V-u2UE4pL5b_T5AWM1LKNQlYha_c3Q/w640-h362/film%20patti-socialisme-magick.jpg" width="640" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgkd6b4K9RalWzAXwzaebt-_yIv5D1tBGyEBmmf6wAx8M0Z3PemzWidITQ1lu6lM2Y__p0rzMZ-pc-JOWcX6IClkhEmKkeLITbI7RSeXjQE7CZAoVu-1QPa32aELSw_Mh-vKXoM5c9eRVMZiM0s3Xh6E4W_L_tl-QFxjdTiovYtOPi-dtZCbIB1GFh8Pw/s608/film-socialisme-quo.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="336" data-original-width="608" height="354" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgkd6b4K9RalWzAXwzaebt-_yIv5D1tBGyEBmmf6wAx8M0Z3PemzWidITQ1lu6lM2Y__p0rzMZ-pc-JOWcX6IClkhEmKkeLITbI7RSeXjQE7CZAoVu-1QPa32aELSw_Mh-vKXoM5c9eRVMZiM0s3Xh6E4W_L_tl-QFxjdTiovYtOPi-dtZCbIB1GFh8Pw/w640-h354/film-socialisme-quo.png" width="640" /></a></div><p><i>Digresiones a acerca de la segunda parte de <b>Film Socialisme</b>. Incluye restos diurnos de una reciente polémica pesadilla crítica-</i></p><p>Pregunta escolar: Maestro Jean Luc, dice el alumno -que soy yo-</p><p>– la mano me tiembla, la escena es en una escuelita de críticos al sur del tercer mundo; mi mano, la de alumno que no quiere ser demasiado aplicado o <i>manya oreja </i>pero admira al prestigioso profesor invitado. Me escuece el guardapolvo del polvo de la <i>nouvelle critique argentine</i> -los compañeritos- hecha polvo, pomada para zapatos, suciedad del pensar de la falsa tolerancia; los otros alumnitos burlones se tiran, mientras tanto, con dvds de comedias escatológicas norteamericanas, se ríen del profesor suizo con barba de tres días, anteojos culo de botella y olor a cigarro; se ríen del alumno atrasado que pregunta (yo). Se ríen del barco quieto-:</p><p>“Monsieur Profesor Godard: ¿los ideales de la revolución francesa quedan solamente para que los interrogue un hermoso niño rubio frente su madre, en la cocina de una casa-garaje- gasolinera del “midi francés”? ¿Es una ironía la elección del lugar? ¿Tendrá algo que ver que allí fue donde la Resistencia Francesa dio la más dura de sus batallas en la Segunda Guerra? Pregunta el niño atrasado.</p><p>“Intelectual! Pedante! Atrasado! Fascista!!”</p><p>-gritan los otros alumnos, ante la pregunta del alumno atrasado – que soy yo- y prenden el televisor para ver <i>Transformers </i>mientras escriben en su cuadernos </p><p>“La importancia tecno biológica de los auto-robots en el cine mainstream contemporáneo, contra la senilidad del pensamiento suizo y los críticos afrancesados”; mientras uno de ellos le pega a otro con una mano Gigante y todos ríen, ríen, ríen; hacen ruidos de pedos con la boca y se ríen, porque la risa es democrática y todos están de acuerdo en que la broma es estúpida pero la celebración de la estupidez es inteligente y democrática, así que celebremos, dicen, mientras pisotean copias de <i>Film Socialisme</i>, </p><p>en nombre de la democrática risa contra los intolerantes que no se suman al festejo, mientras el alumno atrasado (yo) insiste frente al profesor suizo, que indiferente que ya no está allí… </p><p>Se ha ido a mirar un pájaro cantor del otro lado de la ventana -tal vez un mirlo- pero el alumno atrasado -es decir, atrasado porque que no entiende la celebración (a)crítica de comedietas bastardas, por parte de los compañeritos, enarboladas como el último bien iluminador de los valores culturales de la globalización contra “la intelectualidad pretenciosa”-aka los films del profesor que el alumno atrasado intenta defender con argumentos balbuceantes -le pregunta al profesor suizo:</p><p>“¿Se resuelve, Monsieur Profesor, el socialismo como caricatura en la segunda parte de su <i>Film Socialisme</i>- por lejos, las más oscura- en esas alusiones a una elección local del sur de Francia, mientras vemos a un Burro y una Llama tercermundista esperar al lado de un surtidor de nafta?” </p><p>Eso pregunta el alumno -es decir, yo- curioso y confundido, que de pronto no es más un alumno: es un viejo y le sudan los ojos y no ve bien. </p><p>Y el profesor Godard se ha ido tras el mirlo o tras una mariposa o una paradoja o un mar. Y los alumnos compañeritos, también han crecido, pero no tanto -hasta la adolescencia indefinida entre 14 y 55 años, aunque algunos tengan canas, al lado de otros que pasan en skate- y ahora son profesores que acusan de retrogrado e intolerante al alumno atrasado y viejo (o sea yo); acusan de pedante y senil al profesor suizo, mientras el alumno atrasado decide democráticamente mandarlos a la mismísima mierda, para hacer merecida gala del mote de intolerante, y en seguida huye alegremente tras el mirlo que, le dijo el profesor suizo, es un amigo intimo de Otar Iossellani con quien, al fin, toma vino al sol de una plaza entre cartoneros y linyeras cantores.</p><p>-Fin de la pesadilla con final feliz- </p><p><br /></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjmynL5yUyQu7ossP_vZYmH5Edz8HLDaWM5_ZbYyhL_cLJvMoWijdrzxGR-zRH-QKTl_2V-LDrFq8UThzWOuLXg0Z6s-_qN51geGJtq5ZOTNRQ3QiA70q_bBHU_5-fa-ka9_R031bgq4vAlpcDpdC7DLM9Ubnes8P5dXqH_5FptMmxBwS9T_rc7kxe22Q/s640/film-socialisme-enfant-640.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="361" data-original-width="640" height="362" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjmynL5yUyQu7ossP_vZYmH5Edz8HLDaWM5_ZbYyhL_cLJvMoWijdrzxGR-zRH-QKTl_2V-LDrFq8UThzWOuLXg0Z6s-_qN51geGJtq5ZOTNRQ3QiA70q_bBHU_5-fa-ka9_R031bgq4vAlpcDpdC7DLM9Ubnes8P5dXqH_5FptMmxBwS9T_rc7kxe22Q/w640-h362/film-socialisme-enfant-640.jpg" width="640" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjDD0AdSrp9yGzc1BaLtLe_CM98JM1W0OAyl0MvPiCNQdBBT7lNZ5xl6wIinnZX1h-UqG8J81eBetEa5RpDbcSqbwlkKBmBFY-fnyYo_iHiUU_I1Zy7v6jtRtcCli2scLQyjtYJC9F8NffLVAykIN0ijZcIuLZOVCGouEBcHohBQBWWmakzvT60uvK4lA/s1280/film%20socialisme%20ni%C3%B1o%20animal.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="720" data-original-width="1280" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjDD0AdSrp9yGzc1BaLtLe_CM98JM1W0OAyl0MvPiCNQdBBT7lNZ5xl6wIinnZX1h-UqG8J81eBetEa5RpDbcSqbwlkKBmBFY-fnyYo_iHiUU_I1Zy7v6jtRtcCli2scLQyjtYJC9F8NffLVAykIN0ijZcIuLZOVCGouEBcHohBQBWWmakzvT60uvK4lA/w640-h360/film%20socialisme%20ni%C3%B1o%20animal.jpg" width="640" /></a></div><p>Lento despertar de las imágenes al universo de lo real, </p><p>-pero sabemos que en lo Real está la muerte-</p><p>entonces no despertar del todo, </p><p>duermevela aún, Jean Luc </p><p>que en los sueños nos entendemos mejor </p><p><br /></p><p>En los sueños.</p><p>Como en el cine.</p><p>Ahh, perdón, querido Jean Luc. </p><p>Me pierdo en rencillas críticas. </p><p>Pesadillas recurrentes.-Pero vos entenderás.</p><p><br /></p><p>La poesía se me desliza hacia la prosa. </p><p>La prosa hacia la rabia- pero vos entenderás.</p><p>-Siempre te gustaron las polémicas-</p><p><br /></p><p>Aquí, en el texto una idea y otra, desembocan en una nueva, inesperada.</p><p>-Como en <i>Film Socialisme</i>, ahora que lo pienso-</p><p> Pero en el camino pierdo la (Nuestra) Música.</p><p>-Como en la segunda parte de <i>Film Socialisme</i>, ahora que lo pienso-</p><p> </p><p>Te estoy pediendo la pista, joven Jean Luc,</p><p>Hijo de otro siglo próximo que aún no se inventó!!!</p><p>Me pierdo con vos -lejos de las mezquinas rencillas criticas, lejos de los que no te quieren, </p><p>o peor aún, quieren lo que vos odiás, </p><p>quieren aquello contra lo que vos luchaste y luchás,</p><p> entre el mar de los siglos. </p><p> Lejos, </p><p> me pierdo con vos.</p><p><br /></p><p>Contra los que celebran el triunfo de la estupidez oponer, Jean Lucky Luc, el jugar,</p><p>seriamente, como niño a veces, con la leve tontería y su verdad.</p><p><br /></p><p>Me pierdo con vos, querido Jean Luc </p><p>en la segunda parte de <i>Filme Socialisme</i>. </p><p><br /></p><p>Me pierdo en el gesto del niño rubio hablando de Renoir -el pintor- mientras le mira el culo a la negra africana </p><p>-como Rimbaud que tuvo una cuando se perdía a si mismo en África y otros contrabandos non sanctos.</p><p>África, </p><p>-que para Pier Paolo era “su última esperanza”-</p><p><br /></p><p>Me pierdo, te dije.</p><p>Yo siempre es Un Otro, Jean Luc,</p><p> ya lo sé. </p><p>Ya los sabemos. </p><p>-Se lo hiciste decir a Ana Karina, cuando aún podíamos, con ella,</p><p>con nosotros, Vivir su (nuestra) vida- </p><p>Una idea confusa una imagen clara</p><p>¿Era así, Jean Luc? ¿Será así, todavía?</p><p>Porque, sin embargo, fíjate que régimen de imágenes se festeja</p><p>- Y nos domina-</p><p>¿Qué claridad, entonces, invocar? </p><p>El mar, encore, toujours…?</p><p>Y sin embargo el Otro no es nunca Yo; Jean Luc. </p><p>¿En qué idioma hablarle? </p><p>¿Bastan sólo las imágenes? </p><p>¿Basta la poesía? ¿Basta la salud? </p><p> </p><p>El barco que sigue, la vida que sigue, el dolor… </p><p>-pero también la alegría de poder nombrarlo…</p><p><br /></p><p> Me acuerdo de Renoir, el patrón, </p><p> que nos enseñó la crueldad de las reglas del juego</p><p> de las clases (magistrales).</p><p> Pero de un modo amable, Jean Luc: ahí esta la cosa. </p><p>(Estar de parte de las cosas) de Un modo amable.</p><p> </p><p>¿Se puede ser amable con la Historia del último siglo, querido Jean Luc?</p><p>¿Y del nuevo, a un click virtual de distancia y destrucción?</p><p>¿Se puede –a esta altura- volver al cuento? </p><p>¿O acaso es mejor la música, como la música del viento sobre las oreja de un barco autista? </p><p>¿Se puede ser amable, Jean Luc? ¿Cómo se hace? Vos que sabés hacer humor gravemente leve, ¿CÓMO SE HACE? Vos que sabés llorar como nadie…</p><p>Si hablamos todos en un otro idioma, en la nave de los locos, </p><p>y las imágenes no alcanzan sino que nos alcanzan,</p><p>nos dan caza, caza-bombardeo, y toujours recomencé,</p><p>muertos, ya, sobre cubierta?</p><p><br /></p><p>Si extraño tantos a mis hermanos que, sabés, nunca estuvieron. </p><p>¿Cómo se hace, Jean Luc, me cache en dié?</p><p>(Nota para otros naufragios: el barco es la metáfora social más navegada por la historia del cine: <i>Navegantes, Potemkins, Titanics, Arcas Rusas, Sweets Movies, Itálicas</i> y operísticas <i>Naves que van</i>, no se sabe a dónde, apoteosis de la mezcla de clases, de sus luchas, contrabandos, amores, hundimientos, rescates en alta mar, sus separaciones: Alta Marea). </p><p> </p><p>Yo solamente zarparía en L´Atalante, </p><p>el más amable de los barcos de los pobres amantes.</p><p><br /></p><p> ¿Es eso, Jean Luc?</p><p>¿Zarpar y zapar entre registros digitales y ver qué pasa, </p><p>qué queda de (en) los puertos de la memoria? </p><p>¿Las ciudades? </p><p>¿La Itaca de Kavafis del que siempre llevará su fracaso, de ciudad en ciudad?</p><p> Allí están, al final de tu Coda: Nápoles- donde Pier Paolo preguntaba qué era el amor- Hellas pour toi. (Atenas), Egipto, ayer nomás en las calles de El Cairo.</p><p>Palestina, la coda final. </p><p>Palestina, la vieja herida actual.</p><p><br /></p><p>-y ahora pienso en Trípoli bombardeada, como en Buenos Aires, décadas atrás-</p><p>¿Qué son, de quién son, de dónde vienen, esas imágenes </p><p>que me surgen por mera asociación, en una ciudad que le da la espalda a su río marrón donde navegan los muertos sin sepultura que ni siquiera Sartre imaginó?</p><p>Buenos Aires, </p><p>La Plata, </p><p>Quilmes</p><p>Ostia, </p><p>El Cairo </p><p>Bombay,</p><p>Trípoli. </p><p> </p><p>Y los ríos </p><p>Siempre deberán ir al mar que es el Morir, Jean Luc? </p><p>Y-<i> a til- une petit espoir…</i>? </p><p>Una sola…?</p><p>Un Juanele que nos guíe, por la senda azul </p><p>y las orillas?</p><p><br /></p><p>Morir de imaginar la muerte de la imagen </p><p>-de los otros; de uno mismo- </p><p><br /></p><p>Pero también morir de Morir, de golpe, </p><p>de porrazo, </p><p>de recibir una imagen que no se ve,</p><p>que no se lee,</p><p>una palabra que no llega. </p><p>O llega tarde </p><p>y mal. </p><p><br /></p><p>Pero también de la bala por la espalda, por ejemplo, </p><p>de las bombas en las plazas, del veneno en el agua, del hambre, en la esquina, acá nomás</p><p><br /></p><p>un deslizarse mínimo sobre la borda y cualquiera en cualquier momento</p><p>…en la mer, la mer, toujour recomen…MERDE…!</p><p><br /></p><p>(Glup, sonido de aguas profundas)</p><p>…….</p><p>No hagan olas, por favor.</p><p><br /></p><p>Es el siglo XXI, estúpidos! </p><p>Y es la economía líquida, virtual, pero también la crisis de la palabras que la nombran, </p><p>la mala economía de la palabras liquidadas, como Film, como Socialisme, en el despilfarro de las imágenes que se reproducen y se reproducen y ya no puede nadie nadie puede nombrar más!</p><p><br /></p><p>Qué nuevo siglo de manos!</p><p>No: de dedos en ordenadores!</p><p>Y no es sencillo, Jean Luc! </p><p>No. Pas de tout. </p><p>Niente. </p><p>Non. No. </p><p>Guarda al hilo.</p><p><b>¿Film? ¿Socialisme?</b></p><p> Disparador de dudas, en otro sur, en otra lengua, </p><p> el mismo mundo.</p><p> </p><p>Que nadie pueda decir esta imagen es mía, ya que si nada nos pertenece en igualdad, toda imagen en cambio, a cambio, nos pertenecerá. </p><p><br /></p><p>Así sea, Jean Luc. </p><p>Así : sea. </p><p>Así: mar. </p><p>Yo me valgo de esquirlas de poetas cuyos nombres casi olvidé, vos de imágenes de noticieros, de videos, de películas de Hollywood, y de las otras, donde siempre hace siglos venimos cayéndonos en las Pirámides, o en las escalinatas de Odessa, que ahora remonta el turismo. </p><p>Que toda imagen no tenga dueño. </p><p>Que pueda ser reciclada, invocada por la memoria araña, en un poema, en un ensayo, pero que no la roce nunca la estupidez.</p><p>-Aunque yo preferiría a la hora fatal llevarme una imagen casual, al pasar, mía, mía </p><p>-resabio burgués, que en mi alma no pura, aún anida- </p><p>Una imagen personal, no reciclable: una flor o piel de aquel amante, un cielo, aquellos ojos verdes- aquellos- y la voz de esa mujer, toujours recomenzando en mi memoria, antes el sonido que la imagen, </p><p>una manera setentista de fumar y de decir incluso la palabra “memoria” sin embalsamarla, </p><p>y decir, escucharle decir algo “sobre mi rostro trágico”,</p><p>ESO anhelo, Jean Luc,</p><p>como última imagen visual y sonora, propia, mía, mía, </p><p>no te la doy a vos que sos mi amigo, no se la doy a los enemigos de la inteligencia, </p><p>a los ex amigos no se las doy tampoco, no la dono, no al entrego, egoísta de mí, </p><p>pero a lo mejor en esa hora grave, leve, entonces</p><p> ya no importe.. </p><p><br /></p><p>-Una Imagen Sin Pasado Universal </p><p>como la sonrisa de aquel amigo muerto hace tantos otoños, que es la época que mueren lo que saben morir, la película que no vimos mientras transcurría la película vivida que se desvanecerá en la nada. </p><p>O en el mar.</p><p> </p><p>Ahora qué hago con las esquirlas de metralla-collage que me dejaste, Jean Luc: </p><p>Despertaste la bestia de belleza fatal: <i>Film Socialisme</i>: </p><p>Me muero, memoria: </p><p>Utopía de la pérdida. </p><p>Ganancia sin usufructo de la pura belleza </p><p><br /></p><p>Frases, </p><p>Palabras,</p><p>Paroles, </p><p>Mots </p><p>que nos lanzás como botellas del náufrago, como marinero de poema de Tuñón,</p><p>para hacer huir a los idiotas que necesitan celebrar la idiotez </p><p>como Triunfo de la Voluntad.!!!</p><p> </p><p>Pero vos sabés, mejor que nadie, Jean Luc, querido</p><p>que aún quedan dichas </p><p>terribles dichas a descubrir sobre la luz terrestre</p><p>La esperanza es un niño fauvista que dibuja a un negra adolescente sobre una escalera.</p><p>Y para las almas, (aún), -a dios Gracias-</p><p>No hay copyright.</p><p><br /></p><p>Posdata:</p><p>Nadamos; Jean Luc. </p><p>Es así, nomás.</p><p><br /></p><p>Es la costumbre de los ahogados.</p><p><br /></p><p style="text-align: right;"><i><span style="font-size: x-small;">(continuará… en otros poemas)</span></i></p><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh3XbY-me6_3_ro1TkdHL6ci7lptyvKCqe_ZF1431NXjFPpyrUXbynesPPyhTcBdxpGegJiAvawADMCSUq_E7Wnd86fu8n8fZZ2aP5qUEmg3LqpRzC8UiduCFraYEhmohgQ8wYnFWmrupTRBdiHmv-j3BPx7Nph5tPmwx7lgp2GciicUIxWBpmqacJotQ/s1600/fil%20soc.webp" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="900" data-original-width="1600" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh3XbY-me6_3_ro1TkdHL6ci7lptyvKCqe_ZF1431NXjFPpyrUXbynesPPyhTcBdxpGegJiAvawADMCSUq_E7Wnd86fu8n8fZZ2aP5qUEmg3LqpRzC8UiduCFraYEhmohgQ8wYnFWmrupTRBdiHmv-j3BPx7Nph5tPmwx7lgp2GciicUIxWBpmqacJotQ/w640-h360/fil%20soc.webp" width="640" /></a></div><br /><p></p><p style="text-align: right;"><span style="font-size: x-small;"><i>(Se agradece la inestimable colaboración de Pasolini, Pratolini, Patti Smith, Molina, Cernuda, </i><i>Paul Valery; Rimbaud, Badiou, Jarry y tantas otras voces y otros nombres universales secretos e íntimos, que están soplando en el viento de mi corazón o casa).</i></span></p><p style="text-align: right;"><span style="font-size: x-small;"><i><br /></i></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: times;"><i>* </i>Este texto fue escrito por Alejandro Ricagno para revista <i>La otra </i>n° 26, a propósito del estreno de<i> Film Socialismo </i>de Jean Luc Godard. En estos días adquiere renovada vigencia. </span></p>Oscar Cuervohttp://www.blogger.com/profile/15744374287487312025noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3702496019912113605.post-40715439197178682442022-08-01T15:56:00.002-03:002022-08-01T16:00:31.502-03:00El cine de la herencia política: Nicolás Prividera, Albertina Carri<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgn7C38od1CXNtpEbW5UBDXI6R4D0pmvri23DTAuR3pHURs4ia_tqWN326XIA_ZV-EVhyAMtxl8BrtaFPFGyN0H7fMjGk3W0_k81xhLQ-CyRbSpED-bWz8zLIiwsjqC6-r61Q6RPSIZfxEkPG0fBMSnTmQWwgUN8pfSS9rtQ3kCGKfmALb8pOpc0zkl-g/s761/los%20rubios.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="391" data-original-width="761" height="328" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgn7C38od1CXNtpEbW5UBDXI6R4D0pmvri23DTAuR3pHURs4ia_tqWN326XIA_ZV-EVhyAMtxl8BrtaFPFGyN0H7fMjGk3W0_k81xhLQ-CyRbSpED-bWz8zLIiwsjqC6-r61Q6RPSIZfxEkPG0fBMSnTmQWwgUN8pfSS9rtQ3kCGKfmALb8pOpc0zkl-g/w640-h328/los%20rubios.png" width="640" /></a></div><span style="font-family: verdana; font-size: x-small;"><div style="text-align: center;"><b><i>Los rubios</i></b></div></span><div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhcZbfIA0NAeY51Rgl5fkKTlrJ9YEmb9OZLHk7wrowXrYW8HGmkHiNNDpm4C643Ih0LQ7t5Y8qbFroop5hET_4do9tEe8vSJXfSrVPnMZE6vFc2NBS-JrPuKDKI5S-XaJDpldhADPrNkovex1jWjqPV1_T-5PaGf4sYdZnEoViInI4FugpEh_OsimpMdA/s594/m41.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="446" data-original-width="594" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhcZbfIA0NAeY51Rgl5fkKTlrJ9YEmb9OZLHk7wrowXrYW8HGmkHiNNDpm4C643Ih0LQ7t5Y8qbFroop5hET_4do9tEe8vSJXfSrVPnMZE6vFc2NBS-JrPuKDKI5S-XaJDpldhADPrNkovex1jWjqPV1_T-5PaGf4sYdZnEoViInI4FugpEh_OsimpMdA/w640-h480/m41.jpg" width="640" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: verdana; font-size: x-small;"><b><i>M</i></b></span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div style="text-align: justify;">por Oscar Cuervo *</div><p style="text-align: justify;"><b>Los cuatro odiosos</b></p><p style="text-align: justify;"><i>Los rubios</i> (Carri, 2003), <i>M </i>(Prividera, 2007), <i>Tierra de los padres</i> (Prividera, 2012) y <i>Cuatreros </i>(Carri, 2015) son películas odiosas. En su antipatía radica su valor. Se recortan así de la mayoría de la producción cinematográfica producida en las últimas décadas. El cine argentino del siglo XXI da pocas posibilidades de detectar las tensiones políticas que atraviesan la sociedad. Las películas de Carri y Prividera se refieren a la violencia de las décadas pasadas, a raíz de la desaparición de sus padres (Roberto Carri y Ana María Caruso, padres de Carri; Marta Sierra, madre de Prividera). Las catástrofes del pasado, personales y colectivas, son experimentadas en su persistencia actual. Esa persistencia es el conflicto principal en los cuatro films. Ello se registra en el modo en el que en cada caso construyen sus puntos de vista, en sus desequilibrios y desbordes, en la tonalidad áspera que los impregna. Se trata de films que luchan contra sí mismos, contra sus autores, que no logran o no quieren reposar sobre sus propios marcos y esa inconsistencia es su principal interés. <i>Cuatreros </i>es una respuesta y una recusación de Carri en 2015 contra quien en 2003 hizo <i>Los rubios</i>. <i>Tierra de los padres</i> desplaza la perspectiva desde la que Prividera hizo cinco años antes <i>M</i>. Una superación dialéctica, Prividera preferirá pensar.</p><p style="text-align: justify;">Sus películas patentizan además un malestar con el cine: la experiencia de la que dan cuenta desborda el plano específicamente cinematográfico y demanda ser prolongada hacia el ensayo, la poesía, la crítica, la performance, las instalaciones, las intervenciones públicas. No como producciones paralelas a su filmografía, sino como una continuación de la lucha por otros medios. Formas de un desfasaje que caracteriza sus estilos excesivos y sus temples áridos. Rasgos que los dos autores tienen en común. Pero Carri y Prividera son cineastas muy diferentes y sus películas discrepan incluso entre sí.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEif624uPDJ3vHD5oCdiZrwtnYRLjVbvbNqVsDAFa85wxfmiImW8dB9gZEF0h3nKXWSzk2luSqeRSVQWW6aIUsf0fCmZw1euLbgU6zD_CuuBlp8ool5bUDoRKQIDrT3TneTjbZYwlDpKWT1s0O5pdAzoCS8Hb5rWFf77Mg8tv9mADW9zK3vKMFSGhKw5Kg/s259/m.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="194" data-original-width="259" height="479" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEif624uPDJ3vHD5oCdiZrwtnYRLjVbvbNqVsDAFa85wxfmiImW8dB9gZEF0h3nKXWSzk2luSqeRSVQWW6aIUsf0fCmZw1euLbgU6zD_CuuBlp8ool5bUDoRKQIDrT3TneTjbZYwlDpKWT1s0O5pdAzoCS8Hb5rWFf77Mg8tv9mADW9zK3vKMFSGhKw5Kg/w640-h479/m.jpg" width="640" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: verdana; font-size: x-small;"><b><i>M</i></b></span></div><p style="text-align: justify;"><b>Señaladores</b></p><p style="text-align: justify;">Los años de realización de cada una de las películas trazan un arco histórico significativo. Carri estrena <i>Los rubios</i> en 2003. La concibió en el período anterior a la asunción de Néstor Kirchner, lo que la liga y a la vez la distingue del nuevo cine argentino previo, asociado a la década menemista. En su ampuloso gesto antipolítico –su expresa desconfianza respecto de todo discurso político sobre la derrota generacional de sus padres y la insignificancia de sus hermanos mayores– sobreactúa cierta distancia histórica e imposta una apertura abstracta hacia las posibilidades futuras de su generación, puesta en escena por la caminata final de su equipo de coetáneos rubios hacia un horizonte indeterminado, rural y celeste, que puntúa una presunta consumación de la post-historia; todo lo cual no deja de constituir una ¿involuntaria? política. Los rubios está pensada desde la aparente estabilidad de una derrota conclusa. Pero bajo su desapego histórico fluye una corriente subterránea de dolor irresuelto. Lo que incuba es más interesante que lo que declama.</p><p style="text-align: justify;"><i>M </i>fue terminada en 2007, durante el fin de la presidencia de Néstor Kirchner, después de la derogación de las leyes de la impunidad y en medio del impulso de los juicios a los genocidas. El avance de las condenas es lento, la reconstrucción pública de la memoria del genocidio, precaria; y la película refleja y reprocha la falta de información de que dispone el estado democrático y los organismos de derechos humanos, que iría creciendo en los años siguientes. M es la última película pre-kirchnerista: el kirchnerismo como identidad política iba a delinearse con nitidez a partir de 2008, con el extenso conflicto del gobierno contra las patronales agrarias, el enfrentamiento contra el Grupo Clarín y la prematura muerte de Néstor Kirchner. Esta concatenación vertiginosa engendra una intensa militancia kirchnerista y un furioso antikirchnerismo.</p><p style="text-align: justify;"><i>Tierra de los padres</i> podría ser la primera película post-kirchnerista: se detectan, como en ninguna otra película de la época, los conflictos históricos latentes en la historia de la nación. La tan mentada grieta no es un invento: puede rastrearse en textos ilustres de la tradición político-literaria nacional. <i>Tierra de los padres</i> no es neutral en su lectura de la historia: remarca el enfrentamiento de los intereses de las clases dominantes contra el pueblo. A pesar de que Prividera es renuente a manifestar una simpatía con el kirchnerismo, su clara distancia de las posiciones oligárquicas le va a valer la sospecha de filokirchnerista por parte de un sector cada vez más poderoso de la crítica cinematográfica macrista, surgida de parte de la redacción de la revista <i>El Amante-Cine</i>, que terminará por manejar la programación del BAFICI y va a excluir <i>Tierra de los padres</i> de la edición 2012 de ese festival. Prividera intenta problematizar la grieta, pero la grieta se lo engulle.</p><p style="text-align: justify;"><i>Cuatreros </i>es una película atravesada por los conflictos vividos en los años kirchneristas que en <i>Los rubios</i> ni siquiera podían sospecharse y van a dejar una marca fuerte en la posición de Carri. La película fue concebida entre el período final de la presidencia de Cristina Fernández y la inminencia de la restauración conservadora de Macri. A diferencia de las otras tres películas, celebradas o criticadas pero muy discutidas por la crítica argentina, la extemporaneidad de Cuatreros genera un llamativo cono de silencio a su alrededor.</p><p style="text-align: justify;">Este texto también tiene su propia marca histórica: Macri hoy encabeza un gobierno negacionista. La pregunta ahora es quién y cómo filmará la violenta imposición de un régimen despiadado que avanza. **</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg2O9_qiZ9LEHzNR3se4oXL8x2D65oVehQlltiQCv8wbi3cakqXVCDuvfJ5hS6X-kqg-pJYh8OHXQek804C_sE7B0iEHiKFoKtFmNRChxZ5dSCzmfmugBz3NKQ7vVcTeqI5tC6wiZsJpRPmm5J2r0KAS-jT2oWX5FucNdPtAIdFRCTqN8D9XMpN4HIi2w/s641/los%20rubios3.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="349" data-original-width="641" height="348" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg2O9_qiZ9LEHzNR3se4oXL8x2D65oVehQlltiQCv8wbi3cakqXVCDuvfJ5hS6X-kqg-pJYh8OHXQek804C_sE7B0iEHiKFoKtFmNRChxZ5dSCzmfmugBz3NKQ7vVcTeqI5tC6wiZsJpRPmm5J2r0KAS-jT2oWX5FucNdPtAIdFRCTqN8D9XMpN4HIi2w/w640-h348/los%20rubios3.jpg" width="640" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: verdana; font-size: x-small;"><b><i>Los rubios</i></b></span></div><p style="text-align: justify;"><b>Pelucas</b></p><p style="text-align: justify;"><i>Los rubios</i> llega en un momento propicio. El nuevo cine argentino tenía sus obras fundacionales, sus apologetas, su festival, sus libros de ensayo, sus instituciones académicas y críticas con voluntad de adjudicarse la paternidad de la criatura. Carri viene de la FUC (Fundación Universidad del Cine, de Buenos Aires), uno de los focos de irradiación de esta avidez de novedades. Muchos, no todos los jóvenes cineastas ni necesariamente los mejores, vienen de la FUC. Gonzalo Aguilar escribe un libro que se volverá espejo en el que el cine de los 90 gusta mirarse: <i>Otros mundos</i>. Vale la pena leer sus frases iniciales: “¿Qué pasa cuando los mundos se esfuman, se enfrían o sencillamente desaparecen? ¿Cómo reconocer los otros mundos que comienzan a anunciarse, no menos intensos pero sin duda de contornos no tan precisos?” <span style="font-size: x-small;"><b>1</b>.</span></p><p style="text-align: justify;">¿Mundos que se esfuman, que –nada menos– desaparecen? ¿Por un agujero del tiempo? ¿En el fondo del Río de la Plata? En la FUC, como Carri contará después en <i>Cuatreros</i>, la conocen como “la sobrina de Adolfito”. Se inscribe fuera de término y lo logra por su parentesco con Bioy Casares, miembro del comité académico. Pero ella es también hija de Roberto Carri, un notorio sociólogo de los años 70 desaparecido por la dictadura, junto a la madre de Albertina, Ana María Caruso. <i>Los rubios</i> declara que ella es una desobediente, pero ¿a quién obedece? Carri practica rupturas llamativas. La primera persona que enuncia el relato se multiplica: desde el lado documental, ella misma debate el sentido de la película con sus compañeros de la FUC; por otro lado, la actriz Analía Couceyro anuncia que en la película va a hacer el papel de Albertina. La Albertina documental marca, calcula, ironiza; la Albertina de ficción asume restos de intimismo (“No me gustan las vacas muertas, prefiero las arquitecturas bonitas”). Pero en verdad hay una tercera: la que desde afuera organiza el desdoblamiento visible y se nos esconde: en ese escondite espera su versión más interesante.</p><p style="text-align: justify;">Los rubios son los padres. En sus años de militancia, los Carri se radicaron en un barrio de Hurlingham, en un proyecto de proletarización usual en esa época: militantes de origen burgués que se acercan al sujeto histórico a emancipar. El film declara el fracaso de la maniobra de asimilación. Los vecinos, años después, cuando Albertina vuelva para averiguar algo del secuestro, todavía recuerdan a la familia como “los rubios”, a pesar de que ellos nunca fueron rubios. Eso marca la distancia de clase insalvable, la imposibilidad de establecer lazos no impostados con el pueblo, la clave para que sean fácilmente extirpados del barrio. Albertina y sus amigos de la FUC repiten esa puesta de la ajenidad social cuando vuelven a filmarlos.</p><p style="text-align: justify;">Carri se cansa pronto de entrevistar a los compañeros de militancia de sus padres. Cuando recibe un fax del INCAA que objeta que a la investigación le falta profundizar en las motivaciones políticas de aquella generación, ella resuelve el dilema: “esa es la película que tienen que hacer ellos, yo no tengo ganas”.</p><p style="text-align: justify;">Para filmar el secuestro de los padres, al acercarse a la zona incandescente donde la historia le produjo un desgarro irreparable, ella recurre a una animación con los muñequitos de Playmobil en la que los padres son abducidos por un plato volador. Esta apelación al camp interpone una distancia respecto del terror. Mucho crítico celebró que la tragedia solo se pudiera repetir como parodia desafectada. Aguilar equipara la rebeldía de formar parte de un proyecto revolucionario con el gusto por los apliques y el postizo <span style="font-size: x-small;"><b>2</b></span>. Albertina y sus compañeros se calzan las pelucas rubias para formar una familia sustituta y se alejan caminando hacia un horizonte limpio de salpicaduras de sangre.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgJ6jo3g1k2BGk51GJ9hXL0DP7zib32y0BlLqV9IWgHaRc3F8m3BbhjgNHG-RQ5wJys_dofQEqdGS1rk6nl2U-nHvP8v7FOTxey3SYIai050sWiPAYvUa5IwCrQ2G4aJBW5P42CpUKl33vc3rn8aNe5rURhPt3Cdx20SeFrvsvB80Vumrl95yKwpkuCvw/s395/m3.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="208" data-original-width="395" height="338" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgJ6jo3g1k2BGk51GJ9hXL0DP7zib32y0BlLqV9IWgHaRc3F8m3BbhjgNHG-RQ5wJys_dofQEqdGS1rk6nl2U-nHvP8v7FOTxey3SYIai050sWiPAYvUa5IwCrQ2G4aJBW5P42CpUKl33vc3rn8aNe5rURhPt3Cdx20SeFrvsvB80Vumrl95yKwpkuCvw/w640-h338/m3.jpg" width="640" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><b style="font-family: verdana; font-size: small;"><i>M</i></b></div><p style="text-align: justify;"><b>Autoconciencia generacional</b></p><p style="text-align: justify;">Prividera es el apólogo de la autoconciencia: sostiene con fervor la obligación de que el cineasta conquiste la consciencia de lo que filma. La responsabilidad no se limita a su propia obra. En su libro <i>El país del cine</i>, dice: “Hay que recordar que el NCA nació junto a una nueva crítica que lo alumbró, pero que –como el mismo NCA en la relación con la experiencia previa de los años sesenta– no propuso un intento de lectura general (y generacional); y esa falta (entendida como falla, es decir, como fractura) habla más bien de un cine que refleja las contradicciones de su tiempo sin lograr superarlas” <span style="font-size: x-small;"><b>3</b>.</span> No basta con que el cine refleje las contradicciones de su tiempo: debe superarlas. Dado que cualquier película instituye un fuera de campo, puede inferirse que nunca bastará con hacer películas, que será necesario además despejar cualquier resto de opacidad que impida la omnicomprensión. Por eso, Prividera se entrega incansable a disipar las ambivalencias interpretativas a que está expuesto su cine. Filma para señalar lo no visto, pero el fuera de campo hace necesario continuar la tarea discutiendo la recta interpretación de sus películas, detectando contradicciones en los textos fílmicos o críticos de los otros, señalando cada fracaso en la superación de las contradicciones. Un propósito productivo, infinito, enojoso.</p><p style="text-align: justify;"><i>M </i>lo tiene como protagonista absorbente, con una contraparte decisiva: él investiga la desaparición durante la dictadura militar de Martha Sierra, su madre. Ella es la ausente hacia la que todo apunta. <i>M</i>, Martha, Madre. El nervio de la película es la opacidad de la conciencia colectiva de esa ausencia. A cada paso, Prividera constata que quienes estuvieron cerca de ella no pueden o no quieren recordar detalles que él necesita saber. Estas lagunas de la memoria lo enojan y él lo resalta con gestos de disgusto, con discursos a cámara. En toda indagación Prividera halla frases truncas, imprecisiones, olvido. La inquietud que lo impulsa es comprensible y compartible. Un exterminio masivo no habría podido hacerse sin complicidad, omisión, distracción, obnubilación o desinterés de gran parte de la sociedad. Dice Prividera a su hermano, luego de que una mujer le contesta que su médico le recomendó no recordar porque está enferma y le hace mal:</p><p style="text-align: justify;"><i>"Busco a los responsables. Quien se hace responsable por lo menos se hace cargo. De algo. ¡En un país donde nadie se hace cargo de nada! Es increíble cómo nadie vio eso o nadie lo quiso ver. ¿Qué? ¿Los vientos de la historia? ¿Ceguera, ingenuidad, estupidez, un poco de todo?"</i></p><p style="text-align: justify;">El cineasta/personaje nos muestra un momento íntimo: su cara en primer plano llena la pantalla. Atrás se ve en un espejo la imagen chiquita del hermano que escucha. La construcción del plano dice tanto como las palabras. ¿Le interesa que presenciemos que ese silencio que impera en la sociedad se hace más espeso en el seno de la familia?, ¿que reparemos en la ausencia notoria del padre, de cuya actitud hacia el secuestro de la madre no dice la película una palabra? ¿Muestra <i>M </i>el entramado familiar que se agujerea ante una desaparición forzada? ¿O es mejor mirar hacia afuera, hacia la red de responsabilidades a las que las palabras de Prividera apuntan?</p><p style="text-align: justify;">Una entrevista que los hermanos responden al comienzo es reveladora:</p><p style="text-align: justify;">–¿Cómo influye la desaparición de su mamá –le pregunta una periodista extranjera– y cuál es el impacto en su vida cotidiana?</p><p style="text-align: justify;">–Es complicada la pregunta –empieza a contestar el menor–. Digamos... […]</p><p style="text-align: justify;">–A nosotros –afirma Nicolás– nos ha tocado de un modo personal, pero hay toda una generación desaparecida. Seguramente eso ha cambiado la fisonomía de la Argentina. Y en tanto y en cuanto no sepamos qué pasó con todos y cada uno y quiénes son los responsables en cada caso de su desaparición, va a ser muy difícil decir que vivimos en una democracia real y en una república verdadera.</p><p style="text-align: justify;">–¿Estás enojado?</p><p style="text-align: justify;">–Por supuesto que estoy enojado. Y creo que todos deberíamos estar enojados, esta es la cuestión, no es un enojo personal por algo que me hicieron.</p><p style="text-align: justify;">¿Cómo podría no estar enojado? El enojo por no aceptar la fragilidad de la memoria muestra su dificultad para comprender que los mecanismos del recuerdo no son transparentes, que siempre queda un resto opaco, incluso ante un crimen de dimensiones colosales. El signo más notorio de esta barrera invisible lo constituye la ausencia del padre en la película. Si los compañeros de Martha no recuerdan, no sabían bien, no se dieron cuenta, ¿no es notable que el padre ni siquiera aparezca? Ese fuera de campo es riquísimo, porque señala una micropolítica familiar en la que el terror de Estado se ha entreverado. La película hace silencio sobre esto. Prividera me manifestó muchas veces su desacuerdo con la posibilidad de abrir esa lectura de la dimensión personal y familiar del terror estatal. Dice que cometió el error de decir “enojado”, que la palabra correcta hubiera sido “indignado”, ya que aportaría una dimensión colectiva. En años de discusiones con él, no logré captar la diferencia semántica entre enojo e indignación, como no sea por una imposición interpretativa. No creo que la apertura hacia la intimidad familiar y el enojo personal diluyan la potencia de <i>M</i>, al contrario, ahí radica su mayor fuerza.</p><p style="text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj9zFXvwiRruPi_9MLXdGUIiMlkn7XSpIKkDuXjRjpxLcCsZftXinWflGn4AoBItyT3zt3iRkAKk-WaCUE8KOqcKhCQYPnhj9IOBnZWnvC8wk7_nAW0ixSsOvkt_1L7-4W2lxoy7O2f5skR7SIi2fSLOVLjGBSOmdTPeSyEcTN7vK0aFwO2383vZ2OWfQ/s900/tierra4.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="506" data-original-width="900" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj9zFXvwiRruPi_9MLXdGUIiMlkn7XSpIKkDuXjRjpxLcCsZftXinWflGn4AoBItyT3zt3iRkAKk-WaCUE8KOqcKhCQYPnhj9IOBnZWnvC8wk7_nAW0ixSsOvkt_1L7-4W2lxoy7O2f5skR7SIi2fSLOVLjGBSOmdTPeSyEcTN7vK0aFwO2383vZ2OWfQ/w640-h360/tierra4.jpg" width="640" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: verdana; font-size: x-small;"><b><i>Tierra de los Padres</i></b></span></div><p></p><p style="text-align: justify;"><b>Los padres</b></p><p style="text-align: justify;">Si <i>M </i>se centra en su madre, con un grado de involucramiento personal que queda condensado en el plano en el que él proyecta una diapositiva de ella a una edad aproximada a la suya, para luego ponerse a su par, abriendo así una seguramente involuntaria dimensión edípica de la película, el siguiente movimiento de Prividera se dirige hacia la figura simbólica que en <i>M </i>estaba excluida: los Padres. No se refiere allí a su propio padre, sino a los Padres de la Patria, tal como son venerados en la necrópolis que las clases dominantes construyeron en la ciudad de Buenos Aires, en el cementerio de Recoleta. Recoleta es la tierra de estos padres muertos por los que la oligarquía argentina ha decidido celebrarse a sí misma. En <i>Tierra de los padres</i>, Prividera se propone superar el terreno personal indeseado que asoma en <i>M</i>. Ahora, él aparece brevemente, entre otros integrantes de su generación, escritores, cineastas, actrices o hijos de desaparecidos. Cada uno de ellos cita, libro en mano y frente a las bóvedas de las familias patricias, un fragmento escrito por los Padres. La película avanza cronológicamente desde los escritores y políticos de la generación del 37 hasta una solicitada de la Sociedad Rural reivindicando la dictadura militar, con algunas citas especiales cuyos restos no yacen en Recoleta ni se adecuan a la figura de “Padres de la Patria”: Evita, Rodolfo Walsh o Joaquín Giannuzzi (cuya lectura se reserva el propio Prividera).</p><p style="text-align: justify;"><i>Tierra de los padres</i> desvela el tiempo histórico condensado en el espacio del cementerio, la vida muerta y la muerte viva de la Patria. Con todo, no se trata de una película meramente histórica, sino del presente. Pero este presente no parece un terreno familiar, sino quizá lo más extraño: los que leen los textos de los muertos (las <i>Cartas Quillotanas</i>, <i>Amalia</i>, <i>Una excursión a los indios ranqueles</i>, <i>Mi testamento</i>, la <i>Carta abierta de un escritor a la Junta Militar</i>) se desvanecen como fantasmas tan pronto terminan de leer su parte. ¿Los convidados de piedra (¿de aire?) somos los presentes?</p><p style="text-align: justify;">Las palabras leídas no son ensayos teóricos sino auténticas epístolas, o mejor todavía: partes de guerra, escritos en el fragor de la lucha. Un escalofrío empieza a sentirse a medida que las citas, plagadas de violencia, deseosas de exterminio, se acercan al tiempo actual, hasta llegar a la <i>Carta abierta...</i> de Walsh, el alegato de Massera en el juicio a las Juntas o la reivindicación de la dictadura por parte de la Rural.</p><p style="text-align: justify;">El criterio con el que Prividera selecciona las citas no es binario como sus críticos sospecharon; por el contrario, es capaz de marcar las discusiones políticas entre diversos autores y actores históricos difíciles de situar de un lado de “la grieta” (en declaraciones periodísticas, Prividera ha dicho que su película es, en todo caso, alberdiana, lo que lo colocaría en una posición superadora de las dicotomías). Pero la aparición sucesiva de textos de Evita y Silvina Ocampo, o de Walsh y Massera puede facilitar lecturas más beligerantes.</p><p style="text-align: justify;">A veces, las intenciones dialécticas no funcionan y, dado que la película resalta especialmente el rol violento de la Sociedad Rural en la historia, la crítica macrista, ya muy volcada a la derecha, va a ubicar a <i>Tierra de los padres</i> en el campo enemigo, más allá de las intenciones superadoras de Prividera. El autor logra desplazar su planteo histórico político del terreno personal, y se presenta como parte de una generación. Pero la omnicomprensión que Prividera intenta propiciar en su sucesión de citas encuentra otra vez un límite en una recepción que no interpreta lo que él espera.</p><p style="text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjguQumwRpEim5hRA3bxGbJ--SlZwfEhYK_K_jvWtKfnyM1Ujg-op16fDSrG2kjzIVurgaibIbtirLPSJLLQrVtxBbuh1A2T7y-48A5NeUdgj0WwF6YgvoUQxxD88lRcL1nwyHdp0_l4H5CqnWz3u9cvFDR0rj0qj-KSaNym1arDvUCTsOQr_My87tbyQ/s810/cuatreros2.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="608" data-original-width="810" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjguQumwRpEim5hRA3bxGbJ--SlZwfEhYK_K_jvWtKfnyM1Ujg-op16fDSrG2kjzIVurgaibIbtirLPSJLLQrVtxBbuh1A2T7y-48A5NeUdgj0WwF6YgvoUQxxD88lRcL1nwyHdp0_l4H5CqnWz3u9cvFDR0rj0qj-KSaNym1arDvUCTsOQr_My87tbyQ/w640-h480/cuatreros2.jpg" width="640" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: verdana; font-size: x-small;"><b><i>Cuatreros</i></b></span></div><p></p><p style="text-align: justify;"><b>El cuerpo de la política</b></p><p style="text-align: justify;">Las películas de Prividera y Carri se debaten entre las diversas posibilidades de poner el cuerpo ante el vendaval de la historia, de duplicarlo, triplicarlo, esconderlo, sustituirlo, ponerlo junto a otros coetáneos. Paralelamente con este nudo aparece la dimensión familiar, como ámbito en el que lo público y lo personal se articulan de modo complejo. En esta disputa, no están excluidas las pasiones: el enojo, la culpa, la indignación, la distancia impostada, el dolor.En <i>Cuatreros</i>, la voz singular y dolida de Carri habla la historia, de un modo que ella no se permitió hacerlo en <i>Los rubios</i>, el antecedente directo con el que <i>Cuatreros </i>va a medirse. Carri hace un ajuste de cuentas consigo misma. No hubo una superación del duelo que, por lo visto y oído, no termina de hacerse. La familia postiza no prosperó y, en el marco de la militancia queer que durante el kirchnerismo logró la legalización del matrimonio igualitario, Albertina funda su propia familia junto a la escritora Marta Dillon. Tienen un hijo con triple filiación, junto con su amigo común, el diseñador Alejandro Ross. <i>Cuatreros </i>se filma en medio de la crisis matrimonial de Carri y Dillon, tal como la cineasta se encarga de decir en la película.</p><p style="text-align: justify;">La filiación de <i>Cuatreros </i>también es múltiple: en 2013, Lola Arias le encarga a Carri una lectura performática para el ciclo “Mis documentos”, un texto autobiográfico que la autora vuelve a citar en la película. En 2015, Carri hace una instalación en el Parque de la Memoria sobre la base de un trabajo archivístico, <i>Operación fracaso y el sonido recobrado</i>. La instalación incluye una sala cerrada con el título <i>Investigación del cuatrerismo</i>, con cinco pantallas de video en las que se ven simultáneamente materiales de archivo que finalmente <i>Cuatreros </i>va a agrupar en un solo plano. El archivo a la vez recoge parte del material que Carri acopió en su investigación para escribir varias versiones de un guión para una película sobre Isidro Velázquez, un cuatrero de los años 60 que su padre Roberto Carri había tomado como paradigma para el libro <i>Isidro Velázquez. Formas prerrevolucionarias de la violencia popular</i>. Los sucesivos intentos por hacer este guión fracasan y <i>Cuatreros </i>es el resultado paradójico de estos fracasos: irónicamente, los intentos de hacer una película que no podrá hacerse terminan tejiendo la trama de <i>Cuatreros</i>. Ya en el comienzo de <i>Los rubios</i> Carri le hacía leer a su doble de cuerpo Analía Couceyro un fragmento de <i>Isidro Velázquez...</i>, con una intención visiblemente distinta de la que va a otorgarle en <i>Cuatreros</i>.</p><p style="text-align: justify;">La película liga fracasos: ya se hizo una película sobre Isidro Velázquez, pero nadie la vio. Fue filmada por Pablo Szir entre 1970 y 1972 y está tan desaparecida como su director. Se titulaba <i>Los Velázquez</i>. La propia vida del bandido rural Isidro Velázquez termina en fracaso: muere en una emboscada que le prepara una maestra a la que él se liga sentimentalmente y que lo entrega a la policía apenas pocos años antes de que Roberto Carri escriba su libro. La caída del cuatrero prefigura la del propio Carri. <i>Cuatreros </i>condensa todos los fracasos para reconvertirlos en una especie de triunfo.</p><p style="text-align: justify;">Albertina Carri se vale de esta red de planes fallidos para recuperar el vínculo con su padre, de cuyo proyecto en Los rubios intentaba desligarse. En 2003, ella se mostraba desobediente del mandato de hacer la película sobre los padres desaparecidos que le marcaba el comité del INCAA. "<i>No quiero ser la hija de Carri, quiero ser yo, voy a fundar mi propia familia con mis compañeros de la FUC".</i> Su presunta desobediencia incluía una invisible obediencia a su clase. Carri le calzaba la peluca rubia a su dolor. <i>Cuatreros </i>es la respuesta de Carri a sí misma trece años después, cuando ya no tiene que presentarse como la sobrina de Adolfito.</p><p style="text-align: justify;">La película exhibe la imposibilidad de esquivar una filiación paterna que contradice los motivos por los que antes la crítica había aclamado <i>Los rubios</i> como la película del nuevo cine argentino que, por fin, terminaba con la historia. Trece años después, el fin de la historia terminó y Carri parece dispuesta a asumir el legado de su padre (no precisamente en el modo de la obediencia): dice sin pudor que, si ella hubiera estado en el lugar de sus padres, habría asumido la militancia política tal como ellos lo hicieron. La desobediente Albertina se atreve a mostrar la fragilidad de toda desobediencia. No necesita una familia sustituta porque tiene padres que busca infructuosamente en archivos fílmicos, sin encontrarlos. Pero comprende finalmente la misión de su existencia y el vínculo que la une a ellos, aun cuando se pregunte si ellos no le reprocharán sus actitudes tilingas, en el cielo, el infierno o el lugar donde se encuentren.</p><p style="text-align: justify;">Carri incluye una mirada problemática de su militancia <i>queer</i>. Ironiza sobre la hombría de Isidro Velázquez, juega con la blasfemia de ponerse de un lado y de otro de la empatía popular; imagina una versión gay de la historia de Velázquez que podría agregarle algo de gracia a una historia desoladora. En plena crisis matrimonial, declara el fracaso de su ilusión burguesa de fundar una familia a partir del matrimonio igualitario. Pero descubre la posibilidad de ligar la historia de su padre con la de su hijo: “¿Será mi hijo varón el que me lleva a Roberto, mi padre muerto? Si siempre dije que Isidro era una película de hombres, ¡que a mí no me vengan con películas de homosexuales encubiertos, dispuestos a dar la vida por el mejor amigo, por favor!”. El único plano actual que la película incluye fuera del material de archivo la muestra jugando feliz con su pequeño hijo.</p><p style="text-align: justify;">Carri disloca el dispositivo cinematográfico. Su voz <i>over</i>, de una pulsión novelesca arrolladora, puede ser disfrutada como un texto literario autónomo, cerrando los ojos, en un gesto que para la cinefilia pura puede sonar a herejía. La simultaneidad de pantallas, que en el plano ironizan, pervierten, multiplican los sentidos del texto y desafían al espectador a generar sus propios recorridos perceptivos no dictados por un montaje lineal, señala una dirección más allá del cine, en parentesco con la instalación. Análogamente a los vínculos dispares con los que la autora ensambla diversidades familiares problemáticas, <i>Cuatreros </i>forma parte de una familia problemática de obras ensambladas.</p><p style="text-align: justify;"><i>Cuatreros </i>estruja el cuerpo del cine, empuja las palabras, politiza las pasiones, historiza su identidad autoral, choca con el clima imperante de la pos-verdad y vence en cada fracaso.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: x-small;"><b>NOTAS</b></span></p><p style="text-align: justify;">1 Gonzalo Aguilar, <i>Otros mundos</i>, Santiago Arcos, Buenos Aires, 2006, p. 7.</p><p style="text-align: justify;">2 <i>Ibid</i>., p. 180. </p><p style="text-align: justify;">3 Nicolás Prividera, <i>El país del cine. Para una historia política del nuevo cine argentino</i>, Villa Allende, Los Ríos, 2014, pp. 17-18. </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi3_Jy_RzbNWufhSnVg-s7QLhw0_hxQ8NJZzduIGzBFnxLfL0yNFc7mXmGD2sp_AML1qy1d_8NMSngmYAEnX_1mSBIUonHFaH-8vrUnjM2gmy9th8dQuk-eDh5k-NFbeqmFdP_FujGfXSJWeBMAKBShi-Kr6ndxzBVS63uf6dhM7TjxMBtMBFwl4duaxA/s951/despues%20del%20nuevo%20cine.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="951" data-original-width="640" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi3_Jy_RzbNWufhSnVg-s7QLhw0_hxQ8NJZzduIGzBFnxLfL0yNFc7mXmGD2sp_AML1qy1d_8NMSngmYAEnX_1mSBIUonHFaH-8vrUnjM2gmy9th8dQuk-eDh5k-NFbeqmFdP_FujGfXSJWeBMAKBShi-Kr6ndxzBVS63uf6dhM7TjxMBtMBFwl4duaxA/w430-h640/despues%20del%20nuevo%20cine.jpg" width="430" /></a></div><div><br /></div><div style="text-align: justify;">* Este texto fue publicado originalmente en el libro <i><a href="https://tallerlaotra.blogspot.com/2018/12/despues-del-nuevo-cine.html">Después del nuevo cine. Diez miradas en torno al cine argentino contemporáneo</a> </i>(AAVV, editado por Emilio Bernini EUFyL, 2018). Decidí publicarlo ahora en la red, después de leer una nota de Horacio Verbitsky aparecida ayer domingo 31 de julio en <i>El Cohete a la Luna</i>, <a href="https://www.elcohetealaluna.com/las-vueltas-de-la-memoria/">"Las vueltas de la memoria"</a>. En dicha nota, a partir de la canción "<i>Que reste-t-il de nos amours</i>?" (1942) de Charles Trenet, que recuerda después de haberla escuchado en la reciente película de Prividera, <i>Adiós a la memoria </i>(2022), <a href="https://play.cine.ar/INCAA/produccion/8050">ahora exhibida en la plataforma <i>CineAr</i></a>, Verbitsky se refiere también a <i>M </i>de Prividera y relaciona ambas películas con las de Albertina Carri, <i>Los rubios</i> y <i>Cuatreros. </i></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Verbitsky señala algunas coincidencias entre las obras de Carri y Prividera: <i>"no sé si ambos directores se conocen, pero la opera prima de Carri, de 2003, tiene varios puntos de contacto con la de Prividera, entre otros el rechazo inocultable por quienes fuimos compañeros de militancia de los progenitores ausentes"</i>; y más adelante <i>"me quedó la impresión de que no es, como la de Albertina, una búsqueda de las claves de su historia familiar, sino una reflexión más abstracta sobre la memoria. Y sobre las diversas formas del olvido, voluntario, personal, colectivo o forzoso".</i> (Completo <a href="https://www.elcohetealaluna.com/las-vueltas-de-la-memoria/">acá</a>).</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Verbitsky empezó hace muchos años su carrera periodística como crítico cinematográfico y no es la primera vez que muestra su ojo avezado para el cine. Escribió entre otros varios textos sobre Leonardo Favio, Lucrecia Martel y la citada Albertina Carri, con quien mantiene una relación de amistad (la llama "Albert"). Sin embargo, esta nota, si bien destaca un vínculo real entre el cine de Prividera y el de Carri, comete desde mi punto de vista algunas imprecisiones. De hecho Verbitsky aclara:</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;"><i>"Debería verla de nuevo y completa, porque la agarré empezada y me atrapó, pero me quedó la impresión de que no es, como la de Albertina, una búsqueda de las claves de su historia familiar, sino una reflexión más abstracta sobre la memoria. Y sobre las diversas formas del olvido, voluntario, personal, colectivo o forzoso".</i></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">Entiendo que esta visión parcial le resta rigor a los apuntes de Verbitsky. Entonces me pareció oportuno publicar mi texto -escrito años antes del estreno de <i>Adiós a la memoria</i>- en el que me dediqué a analizar con detenimiento los vínculos que unen y los que separan el cine de Prividera del de Carri. Hay un diálogo evidente entre ambas obras, pero no se los puede asimilar sin más: en muchos aspectos sus perspectivas son incompatibles. </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">** Este párrafo hace referencia al año de publicación del libro, cuando mauricio macri presidía la Nación.</div></div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiE35B02n3FKyYnvz4U3Cs75DxyGpViTKAlzKLc6f77nTl0zu8Te47ANmmbud3Cw207FtpLvpkRFrikgu1O9fEyQhKIv-LlanpM8nK0eaPsgu_1GzV-DUfrDKaKgreCW-LyJBvgzEQV27wfcmrluTOfh-GmN1hQTRBnJouyvrKVntPSigieBSL7wIZDSw/s940/adios-a-la-memoria%20(1).jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="616" data-original-width="940" height="420" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiE35B02n3FKyYnvz4U3Cs75DxyGpViTKAlzKLc6f77nTl0zu8Te47ANmmbud3Cw207FtpLvpkRFrikgu1O9fEyQhKIv-LlanpM8nK0eaPsgu_1GzV-DUfrDKaKgreCW-LyJBvgzEQV27wfcmrluTOfh-GmN1hQTRBnJouyvrKVntPSigieBSL7wIZDSw/w640-h420/adios-a-la-memoria%20(1).jpg" width="640" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><span style="font-family: verdana; font-size: x-small;"><b><i>Adiós a la memoria</i></b></span></div>Oscar Cuervohttp://www.blogger.com/profile/15744374287487312025noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-3702496019912113605.post-75447437143285871862022-03-27T21:08:00.004-03:002022-03-27T22:40:37.809-03:00No es tu angustia, estúpido<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhYshT3ZJMG48qKaR24eUohBT7RSBf8utWx_61U4d97C2DxknlH9ThEmKEh9-FyOUgX6aRJWeDBq2Eh25KbSRxIkAV_8tCgRhkdYcUWf_yvO7Cq85WG0-4SEPFEnLTQY-DFm-XB_r6pRD_Iv5W3zGo3jczP4gtyoIH_N-HIP8jnFtB5mR7GguUmWS_0zw/s730/Madres-de-Plaza-de-Mayo.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="487" data-original-width="730" height="426" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhYshT3ZJMG48qKaR24eUohBT7RSBf8utWx_61U4d97C2DxknlH9ThEmKEh9-FyOUgX6aRJWeDBq2Eh25KbSRxIkAV_8tCgRhkdYcUWf_yvO7Cq85WG0-4SEPFEnLTQY-DFm-XB_r6pRD_Iv5W3zGo3jczP4gtyoIH_N-HIP8jnFtB5mR7GguUmWS_0zw/w640-h426/Madres-de-Plaza-de-Mayo.jpg" width="640" /></a></div><p style="text-align: justify;">por Juan Manuel Iribarren</p><p style="text-align: justify;">Sabemos que lo que sucede hoy en la Argentina es demasiado angustiante para ser procesado adecuadamente. Podemos imaginar que los sentimientos y los pensamientos de los sectores populares sin representación –el invisible precariado argentino– está tomando caminos imprevisibles de los que no sabemos nada. Podemos imaginar gran rabia, trastornos psíquicos, impotencia profunda, fuerte dolor, desplazamientos forzados, violencia, autolesiones. Pero con la angustia pasa como con todo: su representación social opera en forma ideológica. No podemos acceder a la angustia de los que están sufriendo verdaderamente y sólo tenemos acceso a la representación de la angustia de los que toman “decisiones” o de los que “piensan” el país. No tenemos prácticamente documento de quien laburando todo el día no puede acceder a los alimentos que necesita. No sabemos todas las familias destruidas por situaciones económicas más graves. Todos los golpes, indiferencias, desvalorizaciones, maltratos sufridos.</p><p style="text-align: justify;">Desde hace un buen tiempo que los intelectuales han monopolizado la angustia, y detrás de ellos los políticos. Casi toda la intelectualidad actual parece una gigantesca representación de la angustia por no poder hacer nada, por establecer una pluralidad de voces bien remunerada que parece inédita en la historia moderna, y a la vez no entrega una sola voz plural, ni una sola persona que pueda enraizar en algún proceso colectivo. Eso que Mark Fisher detectó en la “<i>impotencia reflexiva</i>” de la juventud y Bifo Berardi en los resultados de la profesionalización del trabajo cognitivo: “<i>el pensamiento crítico como una forma de sufrimiento</i>” sin cualidad terapéutica.</p><p style="text-align: justify;">Lo cierto es que nunca antes los intelectuales se habían divorciado tanto de la sociedad. Y no se trata de prejuicio anti-intelectualista ni nada parecido; se trata de precisar que cuando los discursos no dan con una voz plural, entonces hay angustia individual, narcisismo, alma bella y falsedad ideológica. Aparece todo lo que un intelectual detesta. Y hay, entonces, contradicción profunda.</p><p style="text-align: justify;">Con respecto a los políticos, no nos engañemos: su angustia es sobreactuada. Probablemente no lo sea frente a una guerra, pero sí frente a una crisis económica. Piensan en la gobernabilidad y sienten profundo stress, no angustia verdadera. Por eso a la política hay que exigirle actos de transformación y criticarle sus representaciones de angustia. Las representaciones de angustia, siempre y en todo lugar, son ideológicas y ante todo sirven para legitimar la desigualdad. </p><p style="text-align: justify;">Y el macrismo marcó la cancha, fueron ellos los que comenzaron con la angustia, con tener que hacer cosas que no querrían hacer, pero tienen que hacer en forma compulsiva. Y Alberto no fue rival: obedeció. Entendió la economía como la entendió el macrismo: cuestión de especialistas, que bajen los costos laborales, mistifiquemos la producción de empleo digno, dibuje maestro. Entendió la relación con los sectores populares como la entendió el macrismo: canje de planes por comunicación directa (aviso de incendio) con representantes de aquellos sectores populares movilizados en tiempos de crisis, pues el macrismo no está dispuesto a representarlos y Alberto tampoco: tiene diálogo y los escucha, medianamente alerta porque los mantiene en necesidad permanente. La oficina de Carolina Stanley continúa, Grabois nos puede avisar cuando esté por incendiarse. Y en cuanto a los medios: periodismo de guerra, pero esta vez con intereses corporativos distintos, vendettas comprensibles pero que agregan más confusión y enaltecen a la oposición. Pues si no se dieron cuenta, ellos están profundamente orgullosos de ser los villanos, pues en la modernidad villano y mártir y héroe se confunden, son cool. Y agradecen a C5N por haberles dado su lugar de estrellas.</p><p style="text-align: justify;">Con respecto al documento "<a href="https://www.telam.com.ar/notas/202203/586269-colectivo-fortalecer-gobierno-presidente.html">La unidad del campo popular en tiempos difíciles</a>", tiene una característica ya bastante común en nuestros días. Es un texto a favor de la gobernabilidad que se presenta como un texto a favor de la Unidad. Y no dice lo más importante: no se trata de circunstancias sociales y económicas en abstracto. Se trata de unas condiciones de gobernabilidad impuestas por la oposición política. Lo que bastaría para tornar evidente que “<i>la mejor estrategia en la etapa actual para enfrentar a las fuerzas de la derecha, la ultraderecha y el neoliberalismo</i>” no puede ser jamás aceptar las condiciones impuestas por esas fuerzas. En su polémica con el marxismo popular, Karl Polanyi escribió en 1949 lo siguiente:</p><p style="text-align: justify;"><i>“Todo esto debiera prevenirnos para no depender demasiado de los intereses económicos de ciertas clases al explicar la historia. Tal enfoque implicaría tácitamente la rigidez de tales clases en un sentido que sólo puede existir en una sociedad indestructible…</i></p><p style="text-align: justify;"><i>Por lo tanto, en última instancia es la relación de una clase con la sociedad en conjunto lo que proyecta su papel en el drama; y su éxito se determina por la amplitud y diversidad de los intereses que pueda servir, aparte de los propios. En efecto, ninguna política de un interés clasista estrecho puede salvaguardar bien ni siquiera ese interés, y esta regla tiene pocas excepciones. A menos que la alternativa al arreglo social sea un hundimiento en la destrucción total, ninguna clase crudamente egoísta podrá mantenerse en la delantera”</i></p><p style="text-align: justify;">Y justamente esta última oración es la que nos corresponde, una clase crudamente egoísta ha logrado poderes de extorsión inéditos en nuestra historia democrática, para que la alternativa al arreglo social sea vista por (casi) todos como un hundimiento en la destrucción total.</p><p style="text-align: justify;">Pues, no: hay opciones. Cuando queremos cumplir nuestros compromisos, queremos cumplir nuestros compromisos para ser considerados un país “serio”. Muy bien: tengamos la fiscalidad progresiva de los países “serios”. No un superficial impuesto a la riqueza, sino la búsqueda de una madurez fiscal que comience por implementar la profunda reforma que necesita el país para volverse viable. De lo que hoy hablan muchos economistas en el mundo mientras nuestros debates televisivos ponen a boxear a Keynes y Hayek, cuando discusiones que operaban eficazmente 40 años atrás ya no sirven más que para entretenimiento refinado. Hay más opciones: finanzas funcionales, monedas no convertibles, inclusive podríamos comenzar a leer a Silvio Gesell, estudiar la Teoría Monetaria Moderna y ver si tiene algo para decirnos. Pero no. Boludeo cósmico. Todo con tal de no enfrentar a la clase crudamente egoísta.</p><p style="text-align: justify;"><i>There is no alternative</i>. Realismo capitalista, angustia individual. Muy adentro.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj4-sSSgvFBdoP38q3IjLCSl0bRgfROFs-AQAStj5BkBTX5ng9PN4ZlE6-pgNFf_PPIg5kEwM8zkMZCO3wUvYtaq4SHM98kZmE7p-Un5xE5sCg0oz9ZawgkGBjo-lOXAF7gZfhz1k1gJS4fE0Sk7l6nd6VVIZ1fLqv_RH37L8kCzc_JhIrPolvZvIVN2g/s398/mAXIMO%20MIRADA.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="200" data-original-width="398" height="201" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj4-sSSgvFBdoP38q3IjLCSl0bRgfROFs-AQAStj5BkBTX5ng9PN4ZlE6-pgNFf_PPIg5kEwM8zkMZCO3wUvYtaq4SHM98kZmE7p-Un5xE5sCg0oz9ZawgkGBjo-lOXAF7gZfhz1k1gJS4fE0Sk7l6nd6VVIZ1fLqv_RH37L8kCzc_JhIrPolvZvIVN2g/w400-h201/mAXIMO%20MIRADA.jpg" width="400" /></a></div><p style="text-align: justify;"><span style="color: #2b00fe; font-family: Cuprum; font-size: large;">No es Maquiavelo, Alemán</span></p><p style="text-align: justify;">La carta de los intelectuales albertistas en ningún lugar menciona la gobernabilidad, pero no habla de ninguna otra cosa. Moderación no es firmeza diplomática en el contexto actual: es gobernabilidad bajo chantaje de una clase. Jorge Alemán sale a defender la moderación y como si se le hubiera olvidado aclarar algo, después de la respuesta de los intelectuales kirchneristas ("<a href="https://radiografica.org.ar/2022/03/22/moderacion-o-pueblo-la-carta-completa/">Moderación o pueblo</a>"), escribe unos apuntes bastante extraños sobre "<a href="https://www.pagina12.com.ar/409840-la-diferencia-entre-ideologia-y-politica">La diferencia entre ideología y política</a>". Y no entiende (o no quiere entender) muy bien la diferencia: la mistifica: “<i>realidades que se contaminan, se recubren, mantienen entre sí conexiones difíciles de desentrañar</i>” De la ideología afirma: “<i>sistema estable e imaginario que intenta una representación de la realidad"… “intenta”</i>…</p><p style="text-align: justify;">… (porque)<i> siempre se encuentran en ella elementos que la distorsionan…</i></p><p style="text-align: justify;"><i>…la ideología necesita de esa distorsión inconsciente para que sea estable en nuestra explicación del mundo. También le otorga su estabilidad, la inercia que las representaciones ideológicas mantienen a lo largo de su vida…</i></p><p style="text-align: justify;"><i>…no es nunca una mera traducción de la política…</i></p><p style="text-align: justify;"><i>…siempre hay una imposibilidad de recubrir enteramente la estabilidad de la ideología con la contingencia de la política...</i></p><p style="text-align: justify;"><i>…Una ideología que se imagina que la política es mera traducción de sus contenidos olvida que la política tiene su propio arte y sus reglas…</i></p><p style="text-align: justify;"><i>Una política que se olvida de la ideología que la inspiró tarde o temprano desemboca en una pura relación cínica con el Poder”</i></p><p style="text-align: justify;">Libre traducción e intervención del texto: si entendemos que la ideología es la representación de una realidad que permite la constitución de un sujeto, la ideología está bajo presión psíquica por las necesidades de instrumentalización política. La ideología necesita una explicación del mundo pero promueve actos que la refuercen en lo posible y produzcan cierta objetividad, y sin embargo esos actos no traducen la autonomía política original. Y esto ciertamente es más difícil de entender que lo inverso, que viene a ser el tema que nos ocupa: la política no es nunca mera traducción de la ideología. Y es curioso que el texto no se atreva a nombrar aquello que lo desvela y que todo el mundo puede comprender fácilmente y prefiera, en cambio, nombrar “<i>realidades que se contaminan</i>” y alguna especie de traducción mutua compleja cuando en realidad dice algo más simple. Dice: donde la política mantiene relativa autonomía, la ideología es distorsionada por cualquier concepto de autonomía, dado que la ideología exige obediencia. La ideología, lo repito, exige obediencia. Y no, el texto no dice eso de ningún modo, pero ciertamente “intenta” ocultarlo y se nota.</p><p style="text-align: justify;">¿Y cómo actúa, entonces, esa suerte de presión psíquica? Generando una angustia que se parece mucho a la autocompasión. Ninguna otra cosa son el primer documento albertista y el texto de Alemán, más que la “angustia” que sufren las convicciones ideológicas bajo la presión de las necesidades de la realpolitik. Nuestra explicación del mundo se vuelve estable gracias a esa distorsión. Que porquería todo, estamos tristes, pero con la confianza de ser realistas y la esperanza de ser comprendidos. Ok.</p><p style="text-align: justify;">Ahora bien, ¿es lícito entender la política como distorsión de una ideología? Alemán no se lo pregunta y recurre a Maquiavelo y afirma: “<i>La política posee una relativa autonomía, atravesada por contingencias, coyunturas, relaciones de fuerza, situaciones inesperadas y todo aquello que el genio de Maquiavelo, verdadero fundador del concepto de “autonomía de lo político”, designó con el término Fortuna.</i>”</p><p style="text-align: justify;">Es curioso que un analista lacaniano lector de Zizek, explique así la diferencia entre ideología y política. Difícil pensar que no entiende la política, habría que pensar que tuvo un lapsus pasajero y tratar de describirlo. Y en ese lapsus para Alemán la política se reduce a Maquiavelo, es decir, astucia y cálculo para conseguir y sostener el poder ante todo tipo de circunstancias, y en el peor de los casos cinismo. Pero autonomía política no es necesariamente autonomía del príncipe, para Spinoza política sería composición de cuerpos y fuerzas, aquello que implicaría una autonomía política de la multitud. Para Badiou y para el idealismo alemán, acontecimiento social. Para Zizek, una revuelta que no sea capturable por el discurso del Amo. Para 1968, pedir lo imposible. Para el pueblo no voy a decir lo que es, voy a decir lo que debería ser y lo que todos saben: aquel terreno donde se disputa lo posible.</p><p style="text-align: justify;">Y aquí está el mayor problema, pues esto puede ser interpretado de dos formas. Lo posible como un campo abierto, o lo posible como un campo cerrado. La hegemonía ideológica interpreta lo posible como un campo cerrado. Y esto hace que muchas veces se use esta frase en el sentido más conservador de la oración: la realpolitik. ¿Y qué hay de lo posible como un campo abierto? ¿No es acaso igualmente político? ¿Qué sería de la Perestroika- Glasnost sin la Primavera de Praga? Alemán olvida que lo posible no es necesariamente un campo cerrado. ¿Y por qué lo olvida?</p><p style="text-align: justify;">Porque asume la moderación como una posición política, y después de asumir la posición cínica del príncipe (pues eso es lo que quiso hacer) en realidad lo que descubre y evidencia es una posición ideológica (pues eso es lo que termina haciendo). Y aquí habría que recordar algunas cosas: Alberto no es príncipe, Alberto obedece a los intereses de una clase crudamente egoísta, busca la autonomía de la mera gobernabilidad más que la de la soberanía política, por lo cual Maquiavelo no nos sirve de entrada. Y toda esa “<i>Unidad para</i>” es falsa. Unidad por mera gobernabilidad en cuerda floja, extorsionada, hiriente.</p><p style="text-align: justify;">Alemán parece también decir: la ideología son los otros. Los que quieren romper la Unidad, los que no están de acuerdo con las coordenadas de las posibilidades realistas de nuestro tiempo. Pues no, tampoco. Las ideologías no se detectan tanto por las convicciones de cómo actuar ante una determinada situación, como por el hecho de que presentan sólo una única forma de actuación posible. La oposición a la ideología no es la política, sino el pragmatismo, pero en el sentido clásico del término: investigación de problemas y aplicación de soluciones sin presupuestos ideológicos, bastante distinto a su sentido más habitual, basado en la apropiación que las hegemonías ideológicas han hecho del término como sinónimo de única visión realista. Y a pesar de esto, la política puede ser pragmática, más que distorsión ideológica. Y no es este el lugar para demostrarlo, pero en la historia muchas veces ha sido así y lo seguirá siendo. En su capacidad de transformación de la realidad, la política ha demostrado ser superior a la ideología. </p><p style="text-align: justify;">Y escribís un texto donde sugerís que la ideología son los otros, pero la ideología sos vos, y a la vez no es tu ideología: y esa es tu verdadera angustia, no la traducción política de tu ideología, sino la instrumentalización ideológica de lo que entendes por autonomía política, es decir, la falta de conciencia de tu falta de autonomía política que a la vez traiciona tu ideología: lo contrario a Maquiavelo. No te preocupes, le pasa a todo el mundo. </p><p style="text-align: justify;">La mera afirmación de que no hay alternativa es justamente una posición ideológica y no política. Y queda claro que vulgariza la política, que no entiende las dimensiones revolucionarias del concepto. En el lapsus de Alemán, política es Maquiavelo y punto, pero Política fueron las Madres, fue toda resistencia civil imprevista, fueron los chalecos amarillos y fue miles de veces un desacuerdo profundo, una renuncia importante o una fractura. Por eso, Política también es lo que hoy Alberto identifica como narcisismo y Alemán como ideología. Política sería un movimiento ciudadano antimonopolio para bajar el precio de los alimentos, por ejemplo, si no asistiéramos al fracaso de la política en la sociedad argentina; que es la contraparte de la excesiva profesionalización política en la dirigencia y discursos semiautomáticos en la mayor parte del resto de la población, exaltada y dividida entre la indignación y la arenga. Y es cierto, la Argentina es un país complicado y se va a complicar más, pero la política no requiere necesariamente de un príncipe, Alemán. </p><p style="text-align: justify;">Y en el fondo parece un <i>mea culpa</i> por ponerse de un lado de la grieta con el que no está íntimamente de acuerdo, no quiere ser cómplice de lo que se viene. Todo bien con Maquiavelo, pero reducir la política a Maquiavelo puede traer estos problemas. Creer que la política es esencialmente astucia o cinismo, búsqueda y mantenimiento de poder. Sabemos que no es así, que olvidamos cosas que sabemos perfectamente. La vuelta de las Madres a la Pirámide de Mayo no era un acto ideológico, era un acto político, que no implicaba traducción o distorsión de ideología, ni la más mínima búsqueda de poder soberano. Y muy pocos de nosotros nos atreveríamos a afirmar que la astucia jugó un papel más importante que la desesperación. ¿No te parece? ¿Cómo querés llamarlo? ¿Estético? Terreno de lo posible como campo abierto, Alemán, el deber de un intelectual en tiempos de crisis es nunca olvidar eso.</p><p></p>Oscar Cuervohttp://www.blogger.com/profile/15744374287487312025noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-3702496019912113605.post-15730639719440877222022-03-27T06:00:00.002-03:002022-03-27T18:30:36.226-03:00"Sobre Poesía", José Lezama Lima<div class="kvgmc6g5 cxmmr5t8 oygrvhab hcukyx3x c1et5uql ii04i59q" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; margin: 0px; overflow-wrap: break-word; white-space: pre-wrap;"><div dir="auto" style="font-family: inherit; text-align: justify;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj0TrYNm_8JyASxQc9yLiHoBjnoImvMLCG3n8ZF218Hz73nFzjIQkZlfgexde97OHGq1IkFd_gI2ABSBH-PKzRMr74NQ5Iyc9FiQGLBD0TDjRfKzBZ4RP9y-P2rawjZHMfZ_pCMPtN1sfh5RqZFhQ6CJSt47EifPP-oL5ijL7oFv1R6hWCSEmZVSxxNRQ/s640/lezama%20lima.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="640" data-original-width="480" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj0TrYNm_8JyASxQc9yLiHoBjnoImvMLCG3n8ZF218Hz73nFzjIQkZlfgexde97OHGq1IkFd_gI2ABSBH-PKzRMr74NQ5Iyc9FiQGLBD0TDjRfKzBZ4RP9y-P2rawjZHMfZ_pCMPtN1sfh5RqZFhQ6CJSt47EifPP-oL5ijL7oFv1R6hWCSEmZVSxxNRQ/w480-h640/lezama%20lima.jpg" width="480" /></a></div><b><br /></b></div><div dir="auto" style="font-family: inherit; text-align: justify;"><b>Prólogo de Adolfo Bergerot</b>:</div><div dir="auto" style="font-family: inherit; text-align: justify;"><br /></div><div dir="auto" style="font-family: inherit; text-align: justify;">En 1988, a veinte años del llamado mayo francés, el master Carlos Iriart, con la productora Real de Catorce me encargó documentar lo que sucedía en Latinoamérica en esos meses de revuelta parisina, para un capítulo de ese inmenso programa que fue <i>Equinoccio</i>. Una de las joyas que rescaté en esa búsqueda tracción a sangre, en hemerotecas y bibliotecas madrileñas, es el texto sobre poesía de Lezama Lima que ahora comparto. Es extenso, pero merece el gusto.</div><div dir="auto" style="font-family: inherit; text-align: justify;"><br /></div><div dir="auto" style="font-family: inherit; text-align: center;">___________________________________________________________</div></div><div class="cxmmr5t8 oygrvhab hcukyx3x c1et5uql o9v6fnle ii04i59q" style="background-color: white; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space: pre-wrap;"><div dir="auto" style="font-family: inherit; text-align: center;"><span style="color: #2b00fe; font-size: medium;"><b><br /></b></span></div><div dir="auto" style="font-family: inherit; text-align: center;"><span style="color: #2b00fe; font-size: medium;"><b>"Sobre Poesía", José Lezama Lima</b></span></div><div dir="auto" style="color: #050505; font-family: inherit; font-size: 15px; text-align: center;"><br /></div></div><div class="cxmmr5t8 oygrvhab hcukyx3x c1et5uql o9v6fnle ii04i59q" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space: pre-wrap;"><div dir="auto" style="font-family: inherit; text-align: justify;">Existe una función creadora en el hombre, trascendental-orgánica, como existe en el organismo la función que crea la sangre. La poiética y la hematopoiética tienen idéntica finalidad. Instante en que lo orgánico se transforma en respirante, es decir, en que aparece el espacio asimilado, pues la respiración es el espacio asimilado que se devuelve. En una superficie de metal, ágata o piedra, el aire es refractado, devuelto; el vegetal lo incorpora, pero sin posibilidad de diálogo. El hombre -solamente asimila el espacio y lo devuelve como un logos, con un sentido, es el verbo. El verbo era Dios y Dios era el verbo, los dos espacios, el exterior y el interior, el visible y el invisible se comunican, o mejor, están ya en la unidad. La frase de Heráclito, <i>en el sueño el alma tiene ojos de lince</i>, y la de Bloy, <i>la mejor música es la respiración de los santos</i>, coinciden por igual la vigilia y el sueño, la agudeza y lo vegetativo, el oleaje y el mirador. En el sueño, tal como aparece en las teogonías, el alma unida al aliento universal se refugia entre las dos cejas, el O H M, por eso los antiguos afirmaban que si en el sueño golpeáramos esa región con un martillo de plata, el hombre muere. De tal manera que el verbo aparece como la imagen de lo estelar. Voz, verbo e imagen, trilogía que sólo acompaña al hombre. </div><div dir="auto" style="font-family: inherit; text-align: justify;"><br /></div><div dir="auto" style="font-family: inherit; text-align: justify;">En la respiración del hombre se conjuga por instantes el verbo, la voz, la imagen con lo telúrico de las entrañas. El espacio más secreto del hombre se transfigura en la llegada de lo estelar.</div></div><div class="cxmmr5t8 oygrvhab hcukyx3x c1et5uql o9v6fnle ii04i59q" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space: pre-wrap;"><div dir="auto" style="font-family: inherit; text-align: justify;">En el mundo griego se reemplaza esa imagen de lo estelar por la <i>terateia </i>y la identidad.</div></div><div class="cxmmr5t8 oygrvhab hcukyx3x c1et5uql o9v6fnle ii04i59q" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space: pre-wrap;"><div dir="auto" style="font-family: inherit; text-align: justify;"> Sobre el fondo de la identidad se verifican las incesantes metamorfosis, es decir, porque A es igual a A, este ciervo es aquel árbol, esta capa es el escudo de Aquiles.</div></div><div class="cxmmr5t8 oygrvhab hcukyx3x c1et5uql o9v6fnle ii04i59q" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space: pre-wrap;"><div dir="auto" style="font-family: inherit; text-align: justify;">Ejemplos de <i>terateia</i>: el fondo de Prometeo, en las rocas del Cáucaso recibe la visita de Io, de la familia de las inaqueas, perseguida por los tábanos por haberse negado a entregarse a Júpiter.</div></div><div class="cxmmr5t8 oygrvhab hcukyx3x c1et5uql o9v6fnle ii04i59q" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space: pre-wrap;"><div dir="auto" style="font-family: inherit; text-align: justify;">En la Hécuba, de Eurípides, más ejemplos de <i>terateia</i>, un muerto, un morador de las sombras, nos dice de pronto: <i>si vosotros, que tan espantados miráis, deseáis conocerme, sabed que yo soy el alma de Polidoro, hijo del rey de Príamo, que ahora vengo de las hondas cavernas del infierno, llenas de espanto y tinieblas, a ver otra vez esta lumbre del cielo</i>.</div></div><div class="cxmmr5t8 oygrvhab hcukyx3x c1et5uql o9v6fnle ii04i59q" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space: pre-wrap;"><div dir="auto" style="font-family: inherit; text-align: justify;"> Al surgir el mundo católico la poesía adquiere pesadumbre y gravitación.</div></div><div class="cxmmr5t8 oygrvhab hcukyx3x c1et5uql o9v6fnle ii04i59q" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space: pre-wrap;"><div dir="auto" style="font-family: inherit; text-align: justify;">Una frase de San Pablo: <i>Charitas omnia credit</i>, la caridad todo lo cree. Eterno juego de la balanza entre la gracia y la caridad, entre el demiurgo y el hombre.</div></div><div class="cxmmr5t8 oygrvhab hcukyx3x c1et5uql o9v6fnle ii04i59q" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space: pre-wrap;"><div dir="auto" style="font-family: inherit; text-align: justify;">Otra frase de San Pablo: <i>la fe es la sustancia de lo inexistente</i>, se substantiviza. Surge la máxima absurdidad en el hombre, es la máxima substantividad, la resurrección.</div></div><div class="cxmmr5t8 oygrvhab hcukyx3x c1et5uql o9v6fnle ii04i59q" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space: pre-wrap;"><div dir="auto" style="font-family: inherit; text-align: justify;">La totalidad de la creencia, de la fe, es la infinita posibilidad, es decir, la resurrección.</div></div><div class="cxmmr5t8 oygrvhab hcukyx3x c1et5uql o9v6fnle ii04i59q" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space: pre-wrap;"><div dir="auto" style="font-family: inherit; text-align: justify;">El <i>potens </i>aparece en los etruscos, el sí es posible. A esto se añade el latino <i>Hoc age</i>, hazlo. El <i>potens </i>por la imagen hace posible la sobrenaturaleza, el <i>virgo potens</i>.</div></div><div class="cxmmr5t8 oygrvhab hcukyx3x c1et5uql o9v6fnle ii04i59q" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space: pre-wrap;"><div dir="auto" style="font-family: inherit; text-align: justify;">Se escinde el mundo antiguo. La poesía griega fundamentada en la <i>terateia </i>y en la metamorfosis, y la nueva poesía fundamentada en la gracia, la caridad y la sobrenaturaleza.</div></div><div class="cxmmr5t8 oygrvhab hcukyx3x c1et5uql o9v6fnle ii04i59q" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space: pre-wrap;"><div dir="auto" style="font-family: inherit; text-align: justify;">Definición del <i>potens</i>: lo imposible moviéndose en la infinitud engendra un <i>potens </i>que es la imagen posible.</div><div dir="auto" style="font-family: inherit; text-align: justify;"><br /></div><div dir="auto" style="font-family: inherit; text-align: justify;">Cuando me acercaba a mi madurez, vi cómo lo cuantitativo, lecturas diversas, experiencias, esperas y apresuramientos, se iba trocando en cualitativo. Es el momento, según Descartes, en que la ceniza se convierte en cristal.</div></div><div class="cxmmr5t8 oygrvhab hcukyx3x c1et5uql o9v6fnle ii04i59q" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space: pre-wrap;"><div dir="auto" style="font-family: inherit; text-align: justify;">Frase del Abate Vogler. <i>Hacer de tres no un cuarto sonido sino un astro</i>.</div><div dir="auto" style="font-family: inherit; text-align: justify;"><br /></div><div dir="auto" style="font-family: inherit; text-align: justify;">Ese sentimiento está también en el pueblo. Véase la copla:</div><div dir="auto" style="font-family: inherit; text-align: justify;"><br /></div></div><div class="cxmmr5t8 oygrvhab hcukyx3x c1et5uql o9v6fnle ii04i59q" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space: pre-wrap;"><div dir="auto" style="font-family: inherit; text-align: justify;"> <i>Tres palabras suenan</i></div><div dir="auto" style="font-family: inherit; text-align: justify;"><i> al fin de tres sueños, </i></div><div dir="auto" style="font-family: inherit; text-align: justify;"><i> y las tres desvelan. </i></div><div dir="auto" style="font-family: inherit; text-align: justify;"><i> La primera es tu nombre, </i></div><div dir="auto" style="font-family: inherit; text-align: justify;"><i> la segunda es el nombre de ella.</i></div><div dir="auto" style="font-family: inherit; text-align: justify;"><i> te daré más que me pidas,</i></div><div dir="auto" style="font-family: inherit; text-align: justify;"><i> si me dices la tercera. </i> </div><div dir="auto" style="font-family: inherit; text-align: justify;"> </div></div><div class="cxmmr5t8 oygrvhab hcukyx3x c1et5uql o9v6fnle ii04i59q" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space: pre-wrap;"><div dir="auto" style="font-family: inherit; text-align: justify;">El Uno, la díada, el terciario, el fervor del <i>ascendit</i>, los invade y recorre.</div></div><div class="cxmmr5t8 oygrvhab hcukyx3x c1et5uql o9v6fnle ii04i59q" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space: pre-wrap;"><div dir="auto" style="font-family: inherit; text-align: justify;">Desde la <i>tetractis </i>(Dios, la justicia apolínea, el juramento, la pirámide, la invocación) hasta el septenario, el ritmo (din don din don din don din) se establece una pausa, lo que nuestros clásicos llamaban un retiramiento, que es el que llena la <i>poiesis</i>, la poesía.</div><div dir="auto" style="font-family: inherit; text-align: justify;"><br /></div></div><div class="cxmmr5t8 oygrvhab hcukyx3x c1et5uql o9v6fnle ii04i59q" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space: pre-wrap;"><div dir="auto" style="font-family: inherit; text-align: justify;">Caminos de la poesía:</div><div dir="auto" style="font-family: inherit; text-align: justify;"><br /></div><div dir="auto" style="font-family: inherit; text-align: justify;">a) La <i>ocupatio </i>de los estoicos. El agua que se prolonga tapa todas las grietas.</div></div><div class="cxmmr5t8 oygrvhab hcukyx3x c1et5uql o9v6fnle ii04i59q" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space: pre-wrap;"><div dir="auto" style="font-family: inherit; text-align: justify;">b) Las vivencias oblicuas, el conmutador que se enciende engendra un cascada en el Ontario.</div></div><div class="cxmmr5t8 oygrvhab hcukyx3x c1et5uql o9v6fnle ii04i59q" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space: pre-wrap;"><div dir="auto" style="font-family: inherit; text-align: justify;">c) El súbito. <i>Vogel</i> (pájaro), <i>Vogel bauer</i> (jaula para pájaro), <i>Vogelon</i> (el acto sexual).</div></div><div class="cxmmr5t8 oygrvhab hcukyx3x c1et5uql o9v6fnle ii04i59q" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space: pre-wrap;"><div dir="auto" style="font-family: inherit; text-align: justify;">d) Lo hipertélico. Destruye al crear. Acto que va más allá de su finalidad.</div></div><div class="cxmmr5t8 oygrvhab hcukyx3x c1et5uql o9v6fnle ii04i59q" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space: pre-wrap;"><div dir="auto" style="font-family: inherit; text-align: justify;">e) El icneumón. La rata del faraón que se come los huevos del cocodrilo, si no las márgenes del Nilo serían inhabitables.</div></div><div class="cxmmr5t8 oygrvhab hcukyx3x c1et5uql o9v6fnle ii04i59q" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space: pre-wrap;"><div dir="auto" style="font-family: inherit; text-align: justify;">f) Es creíble porque es increíble: el hijo de Dios murió.</div></div><div class="cxmmr5t8 oygrvhab hcukyx3x c1et5uql o9v6fnle ii04i59q" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space: pre-wrap;"><div dir="auto" style="font-family: inherit; text-align: justify;">g) Es cierto porque es imposible: y después de muerto resucitó.</div></div><div class="cxmmr5t8 oygrvhab hcukyx3x c1et5uql o9v6fnle ii04i59q" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space: pre-wrap;"><div dir="auto" style="font-family: inherit; text-align: justify;">h) La resurrección: se siembra en un cuerpo material, pero se renace en un cuerpo espiritual.</div></div><div class="cxmmr5t8 oygrvhab hcukyx3x c1et5uql o9v6fnle ii04i59q" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space: pre-wrap;"><div dir="auto" style="font-family: inherit; text-align: justify;">Superación de la frase de Heidegger: el hombre es un ser para la muerte. ¿Y el poeta? Es el ser que crea la nueva causalidad de la resurrección.</div><div dir="auto" style="font-family: inherit; text-align: justify;"><br /></div></div><div class="cxmmr5t8 oygrvhab hcukyx3x c1et5uql o9v6fnle ii04i59q" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space: pre-wrap;"><div dir="auto" style="font-family: inherit; text-align: justify;"><b>Poesía, poema y poeta</b></div></div><div class="cxmmr5t8 oygrvhab hcukyx3x c1et5uql o9v6fnle ii04i59q" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space: pre-wrap;"><div dir="auto" style="font-family: inherit; text-align: justify;">Épocas de gran poesía sin poetas. Desde Augusto hasta el siglo XIII, en que aparece el Dante, no hay en Europa grandes poetas. Sin embargo, es el período merovingio (Carlomagno) y de la construcción de las grandes catedrales.</div></div><div class="cxmmr5t8 oygrvhab hcukyx3x c1et5uql o9v6fnle ii04i59q" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space: pre-wrap;"><div dir="auto" style="font-family: inherit; text-align: justify;">Poema: un espacio resistente entre la progresión de la metáfora y el cubrefuego de la imagen.</div></div><div class="cxmmr5t8 oygrvhab hcukyx3x c1et5uql o9v6fnle ii04i59q" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space: pre-wrap;"><div dir="auto" style="font-family: inherit; text-align: justify;">Poeta: el que toca ese espacio resistente, como posibilidad. </div></div><div class="cxmmr5t8 oygrvhab hcukyx3x c1et5uql o9v6fnle ii04i59q" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space: pre-wrap;"><div dir="auto" style="font-family: inherit; text-align: justify;">Poesía: las esencias expresadas por las eras imaginarias.</div></div><div class="cxmmr5t8 oygrvhab hcukyx3x c1et5uql o9v6fnle ii04i59q" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space: pre-wrap;"><div dir="auto" style="font-family: inherit; text-align: justify;">"Como la verdadera naturaleza se ha perdido, todo puede ser naturaleza", Pascal. Poner la imagen sustituyendo a la naturaleza.</div></div><div class="cxmmr5t8 oygrvhab hcukyx3x c1et5uql o9v6fnle ii04i59q" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space: pre-wrap;"><div dir="auto" style="font-family: inherit; text-align: justify;">Eliminación de todo dualismo, de la causalidad, de las diecisiete categorías kantianas y de lo condicionado kantiano.</div></div><div class="cxmmr5t8 oygrvhab hcukyx3x c1et5uql o9v6fnle ii04i59q" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space: pre-wrap;"><div dir="auto" style="font-family: inherit; text-align: justify;">Los <i>experimentis sortes</i>. Hay que experimentar un poco el azar.</div></div><div class="cxmmr5t8 oygrvhab hcukyx3x c1et5uql o9v6fnle ii04i59q" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space: pre-wrap;"><div dir="auto" style="font-family: inherit; text-align: justify;">Aquella <i>terateia</i>, maravilla y excepción, para los griegos; lo maravilloso natural, la <i>Fata Morgana</i> de los surrealistas, están en la revolución. El poeta se sacraliza en las eras imaginarias, cuya raíz es la revolución.</div></div><div class="cxmmr5t8 oygrvhab hcukyx3x c1et5uql o9v6fnle ii04i59q" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space: pre-wrap;"><div dir="auto" style="font-family: inherit; text-align: justify;">La poesía, el ser causal para la resurrección, vence a la muerte.</div></div><div class="cxmmr5t8 oygrvhab hcukyx3x c1et5uql o9v6fnle ii04i59q" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space: pre-wrap;"><div dir="auto" style="font-family: inherit; text-align: justify;"> </div><div dir="auto" style="font-family: inherit; text-align: justify;">(Ponencia presentada por Lezama Lima en el Congreso Cultural de La Habana en enero de 1968. Fue publicada en la revista <i>El Caimán Barbudo</i> en marzo de ese mismo año.<span style="font-family: inherit;">"El Caimán Barbudo". La Habana, marzo de 1968</span><span style="background-color: transparent;"> </span></div></div>Oscar Cuervohttp://www.blogger.com/profile/15744374287487312025noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3702496019912113605.post-85876866161840724732022-03-07T04:44:00.007-03:002022-03-07T05:34:50.190-03:00Pasolini: Sin sombras, la victoria no da luz<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEghvW6Da6MW-pduCVQPhlzCWWGr4lN_S2EROhlQo5EikLWhe7-VC0P-Yyccr7q8vfc26ghKlSDm7tcwdNlanNh45jL6FQ7lB4azidlyKmc3kzkfONDfZ_GZmwSESIauGBOUxcK_c1Uh_DiF3aEWA8gleEMtZKHNb_Wd3Tx2chDUig9H2Pc539zZBCfCcQ=s845" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="437" data-original-width="845" height="330" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEghvW6Da6MW-pduCVQPhlzCWWGr4lN_S2EROhlQo5EikLWhe7-VC0P-Yyccr7q8vfc26ghKlSDm7tcwdNlanNh45jL6FQ7lB4azidlyKmc3kzkfONDfZ_GZmwSESIauGBOUxcK_c1Uh_DiF3aEWA8gleEMtZKHNb_Wd3Tx2chDUig9H2Pc539zZBCfCcQ=w640-h330" width="640" /></a></div><p style="text-align: justify;">por Oscar Cuervo</p><p style="text-align: justify;">El reciente 5 de marzo se cumplió el centenario del nacimiento de Pier Paolo Pasolini (Casarsa, Bologna). Y el 10 de junio próximo se cumplirán 40 años de la muerte de Rainer Werner Fasbinder. Es es por consiguiente un año pasoliniano/fassbinderiano, lo cual condensa la más potente conjunción del cine contemporáneo, dos de los artistas más vigentes del siglo pasado. No son precisamente dos de las figuras más fetichizadas por las sectas cinéfilas. Será interesante constatar cuántos festivales nacionales e internacionales rememoran la fuerza incandescente de dos cineastas que interpelan al presente como pocos de los que están en actividad.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjebhxa-SG6SsABN1Sc0bmMy6IvEujHolLJ-Q9dLsCvfoTGHGP5wfhX7PO2yGG9AuNmeMlye0AFAMPj1wcsYBVCXikSz5QkkuW1zstktgELsnDWayoQbUskH3vg8_QCLVX2k-1559bJer2xCzdlwdqj6o4U4eCoOwu0gaFiJXZLMhBXjJ8lBer6uZpvgw=s888" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="888" data-original-width="640" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjebhxa-SG6SsABN1Sc0bmMy6IvEujHolLJ-Q9dLsCvfoTGHGP5wfhX7PO2yGG9AuNmeMlye0AFAMPj1wcsYBVCXikSz5QkkuW1zstktgELsnDWayoQbUskH3vg8_QCLVX2k-1559bJer2xCzdlwdqj6o4U4eCoOwu0gaFiJXZLMhBXjJ8lBer6uZpvgw=w462-h640" width="462" /></a></div><p style="text-align: center;"><span style="color: #2b00fe; font-family: Cuprum; font-size: medium;">Pasolini, el inaceptable *</span></p><p style="text-align: center;"><b><span style="font-size: medium;">I</span> </b></p><p style="text-align: justify;">La decisión de Pasolini de ponerse a filmar, hace ya 58 años, <i>El Evangelio según Mateo</i>, tiene para nosotros un atractivo irresistible. Y esto tanto por aquella situación en la que Pasolini decide encarar este proyecto, como por esta desde la cual nosotros hoy vemos el film. </p><p style="text-align: justify;">Pasolini es un ateo filmando el Evangelio. </p><p style="text-align: justify;">Dice: «yo no creo que Cristo sea hijo de Dios, porque no soy creyente –al menos en la conciencia–. Pero creo que Cristo es divino: o sea, creo que en Él la humanidad ha llegado a ser tan alta, tan rigurosa, tan ideal, que va más allá de los límites comunes de la humanidad...» * </p><p style="text-align: justify;">Dice algo que no cabe en la cabeza de ningún comunista, de ningún librepensador para quien la Ilustración sea su condición natural. Y Pasolini es comunista, es el más librepensador de los iluministas. </p><p style="text-align: justify;">(Habría que aclarar el carácter herético del comunismo de Pasolini, habría que aclarar que fue expulsado de PCI por su "decadentismo estético”; en realidad esos son los motivos eufemísticos que alegaron los comunistas cuando expulsaron a Pasolini, pero en realidad lo expulsaron debido a las denuncias que lo señalaban como pedófilo: un par de menores de edad de Casarsa -un pueblito de la región del Friuli del cual Pasolini era dirigente comunista- dijeron que habían mantenido contactos sexuales con él: y eso es inaceptable para un comunismo urgido de aceptabilidad: </p><p style="text-align: justify;">«Nos basamos en los hechos que han determinado un grave expediente disciplinario a nombre del poeta Pasolini –decía L’Unità, órgano de prensa del partido comunista italiano el 29 de octubre de 1949- para denunciar, otra vez más, las deletéreas influencias de ciertas corrientes ideológicas y filosóficas de los distintos Gide, Sartre y de otros tantos poetas y literatos decadentes que quieren hacerse pasar por progresistas, pero que en realidad recogen los más deletéreos aspectos de la degeneración burguesa.» (Y, pensándolo bien, quizá no lo hayan expulsado por degenerado, quizá esa haya sido sólo una coartada: quizá muy pronto les quedó claro que Pasolini era un inaceptable)). </p><p style="text-align: justify;">Pasolini es capaz de albergar ideas en su cabeza que lo hacen un inaceptable, hasta para sus camaradas comunistas. Y, por ser inaceptable, es poeta. Porque la poesía no es para él un nicho estético donde esconderse del mundo. La poesía es una posición de resistencia frente a un mundo inaceptable, es la lengua insigne de los que no aceptan. </p><p><i>Pero hay una raza que no acepta coartadas, </i></p><p><i>una raza que en el instante en que ríe </i></p><p><i>se acuerda de su propio llanto, y en el llanto, de su risa </i></p><p><i>una raza que no se exime ni siquiera un día, ni una hora, </i></p><p><i>del deber de la presencia airada, </i></p><p><i>de la contradicción en que la vida no concede </i></p><p><i>jamás adaptación alguna, una raza que hace </i></p><p><i>de su propia dulzura un arma que no perdona. </i></p><p><i>Yo me enorgullezco de ser de esa raza. </i></p><p><i>Oh, muchacho, también yo, claro.» </i></p><p style="text-align: right;">“El sueño de la razón”, en <i>Poesía en forma de rosa</i>, 1961-1964 </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><span style="text-align: left;">Y es como poeta que Pasolini ama visceralmente al Cristo de Mateo: «El Evangelio –se dice mientras prepara la película- deberá estar basado en la pura poesía, no en una visión racionalista, marxista de la historia; deberá ser fruto de una “furiosa oleada irracionalista”». En medio de ese </span><i style="text-align: left;">pathos </i><span style="text-align: left;">se dispone a contar la vida de quien, con más derecho que nadie, puede ser llamado el Inaceptable (y que hoy, en 1964, digo, en 2022, sigue siendo tan inaceptable como hace 2022 años). </span></div><p>«Quiero añadir que nada me parece más contrario al mundo moderno que la figura de Cristo, suave en el corazón, pero nunca en la razón, decidido en el ejercicio de su libertad, como voluntad verificadora de la propia religión y como desprecio continuo de la contradicción y del escándalo.» </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhapn0GDh2JBN1OFDgqG2fgO_2UcSLiCHJVTSwgbmepv0PrPhFFdnXw2EIWDlBfA2UgJ5_Bj00RocgweahJczu500icG-T3RJucY42Om_QVR-oRZTW7ppHfomjgCDfCjvaHcbEyLowWm9fAtfKl8cVt86pDdA49g48S3txbh40m3OWwbUWY8IEX0jXDrg=s3543" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2361" data-original-width="3543" height="426" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhapn0GDh2JBN1OFDgqG2fgO_2UcSLiCHJVTSwgbmepv0PrPhFFdnXw2EIWDlBfA2UgJ5_Bj00RocgweahJczu500icG-T3RJucY42Om_QVR-oRZTW7ppHfomjgCDfCjvaHcbEyLowWm9fAtfKl8cVt86pDdA49g48S3txbh40m3OWwbUWY8IEX0jXDrg=w640-h426" width="640" /></a></div><p style="text-align: center;"><span style="font-size: medium;"><b>II </b></span></p><p style="text-align: justify;">La situación desde la cual nosotros vemos hoy la película: </p><p style="text-align: justify;">Una amiga, al enterarse en 2004 de que yo estaba preparando un <i>dossier </i>Pasolini para el número 4 de revista <i>La otra</i>, me preguntó de qué se trataba. Le conté que había llegado a mis manos una vieja revista española de 1965 en la que se relataban los pormenores de la realización, el estreno y el consiguiente debate que produjo en su momento <i>El Evangelio según Mateo</i>. Le conté que entre otros documentos muy interesantes, estaba la correspondencia que Pasolini había mantenido con miembros de la <i>Pro Civitate Christiana</i>, una agrupación católica a la cual Pasolini había acudido para asegurarse de que su película se atuviera al más estricto respeto a la doctrina cristiana. </p><p style="text-align: justify;">Mi amiga me responde: «claro, Pasolini vivió en una época en la que ser gay no era, para nada, gay. Y eso le debe haber producido un inmenso complejo de culpa...» </p><p style="text-align: justify;">Mi amiga es una respetable exponente de esa clase media para la cual la emancipación, la incredulidad, la ausencia de oídos para lo sagrado, es una conquista de su condición social. En el mejor de los casos, la fe puede asociarse al complejo de culpa. Y Pasolini tendría motivos para sentirse culpable, "si tenemos en cuenta el contexto histórico en el cual desarrolló su obra". </p><p style="text-align: justify;">Para una librepensadora tan encadenada a su emancipación como esta amiga que me hizo el comentario sobre Pasolini, el gesto del poeta y cineasta comunista decidido a filmar el Evangelio es inaceptable, todavía hoy. Y es por eso que Pasolini lo filmó. Porque siempre se colocó en posiciones en las cuales no le sería posible ser aceptado. </p><p style="text-align: justify;"> A nosotros el Evangelio no puede resultarnos sino inaceptable. Estamos preparados para comprenderlo todo y siempre situamos cada fenómeno cultural en su contexto. Así podemos comprender el Evangelio como un producto cultural circunscripto en determinadas coordenadas históricas, así podemos comprender la religiosidad de las masas populares como una expresión de su todavía no alcanzada emancipación. </p><p style="text-align: justify;">A los librepensadores nos gusta hablar de política, de policiales, de piqueteros, de mass media, de grandes relatos, de psicología, de teología, de urbanismo, de estética, de semiótica, de merchandising, de probabilística, de bailística, de clacisismo, de modernismo, de postmodernismo, de <i>Hadewijch</i>, de diversidad sexual, de capacidades diferentes, de arte pop, de canciones tontas, de panorámicas, de <i>bitcoins</i>, del <i>live update</i>, del spam, de PTA, de DC, de Pixar... </p><p style="text-align: justify;">Pero nosotros, librepensadores, encadenados a nuestra emancipación como a la adquisición a la que no somos capaces de renunciar, tan capacitados para comprender cada cosa en su contexto, hay algo que no podemos aceptar: el Evangelio. Y otra cosa más: que un comunista librepensador, el más librepensador de los comunistas, Pasolini, sea capaz de filmar el Evangelio sin el menor rastro de ironía, de parodia, de sarcasmo, sin un solo guiño a nuestra conquistada emancipación.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEiXA8jscfaGnvqQjazVrI4Mom9CoSv9-L6L6qOzYcQOYekvtj42itw1EFM9_6NJ59tFZeuqny7pbYzHtW8B9NpLwZ7BdARgVDQDjy7r17q3H4cnC_rBiy1ZjmLEcN7pPiIIlqMMXoyayzYhhiU0J5FgRB0A_H7MfTq0J8nsm8McMyyOVjvwO9_KTMl2UA=s800" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="603" data-original-width="800" height="482" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEiXA8jscfaGnvqQjazVrI4Mom9CoSv9-L6L6qOzYcQOYekvtj42itw1EFM9_6NJ59tFZeuqny7pbYzHtW8B9NpLwZ7BdARgVDQDjy7r17q3H4cnC_rBiy1ZjmLEcN7pPiIIlqMMXoyayzYhhiU0J5FgRB0A_H7MfTq0J8nsm8McMyyOVjvwO9_KTMl2UA=w640-h482" width="640" /></a></div><p style="text-align: center;"><span style="font-size: medium;"><b>III </b></span></p><p style="text-align: justify;">Pero, ¿quién es Pasolini, el hombre que, hace ya casi 60 años, se siente llamado a hacer un film sobre <i>El Evangelio según Mateo</i>? Podríamos decir rápidamente: “poeta, cineasta, semiólogo, pensador, militante”, palabras que también le cabrían a muchos otros y con eso quedaría más o menos respondida la cuestión de qué es. Pero en ese caso no habríamos dicho quién es, ni siquiera habríamos puesto en foco el punto donde se intersectan los caminos del poeta, el cineasta, el semiólogo, el pensador y el militante. Y aún si lográramos ponerlo en foco, todavía faltaría decir qué es Pasolini para nosotros. Porque Pasolini es el nombre de una tensión que nos atraviesa, una cierta manera de liberar las fuerzas que nos traban, de abrirlas hacia el mundo y no quedar sofocados por ellas. </p><p style="text-align: justify;">Pasolini viene de antes, de mucho antes: su madre, Susana Colussi, maestra de escuela elemental, hija de una antigua familia de campesinos de Casarsa cuya existencia se puede rastrear hasta el siglo XV, es la persona que Pasolini amó desde el primer día de su vida hasta el último: </p><p><i>Es difícil decir con palabras de hijo </i></p><p><i>aquello a lo que en el corazón apenas me asemejo. </i></p><p><i>Tú eres la única en el mundo que sabe de mi corazón </i></p><p><i>lo que ha sido siempre, antes de cualquier amor. </i></p><p><i>Por eso debo decirte lo que es horrible reconocer: </i></p><p><i>en el seno de tu gracia nace mi angustia. Eres insustituible. </i></p><p><i>Por eso está condenada a la soledad la vida que me has dado... </i></p><p style="text-align: right;">“Súplica a mi madre” de <i>Poesía en forma de rosa </i></p><p style="text-align: justify;">Cuando Pasolini comienza a escribir poesía, lo hace en friulano, el dialecto de su madre. Cuando filma el Evangelio, pone a su madre en el rol de María, la madre de Jesús. La fidelidad de Pier Paolo a ella durará todo lo que dure su obra (y dura todavía). </p><p style="text-align: justify;">El padre, Carlos Alberto Pasolini, teniente de infantería, heredero de una familia noble venida a menos, es un hombre enredado con el fascismo, con el alcohol y con la desconfianza. Su matrimonio con Susana Colussi será desgraciado, su autoridad apenas logrará una sumisión formal que mantendrá a la familia en el encono, lo que no hará más que fortalecer el vínculo entre madre e hijo. Sólo muchos años después de que el padre muera, Pasolini rescatará en su memoria el vínculo de ternura y sensualidad que lo ligaba a ese hombre que fue para él un desconocido. </p><p style="text-align: justify;">Novela familiar como muchas otras. Pero la singularidad de Pasolini consiste en haberla experimentado no como una neurosis pequeño-burguesa, no como una coartada para vivir en la amargura (como hace la gente normal), sino como un don y como una oportunidad. Alguna vez dijo: los problemas de la vida no hay que resolverlos, hay que vivirlos. Su vínculo con lo arcaico, con el habla dialectal, sus amados rostros campesinos; pero también su proyecto burgués, su empresa emancipadora, su “carrera” artística, la asunción de su sexualidad, su militancia anti-fascista y su nostalgia por una autoridad legítima: así pudo abrir ese nudo, abrir su sentido, plantarlo en el mundo, ponerlo en obra. Su obra trabaja sobre esa tensión sin renunciar nunca a ella, al contrario: manteniéndola tanto como sea posible. </p><p style="text-align: justify;">(Es difícil, hablando de Pasolini, sortear el peligro del biografismo. Pero hay una manera: este semiólogo, que quiere descifrar la lengua de la realidad, escribe al vivir: escribe lo que vive pero también vive lo que escribe. Su singularidad es capaz de comunicarse y comunicarnos, no hablando la lengua universal de la ciencia, sino poetizando: es decir, dándole nombre a las fuerzas que lo agitan).</p><p style="text-align: justify;">«No he tenido, por decirlo así, formación religiosa. Mi padre no creía en Dios. Si iba los domingos a misa, sólo era por respeto a una institución garantizadora del orden social. Practicaba externamente, por todas las razones que llevan a un hombre de derecha a bautizar a sus hijos, a casarlos ante el sacerdote... Mi madre mantenía las tradiciones religiosas de la mayor parte de los campesinos. Su fe era la prolongación de su poesía o, como dicen los teólogos, una religión natural. Por lo tanto, yo no he sufrido ninguna presión religiosa. Las únicas veces que me hacía la rata era para escapar al catecismo. La enseñanza del catecismo me resultaba insoportable. El colegio de curas me resultaba el peor de los presidios». </p><p style="text-align: justify;">A mediados de la década del 50 le escribe al poeta católico Carlo Betocchi: «En cuanto a la pregunta “¿qué es la realidad?”, su cultura burguesa y cristiana ya tiene preparada la respuesta. Y, sobre tal base, la eventual interpretación marxista sólo puede ser rechazada. Ahora yo lo envidio a usted y a los de su generación que ya tienen preparada esa respuesta: y envidio a los que creen en la respuesta aún potencial de la filosofía marxista. Yo me encuentro en el vacío, ni aquí (si bien todavía aquí por la violencia de la memoria, por la coacción de una infancia y de una educación) ni allá (si bien ya en la aspiración, en la simpatía por una vida que se renueve, y proponga una fe, si no otra cosa, en su ser en acto). Todo esto es escandaloso. (...) Pero siempre una posición sincera es escandalosa, este es uno de los conceptos absolutos del cristianismo, ¿no es verdad? A mí no me falta valor, pero siento que en este momento una elección sería un acto desesperado: un acto irracional, que requiere una forma de misticismo, si me decidiera por el “allí”; y un acto renunciador, peligrosamente viciado, si me asentase definitivamente –a gozar éxtasis católicos y exquisitamente burgueses- “aquí”». </p><p style="text-align: justify;">A Pasolini no le falta valor: al contrario, es su enorme valor lo que le permite no resolver los problemas, sino vivirlos. Sería más cómodo refugiarse en una visión católica de la existencia, sentirse parte de una iglesia consoladora que reconforte su espíritu, cerrar las heridas, olvidar (todos quieren olvidar). Pero Pasolini no es lo bastante burgués para aspirar a ese confort, prefiere la intemperie. </p><p style="text-align: justify;">El marxismo le ha enseñado que el cielo que promete la religión es el mundo al revés de la miseria material, una ilusión para soportarla mejor: «la religión es la realización fantástica de la esencia humana, porque la esencia humana carece de verdadera realidad (...). La miseria religiosa es a la vez la expresión de la miseria real y la protesta contra la miseria real. La religión es el suspiro de la criatura abrumada, el sentimiento de un mundo sin corazón, así como es el espíritu de una situación sin espíritu» (Karl Marx, <i>Crítica a la filosofía del derecho de Hegel</i>). </p><p style="text-align: justify;">Pero es ese mismo valor de Pasolini, su mismo amor por la verdad, lo que le hace descubrir muy pronto que el comunismo también tiene preparada una respuesta a la pregunta por la realidad, y resulta así otra variante de la religión: la promesa de una historia progresiva, el cielo en la tierra. Con el agravante de que el cielo comunista promete saciar el hambre de pan, pero olvida que no sólo de pan vive el hombre. Si el comunismo es impotente para producir una verdadera alteridad en este mundo sin corazón, si sólo termina proponiendo una mera alternativa a él, es porque no tiene oídos para lo sagrado. En eso, Marx es sólo otra variante del iluminismo moderno, que ha venido a abolir lo sagrado; y sus seguidores, los marxistas, terminarán por reducir todo a un reparto equitativo del pan. </p><p style="text-align: justify;">Pasolini necesitará cada día del resto de su vida para descubrir y volver a descubrir que la izquierda pretende una felicidad idéntica a la de los explotadores. Y así, «una lucha definida verbalmente como revolucionaria marxista-leninista se degrada en una lucha civil vieja como la burguesía, esencial para la existencia misma de la burguesía».(<i>Cartas luteranas</i>, 1975) </p><p style="text-align: justify;">Cuando en sus últimos años de vida alce su voz para denunciar los efectos devastadores que la revolución neocapitalista produce sobre el hombre y sobre el mundo, ya sabrá muy bien que contra esta mutación antropológica el comunismo no puede hacer nada porque, en un punto decisivo, burgueses y comunistas son lo mismo: «Porque hay una idea conductora que es común a todos: la idea de que el peor de los males del mundo es la pobreza, y que por tanto la cultura de las clases pobres debe ser sustituida por al cultura de las clases dominantes». (<i>Cartas luteranas</i>) </p><p style="text-align: justify;">«A algunos críticos de obediencia católica les ha molestado que sea un marxista el que se apropie de esta historia: son exégetas ultraconservadores de un relato que, por otra parte, casi no leen. Me reprochan una ingerencia que debe pisotear sus derechos. Pero me pregunto, ¿cuáles? No me molestan demasiado y, en todo caso, mucho menos que los elogios que he recibido de los organismos católicos. (...) Por otro lado, los críticos marxistas han objetado mi elección del tema, así como la “falta de compromiso” con la que, según ellos lo he tratado. Realmente, yo habría podido hacer la historia de Cristo dándole el aspecto de un agitador político y habría tenido el nihil obstat de los marxistas oficiales. No lo hice así porque va contra mi naturaleza profunda desacralizar cosas y personas. Al contrario, tiendo a sacralizarlas lo más posible». </p><p style="text-align: justify;">Como militante comunista forma parte de las fuerzas modernizantes que ayudan a disolver las estructuras sociales del clerical-fascismo, cuya opresión ha sufrido en carne propia; como poeta, cineasta y semiólogo, aprende a descifrar la lengua en que nos habla la realidad, dispone su oído a escuchar antiguas palabras nunca escritas; y al escucharlas advierte que esa modernidad que él mismo promueve acabará borrando todos los signos y arrasará el mundo. Y así descubre la escandalosa fuerza revolucionaria del pasado, la gracia de los siglos oscuros. </p><p><i>«Entonces, según usted -dice reticente, </i></p><p><i>mordisqueando el bolígrafo - ¿cuál es </i></p><p><i>la función del marxista?» Y se dispone a apuntar. </i></p><p><i>«Con... delicadeza de bacteriólogo... yo diría [balbuceo </i></p><p><i>preso en ardores de muerte] </i></p><p><i>mover las masas de ejércitos napoleónicos, estalinistas... </i></p><p><i>con miles y miles de anexos... de forma que... </i></p><p><i>la masa que se dice conservadora [del Pasado] lo pierda: </i></p><p><i>la masa revolucionaria, lo gane </i></p><p><i>reedificándolo en el acto de vencerlo... </i></p><p style="text-align: right;">“Una desesperada vitalidad”, <i>Poesía en forma de rosa</i></p><p style="text-align: center;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjDqp2we4TRNRDrOE4O2WtQqtWxgyl7YJVK1bPH1yhbMSAp4GFyuS96Fwj4es0-D-siz0t4_I_J5-JPXJb_2kSfCmCUzvegaRkDqpXFFfeR7X0T6-xoQA2L9lV6PrhyFKvubaTHLQWVDNJcRLjUBY3seG7sLtIhRhOMgCkP5gWVHY5b8GNsm99QGOJJjg=s1400" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1050" data-original-width="1400" height="480" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjDqp2we4TRNRDrOE4O2WtQqtWxgyl7YJVK1bPH1yhbMSAp4GFyuS96Fwj4es0-D-siz0t4_I_J5-JPXJb_2kSfCmCUzvegaRkDqpXFFfeR7X0T6-xoQA2L9lV6PrhyFKvubaTHLQWVDNJcRLjUBY3seG7sLtIhRhOMgCkP5gWVHY5b8GNsm99QGOJJjg=w640-h480" width="640" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><b><span style="font-size: medium;"><br /></span></b></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><b><span style="font-size: medium;">IV</span></b></div><div class="separator" style="clear: both;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both;">«Es una obra de poesía la que quiero hacer. (...) Siguiendo al pie de la letra las “aceleraciones estilísticas” del evangelio de Mateo, la funcionalidad bárbaro práctica de su relato, la abolición de los tiempos cronológicos, los saltos elípticos de la historia en los que están incluídas las “desproporciones” de los éstasis didascálicos (el estupendo, interminable, sermón de la montaña), la figura de Cristo debería tener, al final, la misma violencia de una resistencia: algo que contradiga radicalmente a la vida tal y como se está configurando para el hombre moderno, su gris orgía de cinismo, ironía, brutalidad práctica, compromiso, conformismo, glorificación de la propia identidad en las señas de identidad de la masa, odio hacia toda diversidad, rencor teológico sin religión...”. </div><div class="separator" style="clear: both;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both;">¿Pero cómo, "siguiendo al pie de la letra..."? Le ruego al lector que relea el párrafo anterior, su cambio brusco de registro: la figura de Cristo debería tener, al final, la misma violencia de una resistencia: algo que... Pasolini es un astuto semiólogo, así que cuando en su discurso produce estos giros (y su obra poética está llena de ellos), hay que detenerse a leer el giro, porque allí está condensado el sentido: en este caso, el pasaje desde las consideraciones estilísticas, digamos formales, del relato de Mateo, hacia la figura de Cristo. </div><div class="separator" style="clear: both;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both;">¿Es que hay una forma de hablar acerca de Cristo que hace aparecer la violencia de una resistencia? ¿una forma que contradice radicalmente a la vida tal y como se está configurando para el hombre moderno? ¿Es que hay otra forma de hablar acerca de Cristo que impide que aparezca la violencia de una resistencia, que no contradice sino que halaga al hombre moderno, su gris orgía de cinismo, ironía, brutalidad práctica, compromiso, conformismo? </div><div class="separator" style="clear: both;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both;">Lo que a Pasolini le encanta del Evangelio es el ajuste entre la historia de quien, con más derecho que nadie, puede ser llamado el Inaceptable (que hoy, en 1964, digo, en 2022, sigue siendo tan inaceptable como hace 2022 años) y la forma en que esa historia ha de ser contada. Se trata de una operación poética que es a la vez una intervención política: ¿cómo hablarle a hombres (¿a nosotros?) que están sumergidos en una gris orgía de cinismo, ironía, brutalidad práctica, compromiso, conformismo? </div><div class="separator" style="clear: both;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both;">Hay escollos que parecerían insuperables: el cretinismo de un poder eclesiástico aliado históricamente al fascismo es uno de ellos, pero no el único. También está el insanable cretinismo de una clase (¿nosotros?) para la cual la certeza de que no hay nada sagrado es una conquista social irrenunciable. Ambas cosas, el clerical-fascismo que transforma al Evangelio en una trampa para incautos y el liberalismo de una clase ilustrada a medias, quizá sean más solidarios de lo que a primera vista parecen. Y por eso Pasolini hace <i>El Evangelio según Mateo</i>, porque siempre se coloca en posiciones en las cuales no le será posible ser aceptado. </div><div class="separator" style="clear: both;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEg2zegm7O2-f2b4ItiCuSuDb7bBIG1XFQAGvNfo5sNqk_z970094COu1VjCMGQqxMPqMyMsMR7_CENK2FEZw0Lx07S7KYa8NomzXiS0Sc8Ofxm4o4iXXJTFqsj3tqXV7mhuuSx-B-gSY0ETALnNDmzBrklStUfZ6ySe4hFI9uV50cfIyEIvhIj8eTgUoA=s408" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="408" data-original-width="400" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEg2zegm7O2-f2b4ItiCuSuDb7bBIG1XFQAGvNfo5sNqk_z970094COu1VjCMGQqxMPqMyMsMR7_CENK2FEZw0Lx07S7KYa8NomzXiS0Sc8Ofxm4o4iXXJTFqsj3tqXV7mhuuSx-B-gSY0ETALnNDmzBrklStUfZ6ySe4hFI9uV50cfIyEIvhIj8eTgUoA=w628-h640" width="628" /></a></div><div class="separator" style="clear: both;"><br /></div></div><div style="text-align: justify;">Pero antes que responder a la posición de otros (clericales, fascistas, liberales, comunistas), el tratamiento cinematográfico que Pasolini hace del Evangelio responde a sus propias tensiones internas: «en mi película se abren abismos de distintas dimensiones. En <i>Accattone </i>era yo el que relataba, aquí no, porque yo no creo. En cambio, he debido narrar el Evangelio a través de los ojos de otro que no soy yo, es decir, de un creyente: he hecho un “discurso libre indirecto”. Esta “visión indirecta” ha presupuesto una contaminación entre quien cree y quien no cree, y de ella ha surgido una confusión magmática. La investigación técnica, la intuición estilística, ha precedido a la real profundización ideológica. Pero a ustedes se les escapa todo esto –reprocha Pasolini a sus críticos de izquierda- No advierten que he caminado por el filo de la navaja: evitando, por mi parte, una visión sólo histórica y humana y, por parte del creyente, una visión demasiado mítica». </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">“Visión indirecta” es el nombre que el semiólogo Pasolini le pone a su operación poética. Es una manera de fijar en un concepto la radical inquietud de su mirada, ese no poder establecerse ni aquí ni allá. Pero es esa inquietud la que resucita las palabras evangélicas. Porque si no, estas palabras son letra muerta: parte de una liturgia cristalizada para los católicos, o residuos de un contexto histórico ya fenecido para los marxistas; y entonces ya no nos hablan. Sólo quien está ni aquí ni allá puede sentirse interpelado por estas extrañas palabras, humanamente inaceptables: </div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div style="text-align: justify;">«No piensen que he venido a traer paz a la tierra. No he venido a traer paz, sino espada. Sí, he venido a enfrentar al hombre con su padre, a la hija con su madre, a la nuera con su suegra; y enemigos de cada cual serán los que conviven con él. «El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí. El que no toma su cruz y me sigue, no es digno de mí. El que encuentre su vida, la perderá; y el que pierda su vida por mí, la encontrará». (<i>Mt</i>., 10, 34-39).</div><div style="text-align: justify;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEiSs2X_TW-v-PyVat-BI_O0ol9j8mBJd1XiVLUbO1-OkdUMAGHlFdszl1LzWflnCxrmYY-ue3HYaEp-0-XRpOBQkobFkJve-OB2Ex2nAJwlQtuLR1BbBqcp8pUnAc0_Ie97yvVJk5AZ498MuRoX_qn_G1fICDeQ_bB05zAIRTbR50Do5WpQo3VPYNE2BA=s600" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="333" data-original-width="600" height="356" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEiSs2X_TW-v-PyVat-BI_O0ol9j8mBJd1XiVLUbO1-OkdUMAGHlFdszl1LzWflnCxrmYY-ue3HYaEp-0-XRpOBQkobFkJve-OB2Ex2nAJwlQtuLR1BbBqcp8pUnAc0_Ie97yvVJk5AZ498MuRoX_qn_G1fICDeQ_bB05zAIRTbR50Do5WpQo3VPYNE2BA=w640-h356" width="640" /></a></div><div style="text-align: justify;"><div><br /></div><div>Es momento de volver a ver <i>El Evangelio según Mateo</i>, el film de Pasolini. Descubrir su ligereza y su vigor intactos, después de casi 60 años, desde aquella prodigiosa escena inicial, con la muda perplejidad de José frente al vientre preñado de su mujer-niña «antes de empezar a estar juntos ellos». («Y como él era justo y no quería ponerla en evidencia, resolvió repudiarla en secreto»). Sobrecogerse ante la mirada intensa y oscura del joven Jesús, de una seriedad adolescente, que sólo en momentos contados se permite la dulzura. La cámara se enamora de esa cara fresca y viril, tomada en planos cercanos, con objetivos angulares, bajo el <i>biancor </i>de una luz implacable. Sin dudas está en la manera de filmar ese rostro, esos rostros (los de Judas, Mateo, Juan, Pedro, Caifás y muchos otros que en las Escrituras no tienen nombre), que Pasolini lleva a cabo su personal lectura del texto. </div><div><br /></div><div>¿Y nosotros? ¿Quiénes somos nosotros? ¿Nos dicen algo estas palabras? ¿O todo esto es algo que hemos dejado definitivamente atrás, una historia caduca? Con nuestra crítica de la posición moderna a la que estamos encadenados, ¿hemos dicho algo que nos permita siquiera sospechar una experiencia de lo sagrado? No: todavía no hemos dicho nada.</div><div><br /></div><div><span style="font-family: verdana; font-size: x-small;">* Partes de este texto fueron publicados en una versión ligeramente diferente en el n° 4 de revista <i>La otra, </i>otoño de 2004. Fragmentariamente, fueron publicados en el blog <i>La otra.</i></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: medium;"><b><br /></b></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: medium;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhMbrJh4zS6Ojg74z8wofU-1NXjWEMxn3UV8xXP12qUR-q7i92EV3eMaTxBDDmxLTazEgdp6CfQiTzcIABMzZt0S5mzvVzsAnzjaOKym1jthEgP71ofr9oN3SyqBtX6dLgrOqzUBhJnGn4UB9XLkoBdDZb8BuTEGkVX-FmuAUu7ITocBQqdKDo8GaA8yg=s613" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="398" data-original-width="613" height="416" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhMbrJh4zS6Ojg74z8wofU-1NXjWEMxn3UV8xXP12qUR-q7i92EV3eMaTxBDDmxLTazEgdp6CfQiTzcIABMzZt0S5mzvVzsAnzjaOKym1jthEgP71ofr9oN3SyqBtX6dLgrOqzUBhJnGn4UB9XLkoBdDZb8BuTEGkVX-FmuAUu7ITocBQqdKDo8GaA8yg=w640-h416" width="640" /></a></div><b><br /></b></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: medium;"><b>V</b></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-size: medium;"><br /></span></div><div><div style="text-align: center;"><span style="color: #2b00fe; font-family: Cuprum; font-size: medium;">Carta en forma de poema dirigida a Pietro Nenni</span></div><div style="text-align: center;"><br /></div><div><i>Era pleno verano, ese verano</i></div><div><i>del año bisiesto, tan triste</i></div><div><i>para la nación en la que sobrevivimos.</i></div><div><i>Un gobierno fascista había caído, y en todas partes</i></div><div><i>había, si no ese aire nuevo, esa nueva</i></div><div><i>luz que tiñó pueblos, ciudades, campañas,</i></div><div><i>el veinticinco de julio - una aunque fuera incierta</i></div><div><i>luz, que daba al corazón una alegría</i></div><div><i>excepcional, el sentido de una fiesta.</i></div><div><i>y yo como el "náufrago que vela" (escribo</i></div><div><i>a un hombre que por supuesto me concede el ceder</i></div><div><i>a las citas dannunzianas...)</i></div><div><i>feliz de haber salvado la piel - bisiesto</i></div><div><i>doblemente para mí fue el año -</i></div><div><i>he tenido, por un momento, dentro, el sentido</i></div><div><i>de un "poema a Fanfani": no sólo</i></div><div><i>por solidario antifascismo y gratitud,</i></div><div><i>sino como una contribución aunque más no sea ideal</i></div><div><i>de literato: un "apoyo moral", como se suele</i></div><div><i>decir. Fue la idea de una mañana</i></div><div><i>radiante por el sol de ese verano</i></div><div><i>que alguien había maldecido y cuya blancura</i></div><div><i>hacía de la Italia rica - que rondaba</i></div><div><i>en balnearios populares y en grandes hoteles,</i></div><div><i>en las calles de las incumbentes olimpíadas -</i></div><div><i>la imitación de una civilización enterrada.</i></div><div><i><br /></i></div><div><i>Y entonces, se reducía a una sola herida:</i></div><div><i>si todavía era capaz de resistir,</i></div><div><i>se lo debía a una fuerza prenatal, a los abuelos</i></div><div><i>paternos o maternos, no sé, a una naturaleza</i></div><div><i>arraigada ya en otra sociedad.</i></div><div><i>Sin embargo, en aquel impulso mío, medio</i></div><div><i>loco y medio demasiado racional,</i></div><div><i>había una necesidad real, lo veo</i></div><div><i>mejor ahora, que la colaboración</i></div><div><i>es un problema político: y Usted lo expone.</i></div><div><i>Desde el cuarenta y ocho estamos en la oposición:</i></div><div><i>doce años de una vida:</i></div><div><i>toda ella dedicada a esta lucha - mía</i></div><div><i>en gran parte, aunque en privado</i></div><div><i>(cuántos terrores internos, cuántas furias).</i></div><div><i>Con qué amor lo veo a Usted, inmaduro,</i></div><div><i>los anteojos y la boina de intelectual,</i></div><div><i>y esa cara de ama de casa romañola,</i></div><div><i>en fotografías que, si quisiera alinear</i></div><div><i>harían la más verdadera historia de Italia, la única.</i></div><div><i>Yo todavía estaba en pañales, y luego ya bebé,</i></div><div><i>y luego adolescente antifascista por estética</i></div><div><i>revuelta... tímidamente Lo seguía</i></div><div><i>una generación después: y Lo he visto triunfar</i></div><div><i>con Parri, con Togliatti, en los grandiosos,</i></div><div><i>doloridos, picarescos días de posguerra.</i></div><div><i>Luego se volvió a empezar: y esta vez</i></div><div><i>hemos, aun lejanos, vuelto a empezar juntos.</i></div><div><i>Doce años, es, en el fondo, toda mi vida.</i></div><div><i>Yo me pregunto: ¿es posible cambiar una vida</i></div><div><i>siempre negando, siempre luchando, siempre</i></div><div><i>fuera de la nación, que vive, mientras tanto,</i></div><div><i>y excluye de sí las fiestas, las treguas,</i></div><div><i>las estaciones, a quien se le enfrenta?</i></div><div><i>Ser ciudadanos, pero no ciudadanos,</i></div><div><i>estar presentes pero no presentes,</i></div><div><i>estar furiosos en cada ocasión</i></div><div><i>ser testigos sólo del mal,</i></div><div><i>ser enemigos de los vecinos, ser odiado</i></div><div><i>del odio de quien odiamos por amor,</i></div><div><i>seguir en un continuo, obsesionado exilio</i></div><div><i>a pesar de vivir en el corazón de la nación?</i></div><div><i><br /></i></div><div><i>Entonces, si nosotros no luchamos por nosotros,</i></div><div><i>sino para la vida de millones de hombres,</i></div><div><i>¿podemos asistir impotentes a una fatal</i></div><div><i>inacción, a verlos disgregarse</i></div><div><i>a la corrupción, la omisión, el cinismo?</i></div><div><i>Para querer ver desaparecer este estado</i></div><div><i>de metahistórica injusticia, ¿asistiremos</i></div><div><i>a su reconstrucción ante nuestros ojos?</i></div><div><i>Si no podemos conseguir todo, ¿no será</i></div><div><i>justo contentarse con conseguir un poco?</i></div><div><i>La lucha sin victoria se enaridece.</i></div><div><i><br /></i></div><div><i>(Una carta, por lo general, tiene un propósito.</i></div><div><i>Esta que yo le escribo no lo tiene.</i></div><div><i>Se cierra con tres preguntas y una cláusula.</i></div><div><i>Pero si estuviera aquí confirmada la necesidad</i></div><div><i>de alguna ambigüedad de su lucha,</i></div><div><i>su complicación y su riesgo,</i></div><div><i>yo estaría feliz de haberla escrito.</i></div><div><i>Sin sombras, la victoria no da luz.)</i></div><div><br /></div><div style="text-align: right;"><span style="font-family: verdana; font-size: x-small;">"Nenni", Pier Paolo Pasolini, <i>Avanti!</i>, 31 de diciembre de 1964</span></div></div><div style="text-align: right;"><span style="font-family: verdana; font-size: x-small;">Traducción al castellano: Ana Fioravanti</span></div></div>
Oscar Cuervohttp://www.blogger.com/profile/15744374287487312025noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-3702496019912113605.post-44095081402257891032021-12-29T05:59:00.002-03:002021-12-29T08:02:06.110-03:00Apuntes sobre la subjetividad libertaria<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjDpGjJt5otIvb8ujZea0v0zAkMtW1Rz_ZTcL4xf_2iUOOwUGmqJGpWmS0jsPuovYs4fOtt-CEB7qUVAUvQtqPn7wQpcOW8bmEVkTx0rSdmP1hs4Jtabd78Dm3qjkGHXlYIOH3dwdlhZoA7fsfvAcZJi40-U5FSg5pY8tW0hJCfAErv9dHSRkq0vhMr9Q=s275" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-align: center;"><img border="0" data-original-height="183" data-original-width="275" height="266" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjDpGjJt5otIvb8ujZea0v0zAkMtW1Rz_ZTcL4xf_2iUOOwUGmqJGpWmS0jsPuovYs4fOtt-CEB7qUVAUvQtqPn7wQpcOW8bmEVkTx0rSdmP1hs4Jtabd78Dm3qjkGHXlYIOH3dwdlhZoA7fsfvAcZJi40-U5FSg5pY8tW0hJCfAErv9dHSRkq0vhMr9Q=w400-h266" width="400" /></a></div><p style="text-align: justify;"></p><p style="text-align: justify;">por Juan Manuel Iribarren</p><p style="text-align: justify;">Gran parte del actual credo libertario se fundamenta por un apriorismo del individuo que niegan casi todas las ciencias sociales, pero cuyo núcleo duro epistemológico se encuentra en un reducido grupo de economistas de un Imperio al borde del abismo. Mientras los escritores de Austria-Hungría pintaban grandes frescos históricos y alegorías de su decadencia, mientras la Viena de principio de siglo se llenaba de postales de histeria, remordimiento e hipocresía, a las que de a poco se aplicarían las nuevas curaciones del alma; hombres que no conocían la historia reciente aseguraban los nuevos modelos teóricos de la ciencia económica del siglo XX, elevando a condición de ciencia una estructura de conocimiento que se parecía sospechosamente a una utopía. La compulsiva presentación de una doctrina de mercados autorregulados en un mundo dividido por los desastres que había traído el patrón oro y la respuesta de un imperialismo creciente no parecía tener ninguna realidad, pero a la Viena de aquella época le fascinaban las ideas.</p><p style="text-align: justify;">Todavía se piensa la Escuela Austríaca como una revolución en el pensamiento económico, pero en lo que respecta a la economía, sus grandes aportes fueron deudores de la escuela marginalista que surgió en toda Europa al mismo tiempo. Y lo que sí iniciaron fue una <i>revuelta </i>epistemológica, una desconfianza violenta de los fundamentos de las ciencias sociales europeas, pero que no conllevaba ningún cambio de paradigma relevante, y que habitualmente confundía ciencia con propaganda. Para llenar ese vacío presentaban conceptos <i>a priori</i> sin fundamentación ontológica y sin posibilidad de comprobación empírica, mientras la <i>revolución</i> epistemológica se consolidaba muy cerca: en el círculo de Viena y en sus críticos y allegados. </p><p style="text-align: justify;">La visión “austríaca” de las ciencias sociales ha quedado fuera de lugar, curiosidades de batallas teóricas sin relevancia en el mundo académico actual. Y sin embargo, una parte de esa crítica todavía persiste transformada, fundamenta el desorden cognitivo generado por las reformas neoliberales, naturaliza cierto individualismo metodológico como accesorio indispensable de la argumentación mediática. No sabemos hasta qué punto el núcleo del profundo entusiasmo que todavía genera esa escuela se explica más por su particular concepción de la acción humana como estructura atomizada de comportamiento, que por sus concepciones de autorregulación de los mercados. Esta última noción no es del todo accesible a la mayoría de sus militantes.</p><p style="text-align: justify;">Nunca llegaron a pensar la esencia del hombre, sino la esencia de su acción, en un mundo paralelo incoaccionable, donde la esencia de la acción del hombre sería la incoacción. De ahí su obsesión con la coacción estatal, que va a ser el caballito de batalla de las discusiones de sus militantes por décadas, por una creencia en un teórico hombre incoaccionable, libre del contrato social. Ni Menger ni Mises <span style="color: #2b00fe; font-family: verdana; font-size: xx-small;"><b>1</b></span> tuvieron interés en las culturas trabajadoras de la Europa industrial, lo que pudo potenciar su alergia al historicismo y su absoluta negación del hombre como género, su interpretación del hombre exclusivamente como individuo.</p><p style="text-align: justify;">
</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEiV_QRssSVY1CkLLiPSxO-RRqrNb1q5SWFrdFO-ya05CfOUO_ntDIzCgr-wFcBGJ6KnSQIT6MclBtuLjy2lffzK7xyK9wyyyfhbkO1aGT-LPM7LI6A26Hu1ZocCQTl87PPjyx3Owsvt3KmEOWFFrjTZIRQWedIqaFXBkITsMrmT7vSzsQfh__CkwkeHhw=s300" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="168" data-original-width="300" height="224" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEiV_QRssSVY1CkLLiPSxO-RRqrNb1q5SWFrdFO-ya05CfOUO_ntDIzCgr-wFcBGJ6KnSQIT6MclBtuLjy2lffzK7xyK9wyyyfhbkO1aGT-LPM7LI6A26Hu1ZocCQTl87PPjyx3Owsvt3KmEOWFFrjTZIRQWedIqaFXBkITsMrmT7vSzsQfh__CkwkeHhw=w400-h224" width="400" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><div class="separator" style="clear: both;">Quedará para historiadores preguntarse si el carácter del Imperio facilitó la renovación de las robinsonadas de la economía política, reformulando la idea de sujetos autodeterminados por su propio interés en una isla desierta fuera de la historia, reactualizada con un corolario que no tenían los conceptos originales: la novedosa idea de que el sujeto de soberanía es el individuo y no la comunidad. </div><div class="separator" style="clear: both;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both;">Es ampliamente discutible que Adam Smith haya aventurado semejante noción de individuo, pues nunca pensó en los planes vitales de realización personal, sino en los intereses privados de grupos que se oponen al libre mercado; ya que el principal enemigo del mercado no lo detectaba en el Estado, sino en los monopolios y oligopolios. Por eso y por secreta filiación contractualista concibió la economía política como una rama de la ciencia del estadista o legislador, de ningún modo al servicio de la libertad personal. Por eso no habló de Acciones Humanas sino de Riqueza de Naciones. </div><div class="separator" style="clear: both;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both;">La acción humana y la cooperación social como una ciencia de relaciones dadas, el giro epistemológico de la Escuela Austríaca, esa “revolución de enormes consecuencias” de la que hablaba Mises, no ha sido examinada más que desde el fervor partidario a favor y en contra, en relación con la evidencia empírica más o menos soslayada. Y sin embargo, los partidarios de Hayek y Mises <span style="color: #2b00fe; font-family: verdana; font-size: xx-small;"><b>2</b></span> suelen citar su interdisciplinariedad para afirmar que la escuela contiene verdaderos estudiosos de la conducta humana. ¿Pero cuáles son los fundamentos de la “acción humana”, y en dónde sustentan su noción de individuo autodeterminado? Convertir la teoría de los precios del mercado en una teoría general de la elección humana, dice Mises en <i>Human Action</i>, determinando que acción y elección están siempre ligadas. </div><div class="separator" style="clear: both;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both;">No es mi intención hacer un muñeco de paja de este argumento, pero se observa una consecuencia endeble: que el concepto de coacción sólo se aplicaría para ilustrar las relaciones humanas mediadas por un agente externo institucional. Si acción y elección humana siempre están ligadas, entonces la variable coacción sólo puede considerarse proviniendo de las instituciones impuestas sobre relaciones humanas de libre elección. Y de ahí <i>Camino de Servidumbre</i> y la parafernalia posterior de <i>Libertad de Elegir</i>, donde el problema son las instituciones reguladoras del campo social. Dicen que por ellas no hay libertad.</div></div><p style="text-align: justify;">
</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgGf7-X9gHiSgE2KRfrR0IjZ-ETgE09sgGUnq4yQFr9UFxkrUxea9Dr8vAL1WFBOV4YY8Y4VFlXn4BCHgAXvDrI9T2tmNKg5czX1DAftdg0my1Pq4k8HoBf6jCSjDzxFwtoFGH2ALGH8YXXQg-C9vTR5KkrdPOSCPcQSQCQOmK_wnjPWAMIy_95cjaAZA=s275" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="183" data-original-width="275" height="266" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgGf7-X9gHiSgE2KRfrR0IjZ-ETgE09sgGUnq4yQFr9UFxkrUxea9Dr8vAL1WFBOV4YY8Y4VFlXn4BCHgAXvDrI9T2tmNKg5czX1DAftdg0my1Pq4k8HoBf6jCSjDzxFwtoFGH2ALGH8YXXQg-C9vTR5KkrdPOSCPcQSQCQOmK_wnjPWAMIy_95cjaAZA=w400-h266" width="400" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><div class="separator" style="clear: both;">Digamos que en el mundo de las acciones de Mises no sólo no existe la dominación de clase o grupo, sino que tampoco hay lugar para la tragedia clásica, el mal y la violencia se soslayan, y especialmente la violencia económica. Y en una reducción al absurdo no se acepta que los individuos tengan en la consecuencia de sus actos lo que intuitivamente llaman “suerte”, pues la suerte buena o mala implica un principio de no elección, es decir, un resultado impredecible de la acción no ligada a la elección. De ahí que los preconceptos “austríacos” pueden echar luz sobre el soslayamiento de las condiciones de vida de cada sujeto, como marca de fábrica del militante libertario, como si la elección individual partiera de un sujeto autodeterminado y libre, sin circunstancias psicológicas, sociales, financieras, de buena o mala fortuna. </div><div class="separator" style="clear: both;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both;">¿Y que puede ser entonces la Acción Humana para Mises? ¿La maximización del sujeto de su bienestar individual? ¿Y en base a esto elaborar una teoría general de la acción humana, que se desligue por completo de la psicología y de la sociología? ¿Qué clase de criatura teórica resulta de eso?</div><div class="separator" style="clear: both;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both;"><i>“La acción humana es una conducta consciente, movilizada voluntad transformada en actuación, que pretende alcanzar precisos fines y objetivos; es una reacción consciente del ego ante los estímulos y las circunstancias del ambiente; es una reflexiva acomodación a aquella disposición del universo que está influyendo en la vida del sujeto”.</i></div><div class="separator" style="clear: both;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both;">Precisemos algo: según Mises, el hombre al actuar aspira a sustituir un estado menos satisfactorio por otro mejor, la mente presenta situaciones más gratas y el incentivo que induce al individuo a actuar es el malestar, a lo que se agrega un tercer requisito que es advertir la existencia de cierta conducta deliberada con capacidades de reducir la incomodidad sentida. Sólo el ser que vive bajo dichas condiciones es un ser humano, un <i>homo agens</i>, casi una extrapolación de un agente económico en un mercado. De hecho, Mises llega a afirmar que los seres de ascendencia humana que, de nacimiento o por defecto adquirido, carecen de capacidad para actuar, a efectos prácticos, no son seres humanos, carecen de humanidad. Y por supuesto, no hay acciones humanas sin fines pretendidos <span style="color: #2b00fe; font-family: verdana; font-size: xx-small;"><b>3</b></span>.</div></div><p style="text-align: justify;">
</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgXlp_LBrbBx4rFnngMgwroiUJ0fWDpWWgstLm9dGvj7U_Kb7vUqAQwPjFNvveWN3qPH_mg3JiqPjlEc8E62QWDo-GIprhZtVcSID2Li_8-W5jItgh34hh_vjM91346AU5Zi1V7u9ZGVh5LsoeTU9mfiVltSEEeo5UJ14dUOFOyGvV71yDwdxcZ1lfWsw=s281" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="180" data-original-width="281" height="256" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgXlp_LBrbBx4rFnngMgwroiUJ0fWDpWWgstLm9dGvj7U_Kb7vUqAQwPjFNvveWN3qPH_mg3JiqPjlEc8E62QWDo-GIprhZtVcSID2Li_8-W5jItgh34hh_vjM91346AU5Zi1V7u9ZGVh5LsoeTU9mfiVltSEEeo5UJ14dUOFOyGvV71yDwdxcZ1lfWsw=w400-h256" width="400" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><div class="separator" style="clear: both;">Y cuesta encontrar consideraciones previas. La primera sensación que se tiene cuando uno arrima a la Escuela Austríaca es que no se han estructurado los conceptos previos, como si siempre estuvieran en un estado de positiva propaganda proactiva, lo que ayudaría a explicar la racionalidad emocional de los libertarios -jalonada de juicios de valor y descalificaciones ya en los cimientos de su propia “ciencia”- como constitutiva de su práctica política. ¿Y en que consiste su práctica política?</div><div class="separator" style="clear: both;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both;">La historia es harto conocida: unas pocas personas con intereses definidos y amplios recursos económicos financian unos cuantos <i>think-tanks</i> conservadores con ideas viejas y fracasadas, con la finalidad de defender un clima social favorable a sus intereses privados en el momento en que comienzan a avanzar nuevas ideas amenazantes. Y entonces a los militantes les llueven del cielo los recursos y creen que su causa es justa y necesaria, por una mezcla de moral calvinista y persistente indiferencia moral ante los problemas de su tiempo. No son estudiosos de otras disciplinas y están tan convencidos de sus ideas que no creen necesario debatir sus fundamentos. No provienen de las clases que los manipulan adulterando aquellas ideas que aman con locura y no comprenden. Y tienen, ante todo, una gran necesidad de expresarse en forma descalificadora, condescendiente y violenta. Aquí no analizaremos esa violencia, pero diremos que va en línea con la racionalidad emocional de los textos de Mises. </div><div class="separator" style="clear: both;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both;">Que la nueva concepción de un individuo coartado por la comunidad y sus encarnaciones superestructurales, insista en la referencia a naturalezas humanas ahistóricas y autodeterminadas, negando la hegemonía ideológica en la construcción del sujeto y su sujeción histórica, habilita esa cualidad de poder fantasear sobre el concepto de libertad, una vez negado todo carácter problemático al sujeto. Por esto fue condición necesaria para comenzar a articular el modelo teórico de Mises, defender previamente la invariabilidad de lo humano, frente a las concepciones históricas de las ciencias sociales. Y por eso fundar la economía en la naturaleza de la acción humana, como hizo Mises, también arrastra el problema filosófico de la indeterminación ontológica de lo humano.</div><div class="separator" style="clear: both;"> </div><div class="separator" style="clear: both;">Ahora bien, ¿cuál es la noción de lo humano de los libertarios? ¿Cómo encaran la esencia del ser humano? ¿Toda coacción los vuelve inhumanos? ¿Son esencialmente inhumanos, con su potencial humanidad condicionada a la destrucción del Estado? ¿Cuál es la humanidad de un libertario? ¿Poder elegir? ¿Qué la acción esté ligada a una elección incondicionada? Al menos eso dice Mises y no ha sido desmentido por la militancia. Precisando: ser humano no es ser libre, sino creer en una acción ligada a la libre elección. La libertad es un concepto demasiado complejo para la Escuela Austríaca, lo que militan es la creación de un mundo paralelo donde todas las acciones estén ligadas a libres elecciones: exactamente eso entienden por libertad. Y el primer problema es que esto implica un mundo de información perfecta sin condicionamiento social. No se enteraron que, desde hace ya varias décadas, hasta la Academia Sueca viene premiando la desconfianza en ese tipo de ideas. ¿Podríamos afirmar de una vez por todas que el supuesto de la información perfecta, fuera de los ejercicios académicos, ya en discusiones serias no existe más? Los libertarios no quieren dar vuelta la página, insisten con el cuento.</div><div class="separator" style="clear: both;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both;">Y como la sagacidad debe limitarse al reconocimiento de la opresión estatal, desconocen las coerciones de otras instituciones. Desconocen ante todo el carácter institucional del mercado regulado por leyes y conductas monopólicas: plantean su <i>naturaleza </i>reguladora y favorecedora de las acciones humanas.</div></div><p style="text-align: justify;">
</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEizX4dTBmIg-F7ecu_K7M1t9RYxVPcu70EHtVQ8LiGRp3zw2_LnpJ-S3ja1rMv23L-0iPCEy70Va_yJJVxCK7GRKrcDLi8pfrJx1CvHkPfbpnUzhhC5Yt1aSWY8rtFNLpwYapU2C4XJIgPE6MDO85enHveN_ncqvA5F1CKw0QBU9wPhxn-1yUVx0DPazA=s285" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="177" data-original-width="285" height="248" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEizX4dTBmIg-F7ecu_K7M1t9RYxVPcu70EHtVQ8LiGRp3zw2_LnpJ-S3ja1rMv23L-0iPCEy70Va_yJJVxCK7GRKrcDLi8pfrJx1CvHkPfbpnUzhhC5Yt1aSWY8rtFNLpwYapU2C4XJIgPE6MDO85enHveN_ncqvA5F1CKw0QBU9wPhxn-1yUVx0DPazA=w400-h248" width="400" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><div class="separator" style="clear: both;">De sus discursos se precisa que este supuesto sujeto no coactivo, al que cualquier política de redistribución coactivaría, no tiene más esencia que su propia libertad, cuyo fundamento último es transgredir posibles amenazas de coacción. No se han preguntado ni qué es la libertad ni por qué ser libres, lo fundamental es lo incoaccionable. Y cabalmente no es que quieran ser libres, sino que quieren ser sujetos incoaccionables, una suerte de oxímoron epistemológico, una utopía banal y exagerada. </div><div class="separator" style="clear: both;"> </div><div class="separator" style="clear: both;">La palabra “coacción” usada exclusivamente para señalar acciones de las instituciones estatales, implica dar por sentado una persona no coaccionada por su subjetividad ni por sus relaciones sociales, es decir, incondicionada y libre de influencia social. Un esquema o entelequia que no es atravesado por la historia, la cultura, las determinaciones genéticas, socioeconómicas, etc. Y no buscan con esto redefinir lo humano, sino crear un sujeto coaccionado por su propio deseo e interés, sujeto a un campo de acción condicionado, lo que determina su identidad como separación y cálculo, continuando la línea de la construcción del <i>Homo Economicus</i> en reemplazo del ser humano. Como si las elecciones de una teoría de juegos pudieran agotar las acciones y relaciones humanas. Como si el único campo de acción vital fuera el mercado. </div><div class="separator" style="clear: both;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both;"><i>“Nadie puede prohibirme lo que yo quiero”.</i> ¿Y eso que querés es libre o está condicionado? </div><div class="separator" style="clear: both;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both;">Por la idea de un deseo incondicionado y sujeto a la creación de un Frankenstein Homo Agens —aun después de que Keynes planteara sus <i>animal spirits</i> <span style="color: #2b00fe; font-family: verdana; font-size: xx-small;"><b>4 </b></span>aggiornándose al psicoanálisis y toda la economía conductual enfilara detrás suyo— los libertarios persisten en usar retazos de viejas doctrinas para legitimar ideas malformadas y desactualizadas acerca de las conductas de las personas, reduciendo ostensiblemente su humanidad y postulando –bajo el barniz de seres libres– monigotes de las fuerzas del mercado. </div><div class="separator" style="clear: both;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both;">¿Y qué debería entonces haber hecho Van Gogh para no morirse de hambre? <i>“Producir algo más competitivo”.</i></div><div class="separator" style="clear: both;"><i><br /></i></div><div class="separator" style="clear: both;">Dejar de ser Van Gogh, convertirse en un pintor mediocre, cuando una existencia material garantizada nos hubiera dado algunas décadas más de sus pinturas, sin el relato de un loco que lo mantenía su hermano y resulta que era un genio. ¿No es acaso una externalidad positiva la mera existencia de los genios? ¿Pagaron un precio adecuado por la Capilla Sixtina? Las externalidades económicas no entran en el vocabulario de los libertarios, pero la experiencia de dar mucho más de lo que se recibe, es parte sustancial de las conquistas de la humanidad. No puede considerarse mero accidente.</div><div class="separator" style="clear: both;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both;">Por otra parte, la obsesión “austríaca” por la autonomía conceptual —especialmente recordando lo que Derrida llamaba la metafísica de la presencia— se manifestó en las escuelas de Viena como aquella farsa teórica de la acción humana como presencia indispuesta por el “Estado”, siendo el Estado un concepto derivado de una falsa creencia en acciones autodeterminadas y libres. Y fue el modo más racional que encontraron de ponerse en contra de cualquier idea genérica de humanidad: suponer la presencia inalterable de un individuo con absoluta libertad de elección. Y al tratar de construir un sujeto sin realidad social, la consumación de ese individuo no podía darse más que como alteraciones psíquicas promovidas por conductas alienadas, como recorte de conciencia y como impostura.</div><div class="separator" style="clear: both;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both;">Pues ni el sujeto ni la libertad son autónomos. Y la libertad no es libre, mal que les pese. La libertad es condicionada por distintas variables, como la no sujeción a la necesidad que vuelve esclavos a millones de personas desde los tiempos de los <i>enclosures </i><span style="color: #2b00fe; font-family: verdana; font-size: xx-small;"><b>5</b></span>.</div><div class="separator" style="clear: both;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both;">Y mientras los escritores de la MittelEuropa se dedicaban a grandes frescos sobre la decadencia de su cultura, con sus médicos estudiando las razones inconscientes de su profunda histeria, y sus filósofos trastornando la percepción, priorizando el análisis del lenguaje y los fenómenos —allí donde todo parecía profundamente inasible— los economistas consolidaron la teoría del valor marginal, derivando la esencia humana de una teoría de precios, postulando un mercado autorregulado, correlativo a una idea de libertad del individuo, que lo despojaba de la Igualdad y la Fraternidad con conscientes daños a la humanidad; pues no querían humanidad, sino “acciones humanas” subsumidas como engranajes de un mercado espectral. </div></div><p style="text-align: justify;">
</p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: x-small;"><b><br /></b></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: x-small;"><b><br /></b></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: x-small;"><b>NOTAS</b></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: x-small;"><b style="color: #2b00fe;">1 - </b></span><span style="font-family: verdana; font-size: x-small;">Carl Menger (1840-1921) es el primer economista de la Escuela Austríaca, y uno de los primeros en desarrollar la Teoría marginalista, en oposición al paradigma clásico de la teoría del valor-trabajo</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: x-small;">Ludwig von Mises (1881-1973) es la figura más destacada de la Escuela Austríaca y la principal influencia para los economistas posteriores libertarios, especialmente por su crítica al socialismo y a la intervención estatal. También es el creador del concepto de Acción Humana y de una reformulación de las ciencias sociales a la luz de ese concepto.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: x-small;"><b style="color: #2b00fe;">2 - </b></span><span style="font-family: verdana; font-size: x-small;">Friedrick Hayek (1899-1992) es el economista más popular de la Escuela Austríaca, conocido especialmente por su crítica al totalitarismo y por la adhesión incondicional a sus ideas por parte de Margaret Thatcher y de Ronald Reagan.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: x-small;"><span style="color: #2b00fe;"><b>3 </b></span></span><span style="text-align: left;"><span style="font-family: verdana; font-size: x-small;">La escuela austríaca plantea la noción de <i>homo agens</i> en contraposición al <i>homo economicus</i> de la escuela neoclásica, planteando un
sujeto de acción que no es meramente el representante de una función de utilidad. Su crítica al positivismo de la escuela neoclásica implica el
supuesto de acción con algunos requisitos previos.</span></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: verdana; font-size: x-small;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-family: verdana; font-size: x-small;">“Consideramos de contento y satisfacción aquel estado del ser humano que no induce ni puede inducir a la acción. El hombre, al actuar, aspira a sustituir un estado menos satisfactorio por otro mejor. La mente presenta al actor situaciones más gratas, que éste, mediante la acción, pretende alcanzar. Es siempre el malestar el incentivo que induce al individuo a actuar. El ser plenamente satisfecho carecería de motivo para variar de estado. Ya no tendría ni deseos ni anhelos; sería perfectamente feliz. Nada haría; simplemente viviría.</span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-family: verdana; font-size: x-small;">"Pero ni el malestar ni el representarse un estado de cosas más atractivo bastan por sí solos para impeler al hombre a actuar. Debe concurrir un tercer requisito: advertir mentalmente la existencia de cierta conducta deliberada capaz de suprimir o, al menos, de reducir la incomodidad sentida. Sin la concurrencia de esa circunstancia, ninguna actuación es posible; el interesado ha de conformarse con lo inevitable. No tiene más remedio que someterse a su destino.</span></p><p class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin-bottom: 0cm; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify; text-autospace: none;"><span style="font-family: verdana; font-size: x-small;">"Tales son los presupuestos generales de la acción humana. El ser que vive bajo dichas condiciones es un ser humano. No es solamente <i>homo sapiens</i>, sino también <i>homo agens</i>. Los seres de ascendencia humana que, de nacimiento o por defecto adquirido, carecen de capacidad para actuar (en el sentido amplio del vocablo, no sólo en el legal), a efectos prácticos, no son seres humanos. Aunque las leyes y la biología los consideren hombres, de hecho carecen de la característica específicamente humana. El recién nacido no es un ser actuante; no ha recorrido aún todo el trayecto que va de la concepción al pleno desarrollo de sus cualidades humanas. Sólo al finalizar tal desarrollo se convertirá en sujeto de acción”. <i>La Acción Humana</i>, Ludwig Von Mises.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b><span style="color: #2b00fe; font-size: xx-small;">4</span></b><i style="font-size: small;"> </i><span style="font-size: x-small;"><i>Animal Spirits</i> es un concepto acuñado por John Maynard Keynes, para incluir los elementos irracionales en el comportamiento humano y en las decisiones de los agentes económicos, resaltando la confianza y el optimismo, en contraposición a la ponderación racional de los hechos que plantean las escuelas precedentes.</span></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><span style="color: #2b00fe; font-family: verdana; font-size: xx-small;"><b>5</b></span> <span style="font-family: verdana; font-size: x-small;">Los “<i>enclosures</i>” o cercamientos, fue el proceso de división de las tierras comunales en tierras divididas y cercadas, para conseguir la eficiencia agrícola que requería el funcionamiento de una sociedad capitalista. Según Karl Polanyi (1886-1964): </span></div><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: x-small;"></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: x-small;">“Con razón se ha dicho que los cercamientos fueron una revolución de los ricos contra los pobres. Los señores y los nobles estaban perturbando el orden social, derogando antiguas leyes y costumbres, a veces por medios violentos, a menudo por la presión y la intimidación. Estaban literalmente robando a los pobres su participación en las tierras comunales, derribando las casas que, por la fuerza insuperable de la costumbre, los pobres habían considerado durante mucho tiempo como suyas y de sus herederos. Se estaba perturbando la urdimbre de la sociedad; las aldeas desoladas y las ruinas de viviendas humanas atestiguaban la fiereza con que arrasaba la revolución, poniendo en peligro las defensas del país, vaciando sus pueblos, diezmando a su población, convirtiendo en polvo su suelo sobrecargado, hostigando a sus habitantes y convirtiéndolos en una muchedumbre de pordioseros y ladrones cuando antes eran agricultores inquilinos.”</span></div>Oscar Cuervohttp://www.blogger.com/profile/15744374287487312025noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3702496019912113605.post-80163730227707623602021-12-16T09:40:00.007-03:002021-12-17T01:08:59.401-03:00¿Existe una filosofía argentina?<p> <a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhSgriGXfdKmITD5EtZQI00nZS6s1lbwbvFYKqBw0qsDN5R8bJQfLdqcMFEjUXqMRjeYayi_X6OU3lAmjU_G6SWEpLkoANl_ttx4QxI-jWypA5sgRE5f-NDdyAKJLZzP46nWLURY20ufEO33vXkbaqFF1F3sm7IfbDti5Hqx--iTrw6izC9kE_30Zc6fA=s920" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-align: center;"><img border="0" data-original-height="517" data-original-width="920" height="360" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhSgriGXfdKmITD5EtZQI00nZS6s1lbwbvFYKqBw0qsDN5R8bJQfLdqcMFEjUXqMRjeYayi_X6OU3lAmjU_G6SWEpLkoANl_ttx4QxI-jWypA5sgRE5f-NDdyAKJLZzP46nWLURY20ufEO33vXkbaqFF1F3sm7IfbDti5Hqx--iTrw6izC9kE_30Zc6fA=w640-h360" width="640" /></a><br /><span style="text-align: justify;"><br /></span></p><p><span style="text-align: justify;">por Horacio González *</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b>Editorial: Acerca de la existencia de la filosofía argentina </b></span></p><p style="text-align: justify;">En algún tramo de <i>El sol, la línea y la caverna</i>, del recordado profesor Conrado Eggers Lan, se comenta que Platón usa la palabra <i>hypónoia </i>para aludir a un significado encubierto. En la discusión sobre la filosofía argentina hay significados encubiertos. La expresión es inquietante pues encierra una pregunta, una posibilidad, una calificación improbable para la filosofía y una aceptación desvelada pero real respecto a si hay filosofía en la Argentina. No son los tiempos de Alejandro Korn, donde esa duda tenía un acceso intelectual a su tratamiento calmo, ponderado. </p><p style="text-align: justify;">Tenemos el vasto territorio de la filosofía de Carlos Astrada para reflexionar sobre el particular: buscar el “plasma nacional de los orígenes” no lo eximía de escribir las obras más relevantes de la filosofía hecha aquí, entre nosotros, un “entre nos” que encarna la mencionada hypónoia, los encubiertos significados que llevan a una filosofía argentina o a la filosofía en la Argentina. Leer La revolución existencialista o El marxismo y las escatologías de Astrada, no produce una menor impresión de estar frente a una filosofía enraizada que El mito gaucho, una reflexión en la que el rastro de Heidegger se revela tan elocuente, como la pasión por ese y otros nombres propios que le han dejado a nuestro país autoreflexiones fundamentales en su historia cultural. </p><p style="text-align: justify;">Estamos perfectamente advertidos sobre los riesgos del mal particularismo o de lo que en los últimos años viene siendo denunciado como sustancialismo u ontologismo. Pero, ciertamente, esto es muy frágil como denuncia. No pueden ser motivo de censura, salvo para funcionarios de un sumario guardarropas filosófico, conceptos que alientan problemas de muchos siglos de filosofía, por lo que mentar palabras de un gran legado universal para sospecharlas, puede convertirse en una voluntaria ceguera que cree apartarse del “esencialismo” cuando en realidad abandona el pensamiento intenso. Lo haría tan sólo para atrapar los magros programas de una filosofía cubierta de jergas, recelos y prevenciones. </p><p style="text-align: justify;">Sin embargo, aceptemos que hay que estar protegido de las fundamentaciones fijistas y macizas, absorbidas por epigramas heroicos, poco serenos o mal escampados. ¿Lo estaríamos menos si no supiéramos resguardar adecuadamente el destino de una filosofía viva? Tal filosofía deberá tomar de la academia su historicidad añeja y no sus dudosos formularismos actuales; deberá tomar del rigor de su “ciencia estricta” lo que tiene de aventura intelectual y no de vocabulario de gabinete; deberá tomar de la vida real de la lengua y del intercambio cotidiano, su oscura y holgada creatividad antes que su amoldamiento a las rutinas de los medios de comunicación; deberá tomar de las novedades intelectuales basadas en la cita de actualidad, su necesaria puesta al día pero no su horizonte teledirigido y su razón administrada; deberá tomar, en fin, sus recursos retóricos de todo lo que hoy conmueve a la humanidad en la crisis de las lenguas y las ideas –como lo percibió Husserl en la Crisis de las ciencias europeas– y mucho menos de las técnicas planetarias de escritura de tesis, que si bien contribuyen a mantener viva la actividad filosófica, muchas veces demoran también la aparición de los necesarios textos de ruptura. </p><p style="text-align: justify;">Todo esto intentamos mencionar, en tanto <i>hypónoia</i>, cuando decimos filosofía argentina. [...]</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEiRJH0m8Wnw2wwBtvAi1o9XJWfeni5n5J6C6tMuG-a4XwvagpZYXUMTKLh4NaPvNhy1Fp2FXc7eoPXPWYSrK5HFSxWtgUn_CWzcBg3z_9b8M9OSzLo1vvLn4nzZ1Myp5fS3SqMwvEfiK-anC8RxyXCPuM1mfBMY0oqcRtgsWejHDdT2FTxlMTFjMg0Pcw=s529" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="529" data-original-width="378" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEiRJH0m8Wnw2wwBtvAi1o9XJWfeni5n5J6C6tMuG-a4XwvagpZYXUMTKLh4NaPvNhy1Fp2FXc7eoPXPWYSrK5HFSxWtgUn_CWzcBg3z_9b8M9OSzLo1vvLn4nzZ1Myp5fS3SqMwvEfiK-anC8RxyXCPuM1mfBMY0oqcRtgsWejHDdT2FTxlMTFjMg0Pcw=w458-h640" width="458" /></a></div><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b>El filósofo argentino: ¡dificultades!</b></span></p><p style="text-align: justify;"><b>Los intentos filosóficos argentinos están forjados por estilos textuales que expresan las tensiones que afrontaron nuestros filósofos. De hecho, en estas latitudes, el acto de filosofar aparece atravesado por un dilema constitutivo: la filosofía como campo cultural ligado a la razón y la filosofía intuitiva emanada de las contingencias políticas. Horacio González se propone habitar esta angustia fundacional que marca a fuego los devenires filosóficos, desde los modos en que la cita se hace presente; sea en forma explícita, velada, imprecisa o irónica, en la escritura de las figuras que han encarnado el hacer filosófico argentino. Nombres como Groussac, Moreno, Lugones, Macedonio Fernández, Alberdi, Rosas, Ramos Mejía, Astrada, Perón, Borges, Rozitchner y Del Barco, son sutilmente examinados por el ojo de quien advierte que en este drama irresuelto se juega la posibilidad de un pensar filosófico, precondición para la creatividad social deshilachada que persevera en esta dificultad.</b></p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;"><b>I</b></p><p style="text-align: justify;">Tratemos en primer lugar de recrear un pensamiento de Paul Groussac respecto a cómo leía y citaba Mariano Moreno. Aplicado estudiante de Chuquisaca, Moreno había considerado a un número profuso de <i>Enciclopedistas</i>. Sin embargo, no se detuvo en lecturas que le habrían sido más relevantes para su tarea, como la de Montesquieu. Apenas repararía en Filangieri, un discípulo de Montesquieu, “sublevado algo ridículamente contra su maestro” <span style="font-family: verdana; font-size: xx-small;"><b>1</b></span> . A diferencia de <i>El federalista</i> de Hamilton, Madison y Jay, en donde se consideraba ajustadamente a Montesquieu, Moreno será descuidado con su escritura y no cita correctamente (o directamente no cita) a los autores de los que extrae sus textos. Cual glosador negligente, maltrata los necesarios vínculos de fidelidad a las obras. Sin embargo, elogia aparatosamente a los autores que desvalija. Tergiversa y a la vez regala incienso a escritores generalmente mediocres, lo que parecería más dirigido a agasajar al citador que los ha descubierto que al anodino autor de turno, objeto de la tarea citadora. Todo lo cual es lo propio de un abogado, piensa Groussac. “Libertad harto forense”. Así como se alega en el foro, sin cuidarse los fundamentos más ceñidos en nombre de la eficacia momentánea del discurso, Moreno pasará estas desidias a su tarea de editorialista de <i>La Gaceta Mercantil</i>. Esas citas son astillas oníricas de lectura. Meros recuerdos difusos a los que apela el novel abogado ante la urgencia del alegato. Cierto, hay “ideas propias”. Pero yacen en el magma indiferenciado de voces entremezcladas, donde un párrafo adecuado de Volney convive con una frase efectista de Raynal o de Mably, a los que Moreno suele transcribir libremente sin mencionar lo que hoy llamaríamos “la fuente”. <i>Asimilaciones a granel</i>, las juzga Groussac. ¿Plagiario? No es esa la cuestión, no sólo porque cuando un autor ajeno lo visita sistemáticamente durante largos pasajes, Moreno lo cita indirecta u oblicuamente –mostrando que no hay afán de apropiación desleal–, sino porque también actúa en nombre de un ejercicio largamente aceptado en su medio intelectual. La expresión en cursiva es la que emplea Groussac, quizás el escritor que por vez primera entre nosotros se sintiera llamado a realizar reflexiones precisas sobre las prácticas de los escritores frente a sus escritos y las usanzas culturales de una época. Por un lado, Moreno se siente insuflado de ejemplificaciones atenienses y espartanas, en su mayoría glosadas de Rousseau y Mably. No se priva Groussac, según su estilo, de una ácida observación que suena como el preciso guantazo de un mortífero polemista. Véase una de las tantas púas que clavara en las dermis inexpertas que le ofrecían los <i>litteratis </i>vernáculos: </p><p style="text-align: justify;"><i>Moreno suministraba copiosos ejemplos de Minos y Licurgo a los diputados de Santiago, Jujuy, Tarija y demás provincias, que ya se ponen en camino para derrocarle!</i></p><p style="text-align: justify;">Casi creeríamos ver aquí un sabor anticipado del gran polemismo que pasadas algunas décadas, y con similar intención de contrastar crudas realidades a los rebuscados ensueños ideológicos, animaría a escritores como Scalabrini Ortiz o Jauretche. Pero por otro lado, está inmerso Moreno en un medio periodístico. Groussac se encarga de subrayar que en el estilo periodístico existe una implícita habilitación para la cita imprecisa o aun para la ausencia de esmeros que de otro modo hubieran sido exigidos, si no se estuviese en un ámbito torrencial, que exige premura y talento para las grandes síntesis, menos exactas que vehementes. <i>Moreno, pues, periodista</i>. No podía hacer más, su biblioteca era sumaria, su formación intelectual tenía no poco de vicaria, pero su disposición literaria y política, cuando librada a su vivaz espontaneidad (<i>¿y Groussac no estaba íntimamente obligado a asentar este juicio?</i>), podía alcanzar cierto sabor ciceroniano, y no poco de Tácito en sus frases más felices, sobre todo aquellas que abren sus escritos perentorios, <i>los pueblos compran a precio muy subido la gloria de las armas</i>. Al cabo de su empresa demoledora, Groussac surge de las ruinas humeantes de su crítica y hechiceramente salva al tribuno del precipicio: Moreno, con toda su ambigüedad ineluctable, era el digno jefe, momentáneo jefe, aunque mejor dicho, <i>momentáneo director, sobre todo intelectual, de una revolución</i>. </p><p style="text-align: justify;">No escapa del lector contemporáneo la idea de que Groussac quiere hacer una historia de la revolución argentina a la luz de la creación de un ámbito intelectual autónomo y riguroso, que para el caso era sumamente defectuoso. La crítica a los escritos de Moreno dándoles el peso que corresponde en cuanto a la idea de autoría individual y creación de un <i>medio intelectual</i> independiente –acaso bajo la inspiración de la expurgación y desciframiento acabado al que habían sido sometidos los escritos de Pascal que poco antes se habían hallado en la Biblioteca Nacional de Francia– se le asemejaba a Groussac como la fundación verdadera de una cultura nacional. Debería estar presidida por la conquista de la crítica, de una noción de autonomía textual, a la que sólo se arribaría abandonando la improvisación en el oficio intelectual y la tendencia al descuido en las citaciones. Es decir, en la fabricación de textos que se ausentaran de su verdadera conciencia operativa, tomando tramos de otros textos sin designarlos adecuadamente en su ajenidad productiva, sin definirlos en su origen y sin señalar la necesidad intrínseca de ser alzados a los textos propios.</p><p style="text-align: justify;">Evitar esos errores es la tarea ímproba de Groussac, y el debate sobre qué tipo de propiedad textual posee el escrito atribuido a Mariano Moreno denominado <i>Plan de Operaciones </i><span style="font-family: verdana; font-size: xx-small;"><b>2</b></span> (el título en verdad es más largo y digresivo), le sirve para generalizar el debate sobe su proyecto de darle a la vida cultural sudamericana un rigor parejo con su responsabilidad, ajeno a los practicantes atolondrados de ciencias a las que visitan con meras generalidades de aficionados. </p><p style="text-align: justify;"><i>¿Por qué no penetra en los países de habla española esta noción, al parecer tan sencilla y elemental: que la historia, la filosofía y aún esta pobre literatura son ‘especialidades’ intelectuales, tan difíciles por lo menos como las del abogado o el médico, y que no es lícito entrarse por estos mundos como en campo sin dueño o predio del común?</i></p><p style="text-align: justify;">Este recetario propone un cuadro de disciplinas trazado con rigor y delimitado según competencias que no se yuxtapongan. Inhibe tanto al que practica las humanidades sin pensar que está en el terreno de un conocimiento estricto, como al poseedor de saberes clásicos –de leyes, de artes médicas–, que conjeturase que todas las vías del saber se le acoplan al gustillo de su aureola doctoral tan vaga como sentenciosa.</p><p style="text-align: justify;">El especialista intelectual que patrocina Groussac, cuando toma lo que fuere del jardín de amenidades de las filosofías y conocimientos más desarrollados, pone señales inequívocas de su arte citador –indica lo que toma con austeridad de juicioso arrendatario–, a fin de que su propia contribución quede también delimitada sin la vergüenza acobardada del eterno inquilino de las ideas. En esta modernidad intelectual fundadora de cuerpos nacionales, se llega a la mayoría de edad reconociendo débitos, y en el caso de Mariano Moreno, incluso es posible advertir que su incierta modalidad de arrebatar rápidamente los frutos del saber, se debe justificar por su talento natural obligado a cultivarse en medio de las urgencias de una ardua revolución. Groussac pedía rigor en los países de “habla española”, especulaba con una crítica textual como plataforma de una emancipación intelectual, pero no instituía una policía contra plagiarios sino una ironía del refutador que escarnece a los presumidos doctores rioplatenses a los que finalmente adulaba después de la golpiza: Groussac era un fino estilista del desprecio pedagógico, y no dejaba de cuidar la silla curul desde la que administraba las compuertas del espíritu de época al punto de impedir salidas elegantes a los letrados que sancionaba. </p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;"><b>II</b></p><p style="text-align: justify;">La cuestión de fundar la crítica de textos (cómo se cita, quién cita, quién escribe, quién es el autor) podía con razón asemejarse al principal problema filosófico en los países americanos; dicho de otro modo, podía significar el acto filosófico como último juez de los temas referidos a cómo un conjunto de almas y regiones juveniles se incorporaban al espíritu más maduro de la época. “Americanizar” es expresión groussaquiana: en algún lugar dice que la conocida frase de Volnay, <i>las ideas no se matan</i>, fue “americanizada” por Sarmiento otorgándosela a Fortoul. La palabra <i>americanización</i> tiene aquí un aire mordaz, como si Groussac no creyera que el traslado y el gracioso (o deliberado) descuido en la cita, no sea un rasgo de “desvío creativo” sino de precariedad en el viaje de los conocimientos. Descartada pues la aclimatación o americanización rigurosa, quedaría sin resolver cómo se ejercería la facultad de autoafirmación filosófica en los solares argentinos. Groussac no se equivoca al postular la necesaria fundación filosófica en la crítica de textos, pero no parece imaginar un modelo adecuado, salvo sus propias obras y hasta cierto punto las de Alberdi, Wilde o Juan María Gutiérrez, escaso elenco levemente melancólico si se tiene en cuenta que intimidó a Lugones o a Rubén Darío con severas admoniciones o adustos correctivos, así como fustigó a J. M. Ramos Mejía en el mismo pórtico de su libro, <i>La locura en la historia</i>.</p><p style="text-align: justify;">Precisamente en este caso, Groussac utiliza el prólogo de este libro, que el propio Ramos Mejía le invita a escribir, para destruir meticulosamente la mismísima tesis del libro sobre la “locura hereditaria” con argumentos en general muy bien planteados, pero en la “propia casa” del escritor que rebate. Quizás pensaba que esta lección ruda pero paternal, servía para reencaminar a un autor que veía refinado, gozosamente espeso, pero enredado en funambulescas doctrinas. Debía señalarle que era necesario depurar los argumentos e incluso cuidar de no incurrir en contradicciones sin disculpa.</p><p style="text-align: justify;">Ciertamente, ante <i>La locura en la historia </i><span style="font-family: verdana; font-size: xx-small;"><b>3</b></span> los lectores titubeamos cuando presentimos que nos rodea un extravagante enjambre de citas, como si hubiesen sido adquiridas ayer en el montepío general de los textos. Como entre piedras calcáreas en las que picotease un citador maniático, se deslizan los desaliños de Ramos. Apelando entre otros tantos a Paul Moreau de Tours, presenta a este autor como un entusiasta de Fourier. Pero Groussac, atento e implacable, rebate esto: Moreau de Tours desconoce justamente a Fourier. Entonces, cita impropia, arruinada. Pero Ramos se mueve cómodamente en ese bosque desparejo de citaciones francesas, como si se paseara divertidamente en carroza cosechando flores al azar, entre sabiondo y burlonamente inexacto. Y para Groussac, aun el habla más atractiva por lo voluptuosa tiene que tener <i>esprit de sérieux</i>.</p><p style="text-align: justify;">Ramos Mejía es voraz, desmesurado. No sólo se recuesta sobre lecturas desde luego abandonadas, Moreau de Tours o el más interesante Max Nordau, sino también sobre <i>Hombres y dioses</i> de Paul de Saint Victor, lo que para Groussac roza la sempiterna indolencia del “citador nacional”, pleno de ímpetu expositivo y de hedonismo literario, pero poseído por los demonios de una incuria espontaneísta. Sin embargo, no advierte Groussac que esa falta de aires científicos en la exposición –<i>científicos</i>, ya que no <i>positivistas</i>, pues no es Groussac alguien que los desee de ese modo–, no puede afectar las bases de un libro intempestivo e inclasificable, a pesar de su biologización positivista de la historia, a tono con las alegorías biológico-sociales que nunca cuesta trabajo encontrar en los horizontes intelectuales de aquellos tiempos, pero que en Ramos pertenecen mejor a una extraña saga simbolista, casi esotérica y rabelesiana a la vez.</p><p style="text-align: justify;">Entonces, la escritura de Ramos Mejía ilustra, más que ninguna otra cosa, sobre la tragedia de la “escritura científica” que desmorona sus presupuestos en el mismo acto de enunciarlos. Hecho implícitamente filosófico que Groussac no percibe en medio de su esfuerzo de contradictor con sus reglas de fino duelista, pues debe alertar desde dentro de la propia obra de Ramos sobre el peligro de locura que acecha a su mismísimo autor. Esto es, la locura de un escritor con el “alma en ruinas”, según se le atribuye a la manera Lautréamont, tal como la recuerda Rubén Darío en <i>Los raros</i>, libro que también Groussac desmerece por situarse en el extremo acrítico de seguidismo de la cultura francesa, así como en el otro polo, sería igualmente inconveniente acriollar la prosa o el verso para simular ancestros que no se tienen. Ya está formulado el tema que algunas décadas después toma la forma que le dará Borges en <i>El escritor argentino y la tradición</i>.</p><p style="text-align: justify;">Seguramente el drama de la cita como núcleo esencial de una americanización rigurosa de la filosofía, no provocada por las lecturas filosóficas de los <i>dandys-filósofos</i> porteños de 1880, esté expuesta como en ningún otro lado en el <i>Fragmento preliminar al estudio del derecho</i>, de Juan Bautista Alberdi, quizás el más importante libro de filosofía escrito hasta hoy en la argentina, si no debiésemos mentar obligadamente una justicia equiparadora mencionando a <i>El payador </i>de Lugones, <i>El mito gaucho</i> y <i>La revolución existencialista</i> de Carlos Astrada, <i>El hombre mediocre</i> de José Ingenieros, <i>No toda es vigilia la de los ojos abiertos</i> de Macedonio Fernández, <i>Exceso y donación</i> de Oscar del Barco, <i>La cosa y la cruz</i> de León Rozitchner, <i>Estética operatoria en tres direcciones</i> de Luis Juan Guerrero, y no muchos más a fuerza de terribles administradores de un <i>podium </i>sin duda gobernado con pequeñas cuotas de frenesí personal, pero esencialmente justo en su constreñida envergadura. <i>Lo constreñido de la lista se dirige como desafío a quienes se sientan aguijoneados por el voluntad de ampliarla.</i></p><p style="text-align: justify;">En lo que hace al <i>Fragmento preliminar</i> de Alberdi, su tema es la cita y el nombre. En cuanto a lo primero, el <i>Fragmento </i>comienza en primera persona declarando que ningún libro se escribe sin el acoso emotivo de otro libro. Esto es ya mucho más que una cita. Alberdi encuentra su alimento conmocional en el libro de Lerminier, que a su vez había experimentado una agitación inspiradora con el libro de Savigny <span style="font-family: verdana; font-size: xx-small;"><b>4</b></span> . El derecho no eran normas escritas sino formas sociales vivas, una filosofía de la historia. Ciencia desconocida entre nosotros, dice Alberdi, que hay que incorporar. Hasta aquí, poco de nuevo. Sin duda, es el comienzo de la filosofía, un primer gesto de i n a u g u r a c i ó n personal, originado en la lectura intimista de un libro que excita. Modo que es un hecho relevante, filosofía del lector sensitivo con “el corazón r e c l a m a n d o primicias” del romanticismo. En ese siglo XIX alguno tenía que decirlo bien. Tarea alberdiana. Desea conocer a Vico vía Pedro de Ángelis. Es la filosofía de la historia encarnada. Filosofía y jurisprudencia coaligadas en la idea de que el filosofar real se atiene al principio de individualidad que personifica una nacionalidad. Casi sin que el lector lo perciba, el texto juvenil de Alberdi comienza en la ley moral del desarrollo de las sociedades –materia prima de las leyes jurídicas– y ya está proclamando que la filosofía en tanto razón en despliegue es el principio de la nacionalidad.</p><p style="text-align: justify;">Verdadero <i>principium individuationis</i> de un colectivo moral, la relación entre filosofía y nacionalidad lo inspira a Alberdi para el célebre <i>dictum, es preciso pues conquistar una filosofía para llegar a una nacionalidad</i>. Si hay un modo de ser específico de lo social, hay que hallarlo mediante los nombres que lo singularicen filosóficamente. (“Vestirlo de formas originales y americanas”, dice Alberdi; poco después se animaría Sarmiento con este mismo debate). Habrá dos tipos de singularidades en el Fragmento. Una es la de las citas que inducen a la emancipación por la inteligencia, y Alberdi las encuentra en la lectura de Vico –realizada en la traducción francesa de Michelet y consultada por éste con de Ángelis, que por ese momento era un inevitable cortesano intelectual en Buenos Aires– y en una rara frase de Saint-Simon, quién escribe:</p><p style="text-align: justify;"><i>La edad de oro de la República Argentina no ha pasado, está adelante: está en la perfección del orden social.</i></p><p style="text-align: justify;">¿Dónde escribe Saint-Simon esa frase? Aparte: ¿En qué lugar escribió Carlyle que el cruce de los Andes fue la gran hazaña militar del siglo XIX?</p><p style="text-align: justify;">Las citas de Alberdi imaginan el texto europeo hablando de las entrañas de la nacionalidad: filosofía expresionista, voces del libro occidental de la revolución intelectual –con dicción no española, sino <i>franco-alemana</i>, como en 1844 diría Marx pero aquí llevando a Herder traducido por Quinet a guisa de bandera–, para trazar la voz ideológica de los nuevos países. Expansión y traslación de la cita, que ya adquiere pregnancia antropológica y cuya inexactitud podría no importar en el mismo punto de escándalo en que Groussac colocaba al impertinente escritor argentino vago o presumido con sus referencias intelectuales. ¿No aumentaría ese escándalo en el caso de que Alberdi hubiera traído hacia el gobernante no filosofante el misterio mismo de la filosofía?</p><p style="text-align: justify;">He aquí a Rosas, nombrado tres veces en el <i>Fragmento</i>, tratado como rey filósofo espontáneo, aunque él no se sepa portador de esa áurea condición.</p><p style="text-align: justify;"><i>Nosotros hemos debido suponer en la persona grande y poderosa que preside nuestros destinos públicos una fuerte intuición de estas verdades, a la vista de su profundo instinto antipático contra las teorías exóticas. Desnudo de las preocupaciones de una ciencia estrecha que no cultivó, es advertido desde luego, por su razón espontánea, de no se qué de impotente, de ineficaz, de inconducente que existía en los medios de gobierno practicados precedentemente en nuestro país…</i></p><p style="text-align: justify;">Fantásticas líneas que resuenan, por desvaída que se mantenga esta cuestión, en el núcleo más vivo de la historia nacional. No sólo Rosas es imaginado por el filósofo, sino que Rosas también <i>filosofa</i>. Pero de otra manera. Rosas <i>intuye</i> verdades –las mismas que el filósofo percibe con sus instrumentos normalizados–, abandona la “ciencia estrecha” que <i>no tenía por qué cultivar</i> y emplea la <i>razón espontánea</i> para discernir las inconducentes formas exóticas de gobierno de esos otros trajes adecuados para la corporeidad nacional efectiva. Este cuadro de oposiciones entre la razón debatiendo en igualdad de condiciones y a veces sin ventaja frente al sentimiento intuitivo y vital, interesa menos en su evocación romántica, que el hecho de que es la <i>figura filosófica de Rosas la que es construida</i>.</p><p style="text-align: justify;">Como es lógico, Rosas no había leído a Herder. O a Savigny, como lo hace Alberdi vía Lerminier. Pues bien, Alberdi lo invita a Rosas a “conquistar una filosofía”. Forja un tipo de tirano filosófico que gobierna desde el “corazón del pueblo”, pues Rosas <i>considerado filosóficamente</i>, dice, <i>no es un déspota que duerme sobre bayonetas mercenarias</i>. Por eso Rosas no encarna otra cosa que “la libertad déspota de sí misma”. Y si bien en esta mención es Rosas el que es visto por la filosofía, en la anterior es la filosofía la que es habla inmanente en Rosas. ¿Cómo se impulsa este fluido filosófico que encarna en Rosas? Con las leyes de desarrollo de las culturas históricas, que forjan tanto sus tipos agrestes como los instruidos. Ambos son tipos filosóficos, <i>filósofos intelectuales y filósofos en la no filosofía</i>, emergentes de una común “organización de la cultura” y de los distintos énfasis de la “voluntad nacionalpopular”. Rosas es filósofo que rechaza el exotismo sin terminología filosófica, pero la intuye espontáneamente; Alberdi es el filósofo anti-exótico que conoce la vida interna de la verdad, que sería frágil si no pudiera “suponer” –o sea, <i>nuevamente intuir</i>– en las personas poderosas un rasgo de coincidencia presentida con esa verdad.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEixZ1KDcuWPVmT90-7S5EBDAlWWbuQTB17zs2MadwFhh91OZHGnZIrL3v2lJeMARI_p8IEOWWBgJao9r7J-jnddd5N8NkSphOd4m4yI6k82AcRIISC2_uqMtaGU7cfGYY_Hj3BzyejqsSkmM9bSzUiTxTX_PaN-dGDSCmnPAzf3KGC7uvTiqGWXS6bbqw=s1280" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="640" data-original-width="1280" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEixZ1KDcuWPVmT90-7S5EBDAlWWbuQTB17zs2MadwFhh91OZHGnZIrL3v2lJeMARI_p8IEOWWBgJao9r7J-jnddd5N8NkSphOd4m4yI6k82AcRIISC2_uqMtaGU7cfGYY_Hj3BzyejqsSkmM9bSzUiTxTX_PaN-dGDSCmnPAzf3KGC7uvTiqGWXS6bbqw=w640-h320" width="640" /></a></div><p style="text-align: justify;">La forja del filósofo áspero, acaso bárbaro, depende de la intuición del filósofo de verdades ya encontradas por filósofo de la cultura; es intuitivo para encontrar la intuición real (pues Rosas no habla de filosofía), y al mismo tiempo es filósofo de conceptos historicistas para imaginar que aún en el retraso de su reflexión, implícitamente el gobernante también los posee. Esta coalición circular de intuición verdadera y de verdad anidada en la intuición, viaja como un estampido somnámbulo en los capítulos de la filosofía que de tanto en tanto escriben los filósofos argentinos. En los años setenta vuelve el enigma revelado de la relación Alberdi-Rosas, ahora recubierta del glorioso hegelianismo de izquierda: José Pablo Feinmann, en <i>Filosofía y Nación</i>, con toques menos herderianos y más vocabulario de la “crítica de la economía política”, apela a esta implícita reconciliación entre civilización y barbarie, tal como Jauretche, otro herderiano aunque con chispeante terminología gauchipolítica, la imaginaría reconciliadas en la década anterior, pero entonces en la figura de Arturo Frondizi <span style="font-family: verdana; font-size: xx-small;"><b>5</b></span> .</p><p style="text-align: justify;">A propósito de las hojas perdidas de los 70, en la revista humanistacriollista <i>Envido</i>, dirigida por Arturo Armada, se realizaba una singular experiencia. Hablaba casi enteramente la lengua de la <i>conducción política y del estrateguismo de liberación </i><span style="font-family: verdana; font-size: xx-small;"><b>6</b></span> , pero el tema que la acuciaba era uno que sin saberlo se le había legado, la posibilidad misma que el príncipe de la época, con su filosofía de no filósofo, admitiera que poseía una filosofía aunque en una medida menor a la que suponía, para dejar resquicio a la juventud filosófica (politizada con el nombre que prestaba precisamente quién tenía el señorío completo del banco de nombres irradiados en la época) a que recreara la lengua con adquisiciones al sabor de aquellos historicismos del momento, de la fenomenología de la violencia o incluso de la dialéctica negativa.</p><p style="text-align: justify;">El fracaso de este tácito alberdismo, ahora con los nombres de Hegel, Fanon o Marcuse –tal como fracasara quien primero empleó la pócima, el propio Alberdi– de alguna manera prefiguraba conceptualmente todos las dificultades ostensibles que luego se dieron en la relación con <i>la persona grande y poderosa que preside nuestros destinos públicos</i> pues ya había elaborado un cuerpo de ideas concluyentes con forma de verdad, siendo que era notablemente forzado imaginarle <i>una fuerte intuición de estas verdades, a la vista de su profundo instinto antipático contra las teorías exóticas</i>. Es como si también, la combinación filosófica hubiera exigido la fuerza de una suposición –<i>nosotros hemos debido suponer</i>–, que en los términos en que se traducía la hipótesis de la doble intuición entre el jefe y los que estaban comprendidos por su nombre, no podía ejercerse. Fallaba la suposición, se desplomaba ese nosotros, pero el tiempo verbal de la frase ya anticipaba problemas, pues parece haber escrito no en el momento anterior de la expectativa sino en el posterior del lamento.</p><p style="text-align: justify;">En los términos del petitorio groussaquiano respecto a que se tenga especial cuidado con las citas –no hacerlas <i>a la violeta</i>, no presumir de intelectualismos huecos, no creer que la exigencia periodística, que provoca la ocurrencia festejable, disculpará la flojera en el tratamiento de los textos–, se puede decir que en el seno del <i>drama alberdiano</i> del siglo XIX y el siglo XX, fracasa una forma vital de la cita. No la cita filosófica mal planteada y empleada para la estólida vanidad del filosofastro, sino la cita como convocatoria y encuentro de las partes distanciadas del trance que animará los lenguajes de la historia. Si en Mariano Moreno había flaqueza filosófica pero energía política en la misma persona, el mundo romántico separa los actos y propone una búsqueda problemática. Que lo sea, hacía al turbio sortilegio de la hora. Se trataba de la filosofía como razón celebratoria intuyendo la otra filosofía, esa filosofía espontánea que le subyacía no sin efectividad, pero en la <i>carencia de su propia lengua</i>. Una le daría la lengua a la otra, pero debía aceptar que tenía sentido que ella se ejerciese en el “rechazo de las ciencias estrechas”, <i>que siquiera debían frecuentarse</i>. Si esa cita feliz se cumplía, era lo exótico mismo lo que quedaba renegado. Comenzaba la era de la filosofía conquistada como ejercicio fáctico de la nacionalidad. </p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;"><b>III</b></p><p style="text-align: justify;">En esta <i>filosofía de las citas</i>, recordemos dos hechos relevantes en la relación de los escritos argentinos con sus fuentes notorias. Hasta hoy puede leerse con satisfacción <i>La ciudad indiana</i>, de Juan Agustín García, publicado hace más de cien años. El lector de nuestros días podrá objetar ciertas partes o la totalidad de esa construcción un tanto reseca, pero es rigurosa en su esencia. En el prólogo a la segunda edición, Miguel de Unamuno se encargaría de transponer al horizonte vital esas estampas coloniales, diciendo: <i>por esas páginas veo repentinamente levantarse un Santos Vega, erizarse un Martín Fierro</i>. Pero a pesar de la aclaración inicial de García respecto a la inspiración que recibe su libro de <i>La ciudad antigua</i> de Fustel de Coulanges, la vasta disposición y enjoyada sutileza que posee el libro del sabio francés, impide que nadie quede boquiabierto leyendo los buenos intentos del catedrático argentino, calificado escritor y artesano investigador al que hoy sólo festejaríamos pródigamente, sobrellevando con tino las distancias infranqueables que lo separan del egregio original. </p><p style="text-align: justify;">¿Pero nos conformaríamos con que nos corresponde apenas un respeto resignado hacia esa <i>brecha </i>intrasponible entre la civilización intelectual que origina esos vastos frescos histórico-culturales tal cual el de Fustel? ¿O esa<i> brecha es un problema filosófico</i> que no puede disolverse como tal pues evoca el inconveniente específico de <i>nuestros </i>compromisos con el juicio histórico? Ya sé que molesta esa cursiva en la palabra <i>nuestros</i>, como si quisiéramos decir algo más que la inocencia de una muletilla pronominal, quizás una ontología subterránea, definidora esencial de un sentido. Pero no, es nuestro nuestro difuso, un diafragma móvil en la lengua. Ya lo veremos. Pero consideremos ahora la modalidad citadora de José María Ramos Mejía, en <i>Las multitudes argentinas</i>, notoriamente tomado de <i>Psicología de las multitudes</i> de Gustav Le Bon, que lo precede en unos pocos años. ¿Qué hace frente a este libro clásico el sutil tribuno del régimen y notable escritor voluptuoso, genuino heredero de Sarmiento?</p><p style="text-align: justify;">Simplemente, comienza citando a Le Bon, luego le interpone una diferencia que no parece muy relevante, que parece equilibrar los platillos de la balanza entre un prolífico ensayista francés y el lejano epígono rioplatense, y después, en no pocos trechos posteriores, va adecuando o glosando libremente los temas del escrito esencial que lo inspira. Cuando pone lo suyo, entretanto, es sorprendente en el manejo jovial e impetuoso de esas imaginativas andanadas que poetizan lo social. El resultado es un libro que se come la cola, emplea varios sentidos contrapuestos del concepto de “multitud”, y acaba por crear un aleccionador disparate pleno de instructiva embriaguez . ¡Original!</p><p style="text-align: justify;">Es que Ramos Mejía tiene la habilidad “periodística” que Groussac percibe como peligrosa para la ciencia bien calibrada. Sin embargo, su poder ficcional es tan evidente, y supera tan claramente las proporciones de la prensa periódica, que ocupará un raro lugar en el horizonte de las escrituras modernistas y simbolistas argentinas. No es un científico ni un periodista, no es un poeta ni un investigador, sino un escritor a contrapelo, con desmesuradas dramaturgias. De lo inubicable de su <i>episteme escrita</i> (llamémosla así), obtiene la fuerza de su posición crítica y literaria. Su manejo de la cita es equívoco, barroco y alegremente estafador, como un copista morfinómano que no percibe cuánto innova de lo que extracta.</p><p style="text-align: justify;">El <i>Rosas </i>de Ramos Mejía es probablemente el máximo libro que se ha escrito sobre este antimodernista hombre de mando. Supera a Saldías, a E. Quesada, a Ibarguren, a Gálvez, a quienquiera que surgido de fuentes nacionalistas o liberales se le haya animado al crucial personaje. Consiste en una amplia consideración sobre estilos y metáforas, sobre modos de historiar y sobre la relación de la vida con el documento, sobre la historia como teatro y la teatralización enfermiza del mundo histórico. Ni siquiera debe filiárselo a ningún “antirrosismo” que algún “revisionismo” debería exorcizar, pues se sitúa en un plano estetizante donde su aversión a Rosas convive con una secreta y ansiosa apología de la desmesura y del desvarío. Citador contumaz, no se priva aquí de mencionar un Macaulay, pero tampoco un Heliogábalo. Ya no es el “Rosas” en que puede filtrarse el alma herderiana de “Alberdi”, sino un “Rosas” reclinado en la camilla rembrandtiana con una conciencia de claroscuros psicopatológicos para que viniera a develársele, a través de algún nigromante foucaultiano, la razón de su locura.</p><p style="text-align: justify;">No admite ser juzgado según se hayan hecho buenas o malas citas –conforme quería Groussac–, y ni siquiera si fuera la base para la creación frankensteiniana de un Centauro Nacional, mitad caballo intuitivo, mitad filósofo romántico. En Ramos Mejía Rosas es una creación textual, cabalga sobre el escrito y escribe él mismo, presa de su alucinación encarnada en la alucinación del escritor que lo recrea. Del mismo modo, en su silueta de Yrigoyen –obra maestra del aguafuertismo nacional–, lo considera un opiómano de la revolución poseído de una misteriosa fuerza cabalística <span style="font-family: verdana; font-size: xx-small;"><b>7</b></span> . No hace un intento de entrar en el mundo de Yrigoyen, acorazado por su lenguaje krausista, sino que lo reviste de las notaciones de una exquisita psicología artística. Lo comprende en la lejanía –desde luego, también política–, y sólo se contenta con trazar un croquis médico y pictórico en tanto poéticas esmaltadas y cerradas en sí mismas. La filosofía aquí practicada, correría el peligro de no servir como contrapunto del ánimo estetizador de la política, que lo gana. Coriolano Alberini, enjuiciador adusto del positivismo, no deja de ver el trasfondo simbolista que hay en este Ramos Mejía, “naturaleza romántica enturbiada por el materialismo médico” <span style="font-family: verdana; font-size: xx-small;"><b>8</b></span> , y que si no reproduce el drama alberdiano frente a Rosas, esto es, el drama de la filosofía frente a su objeto histórico y práctico, es porque lo repuja en aguafuertes de largo aliento pictural, sin esperar que reciba la reparación filosófica que rehaga su inmanencia como trascendencia.</p><p style="text-align: justify;">Por otro lado, Yrigoyen tiene lengua propia, y su espesura no es penetrable por otras alternativas filosófico-políticas. I. B. Anzoátegui, otro curioso autor de aguafuertes de aire humorístico y bravo resplandor inquisitorial, encuentra en plenos años 20 que sólo la temprana escritura de Borges se acomoda a los arcanos del lenguaje de Yrigoyen. Luego, Ricardo Piglia, obedeciendo a su técnica sutil de imperceptibles dislocamientos metonímicos, puso a <i>Macedonio Fernández</i> en ese lugar, retomando la medida filosófica de la correspondencia intempestiva entre textos recónditos de la literatura y el alma del político con su tragedia de expresiones incompletas o indescifrables.</p><p style="text-align: justify;">Precisamente, Macedonio Fernández persiste en un estilo de filosofar metafísico que incluye el intento de crear una <i>técnica de suscitación de estados que no están en la vida</i>. Estos estados no deben basarse en contenidos realistas ni en mimetismos sentimentales sino en ejercicios referidos tan sólo a la autosustentación de su propia existencia artística. Toda materia existente en la escritura o el pensamiento debe investigar su sí mismo existencial, sin procurar efectos sensoriales externos, sino peguntarse si hay transfusión o pasaje entre lo técnico y lo vital. En verdad, siempre hay, y ese pragmatismo metafísico de Macedonio en que se funden la vida y la obra, significa la realización de la filosofía, quizás como un empalme lúdico de las corrientes filosóficas de su tiempo, el pragmatismo y la fenomenología, cuyos ecos lejanos recoge en sus escritos. Los estados finalmente estarán en la vida, la obra artística se confunde con el vivir.</p><p style="text-align: justify;">Lo técnico que Macedonio defiende (tecnicidad de la invención autofigurada de la obra, lo que en verdad sería lo metafísico) consiste en ver la filosofía como un <i>estado práctico presente precategorial o ante-predicativo</i>. Su hipotética conversión en vida hace de lo técnico-pragmático una teoría de yo en suspenso, pura praxis de la eternidad. “La novela salida a la calle con todos sus pesonajes en ejecución de sí misma”, según dice Macedonio, intenta un conocimiento que supere la distinción entre vigilia y ensueño, deteniendo el pensamiento en una imagen presente de sus estados sensoriales, pero abiertos a la práctica metafísica de la dilución de la diferencia entre sueño y mundo externo, entre texto y vida. Con lo que todo lo de Macedonio concluye en una poética amorosa como sustento del mundo, demostrable cuando muere el cuerpo amado en el que el amante había subsumido el suyo, y que ante la “cesación del otro cuerpo” debe recobrar de una manera fulminante el suyo olvidado, con lo que en Macedonio comienza el irresoluble problema del amante sin correspondencia, esa <i>muerte ya vivida</i> que queda junto al amante vivo cuando parte la amada <span style="font-family: verdana; font-size: xx-small;"><b>9</b></span> ; el dilema del suicidio es lo que viene después, tema que es incesante en Macedonio <span style="font-family: verdana; font-size: xx-small;"><b>10</b></span>.</p><p style="text-align: justify;">Por poco que logremos encontrarnos en y con este pensamiento sin igual –y que surge de meditaciones metafísicas sobre las ciencias jurídicas en la misma época de la juventud de Ingenieros y Lugones– es evidente que en su cuerda más íntima hay una voz crispada en su humor absurdo que intenta seguir los asuntos públicos argentinos de una manera agónica, tomarlos en su <i>mundo de vida</i>. La derivación literaria de Macedonio la clausurará Borges al considerar que la auto-eternidad de la novela que se disuelve en infinitos prólogos, expulsa al lector. En cuanto a la derivación política apenas tiene el titilar de los intentos de Scalabrini Ortiz, que deseó con ella crear una metafísica social activa en torno a la idea de <i>hombre colectivo emancipado y tecnología nacional autónoma</i>. La pragmática metafísica de Macedonio no es el pragmatismo alberdiano, desde el cual se ataca al que ignora “el papel social y político de la filosofía, sus intimidades con la política, la legislación, la economía y el arte” <span style="font-family: verdana; font-size: xx-small;"><b>11</b></span>.</p><p style="text-align: justify;">Se podrá ver que el capítulo macedoniano de la filosofía en la argentina arroja un resultado impresionante respecto al juego de las citas. Macedonio lleva al absurdo las citas, lee <i>indirectamente </i>(por ejemplo, a Hobbes a través de Schopenhauer) y convierte sus argumentos en pequeños relatos donde con ejercicios de anacronismo se trae el texto a una circunstancia de actualidad (Hobbes visitando Buenos Aires en 1928: <i>lo indirecto se torna absolutamente concreto, vivencial y directo</i>). Quizás el precio de su complejísima construcción, con usos inesperados de la lengua, empleo de luminosas antiguallas así como de arquitecturas bárbaras y personalísimas, un <i>opus nigrum</i> de una anfractuosidad abusiva que sin embargo entraña oscuras poetizaciones del idioma, fue la desorientación pública respecto a cómo leerlo. Se trataba del más amplio esfuerzo por invertir con el humor y una metafísica activa del texto, el orden de una cultura nacional basada en los ecos de los nombres filosóficos europeos. ¿O habría otra forma de decirlo? No se resolvía el dilema dictaminando que esta región del mundo era parte inescindible de la cultura occidental, con plenos derechos en el legado y en su uso, como hará Borges, quien sin embargo se adjudicará para hablar los exclusivos derechos de su sangre criolla antepasada <span style="font-family: verdana; font-size: xx-small;"><b>12</b></span> y practicando en la <i>Nueva refutación del tiempo</i> su propia metafísica irónica pero aliviada de escabrosidades macedonianas, aunque no de sus mismas conclusiones. No se resolvía, pues había idiomas singulares y dramáticos de por medio –francés, alemán, inglés– que en su derrotero pesado, de grandes orgánicas y fantasmagorías de las lenguas, no tomaban la dirección difuminadora que aquí se recomendaba, por lo que el paso adelantado de diluir la frontera moral e intelectual de la textualidad argentina nunca dejó de considerarse, pero tampoco cesó el lamento literario ante la mera posibilidad de que esa fatal subsunción finalmente se concretara.</p><p style="text-align: justify;">No es posible ver esos lamentos en un esfumado Juan Crisóstomo Lafinur <span style="font-family: verdana; font-size: xx-small;"><b>13</b></span> hablando en la Buenos Aires de 1819 sobre Gassendi; pero sí los encontramos poco menos de una década después en Echeverría, que se bate en su propio espíritu con la cuestión autonomista, ora ensalzándola, ora rebatiéndola en los horizontes de un humanismo universalista, aunque su <i>apología del matambre</i> no osó trasferirse al ámbito real de la filosofía.</p><p style="text-align: justify;">Pero con las vastas mitografías de Leopoldo Lugones y Carlos Astrada –<i>El payador</i>, 1916, y <i>El mito gaucho</i>, 1948– se configura una extrema solución para el creacionismo de la cultura nacional sostenido por una filosofía de la heráldica y la metempsicosis –en el primero–, y del “plasma poético originario” en el segundo. Más allá de sus diferencias, en ambos se percibe el más desmedido (y no por eso menos interesante) proyecto para liquidar drásticamente la cuestión groussaquiana de la cita improbable y chapucera. Ahora no se trataba de introducir en un cuerpo apagado la primacía de la ideología nueva –como en Lafinur–, pensar al gobernante absoluto con las notas de la filosofía emancipada –como en Alberdi– o festejar que los simuladores y falsarios “fueran certeramente acribillados por Stirner y expuestos por Nietzsche para todas las posteridades” <span style="font-family: verdana; font-size: xx-small;"><b>14</b></span>, como Ingenieros. Se trataba de labrar la función del mito como pasión heroica transmisible por generaciones a partir de un origen milenarista (como en Lugones), o de ubicarlo en el seno de una praxis histórica completa que provendría de un telurismo ancestral (como en Astrada). En los dos casos las altas religiones y conocimientos alegoristas añejos –helénicos, orientales– aparecían a la justa hora de iluminar una figura renovada sobre el bastidor arcaico de una estirpe argentina.</p><p style="text-align: justify;">Sería fácil ahora condenar ambos trabajos por ausentarse del asidero histórico y social o incluso de la norma tolerada de un sereno ensayismo que recomiendan nuestros tiempos de escrituras inspeccionadas. Pero el hecho de que estos libros ya no se redacten en épocas de reglamentaciones escriturales o de rápidas condenas a lo que se olfatea como ad usum de una ontología acechante (véase cómo las palabras <i>esencialista o</i> <i>sustancialista</i> cargan misteriosos y oscuros dictámenes togados de destierro, casi autos de fe capaces de excluir a un texto del rubro de las redes de citas compensatorias que arman los conjuntos universitarios consistoriales) no quiere decir que por su condición de haber roto la pared que resguarda de la intromisión del mito, no deban ser conmemorados, aceptados en su turbada significación. Turbada, pues no de otra forma se realiza el pensar, convulsionado siempre por la quita de su motivo sobrante, para acompañarlo doblemente frente a lo que se desprende de su masa quieta, y en lo que queda de ésta luego de sustraída la pieza que completaría el sentido. Así piensan Lugones y Astrada, en el primero con huellas claras de una insólita influencia de Macedonio Fernández a pesar de que no es ilógico suponer que el humor nutrido de absurdo gramatical de éste contrasta severamente con el asfixiante totalismo épico y destinal de áquel. Pero Lugones dice en las conferencias del payador, que <i>cuando lanzaba mi gaucho sobre los renglones en imágenes que resultaban agradables, no por mías sino por veraces y sinceras, bien así como un paisaje en la sencilla fidelidad del agua, creía sentir que espoleado por vuestro aplauso, iba su corcel trotándome adentro</i>... ¿No debemos ver aquí la apelación a una metafísica del texto como signo de activismo del sujeto político?</p><p style="text-align: justify;">Es cierto que en Lugones ese sujeto es portador de un relato mítico completo y que procede por linajes hereditarios, aunque la construcción de índole esotérica no impide lo que Martínez Estrada llamó el <i>logos espermáticos </i><span style="font-family: verdana; font-size: xx-small;"><b>15</b></span>, esa don de palabra lugoniano encarnado en la voluptuosidad que obedece a la dialéctica plena entre el bronce, el verbo y la carne. Vanidad heroica, claro síntoma de una búsqueda pragmática en el andar del mito con un sujeto histórico que debía interpretar la osamenta arquetípica que cargaba sin saberlo. Fracaso de Lugones en esto, chasqueada búsqueda en la que había un incierto vacío creador que por un lado llevaba al suicidio herculíneo y por otro al logos espermaticós añorado y esquivo. Macedonio tenía razón en ver que la raíz del problema era el logos suicidógeno. No era otra cosa que la consagración del ser como una mala interpretación del sueño sin soñador, un tonto estropicio que olvidaba que el ser se compone de una suma hedónica ventajosa de sus situaciones presentes.</p><p style="text-align: justify;">De allí provienen dos clases de escrituras. Será estatuaria y alegorista en Lugones y fundada en <i>hechos rupturistas</i> <i>mínimos </i>en Macedonio. Uno puede ser la contracara del otro, pero no difieren respecto a juzgar el estilo de las obras según su propio destino de escritura (“<i>lanzaba mi gaucho sobre los renglones</i>”, dice uno; “<i>un instante, querido lector: por ahora no escribo nada</i>”, dice el otro). En los dos casos, una filosofía en acto sobre la dialéctica del escribir, encarnada en el mito del texto que por exceso épico (Lugones) o donación de la nada (Macedonio), compone parte esencial de los formidables debates y legados filosóficos expuestos en este país. </p><p style="text-align: justify;">En este pensar de la mitodicea filosófica argentina, desaparece el dilema de la cita vicaria y de la necesidad de dialogar con la figura situada en el corazón político de la época. Sabremos para qué con sólo volver al drama alberdiano: para dotarla de nuevas palabras y tomar a su vez las que el titular de un máximo nombre político ha absorbido y devuelto a un colectivo histórico de la manera que fuese. Pero, supuestamente ajenos a ese colectivo histórico, Alberdi había sacado el periódico <i>La moda</i> hacia 1838. Sus temas y los de varios miembros de su generación se deslizaban ahí hacia asuntos como el estilo, el tocado, la cultura femenina, los signos indumentarios de la vida, la sastrería como voz exterior del sujeto enamorado, la actualidad como un aire de satisfacción que cada vida declara no deberle más que a su mundo doméstico.</p><p style="text-align: justify;">Alberdi, sin embargo, mantenía ese plano como una nada disimulada alegoría de cómo había que tratar las ideas nuevas, con lo que en su vocación por la coquetería había un alma historizada en términos clásicos, como lo desmostrará luego en la polémica con aquel Sarmiento embutido en uniforme europeo por la campaña del Ejército Grande, advirtiéndole que ganar una batalla “no es cuestión de sastrería” o condenando el bigote en <i>El crimen de la guerra</i>, aunque en ese caso, aludiendo a un ícono de la composición facial para ligarlo a repudiables figuras marciales.</p><p style="text-align: justify;">La filosofía de la intimidad, antes de la curva que describe la lectura de Max Scheler entre nosotros, estuvo casi siempre ausente en los programas del <i>filósofo argentino</i>. Salvo Lugones que la quiso infundida de amor cortés y fatalismo cósmico –pero como reverso de la “vida fuerte”– y Macedonio, que investigó hasta las últimas consecuencias el mundo de objetos urbanos y cotidianos que circundan la mano, y no se privó de explorar la tragedia del amor. Hubiera sido la forma de oponerle obstáculos definitivos a la cita a destiempo, a la adopción de consignas filosóficas de filósofos mayores –y no tanto–, y a la proclama codiciosa del papel no irrelevante pero un poco insípido del introductor de novedades filosóficas a la vuelta del largo viaje o de la librería barrial con largas novedades de ultramar. Con todo, Carlos Astrada en <i>El juego existencial</i>, hace un recorrido hacia la vida cotidiana estrictamente permitido por su temprano acoso fenomenológico.</p><p style="text-align: justify;">En ese libro de 1933, Astrada advierte que el lector va a encontrar aspectos de la filosofía de Heidegger “interpretados con criterio personal”, agregando que si el concepto de juego es heideggeriano, es de su propio cuño la reflexión sobre el juego infantil. Lo comprueba el lector actual en frases de filosofía experiencial como <i>Yo he visto a un niño jugar</i>, a la que Astrada recurre como arranque de su fraseo filosófico, que aquí se ve nítido, de frases despejadas, sustentadas en breves aguijones que van justificando su osada declaración de originalidad, ese agregado personal no irrelevante que él aclimatará en el cuerpo de ideas heideggerianas que lo conmueven. ¿Será éste el modelo constructor de una empresa que forja su singularidad última en la fortuna de un repique agregado a un cuerpo mayor de ideas? El “criterio personal”, en todo caso, es una insinuación válida del estilo con que Astrada acomete su vida filosófica, que en verdad no es fácilmente representable hoy en el conjunto de sus aritméticas y retóricas. No porque el creciente interés por su obra no se halle acarreado por el concluyente libro de Guillermo David <span style="font-family: verdana; font-size: xx-small;"><b>16</b></span>, sino porque su originalidad hay que revelarla y extraerla ahora como un elemento mítico y a la vez dialéctico, resultante del resoplo de su obra entera, imposible de combinarse en ninguna estabilidad confiada. Esa inestabilidad es su filosofía, hecha sin embargo con los retazos firmes de sus vínculos intelectuales con Heidegger, Scheler, Hegel, Husserl, Nietzsche, Herder, Marx o Simmel, la que aparece como el infinito intento de inmiscuir cada uno de esos textos en los otros, sometidos a enseres de lectura en los que el mito de una emulsión fecundante y primera, de índole telúricopoética, convive con las ideas del numen plasmado en el paisaje como naturaleza pensante, y con un recurso a hermenéuticas de inusual rigor para inscribir, fijar y producir nuevos encauces de prácticamente toda la textualidad filosófica contemporánea.</p><p style="text-align: justify;">Inestabilidad así de esas compulsiones de lectura, pues estrictas cada una en su papel de tejidos pensantes autónomos, se plasman en la cabeza filosófica de Astrada de un modo revulsivo, crispado, tornadizo. Es una cabeza alemana fundida en los arcanos de la historia nacional y en textos propios eminentes no raramente al mismo nivel que el de sus fuentes europeas. Nada de ello sin lógica ni pujanza, sino con la que le da el sino –el “sagitario”, diría Astrada– de la filosofía como tensión latente de pensamiento anunciador de una época aún no avistada en todos sus términos conceptuales <span style="font-family: verdana; font-size: xx-small;"><b>17</b></span>. La resquebrajadura interna en la conciencia interna del texto filosófico de Astrada –y en este sentido es hasta hoy el máximo filósofo nacional– es su fenomenología política del ego filosoficante turbado, la imposibilidad de conciliar con el Estado y a la vez la necesidad de entenderlo como la mala forma de un mito realizador que hay que corregir o refundar con una praxis popular y una cosmogonía humanista, mitodialéctica, que reabra el secreto de los orígenes.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEj11wga1dAKD7CKypHLzrAILYDUJjdbqFv7kRIYkK1Mm6mXFsRcCbnGgfSJHAIe-jv4Qzy2ALX3vgWVTEMQ0r7A2BIDalIPXReFfunH_KrjjbdbpcKoH3ybR5bKpTRuwTOnLsGk3miVTCNQf7vIAPYafErAsSVK6DpRtLIcdEyz-UtXEsqNfL2LhgfZdg=s326" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="287" data-original-width="326" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEj11wga1dAKD7CKypHLzrAILYDUJjdbqFv7kRIYkK1Mm6mXFsRcCbnGgfSJHAIe-jv4Qzy2ALX3vgWVTEMQ0r7A2BIDalIPXReFfunH_KrjjbdbpcKoH3ybR5bKpTRuwTOnLsGk3miVTCNQf7vIAPYafErAsSVK6DpRtLIcdEyz-UtXEsqNfL2LhgfZdg=s16000" /></a></div><p style="text-align: justify;">En <i>El juego existencial</i>, su primer libro, Astrada reflexiona sobre la radio y el cine, de un modo no sólo anticipador en el medio intelectual argentino, sino en consonancia con textos cruciales que más o menos en ese mismo tiempo se estaban pergeñando, como <i>La obra de arte en la época de la reproductibilidad técnica</i>, de Walter Benjamin. Respecto a la radio, en ese inicio de la década del 30, Astrada la ve tan auspiciosamente que la cree capaz de reactualizar el mundo retórico grecolatino <span style="font-family: verdana; font-size: xx-small;"><b>18</b></span>. Se abre una nueva etapa cultural con lo mejor de las antiguas en términos de la restauración del equilibrio entre la voz y la escritura, entre la palabra hablada y la palabra escrita, luego del abuso “mallarmeano” de ésta última. Con todo, la técnica radiofónica encierra los peligros generales de toda tecnología, aunque allí convergiría todo el tejido cultural y existencial de un momento histórico buscando en dónde expresarse. Pero he allí el dilema contemporáneo, ante la incógnita de si va a preponderar la malla existencial y la invención técnica se apoderará del habla real con su retórica escondida, mecanizada.</p><p style="text-align: justify;">Puede decirse que la búsqueda del examen de la cotidianeidad como mundo de vida, quizás proporcionaría mayores posibilidades a lo que Astrada llamó tempranamente el “criterio personal” en la invocación de la universal filosofía heredada. La cotidianeidad como problema filosófico, que alcanza su forma cúlmine en el célebre tratamiento que en <i>Ser y tiempo</i> le da Heidegger al lenguaje diario, a las “habladurías”, a la “avidez de novedades” y luego a la presencia de la técnica en el mundo práctico del ser, parecería proponer un paradójico escape hacia la cuestión del texto filosófico autoctonista. Esto permite una ilusión de singularidad histórica al tomar hechos de la moda –y de las modas en la práctica del propio lenguaje–, que en su esencia son partes fundamentales y generales de un estilo de época, pero trabajan en la confianza de la evocación de una cultura propia. Para Alberdi era la moda como lengua íntima de los salones, con su literatura y sus <i>minués</i>, pero un salón siempre tiene una sinuosa relación con su contrapartida estatal y con la política como espejos invertidos. En Carlos Astrada la reflexión sobre el lenguaje de la radio –y hay que ver qué hace con ese mismo asunto Sartre en su <i>Crítica de la razón dialéctica</i>, para valorar el adelantado escrito del argentino– hace las veces de análisis de la <i>lebenswelt</i>, con lo que la mencionada referencia cotidiana mantiene su fuerza apariencial de apuntar hacia la existencia general volcada al mundo y de inventariar las marcas específicas que hacen más reconocible un aire social o nacional “propio” en que se autoreconocen los hombres. Del mismo modo, la relación del filósofo con la lógica de una época y su expresión de regencia política tanto como lo que ya vimos –el uso impreciso, heterogéneo y a veces encubierto de la cita– sirven para trazar el itinerario específico de la filosofía argentina.</p><p style="text-align: justify;">El itinerario o trayecto (el ser que sustituye en un recorrido conveniente su condición fortuita) de este filosofar con nombres argentinos, se expone ante obstáculos políticos y la senda propia del que ocupa enteramente con su persona magistraturas y sedes gubernamentales, (ya consideramos <i>Alberdi con Rosas</i>, desde luego <i>Astrada con Perón</i>). El otro obstáculo es la forma de la cita, el estilo real de incorporación de lo otro, lo que es sin duda el máximo obstáculo textual, siendo que finalmente la filosofía es la necesidad de aferrarse a la esencia de ese obstáculo, pues es la suma de interrogaciones que toda dificultad origina y el llamado al discernimiento que todo estorbo provoca. Nosotros debemos suponer que la dificultad o contrariedad del texto es el drama de una filosofía a ser “conquistada” por el “nosotros que supone” <span style="font-family: verdana; font-size: xx-small;"><b>19</b></span> alberdiano. Agreguemos que la vía del juego existencial cotidiano como refugio momentáneo de la filosofía, en el “alberdiano” Astrada <span style="font-family: verdana; font-size: xx-small;"><b>20</b></span>, ya en la época de la fenomenología se revela no como un mero descanso cuando no se puede ser filosóficamente claro y distinto, sino como el drama de la vida frente a la técnica y las retóricas calcáreas del lenguaje. En el procedimiento ternario del <i>uso citador, de la relación del filósofo con el poder no filosófico y del rastro de ausencia filósofica en la oculta filosofía del vivir diario, con sus maneras y vuelcos de estilo</i>, se compone el desafío que debe tomar una filosofía de tiempos y lugares específicamente nombrados –así una filosofía argentina o en argentina–, y ese desafío no sólo no es exterior sino que es la propia materia primera de esa filosofía, su asunto verdadero.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;"><b>IV</b></p><p style="text-align: justify;">Respecto a la lengua filosófica propia, es un tema que más que proponer una cultura filosófica obligatoria, nos lleva hacia las dificultades del sprit de suite (expresión irónica de Ingenieros para prevenir contra el seguidismo cultural, candoroso pero servil). Veamos dos libros que se inscriben en el linaje scheleriano <span style="font-family: verdana; font-size: xx-small;"><b>21</b></span> que en ciertos momentos cubrió una parte importante de la acción filosófica en la Argentina. Se trata de <i>Teoría del hombre</i>, de Francisco Romero, de 1952, y <i>Persona y comunidad</i>, de León Rozitchner, de 1962. Diez años separan estos libros fundamentales de la historia del filosofar en los medios intelectuales argentinos. Romero escribe un libro que nada tiene de insustancial, sí de monótono. Hay un no sabemos qué del afán del tratadista, que inhabilita por lo iterativo un texto aplomado. <i>Teoría del hombre</i> está cansinamente expuesto, pero no sin acudir con serenidad a un vasto repositorio de la filosofía contemporánea leído con competencia y libertad.</p><p style="text-align: justify;">Por momentos, vemos en <i>Teoría del hombre</i> menos una emulación saludable de <i>El puesto del hombre en el cosmos</i>, del propio Scheler, que un albergue inconciente y somero de los tramos que ya eran evidentes de la filosofía sartreana. Escribe Romero hablando del otro: “esa duplicidad de identidad y extrañeza de ser el otro también un yo, pero otro yo, condiciona los comportamientos del yo hacia el otro”<span style="font-family: verdana; font-size: xx-small;"><b> 22</b></span>. El otro es amistad y riesgo, comprensión y amenaza, apenas insinuando lo que con poderes de lenguaje y reflexión muy superiormente elaborados, exponía Sartre en <i>El ser y la nada</i> que Miguel Angel Virasoro <span style="font-family: verdana; font-size: xx-small;"><b>23</b></span> había traducido al castellano en 1948. El libro de Romero resulta ser así anticipador, pero sólo después de que las cosas que anticipase hubieran sucedido. Irónica realidad del filósofo argentino, como Echeverría saludando la revolución parisina de 1848 de la que recién se enteraba pero en el mismo momento en que ésta sucumbía, pero mostrando también apego animoso a su programa ya asentado de lecturas, inmune a la “revolución existencialista”. ¿Tenía que ceñirse al sendero sartreano, además de la incumbencia profesoral de leerlo? ¿Del mismo modo, hay que ser postreros subrogantes de un Habermas, o si es el caso, de un Foucault, de un Agamben?</p><p style="text-align: justify;">El libro de Rozitchner no subroga. Max Scheler aparece en él de dos maneras; por un lado, bien expuesto, con el método de exposición confutativa propia de este filósofo, que la ha desplegado con énfasis en sus obras posteriores<span style="font-family: verdana; font-size: xx-small;"><b> 24</b></span>, y por otro lado, como basamento de un pensamiento que lo proyecta como objeto abandonado y a la vez disponible para un adecuado desvío interpretativo. Así, frente al tema scheleriano del resentimiento como tejido anómalo de la comunidad, Rozitchner sugiere que los “movimientos afectivos personales” no pueden entenderse “si se pone entre paréntesis el mundo histórico”. Ya están dadas aquí las premisas por las que el lector de filosofía de los años sesenta podría preferir frente a la acompasada exposición erudita de Francisco Romero (resumen tácito de los conocimientos de una <i>sociología de la cultura</i> que no era vista con interés por el contemporáneo cientismo social que propendía a la repetición obstinada de un único y desencantado acorde), la elegante y novedosa escritura de León Rozitchner, en la que palpitaba el combate por la historia junto al rumor de fondo de una fenomenología de la emancipación amorosa y política.</p><p style="text-align: justify;">Si nos atenemos sólo a estos dos libros ejemplares, late en ellos el drama casi pascaliano de la cita como apuesta hacia un texto singular, con vetas particularistas bien remarcadas. Romero intenta un tratado, tal vez un epítome, en donde la cita es sostén y pilastra, testimonio cierto de la pertenencia a la filosofía rigurosa, austera, normal. La tragedia de este filósofo es la de quién no condesciende a meditar sobre una ontología de la cita textual y la lectura de textos, cuando en verdad no le faltaban agudezas a sus intuiciones y propuestas <span style="font-family: verdana; font-size: xx-small;"><b>25</b></span>.</p><p style="text-align: justify;">León Rozitchner, por su parte, permite que la cita sea deglutida en su propia conciencia de sí textual. Con lo que, si cabe, denominaríamos una dramática ansiedad citofágica. Lo hace para reintegrar una material que en su cápsula refutadora aún retiene en algo o en mucho el sabor de lo refutado. Rozitchner hará de este movimiento de exposición el centro de su hermenéutica, y de alguna manera retomará el olvidado <i>motto </i>alberdiano de conquistar <i>una filosofía para llegar a una nacionalidad</i>, frase que puede entenderse como un utopismo severo de índole estrictamente universalista, pues el conquistar aleja y a la vez ya es la filosofía en estado de contienda presente, y el llegar a la nacionalidad la aparta y a la vez la pone en la integridad del drama de la acción, de la intencionalidad. Por añadidura, en la obra posterior de Rozitchner se encuentra en estado invertido la relación con la estirpe política cesarista, que sustrae, mejor dicho roba la intencionalidad de la acción del sujeto político cabal. El Perón de Rozitchner, tomado irónicamente por una de sus frases<span style="font-family: verdana; font-size: xx-small;"><b> 26</b></span> –<i>filosofa también intuitivamente</i>– es la inversión del Rosas que percibe el Alberdi juvenil.</p><p style="text-align: justify;">La filosofía hecha al resguardo de los asuntos públicos (o históricos, si se quiere) de la Argentina, reclama menos de la cita cultivada de los tiempos de calma (que son los tiempos académicos por excelencia, el momento académico del ser social) que de la cita imprecisa pero juzgada por el tribunal concesivo de los tiempos de convulsión (o de oscuridad, si se quiere). Ambas formas de citas trató Groussac, tal como lo recordábamos al comienzo del artículo. Prefirió el primer modo. Nosotros quizás deberíamos decir que preferimos el primero, bajo la grave crítica de la economía de las citas que se realiza con el segundo modo. La reciente controversia en la revista cordobesa <i>La intemperie</i>, dirigida por Sergio Schmucler, propone un debate intensamente filosófico.</p><p style="text-align: justify;">Es la filosofía arrancada del cuerpo vivo de la sociedad, desgajada del núcleo oscuro de la vida nacional, lo que certifica que el camino de la cita de textos consagrados se revierte hacia el corazón de lo que singularmente ocurre en una historia que es única e irremplazable. Y que, asimismo, se torna ausente la referencia hacia los nombres que, “filósofos sin filosofía”, encarnan las disposiciones de gestión de una época. En tal ausencia, según la intervención de Oscar del Barco <span style="font-family: verdana; font-size: xx-small;"><b>27</b></span> en la referida polémica, lo que ahora hay que componer en un acceso al pensar que será intenso en la medida que su intensidad sea un don. Que preservará su fuerza en la medida en que esté despojado de cualquier fundamento. “En el fondo de cada uno se oye débil o imperioso el no matarás, un mandato que no puede fundarse o explicarse y que sin embargo está aquí, en mí y en todos, como presencia sin presencia, como fuerza sin fuerza, como ser sin ser”. Búscase el don y de inmediato se lo debe pensar como asido a un exceso: filosofía y dificultad, filosofía argentina.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: x-small;"><b>NOTAS </b></span></p><p style="text-align: justify;">1. Groussac, Paul, “Escritos de Mariano Moreno”, en revista <i>La Biblioteca</i>, tomo I, 1896. </p><p style="text-align: justify;">2. El <i>Plan de Operaciones</i> pasa a ser ahora el más importante texto de la historia política argentina sobre el cual ha de probarse la eficacia de cualquier crítica documental, aunada a lo que quiera invocarse de la filosofía de la historia. Que sea un texto fraguado, si esta hipótesis se impusiese, le daría aún más importancia, aunque si no lo fuera, habría que poner en un lugar relevante el deseo de <i>escribir </i>la realidad prohibida de un espíritu pleno de astucia y vindicta, apreciador de la sangre y el engaño en nombre de la idea de revolución. Pero, mantener la tensión con argumentos adecuados será la prueba máxima por la que debe pasar una ética historiadora argentina. </p><p style="text-align: justify;">3. Ramos Mejía, José María, <i>La locura en la historia. Contribución al estudio psicopatológico del fanatismo religioso y sus persecuciones</i>. Introducción de Paul Groussac. Editorial Científica y Literaria argentina, Buenos Aires, 1927 (primera edición de 1897). </p><p style="text-align: justify;">4. El libro de Lerminier se titulaba <i>Introducción general a la historia del derecho</i> y el de Savigny<i> De la vocación de nuestro siglo en legislación y jurisprudencia</i>. </p><p style="text-align: justify;">5. Jauretche, Arturo, en la revista <i>Qué</i>, período dirigido por Scalabrini Ortiz, 1958, escribe que en Frondizi por fin se conjugan ambos aspectos de la historia política y cultural del país. </p><p style="text-align: justify;">6. El lenguaje de la <i>conducción política</i> es la filosofía encarnada que exhibe Perón, punto inamovible en la historia donde un <i>cosmos glorioso</i> dicta enunciados desde la eternidad (allí dialogan los grandes estrategas de la humanidad) mientras el caos terrenal reclama que nadie se engañe respecto a la vigencia de las normas cerradas y conclusivas de acción. Fijadas estas relaciones entre el cosmos y el caos, resultaba luego difícil constituir una filosofía que pueda ser abarcadora de esos puestos de sentido. La filosofía de los filósofos seguiría existiendo, pero de forma subordinada, y el propio Perón lo entendió así al leer su discurso de la Comunidad organizada en el Congreso de Mendoza. La revista “imberbe” <i>Envido </i>era portadora del drama alberdiano de construir y llegar a las cosas importantes, pero no percibía que aquel a quién se dirigía en diálogo ya tenía forjada una metafilosofía con el nombre de conducción. </p><p style="text-align: justify;">7. Ramos Mejía, José María, “Hipólito Irigoyen”, silueta aparecida en el periódico <i>Sarmiento</i>, 1911. Republicada en J. M. Ramos Mejía, <i>A martillo limpio, estampas y siluetas repujadas</i>, Buenos Aires, 1959. </p><p style="text-align: justify;">8. Alberini, Coriolano, <i>Problemas de historia de las ideas filosóficas en la Argentina</i>, Secretaría de Cultura de la Nación/Editorial Fraterna, 1994. </p><p style="text-align: justify;">9. Fernández, Macedonio, <i>Elena Bellamuerte</i>, 1920. </p><p style="text-align: justify;">10. Y al que Carlos Astrada le agrega sus propias reflexiones adversas al suicidio en su libro de 1933. </p><p style="text-align: justify;">11. Alberdi, Juan Bautista, <i>Al profesor de filosofía</i>, 1838. </p><p style="text-align: justify;">12. Borges, J.L., <i>El escritor argentino y la tradición</i>. </p><p style="text-align: justify;">13. Lafinur, Juan Crisóstomo, <i>Curso filosófico de 1819</i>, Instituto de Filosofía, 1938. Lafinur es un introductor de novedades, al que no le falta gracia en la exposición. Las recientes primicias de los “ideólogos” obtenían en él a un buen comentarista. ¡Cuántos profesores no habremos hecho el mismo papel de anticipadores de lecturas! Pero cierto riesgo había en sus exposiciones sobre Destutt De Tracy o Cabanis, pues por lo menos no puede proseguirlas en Mendoza, donde es impedido de dar clase y expulsado. En su curso, donde declara su preferencia por Newton, dice: </p><p style="text-align: justify;"><i>Caló a un golpe de ojos los cielos, nos mostró el curso de los astros, ilustró el sistema de la revolución del mundo y se detuvo con el mayor provecho en el análisis de los elementos: examinó la luz, el sonido, el aire, las plantas y al hombre mismo, con el mayor acierto y diligencia.</i> </p><p style="text-align: justify;">14. Ingenieros, José, <i>El hombre mediocre</i>, 1917. </p><p style="text-align: justify;">15. El <i>logos espermáticos</i> es la fuente vital del <i>cogito</i>, bien dicho, el pensar junto a la verdad pulsional de la vida. Véase López, María Pía, <i>Lugones, entre la aventura y la Cruzada</i> (Apostillas del capítulo I). Colihue, 2004. </p><p style="text-align: justify;">16. David, Guillermo, en Carlos Astrada. <i>La filosofía argentina</i>, (Ediciones El cielo por asalto, 2004), sigue el camino de una “reconstrucción” del pensamiento astradiano como clave de todos los momentos en que cobra significación una voz filosófica argentina, vista como <i>omphalos </i>en el cual las filosofías del mundo llegan con su cuerpo íntegro o mal interpretado, y se rehacen en las condiciones del medio intelectual al que llegan, si es necesario con otros nombres, si es más necesario aún, tomando un filósofo de biografía propicia para que sea encarnadura de esos debates en el locus nuevo que merece, y además, exhibiendo en tal biografía una intención que pone sobre la mesa el papel de la filosofía como anunciadora oscura o “latente” de procesos para los que la historia luego “dispondrá” nombres sorprendentes (pág. 139). </p><p style="text-align: justify;">17. David, Guillermo, <i>op. cit</i>. y <i>pág. cit</i>. </p><p style="text-align: justify;">18. Fernández, Macedonio, también pensó filosóficamente la radio, pero a propósito de una <i>Teoría de la novela</i>, que lee por Radio Cultura, hacia 1930. <i>El público de radio, dice, es como si ya se hubiera ido desde el principio</i>. Una pieza estrictamente vinculada a sus reflexiones sobre la ausencia metafísica como nada consecuente y vital. Por lo demás, el debate con Astrada es fundamental, y a la distancia debemos lamentar la desinteligencia entre ambos. Cita Macedonio a su inspirador William James para invocar la necesidad de un mundo carente de fundamentos, y sin duda erradamente, le atribuye a Astrada un compromiso con el “imperativo categórico”. Y así, Macedonio “codea afuera” a Astrada, como lo había hecho ya con Kant. </p><p style="text-align: justify;">19. Recordemos: <i>Nosotros hemos debido suponer...</i> En esta construcción forzada que parece programática y a la vez un lamento, está cifrado todo el intento de querer considerar “filosóficamente a Rosas”. Un programa, ciertamente. Y el asiento de un lamento posterior o simultáneo, pero como tal, base también de una filosofía política del clamor generacional insostenible. </p><p style="text-align: justify;">20. Astrada y Alberdi, de alguna manera, siglo de por medio, comparten y rozan ideales herderianos. </p><p style="text-align: justify;">21. Astrada será asombrosamente “alberdiano”, como lo comprueba su discurso pacifista de 1949 en la Escuela de Guerra Naval, rara y decisiva pieza retórica, en la que cuestiona a Jünger y su concepto de movilización total y cita <i>El crimen de la guerra</i> de Alberdi. Dice Guillermo David (<i>op. cit.</i>) que ese discurso está tomado en buena parte de páginas anteriores de Max Scheler, lo que aún le otorga más extrañeza. Es un discurso “peronista” frente a la marina, pero cuestionando un concepto fundante del peronismo, precisamente inscripto en el Discurso de Perón en la Universidad de la Plata (1944), en dónde propone la movilización total con otras fuentes menos refinadas que Jünger, pero pertenecientes al mismo mundo intelectual. ¿Aplicaríamos este discurso al arte de la lectura entrelíneas de Leo Strauss? ¿Astrada piensa bajo condiciones que sospecha ilustradas por el fracaso alberdiano frente a Rosas? (Cf. Astrada, Carlos, <i>Filosofía de la guerra, sociología de la paz</i>, Facultad de Filosofía y Letras, 1949). </p><p style="text-align: justify;">22. Romero, Francisco, <i>Teoría del hombre</i>, Biblioteca filosófica, Editorial Losada, 1952. </p><p style="text-align: justify;">23. Lafforgue, Jorge Raúl, en la revista <i>Cuestiones de filosofía</i> (año I, 1962) realiza una reseña de varios artículos sobre la situación de la filosofía en la Argentina, hasta esa década del ‘60. Interesa particularmente el comentario de Lafforge sobre el artículo de Miguel Angel Virasoro, <i>Filosofía argentina 1930-1960</i>, publicado en <i>Sur </i>(1961), en donde se rescata a Astrada, Macedonio Fernández, Alberini, Korn o Saúl Taborda, sin mencionar adecuadamente a Francisco Romero. Por lo cual dirá Lafforgue: <i>Tampoco estamos de acuerdo cuando Virasoro pasa por alto la tarea cumplida por Francisco Romero</i>. Festeja que Virasoro se acuerde de Astrada, pero trata de separarlo a éste de la <i>mitologización heideggeriana del ser</i>. La revista <i>Cuestiones de filosofía</i> contiene un artículo de uno de sus miembros más notorios, el joven Eliseo Verón, que le reprochará a Maurice Merleau-Ponty haber abandonado el marxismo ante la evidencia de que la fenomenología no podría absorberlo. </p><p style="text-align: justify;">24. Desde <i>Persona y comunidad</i> hasta el <i>El terror y la gracia</i>, León Rozitchner mantiene una obra portadora de un logrado tema único y esencial, pero que en su larga coherencia se muestra cada vez más pleno de incesantes ramificaciones. <i>El terror y la gracia</i> alude a que siempre estamos entre el resurgimiento de la conciencia emancipada y las escrituras complejas. Esto es así porque Rozitchner escribe “dentro” de lo que critica, mirándolo como habiendo perdido la sensualidad emancipadora en nombre de escrituras de sumisión. Así en sus libros fundamentales sobre Perón o sobre San Agustín, compone un habla paralela que toma la palabra del criticado para pensar con ella y desde ella. Esa palabra rescrita propondrá la experiencia de los focos de manumisión de la conciencia. La escritura es vista por Rozitchner como una fenomenología de la liberación. </p><p style="text-align: justify;">25. Véanse en esta misma revista los artículos de Oscar Terán y Gerardo Oviedo sobre la empresa filosófica de Francisco Romero. </p><p style="text-align: justify;">26. <i>Perón entre el tiempo y la sangre</i>, (publicado por el Centro Editor de América Latina, 1986). </p><p style="text-align: justify;">27. Del Barco, Oscar, en <i>Exceso y donación</i>, (Biblioteca Internacional Martín Heidegger, Buenos Aires, 2003), examina “la problemática de la donación de lo dado”. En lo dado solo se puede encontrar lo excedente, pues lo dado condensa las expectativas de un “nuevo comienzo”, una recreación del hombre y del lenguaje, que puede llamarse “Dios” como propiedad lingüística, pero en dirección al exceso, al acto presente que siempre busca su presupuesto como algo más, como su donación que a la vez exige la sustracción de lo dado hacia la anterioridad donada de lo dado. Estos pensamientos de Oscar del Barco, en diálogo con Heidegger y Schelling, señalan un camino para la filosofía practicada entre nosotros, elaborada con un fuerte sentido de diálogo, silencioso e intenso. Heredero de una estilística macedoniana, su idea de una escritura no argumentativa y de penitencia existencial ha provocado uno de los debates filosóficos más importantes de estas décadas, por su significación en torno de las ideas de vida, muerte y confesión, que ponen un plano asombroso, inesperado y difícilmente soportable para discutir la decisión política desde su propia víscera tempestuosa. Filósofos como Diego Tatián participan en este debate confrontando las ideas de historia y confraternidad, moviendo nuevamente los equipamientos de la filosofía clásica hacia el corazón de la historia nacional, desprendido de su propia carga historizadora, lo que forma parte también de la esencia del debate, bastando para ello recordar la crítica que en 1962 le hacía León Rozitchner a Max Scheler.</p><p style="text-align: justify;">* Publicado originalmente en el n° 2-3 de la revista <i>La Biblioteca, </i>"¿Existe una filosofía argentina?", Invierno 2005, Buenos Aires, Argentina. El número incluye además textos de Oscar del Barco, Tomás Abraham, Diego Tatián, María Pia López, Mónica Cragnolini, Alcira B. Bonilla, Rubén Dri, Eduardo Rinesi, Germán García, Silvio Maresca, Diego Sztulwark, Hans-Georg Gadamer, Jean Hyppolite, Rubén H. Ríos, Gregorio Kaminsky, Samuel Cabanchik y Hugo Biagini entre otros. </p>Oscar Cuervohttp://www.blogger.com/profile/15744374287487312025noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3702496019912113605.post-77821248425415335022021-06-23T09:36:00.001-03:002021-06-23T09:48:07.041-03:00 Conferencia de prensa: una reflexión sobre la vida<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><span style="font-family: verdana;">por Horacio González *</span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-vxy_b06m-3I/YNMcR8YvKFI/AAAAAAABG6k/h4mKysgs3wM0se0EEFiBAq8G1iw1SAhOwCLcBGAsYHQ/s1500/horacio-gonzalez-primer-plano.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1125" data-original-width="1500" height="480" src="https://1.bp.blogspot.com/-vxy_b06m-3I/YNMcR8YvKFI/AAAAAAABG6k/h4mKysgs3wM0se0EEFiBAq8G1iw1SAhOwCLcBGAsYHQ/w640-h480/horacio-gonzalez-primer-plano.jpg" width="640" /></a></div><p style="text-align: justify;">En todos estos días que estamos pasando, se pone de relieve un desocultamiento de situaciones que tenían una fuerte incorporación en nuestra aceptación natural, amablemente irreflexiva, pues nuestras capacidades críticas iban por otro lado. Digo desocultamiento coqueteando con una palabra fundamental de un conocido filósofo, y señalo que las críticas estaban dirigidas hacia otros focos de atención, acudiéndose a la alternativa de pagar o no la deuda externa, el probable default, y también al importantísimo y deficientemente tratado tema de la “falsa opción” entre economía y vida. Partimos, con estas reflexiones apiladas rápidamente, de lo ocurrido en una <i>Conferencia de Prensa</i> sobre la prosecución de la cuarentena, dada por las máximas autoridades del país al promediar el mes de mayo. Para el caso no importa mencionarla específicamente, pero sí advertir sobre los modos en que se desarrollan las llamadas conferencias de prensa, como desafíos a los funcionarios desde órganos de prensa especializados, tratando de ponerlos ante un límite, ridiculizarlos y ofrecerlos como piezas ya capturadas por diestros mastines que disfrazan de pregunta ingenua su capacidad de desgarrar vestiduras.</p><p style="text-align: justify;">Ante una afirmación del gobernador de la Provincia de Buenos Aires, respecto a que ya con las gripes clásicas el sistema hospitalario estaba colapsado ―y se refería a la situación durante el gobierno anterior―, la pregunta fue qué le hacía suponer que ahora, con las obras nuevas que estaba promoviendo, iban a alcanzar las camas para los afectados. Al virus del cual se hablaba, lo veían escalando la tabla de las estadísticas de un modo peligroso, como la curva de un objeto de vuelo lineal que repentinamente se encumbra. Una parte de la respuesta indicó que habría más camas, además de las que se estaba previendo, porque ante el virus nuevo disminuían las gripes clásicas, y porque el enclaustramiento colectivo reducía las muertes por accidentes de tránsito. Evidentemente son razonamientos estadísticos, pero indican hechos de cierta extrañeza, pues nos llevan a pensar, mucho más allá de las estadísticas, los costos generales de la existencia en la civilización urbano-técnica y tecno-circulatoria. ¿Un virus mayor absorbe los ya conocidos? ¿No está bien, aunque se considere un efecto secundario, que disminuyan las muertes por causa de la densidad del tráfico urbano?</p><p style="text-align: justify;">Entenderíamos que los muertos por accidentes de tránsito, desde los más simples a las caídas de los aviones ―que de un modo tajante no acatan el relativismo de todo evento trágico callejero, y súbitamente encierra en una única masacre a todos los pasajeros―, son los cálculos que deberíamos aceptar por vivir en un cultura constituida por mecanismos que suplen la traslación humana por locomoción “a sangre”, por poderosos artefactos que consumen tiempo de una manera favorable para darle racionalidad al misterio de las distancias. El monto de muertes que tiene esa superación de las caravanas y las carretas, está ya computados y absorbidos por la “progresión civilizatoria”. ¿Acaso no podían hundirse los trirremes griegos en el mar Egeo, las carabelas españolas en el voraz océano antes incluso de llegar a las islas Canarias? Todo horizonte cuya línea es traspasada por el diseño de un nuevo artefacto que lo desbarata como límite, interioriza la ecuación trágica, accidentaria. La exploración con cohetes espaciales tiene el precio de la muerte de varios astronautas por malos cálculos matemáticos, esto está previsto, incluso como retraso de un plan espacial por varios años. Las muertes sorpresivas, no por la caída del jinete de un caballo, sino de los turistas del Titanic, están insertas como fúnebre combustible humano en la hipótesis inicial que diseña cualquier dispositivo que afecta la cotidianeidad naturalista del tiempo.</p><p style="text-align: justify;">No obstante, cuando la retracción del tránsito impone la noticia de que hay menos muertes que ocupan las salas de terapia intensiva de hospitales, que así pueden derivarse a otros usos ―el más urgente es el del virus, que es un accidente, pero de otro tipo, no fácilmente definible―, entonces nos preguntamos, a diferencia de los periodistas de la conferencia de prensa, como si se tratase de una pregunta sobre el ser y la nada, si esto no demostraría que el cese provisorio de la productividad en sus diversas formas, fabril o locomocional, no constituye un hecho benéfico para la vida humana. Si lo es, deberían pensarse nuevas formas productivas, lo que es muy difícil, y si no lo es, hay que admitir que la racionalidad instrumental que rige la construcción de las grandes metrópolis, con sus puentes, vigas de acero, rutas aéreas y trenes subterráneos, es una dialéctica entre el habitar y la cuota de muertos necesaria, entre el construir y la cuota de muertos necesarios, entre el transportar, y la cuota de muertos necesarios. Etcétera.</p><p style="text-align: justify;">Necesariamente, esta situación en torno a la cuota de sacrificados estadísticos, los sin nombre, los que no saben que entran en la cuota accidentaria pues la cuota tampoco lo sabe, traduce el juego de las estadísticas en una figura de la conciencia, la angustia, término que también apareció entre las preguntas de los periodistas a las autoridades. Llamativo momento donde un concepto lo suficientemente inscripto en la lengua cotidiana y lo nutridamente expuesto en obras filosóficas ―la más notoria la de Kierkegaard, que dejó una honda huella en el Siglo XX―, permitió que la figura presidencial se mostrara razonablemente enojada por una inquisitorial advertencia respecto a la angustia de los encerrados por la cuarentena. Hay un nudo central en esta cuestión, más allá de los alcances filosóficos del concepto de angustia, que se redondea dificultosamente alrededor del punto en el cual, los seres mortales no consiguen ubicar en su finitud, la hipótesis onto-teológica de la eternidad imaginada. Lo imaginado se presenta con una solidez provocada, por que la certeza de muerte solo es comprobable en los otros, no en un sí mismo que apuesta temblorosamente por su propia perennidad. Evidentemente hay una trama angustiosa en el existir lanzado al mundo por sus propios medios. Un Estado, razonablemente, no trata las cuestiones de angustia más que cuando se presentan bajo categorías como las de “políticas de Estado”.</p><p style="text-align: justify;">Suprimir, acentuar, o elaborar cuestiones en torno a la angustia, solo sería competencia de departamentos de asistencia social del Estado, y, aun así, se podría considerar las lógicas estatales, vistas del ángulo que fueren, como entes inadecuados para tratar las manifestaciones de la conciencia angustiada. La <i>Filosofía del Derecho</i> de Hegel o el anarquismo nómade que ve al Estado como un panóptico disciplinario, no admitiría ese compromiso entre instituciones psiquiátricas del Estado y atención de la “conciencia desdichada”. La estatalidad tendría una consistencia impropia para considerar el tema del “nido oscuro” de la subjetividad humana, excepto fuera bajo las consignas de una oficina neuropática funcionando con consignas positivistas y una estricta línea divisoria entre patológico y normal. </p><p style="text-align: justify;">No obstante, la palabra angustia fue pronunciada en una pregunta que la máxima autoridad del Estado respondió tomando en cuenta la oscura intencionalidad con que se la formulaba. Se quería acentuar las dificultades de la cuarentena, que es notoriamente un momento de pausa existencial, de reclusión domiciliaria que nada tendría de anómalo en la visión romántico burguesa del hogar donde impera una división de trabajo amorosa. Pero las medidas de reclusión actual en tanto “políticas de cuidado”, se sostienen en una ética de expropiación de la ciudad, con sus nervios vitales como corredores vitales y su contrarréplica como lugar de emplazamiento de hechos políticos, artísticos y los dramas del “logos accidentario”, que ahora nos son provisoriamente ahorrados.</p><p style="text-align: justify;">En la pregunta sobre la angustia, fue respondida por el presidente señalando que no es posible plantear una angustia en torno a la retención de la vida en el hogar, si está de por medio la completa angustia por la existencia. O el hecho de un desconocimiento de los “protocolos” que conducen a la muerte. De ese hecho único brota la angustia, en este caso, las “angustia del Estado”. La respuesta es propicia, pues tenía varios planos, uno de los cuales apuntaba a responder a quienes quieren desmoronar el esquema de la cuarentena, con el cual se está empujando al gobierno a que acepte, domeñado, el retorno al esquema económico productivo, reactivando el mercado “normalizado”, previniendo, como insólitamente hizo un notorio dirigente político de los años 70, de que podría haber una “rebelión social” ante la desmesura de un cierre de los flujos de la producción. Si en cambio estos se abrieran, resolverían el hambre y la angustia, con un precio en cantidad de vidas seguramente mayor que aquel que habría con el cierre social. Pero con la apertura hacia la correntada del capitalismo real, en su nerviosa espera, las muertes mayores si continúa la peste igual son tan probabilísticas como las específicas de la enfermedad. La opción sería entonces entre estadísticas más suaves y estadísticas más graves, pero con estas últimas se volvería al trabajo y también a las muertes “aceptables”, por accidentes de trabajo o de tránsito.</p><p style="text-align: justify;">La pregunta periodística actuaba en nombre de una dudosa dedicación por conjurar la angustia de la inactividad social ―cuidadora de las muertes por contagio de “origen indeterminado”, pero centradas ahora en los puntos de aglomeración y hacinamiento―, desdeñando las muertes que estadísticamente se producen en toda sociedad por enfermedades varias, accidentes de trabajo, la llamada “tasa de criminalidad” y descuidos previsibles o imprevisibles. Lo mismo da. ¿Por qué no sacar consecuencias del asombro de la ecología o del ciudadano común que no se siente agresivo con la naturaleza al oír los pasos ganados por el mundo animal sobre las ciudades? Los lobos marinos en Mar del Plata en las calles del puerto, exigiendo ciudadanía portuaria, los ciervos en el Delta del Paraná que se dejan ver y quieren ver, las especies que huyen de las ciudades y las visitan ahora como orondos plantígrados que recorren calles periféricas sin temor a tener que mostrar cédula de identidad. ¿Ese espectáculo de las liebres y osos asustados que se asoman a un terreno que creen provisoriamente ganado, “la selva urbana”, no puede decirnos algo? La actividad humana mediada por tecnologías necesariamente amenazadoras, pues no hay mundo técnico sin una instrumentalidad agresiva, no es necesario aclarar que no está dispuesta a tomar como una señal más elocuente que la que dan los supuestos ovnis “extraterrestres” avistados por los aviones de la CIA, a esta invitación del mundo animal que es llamado a las primeras estribaciones del mundo humano para compartir visibilidades. Llamado, ciertamente, por un instinto de convivencia inexplicable, o por lo menos, no fácil de explicar. </p><p style="text-align: justify;">Pero es posible decir que hay una angustia en tanto sentimiento de estar en las inmediaciones de los abismos. Y para quienes los miran con la obsesión de resguardar su ser o entregarse al vacío de la nada, es una angustia que se hace presente en las circunstancias en que hay una decisión del Estado sobre la sociedad para desactivarla. Inmovilizarla por razones superiores que crearán un tipo de angustia de paralización circulatoria o laboral, y si vamos más lejos, de ser un dato computable para todos los aparatos de vigilancia y localización de itinerarios que se hallan vigentes en nombre del mesianismo digital que le dará otra terminalidad a los domicilios y proveerá a los estados y a las empresas de las estadísticas reales sobre el complejo poblacional, su estado sanitario, psicológico y sus supuestas capacidades para la disciplina o la “desprotocolización” (un protocolo para cada actividad, si perdurase luego del cese del estado excepcional, sería un inaceptable indicio de congelamiento arbitrario y burocratización digitalizada del fluir real de la vida).</p><p style="text-align: justify;">Así, para preservar de la angustia mayor ―la suprema y única de la que nada puede decirse―, un Estado justamente indignado por los factores que quieren debilitar su cuarentena, podría afirmar la angustia primordial de la muerte en nombre de las psicopatologías de la vida cotidiana, bien estudiadas, y motivos frecuentes de políticas de estado a través de las instituciones oficiales de psicología colectiva y gabinetes hospitalarios de consulta psiquiátrica o psicológica. Formidable discusión, que aparece en los sordos debates entre periodistas y funcionarios, y como es de índole política, no trasciende al plano específicamente filosófico.</p><p style="text-align: justify;">El enojo presidencial cabe, porque las preguntas del cuerpo periodístico que responde a las necesidades fundadoras del orden productivo-corporativo ―que solo sabe calcular en términos financieros―, están graduadas voluntaria o involuntariamente para afectar al Estado. Las inquisiciones del Estado Comunicacional parten de una institucionalidad volátil engarzada en lugares comunes, ya fortificados, de la lengua usual. Es más etéreo, simbólico, evanescente y reticular que las instituciones públicas conocidas. Por eso hay una pregunta sobre la porción de muertes necesarias para volver a la producción “normal”. Es una tasa de mortandad que también se origina en una suerte de ontología financiera. Son los circuitos abstractos en que se produce dinero con tiempo y tiempo con cuerpos vivos sumergidos en su propio desastre. Es así que lo que ocurría en esa <i>Conferencia de Prensa</i> lo debemos ver en una franja de tensión política que a su vez está recorrida por muchas otras estrías.</p><p style="text-align: justify;">Era una discusión profunda sobre las valoraciones de la vida en su sentido más desencarnado y a la vez como categoría fundadora de toda posibilidad de pensar en destinos comunes. Vidas sin vestimentas en particular, seres empíricos, despojados de singularidades, pues no hay ámbitos compartidos porque hay itinerarios desnutridos, atados al monolito cero del vivir societal e histórico, donde toda vida se anonada y queda apta para la aplicación de protocolos, haya o no infecciones. Pero ese cero choca con el infinito histórico, que reparte las vidas en suertes inagotablemente plurales, según el ritmo de los casilleros que determinan la disparidad de las propiedades y las desiguales herencias recibidas. Los trabajos, las competencias, las violencias, las simbologías, los distingos raciales, sexuales y simbólicos actúan para quebrar el grado de ingenua nulidad inicial de las vidas, que las iguala en breves instantes y las separa enseguida con toda clase de segmentaciones estamentales. La contracara de esta violentación del trabajo del ser, y del ser del trabajo, tiene su complementación en la vituperación del mundo natural, que, por mirar al mundo histórico, se historiza él mismo, trasladando las dificultades de su supuesta inmovilidad, que la naturaleza en verdad nunca tiene, al mundo social y produce el efecto de “naturalizarlo”.</p><p style="text-align: justify;"> Los virus son intermediarios letales bajo ciertas circunstancias y personajes centrales de una dialéctica oscura y nociva entre naturaleza e historia; bajo otras circunstancias, que no atinaríamos a definir cabalmente, suelen ser la tensión que puede componer esa relación bajo un permanente equilibrio inestable. Pero lo más seguro es que este equilibrio se rompa por la incapacidad de evaluación sensitiva del monto socialmente necesario de la producción humana, agregada de la reproducción incesante de lo producido, que desequilibra las condiciones de existencia colectiva, soltando las piezas intermediarias que “ni vivas ni muertas”, comienzan a recorrer y ser recorridas, con los funcionarios y los medios de comunicación viéndolas como humanoides dibujados por los diseñadores de los medios masivos como un muñequito redondo semejante a un emoticón con pinchos de peluquería.</p><p style="text-align: justify;">En verdad estas micro formaciones relacionadas con el origen de la vida y los desplazamientos de las enfermedades de muerte, representan constantes mediaciones socio-naturales, cuya tensión sostenida casi que con cables de acero, se va acentuando hacia la consideración de la naturaleza viva como un simple depósito de materiales, un cantero inerte de recursos que hay que pasar ya mismo a la cinta de producción, que es como retirarlos de su forma de vida, esa materialidad que no es inerte sino que se brinda a lo humano dispuesta a humanizarse ella misma y se ve atrapada por un cerco que la condensa cada vez más en una especie única, destinada a la servidumbre del “homo economicus financierus”. Si siempre largó virus, bacilos, fiebres, cóleras, ahora interviene con un dato desnudo de advertencia. No se trata de un antropoide, ni de una zoomorfia que tiene nombre científico y entra en batalla para culpabilizarnos, invocar plegarias o rezar por la ciencia. Como los viejos dioses trágicos y cómicos, un rostro del bacilo añora la cadena natural que lo ha desprendido y busca alojamientos en huéspedes involuntarios a los que les hace correr peligro de muerte. El otro rostro es su grasa quieta, sus proteínas dormidas que quizás no hubieran querido despertar.</p><p style="text-align: justify;">No hay mundo productivo, sensitivo, existencial y de compromisos políticos, sin que intervengan organismos que parecen exógenos pero que vuelven hacia la historia crítica de lo humano, que es la que ―finalmente― los ha creado. Por eso nos obliga a pensar en la economía de la muerte, cuestión para la cual no hay “políticas públicas” que valgan. Con “economía de la muerte” queremos decir que toda la estructura última del capitalismo se recorta sobre el fondo de unas estadísticas de la fatalidad. De alguna manera, las estadísticas siempre tienen un sello predictivo y destinal. Son famosas las estadísticas de suicidas que hizo Durkheim a finales del Siglo XIX. No las atribuía a la economía sino al modo en que la sociedad se “interiorizaba” en la constitución misma de las expectativas del sujeto capaz de decidir sobre sus propios itinerarios. Pero las estadísticas como acontecimiento ontológico ―así son para Durkheim―, reclaman cada año su cuota ya establecida de muertes. Son de algún modo una “política pública”, no un recuento burocrático de casos, sino que imponen a los casos mismos su destinación. Evidentemente, esta es una ilusión que crean los Estados con sus estadísticas, necesarias sin duda, pero ignorantes del modo en que ellas van condicionando los hechos futuros y del modo en que traducen un razonamiento fundamental de la economía: ¿cuántos muertos se precisan para tal o cual inversión, plan de desarrollo o la selección de tal o cual tecnología de extracción de tesoros “naturales”?</p><p style="text-align: justify;">De la <i>Conferencia de Prensa</i> se desprenden entonces muchos planos, como franjas de una masa de hojaldre. No solo el choque sutil e implícito entre el cuerpo periodístico que expresa el cuestionamiento de las corporaciones a las restricciones que impone el sanitarismo al despliegue libre del circuito del mercado del dinero que se multiplica en la magia caricaturesca de las finanzas, sino también la filosofía subterránea que hay en una conferencia donde el Estado ―que con sus figuras representativas hace anuncios fundamentales―, se expone a la democracia de las inquisiciones toleradas, que fingen provenir de una necesidad de información, pero buscan que queden al desnudo las contradicciones de los expositores. Estos son los momentos en que el Estado se hace voz pública e imagen rígida, donde empiezan a contar los gestos imprevisibles de los funcionarios o sus “gaffes”, carnívoramente computadas. Es lo más fácil de mundo percibir sus contradicciones, sobre todo cuando se produjo un gesto inesperado, pues en vez de anunciar solamente “políticas sanitarias de aislamiento”, se las envolvió en una teleología humanista, la “preferencia por la vida”, que de ser observada como nueva doctrina estratégica, obliga al poder económico a combatirla con salvajismo mandando primero sus peones, luego los alfiles, y así pensando nuevas jugadas hasta obligar a invertir la ecuación vida-economía.</p><p style="text-align: justify;">Todo el esfuerzo de la corporación económico-financiera (cuyo resumen en términos de lenguaje puede llamarse “periodismo de investigación de las fisuras que se abren cuando el Estado habla de sus opciones sensibles”), es desmembrar las políticas públicas de las que se desprenden fragmentos vitales extraídos de una hipótesis de humanización de las decisiones técnicas. ¿Hay tiempo y lugar para mantenerlas? ¿O serán derrotadas porque quienes las plantean no saben muy bien cómo defenderlas? Los ciervos volverán a esconderse, los accidentes volverán a las rutas y los pájaros volarán más alto para evitar el hollín de las chimeneas. Esta democracia bucólica sin productividad no es posible. O si lo fuera, vendría a suplir la economía de la información. Los domicilios convertidos en terminales de trabajo, como lo son del gas, la luz y la telefonía fija. Ahora, como Terminales Totales, son anexos “amorosos” de las empresas digitales, con su logo-centrismo basado en la sustitución de la ”vita activa” por la actividad del “macro-dato”, con lo que los accidentes serán de otra forma ―algunas conocidas―, como “la caída del sistema”. Y si el centro de todas las redes donde concurran los flujos reactivos quedan a cargo de una “Inteligencia General” que procede como el virus pero contagia sin enfermar los cuerpos, sino adosándolos invisiblemente al autómata central, entonces una conferencia de prensa de la índole que estamos comentando, nunca deja de ser un hecho filosófico, un conjunto de temas que inesperadamente se abren a una reflexión mayor.</p><p style="text-align: justify;">Que esa <i>Conferencia</i>, en sí misma, no puede consumar pero sí puede mostrar, como invitación a la reflexión y angustia de los seres vivientes, que ven que partes de lo viviente alcanzado menos por lo orgánico y más por los estilos de elección grupales y sociales, son porciones de libertad que van quedando canceladas. Una oclusión ética del pensar como apertura temática en lugares abiertos, puede quedar relativizado si fracasa la preferencia por la vida. Esta no rehúye ni rechaza el mundo de la economía. Se invita a pensar en otro que le sea alternativo. Y sirva a la vida, en vez de ésta servir a la economía. La ecuación vida-economía podría ser entonces economía-vida-economía. Donde en la segunda vez que aparece luego de haber pasado por la vida, la economía ya es otra.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: trebuchet;">* <span style="background-color: black;"><span style="color: white;">Nota del Editor de <span><i>Un Largo</i></span></span></span>: Este texto de Horacio González fue publicado originalmente en junio del 2020 en el libro <i>Posnormales. Pensamiento Contemporáneo en Tiempos de Pandemia, </i>una recopilación de ensayos de varios autores realizada por editorial ASPO, cuya totalidad puede descargarse gratuitamente clickeando <b><a href="Todos los artículos aquí compilados fueron escritos especialmente para la presente edición entre el 5 de mayo y el 14 de junio de 2020.">acá</a></b>. Pablo Amadeo fue quien tuvo la iniciativa de convocar a un conjunto de pensadores e investigadores de diversas disciplinas "a partir de una consigna que propone ensayar formas de sobreponerse y adaptarse activamente a los escenarios traumáticos ―muerte y aislamiento― a los que nos arroja el estado de pandemia y las lógicas de inmunización neoliberales / neoindividuales". La edición de este libro recopilatorio fue la tercera de una serie, precedida por <i>Sopa de Wuhan</i> y <i>La Fiebre</i>.
</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: trebuchet;">La meditación que hace aproximadamente un año emprendía Horacio González tiene su sello inconfundible: cruza las dimensiones existenciales, políticas, económicas, tecnológicas y culturales del acontecimiento que desde hace más de un año y medio trastornó la vida planetaria: la pandemia del COVID. La tensión de esta época atraviesa su escritura y desencadena preguntas que encaran la catástrofe como una oportunidad del pensar, en un contexto histórico habitualmente adverso para la reflexión. Ningún acontecimiento ha sido adverso para que Horacio González reflexionara. La angustia ante la muerte propia, el cálculo económico de las "muertes aceptables" para que el sistema de producción continúe expandiéndose, la desigualdad social, las tensiones entre el poder democrático y los poderes fácticos que enervan la historia argentina de las últimas décadas, la ficción espuria del periodismo, la responsabilidad sanitaria del estado, la reducción capitalista de la naturaleza viva a un reservorio de recursos disponibles para su saqueo son magistralmente enhebrados por la inquietud punzante de Horacio González. </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: trebuchet;">La conferencia de prensa a la que Horacio hace alusión en el texto fue ofrecida conjuntamente por el Presidente de la Nación, el Gobernador de la Provincia de Buenos Aires y el Jefe de Gobierno de CABA el sábado 23 de mayo de 2020. La periodista Silvia Mercado, en representación del diario digital <i>Infobae</i>, habitual vocero de la derecha vinculada a la Embajada de USA, cuestionó la extensión del período de cuarentena adjudicándole a esta medida sanitaria de prevención la causa de una "angustia" de la población al verse impelida a los protocolos de aislamiento social. La derecha desetabilizadora empezaba a intentar resquebrajar el clima social que durante las primeras semanas había sido aceptado por el conjunto de la sociedad como un esfuerzo necesario para preservar la salud colectiva. Estaba empezando el movimiento negacionista que pretendía deteriorar los índices sanitarios para desestabilizar la situación política.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: trebuchet;">Ninguna de las dimensiones del conflicto se le escapan a González: desde el peculiar modo de existencia del virus, la compleja intersección entre la naturaleza y la sociedad que la pandemia vino a desvelar y el uso avieso del periodismo para corroer a los gobiernos democráticos, tanto como la angustia ante la muerte y la indiferencia económica del sistema frente a las muertes "aceptables". </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: trebuchet;">En esa inquietud, el pensamiento de Horacio González permanece vivo.</span></p>Oscar Cuervohttp://www.blogger.com/profile/15744374287487312025noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3702496019912113605.post-15220994024850978152021-04-09T06:00:00.001-03:002021-04-09T06:00:09.223-03:00 Escuela de reingreso: el hecho maldito de la educación pública<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-p6oa3QEwwas/YHAVi3QfwMI/AAAAAAABF7Q/9kzBfV03qXg7tSB9JRrj9Ma1H5fcuzrJQCLcBGAsYHQ/s770/escuela%2B1%2Beducar.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="429" data-original-width="770" height="356" src="https://1.bp.blogspot.com/-p6oa3QEwwas/YHAVi3QfwMI/AAAAAAABF7Q/9kzBfV03qXg7tSB9JRrj9Ma1H5fcuzrJQCLcBGAsYHQ/w640-h356/escuela%2B1%2Beducar.png" width="640" /></a></div><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">La obligatoriedad de cursar la escuela secundaria por ley obligó a ensayar nuevas estrategias para promover la inclusión de aquellos y aquellas jóvenes que fueron expulsados y expulsadas del sistema educativo formal. Para afrontar esta problemática, en 2002 en la Ciudad de Buenos Aires se creó un nuevo tipo de escuela que busca en la personalización y acompañamiento de la enseñanza lograr que todos y todas accedan al derecho de una educación digna.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><b>por Andrés Esteban Zapata</b></span></p><p style="text-align: justify;">Una mañana de otoño de 2018, “El Viejo” se dirigió al Hospital Rawson para hacerse unos estudios médicos. Cuando Estaba ingresando al nosocomio escuchó una voz que lo llamaba por su apodo. Era “M”, que se encontraba parada en la entrada del lugar promocionando unos planes de ahorro para la adquisición de automóviles. No había pasado tanto tiempo desde la última vez que se habían visto pero igualmente se quedaron un rato largo conversando, recordando anécdotas y hablando sobre proyectos futuros. Cuando se estaban despidiendo, “El Viejo” le dijo que estaba muy contento de verla bien. “M” le respondió que para ella era una alegría enorme habérselo encontrado ahí. Y mientras él comenzó a caminar hacia el edificio, ella lo miró y le dijo: “Viejo, te quiero mucho; esa escuela me salvó la vida”.</p><p style="text-align: justify;">“El Viejo” es Néstor Rebecchi, director de la Escuela de Enseñanza Media Nº 2, Trabajadores Gráficos, una de las ocho Escuelas de Reingreso que existen en la Ciudad de Buenos Aires. “M” es una exalumna, egresada de allí, que, además de trabajar en la puerta del hospital, también se encontraba estudiando para ser maestra jardinera. La historia de “M” no había sido fácil. Mientras cursaba sus estudios medios, su vida privada se había convertido en un infierno. Su novio, con el que convivía, la golpeaba y la dejaba encerrada sin permitirle que vaya a ningún lado. No fue la familia o un asistente social quienes la ayudaron, sino una tutora de la escuela a la que concurría, que fue buscarla a la casa e hizo la denuncia judicial para que pudiera salir de esa situación violenta. Expulsada de la enseñanza tradicional, “M” sintió que pudo empezar a proyectar un futuro mejor gracias a esa escuela que llevará por siempre en su corazón.</p><p style="text-align: justify;"><span style="color: #2b00fe; font-family: verdana;">Una nueva escuela inclusiva</span></p><p style="text-align: justify;">Las Escuelas de Reingreso fueron creadas en el año 2004 con el propósito de satisfacer la demanda de un sector importante de la población joven que, por un motivo u otro, no había podido comenzar sus estudios de nivel medio o había visto interrumpida su escolaridad en el sistema tradicional. Su objetivo principal fue lograr el cumplimiento de la obligatoriedad del nivel medio en la Ciudad de Buenos Aires a partir de la promulgación de la Ley Nº 898 en el año 2002; convirtiéndose así en la primera jurisdicción de todo el país en establecer esta meta social y educativa.</p><p style="text-align: justify;">A partir de esta ley queda establecida la obligatoriedad de 13 años de escolaridad desde los cinco años. La condición de obligatoriedad condujo a una nueva oleada de creación de instituciones. Entre los años 2004 y 2006 se crearon 13 Centros de Enseñanza Secundaria dependientes de la Dirección de Área de Educación del Adulto y del Adolescente. También se crearon 10 escuelas de nivel medio dependientes de la Dirección de Área de Educación Media y Técnica, entre las que se encuentran las Escuelas de Reingreso.</p><p style="text-align: justify;">Es en estas últimas que los alumnos y alumnas se encuentran con un plan de estudios de cuatro años. Con materias de aprobación cuatrimestral en algunos casos y anual en otros. También pueden acreditar las materias aprobadas en otros establecimientos a través de la presentación de la documentación correspondiente o del desarrollo de pruebas de nivel. Estas escuelas permiten que los alumnos y alumnas vayan alcanzando sus logros de manera paulatina. Por este sistema no se repite el año como en las escuelas tradicionales, sino que se puede avanzar por las materias correlativas a las aprobadas. Los y las estudiantes cuentan con el acompañamiento de un profesor-tutor que los y las orienta sobre su desempeño escolar. Además, se desarrollan espacios destinados a la orientación de quienes requieran un trabajo de enseñanza más individualizado mediante la participación en grupos pequeños, abordando específicamente los contenidos de las asignaturas que generan mayores dificultades.</p><p style="text-align: justify;">“Cuando comenzamos, acá te encontrabas con chicos excluidos del sistema a partir de la crisis del 2001”, relata Néstor Rebecchi describiendo las distintas historias de los primeros alumnos y alumnas que concurrieron a la escuela que dirige. Y es que estas escuelas se convirtieron en una opción para aquellos y aquellas que fueron expulsados del sistema educativo normal y encontraron allí una manera distinta de continuar sus estudios medios. Una manera que los incluye y los hace partícipes en la educación desde un rol activo y no desde un rol pasivo en donde se espera que estén dispuestos y dispuestas a recibir conocimientos como si fueran una caja vacía que hay que llenar. Porque, tal como lo expresa Carina Kaplan en su libro “Desigualdad, fracaso, exclusión: ¿Cuestión de genes o de oportunidades?”, “Estar adentro no representa una condición suficiente para estar incluido ni para ser nominado con sentidos de subjetivación. Pero no es menos cierto el hecho de que al estar adentro, formando parte de la institución escolar, se verifica que al participar de la lucha cotidiana y de la negociación del significado puede tender a abrir nuevos posibles simbólicos”. Y es que en la educación media, tal como lo plantea Kaplan en su libro, muchas veces existe un denominador común: que el fracaso escolar de un alumno o alumna es hereditario: “Hemos observado en nuestras indagaciones que la percepción habitual de los docentes sobre el éxito o fracaso tiende a naturalizar las diferencias que surgen de la apropiación diferenciada de un capital cultural, atribuyéndolas a causas naturales (“capacidades innatas”, “no le da para las matemáticas”, “no nació para el estudio”, “no le da la cabeza para estudiar”) o al medio familiar cosificado (“de un padre obrero se espera un hijo obrero”; o bien el argumento que sostiene el fracaso escolar de un niño depende del padre, quien es portador de una historia escolar de fracaso)”.</p><p style="text-align: justify;">Las escuelas de reingreso funcionan bajo algunas premisas que hacen posible la escolarización de los estudiantes que reciben: generalmente son instituciones pequeñas en cuanto a la cantidad de alumnos y alumnas que concurren, lo cual se vincula con la necesidad de contar con un trato personalizado. Por otra parte, organizan el espacio y el tiempo de trabajo de un modo diferente a las otras instituciones para garantizar el trabajo pedagógico: trayectos individuales, talleres, tutorías, clases de apoyo, entre otras actividades.</p><p style="text-align: justify;">“Cuando comenzamos notamos un montón de cosas nuevas que la diferenciaban de la escuela tradicional. Porque las problemáticas eran mucho más complejas y mucho más violentas. Entonces al principio tuvimos un inicio muy bravo. Porque una cosa es cuando tenés un modelo de escuela en la cabeza y otra es cuando lo llevás a la práctica. Ahí te empiezan a aparecer cosas que no contemplaste y muchas de esas cosas se van resolviendo sobre la marcha”, describe “El Viejo” acerca de la situación de los chicos y chicas que iban llegando cuando abrieron sus puertas por primera vez. “Muchos estaban judicializados y las causas eran un crimen en la provincia de Salta, la portación de armas de guerra o un asalto a mano armada. También llegaban chicos con problemas de droga. Una vez vino un pibe tan drogado que se desmayó. Y uno al principio no sabía qué hacer. Porque, si llamábamos al SAME, sabíamos que lo iban a judicializar y entonces seguro iba a dejar de concurrir a la escuela. Esta escuela logró un cierto prestigio en el tema de inserción escolar. Entonces pasa que sale un pibe de estar en cana y te lo mandan acá, el supervisor tiene algún lío en cualquiera de las escuelas de su región y también lo mandan acá”.</p><p style="text-align: justify;">Néstor Rebecchi sostiene que la inclusión y la integración se tiene que entender como algo mucho más complejo que años atrás. Porque antes la escuela tenía ir a buscar a los pobres que no tenían acceso a ella y “hoy nosotros articulamos la integración con distintas instituciones como la Casa del Niño Adolescente, la Defensoría de la Niñez o el hospital Tobar García. También trabajamos con las escuelas de recuperación donde los chicos antes ni registraban hacer la secundaria y hoy sienten que es el paso a seguir una vez terminada la primaria”. Rebecchi afirma que antes nadie se preocupaba por la deserción escolar y que a nadie le llamaba la atención que, en una escuela secundaria, a principio del año escolar, comenzaran con cinco primeros (1º) y terminaban con un solo quinto (5º). “No existían estadísticas que te decían la cantidad de pibes que abandonaban”.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-gTsu5iFlWfk/YHAWgVkY5aI/AAAAAAABF7Y/AaNCnAGPiV8Axej5F390KMEUGbkgibZogCLcBGAsYHQ/s640/escuela%2B2%2Beducar.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="349" data-original-width="640" height="348" src="https://1.bp.blogspot.com/-gTsu5iFlWfk/YHAWgVkY5aI/AAAAAAABF7Y/AaNCnAGPiV8Axej5F390KMEUGbkgibZogCLcBGAsYHQ/w640-h348/escuela%2B2%2Beducar.jpg" width="640" /></a></div><p style="text-align: justify;"><span style="color: #2b00fe; font-family: arial;">La escuela en tiempos de pandemia</span></p><p style="text-align: justify;">La propagación a nivel mundial del virus SARS-CoV-2 ha llevado a muchos países a tomar medidas extremas de protección social. La Argentina no fue la excepción y ante la necesidad de la implementación del aislamiento social obligatorio, muchas de las actividades programadas para el transcurso del 2020 debieron ser postergadas. Sin embargo, la educación en nuestro país no se detuvo. Se optó por continuar la enseñanza a través de las herramientas digitales que ofrecen las tecnologías actuales. Es así que en las escuelas los y las docentes comenzaron un proceso de traslado del aula a las computadoras y celulares de sus alumnos y alumnas.</p><p style="text-align: justify;">“Lo que esta pandemia hizo fue poner la desigualdad en evidencia. Hubiera sido muy distinto si esta situación nos agarraba con cada pibe con su computadora. Pero eso no sucede. Acá en la Ciudad de Buenos Aires, en su momento se repartieron computadoras, pero solo para que la utilicen en las aulas y no para que se las lleven a sus casas”, cuenta Néstor Rebecchi sobre la situación actual en la relación de la escuela con los chicos y chicas. “No estamos haciendo educación virtual sino una especie de vinculación a distancia con el alumno a como dé lugar; y eso en muchos casos funciona solamente con una comunicación a través del teléfono celular”, agrega.</p><p style="text-align: justify;">Con la idea de poder reducir esta desigualdad se sancionó en 2006 la Ley Nacional de Educación nº 26.206. Allí se estableció como uno de los fines y objetivos de la política educativa nacional el desarrollo de las competencias necesarias para el manejo de los nuevos lenguajes producidos por las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC). En 2010, el entonces gobierno nacional creó el plan Conectar Igualdad que, hasta julio de 2015, entregó 5 millones de computadoras entre alumnos, alumnas y docentes. Además, se construyeron 1428 aulas digitales en todo el país. El otro condimento necesario y fundamental para esta revolución digital es contar con la posibilidad plena de poder acceder a la red nacional de internet.</p><p style="text-align: justify;">Para Rebecchi, enseñanza virtual implica “tener una plataforma donde podamos encontrar foros, una biblioteca virtual, generar contenidos, programar las clases, programar encuentros virtuales. Eso es la virtualidad. Lo que apenas podemos hacer hoy nosotros es «te doy un trabajo práctico, fijate cómo lo podés hacer, cómo me lo podés mandar» y eso es una cosa totalmente distinta. Está claro que la educación a distancia no puede reemplazar la presencialidad que se da en las escuelas”.</p><p style="text-align: justify;">En el aula se genera una construcción tanto material como simbólica. La figura tutelar de los y las docentes acompaña a cada alumno y alumna en su singularidad hacia una construcción colectiva y social. Philippe Meirieu plantea la importancia de los y las alumnas en ese contexto educativo: “Poco importa cuál sea mi nombre y cómo me veo, estoy ahí como estoy, con mis dificultades y mis recursos, en un grupo donde poco a poco descubrimos, gracias al maestro, que podemos compartir conocimientos y valores, donde lo que aporto a los demás es tan importante como lo que ellos me aportan, donde aprendemos, simultáneamente, a decir «yo» y a hacer «nosotros»”.</p><p style="text-align: justify;">Ese lazo afectivo que se da a través de la presencialidad volvió a suceder cada vez que los y las alumnas fueron al colegio a retirar los alimentos que durante la pandemia se reparten una vez por semana. “Lo que vemos es que están viniendo los pibes a retirar la vianda y están mucho más flacos. Y eso te da la pauta de que la cosa está realmente muy mal. Incluso vienen pibes de sectores que vos pensabas que no iban a venir a buscarla y sin embargo vienen igual”, describe Rebecchi lo que observa últimamente y cuenta una anécdota que sorprendió a todo el personal de la escuela: “El otro día, mientras entregábamos las viandas, vino un alumno que en la escuela siempre se anda quejando de todo y nos dijo «Voy a decir algo que jamás pensé que iba a decir: cómo extraño la escuela. Estar acá, hablar con mis compañeros, hablar con ustedes». Escuchar eso realmente nos emocionó”.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-1r_IdPP7Z5Y/YHAW5nBg1YI/AAAAAAABF7g/nuc8hp8a5sAoDA0ohYqX8j3daDOmPs-aQCLcBGAsYHQ/s1280/escuela%2B3%2Bradio%2Bgrafica.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="960" data-original-width="1280" height="480" src="https://1.bp.blogspot.com/-1r_IdPP7Z5Y/YHAW5nBg1YI/AAAAAAABF7g/nuc8hp8a5sAoDA0ohYqX8j3daDOmPs-aQCLcBGAsYHQ/w640-h480/escuela%2B3%2Bradio%2Bgrafica.jpg" width="640" /></a></div><p style="text-align: justify;"><span style="color: #2b00fe; font-family: arial;">Mirando al futuro</span></p><p style="text-align: justify;">Néstor Rebecchi cuenta que un par de años atrás, en una charla con Flavia Terigi (licenciada en Ciencias de la Educación y profesora para la enseñanza primaria), él le decía: “Cuando todo el sistema educativo se vuelva realmente inclusivo, la escuela de reingreso no va a tener razón de ser. Flavia, que participó en la creación de estas escuelas no dijo: «No, las escuelas de reingreso son el futuro». Claro, ella nos estaba queriendo decir que las escuelas tradicionales iban a tener que convertirse en reingreso para poder ser las escuelas inclusivas del futuro”. Igualmente él piensa que es más fácil crear una escuela de reingreso que hacer una modificación de la escuela tradicional. Por un lado, porque la escuela tradicional tiene 12 materias contra 8 que tiene la de reingreso. “¿Cómo hacés para desarmar eso que es centenario, sin afectar los puestos de trabajo? ¿Cuánto está dispuesto el estado a gastar para hacer este tipo de adaptación, sabiendo que quedarán un montón de cargos ociosos, debido a la cantidad de docentes que se van a quedar sin horas de trabajo?”.</p><p style="text-align: justify;">Rebecchi afirma que desde el año 2013 se viene hablando de realizar modificaciones en las escuelas de reingreso. Así describe la situación actual en que se encuentran las negociaciones con los directivos en el área de enseñanza media de la Ciudad de Buenos Aires: “Actualmente se quiere agregar una carga horaria educativa de 192 horas contra las 120 horas que tenemos en reingreso. Además acá se cursan en cuatro años contra cinco de las demás escuelas. Eso hace que las clases se vuelvan un bodrio para los pibes. Se vuelve algo impracticable. Porque están entrando en una locura cuantitativa de agregar materias para cumplir con el piso de la resolución del consejo federal”. Cuenta que dentro del sistema de educación hay personas que no avalan el tipo de enseñanza que se brindan en estas instituciones educativas inclusivas. “Parafraseando a John William Cooke, la escuela de reingreso es el hecho maldito de la educación pública. Porque nos convocan de todas las universidades, las películas que se hicieron sobre el tema las pasan por todos lados, recibimos elogios desde el exterior, porque este tipo de escuelas trascendió las fronteras, y así todo hay gente que la quiere como gente que la odia. Entonces uno ve que en el sistema hay personas que quieren terminar con las escuelas de reingreso”.</p><p style="text-align: justify;">Mientras tanto, desde hace un par de años, la escuela que dirige “El Viejo” comenzó a trabajar en articulaciones con distintas universidades nacionales, ya que los alumnos y alumnas no solo tienen como meta finalizar sus estudios secundarios sino que comienzan a proyectar un futuro universitario. “Pasamos de articular con los séptimos grados de distintas escuelas primarias, fomentando y logrando que los chicos vayan a la escuela secundaria, a articular con las universidades, con el objetivo de que los chicos sigan avanzando en su aprendizaje. Porque antes, si un pibe seguía una carrera universitaria, lo convertíamos en un prócer. Pero hoy uno puede ver que existen un montón de pibes que quieren seguir la universidad. Y solo con eso, que es algo enorme, uno reafirma su compromiso con la educación pública”.</p>Oscar Cuervohttp://www.blogger.com/profile/15744374287487312025noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3702496019912113605.post-42820450430994328472021-03-09T00:32:00.000-03:002021-03-09T00:32:34.421-03:00Científicxs desobedientes<p style="text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-jQbD-rIkyoQ/YEbrmSUUs8I/AAAAAAABFt0/p9g6pUHB4VQC5BVUCbWP2l2HjuFzihYQgCLcBGAsYHQ/s768/jocelynbellburnell1-2.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="403" data-original-width="768" height="336" src="https://1.bp.blogspot.com/-jQbD-rIkyoQ/YEbrmSUUs8I/AAAAAAABFt0/p9g6pUHB4VQC5BVUCbWP2l2HjuFzihYQgCLcBGAsYHQ/w640-h336/jocelynbellburnell1-2.jpg" width="640" /></a></div><p></p><p style="text-align: justify;">por Andrés Esteban Zapata</p><p style="text-align: justify;">Jocelyn Bell Burnell es una astrofísica irlandesa conocida mundialmente por ser la descubridora, en el año 1967, de la primera señal de un pulsar: el cadáver de una estrella giratoria que emite pulsos de ondas de radio a través del cosmos y que puede poner a prueba algunas de las teorías fundamentales de la física, como detectar ondas gravitacionales, navegar por el océano cósmico y quizás hasta comunicarse con seres de otros planetas. Pero Jocelyn también es conocida como una de las protagonistas de, lo que para muchxs, fue un injusto episodio en la historia de los premios Nobel: Anthony Hewish y su colaborador, Sir Martin Ryle, recibieron en 1974 el premio Nobel de Física por aquel descubrimiento pese a que el <i>paper </i>publicado sobre tal hallazgo llevara las firmas de Hewish y Bell Burnell.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-I40_pQqljdA/YEbr2zuhkSI/AAAAAAABFt8/VsWG_yQh5CYD_5mjb4FzGTvYzYXVQft_QCLcBGAsYHQ/s907/pulsar_CP1919.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="907" data-original-width="709" height="640" src="https://1.bp.blogspot.com/-I40_pQqljdA/YEbr2zuhkSI/AAAAAAABFt8/VsWG_yQh5CYD_5mjb4FzGTvYzYXVQft_QCLcBGAsYHQ/w500-h640/pulsar_CP1919.jpg" width="500" /></a></div><p style="text-align: justify;">En la historia de la ciencia moderna uno puede encontrar infinidades de casos en los que, en menor o mayor medida, el pensamiento patriarcal ha sido la base sustentable de que la mayoría de los reconocimientos y logros son del género masculino. Y Argentina no es la excepción.</p><p style="text-align: justify;">Aunque Silvia Kochen ahora es una reconocida y premiada neuróloga, ella es consciente de que para hacer su recorrido en la ciencia tuvo que ir esquivando infinidades de obstáculos. En la actualidad es la única profesora adjunta en la cátedra de Neurología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Y hace quince años, cuando se presentó a concursar por ese cargo, la primera pregunta de los miembros del jurado evaluador fue si estaba casada. En la segunda pregunta la curiosidad se trasladó a cómo pensaba compatibilizar la docencia con su vida privada. También le preguntaron si tenía hijos, pero no como una muestra de afecto, sino como un factor importante a tener en cuenta para el concurso. “Ya me sentí molesta con lo primero pero estaba sola con los tres jurados y no quería perder la oportunidad de acceder al cargo”, confesó la especialista a la periodista Nora Bär que la entrevistó para que formara parte de uno de los 10 testimonios de su libro <i>Rebelión en el laboratorio: Vidas de mujeres científicas</i>. Al salir del encuentro les consultó a todos sus compañeros varones si también les habían hecho consultas sobre sus vidas privadas y todos contestaron que no.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-FY6d0nXvL-o/YEbgRnPusLI/AAAAAAABFtU/ujjDcse8ZcoP7rxXd5NpCv-qf55r6-L7QCLcBGAsYHQ/s1067/rebelion%2Ben%2Bel%2Blaboratorio.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="640" data-original-width="1067" height="384" src="https://1.bp.blogspot.com/-FY6d0nXvL-o/YEbgRnPusLI/AAAAAAABFtU/ujjDcse8ZcoP7rxXd5NpCv-qf55r6-L7QCLcBGAsYHQ/w640-h384/rebelion%2Ben%2Bel%2Blaboratorio.jpg" width="640" /></a></div><p style="text-align: justify;">Silvia Kochen, como la mayoría de las mujeres y personas de otros géneros, son víctimas de estereotipos culturales donde, a través de una separación dicotómica, se cree que las mujeres tienen propensión a un pensamiento subjetivo, emocional, concreto y metafórico, mientras que los hombres son objetivos, racionales, abstractos y literales. Este par de conceptos (que se basan en la dicotomía femenino-masculino) está sexualizado y es un problema para las mujeres ya que, si se requiere para algo ser racional, entonces inmediatamente se piensa en un varón, porque las mujeres están estereotipadas como emocionales.</p><p style="text-align: justify;">Diana Maffia en su texto <i>Contra las dicotomías: feminismo y epistemología crítica</i> sostiene que el sujetx políticx, el ciudadanx y el sujetx de conocimiento científico de la ciencia moderna surgen al mismo tiempo en el siglo XVII con este mismo sesgo de las atribuciones dicotómicas, produciendo así un modelo de conocimiento patriarcal.</p><p style="text-align: justify;">Este modelo es la causa principal del sexismo que refleja un sistema de creencias y prácticas que crea y perpetúa desigualdades, relaciones de poder y disciplinamiento entre las personas sobre la base de su sexo, tal como lo plantea Marcela Lagarde y de los Ríos en su trabajo <i>La construcción de las humanas: Identidad de género y derechos humanos</i>. En una sociedad patriarcal, el sexismo es un fenómeno que se deriva, a su vez, del androcentrismo, que es una forma de ver y organizar el mundo y las relaciones sociales centrada en el punto de vista masculino. Para Monique Wittig, la consecuencia de esta tendencia a universalizar todo desde una mirada patriarcal es consecuencia de una “mente hétero” que no puede concebir una cultura, una sociedad donde la heterosexualidad no ordene, no sólo todas las relaciones humanas, sino también la misma producción de conceptos.</p><p style="text-align: justify;">Entre los nueve científicos distinguidos en 2019 con el Premio Houssay, el más importante entregado por el sistema científico argentino, una sola fue mujer<b>*.</b> Una carta abierta firmada por miles de científicxs en forma de protesta detalla que solo en el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina (CONICET), durante el año previo, se desempeñaron en tareas de investigación 5687 mujeres; 700 más que los varones.</p><p style="text-align: justify;">Estos números sólo reflejan la disparidad binaria heteronormativa hombre-mujer. Si se buscan datos sobre otras identidades de género, los resultados son casi nulos.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-vEned4WSqZw/YEbixK6dOoI/AAAAAAABFtc/pAXTWeKT_GElImCrUMl3jJTEpfQBBoiTACLcBGAsYHQ/s1280/Fran-Bubani-Primera-investigadora-trans-Conicet-3.jpeg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="853" data-original-width="1280" height="426" src="https://1.bp.blogspot.com/-vEned4WSqZw/YEbixK6dOoI/AAAAAAABFtc/pAXTWeKT_GElImCrUMl3jJTEpfQBBoiTACLcBGAsYHQ/w640-h426/Fran-Bubani-Primera-investigadora-trans-Conicet-3.jpeg" width="640" /></a></div><p style="text-align: justify;">Fran Bubani es Ingeniera Mecánica y actualmente Investigadora Asistente del CONICET en el Centro Atómico de Bariloche y la primera mujer “visiblemente trans” en el Instituto Balseiro de esa ciudad. “Decir que soy la primera trans visible significa que seguro hay más personas que no se identifican con el género asignado al nacer, pero que deciden no hacerlo público porque no se sienten protegidas”, expresó Fran en una entrevista realizada por Alejandra Zani para la <a href="https://agenciapresentes.org/2020/05/26/fran-bubani-una-mujer-trans-en-el-mundo-de-las-ciencias-duras-de-argentina/">Agencia Presentes</a>, sitio web que trata temas sobre la diversidad de género en la región. Asegura que la sanción de la Ley de Identidad de Género brindó el marco legal indispensable para que ella pudiera realizar su transición. “Para las personas que estamos en lugares tradicionalmente cerrados y patriarcales, es fundamental la protección legal que brinda la ley”, sostiene la investigadora.</p><p style="text-align: justify;">Pero Bubani es la excepción dentro de la excepción ya que, gracias a la aprobación de la Ley de Identidad de Género de Argentina en 2012, su género asumido “sufre” de cierto “privilegio” que otros géneros no tienen. Hay otras identidades de género que son mucho más discriminadas.</p><p style="text-align: justify;">Y es que “esta ley sólo resguarda a transexuales y en ese sentido es clasista”, sostiene la psicóloga social Marlene Wayar en su texto <i><a href="https://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/soy/1-2436-2012-05-11.html">¿Qué pasó con la T?</a></i> del diario <i>Página 12</i>. Allí afirma que quienes sostienen la identidad trans femenina en Argentina son un número reducido de personas con trabajo formal en diferentes institutos del Estado o un menor número de personas de clase media urbana que cuentan con el apoyo económico familiar. Y, en el campo de las masculinidades trans, en su mayoría son universitarios (en carrera o egresados) con una evidente distancia económica de las travestis en situación de prostitución.</p><p style="text-align: justify;">En su obra <i>Cuerpos desobedientes</i>, Josefina Fernández cuenta que el concepto de género, como identidad psicosocial, aparece por primera vez en el campo de las ciencias médicas a mediados del siglo XX. Este concepto se utiliza para intentar explicar y echar luz sobre un conjunto de prácticas consideradas anómalas y que fueron reunidas bajo el nombre de “aberraciones sexuales” dentro de las cuales estaba el travestismo. Y aunque el término “transexual” fue introducido en la literatura sexológica en los años cuarenta por David Cauldwell con su trabajo <i>Psychopathia Transexualis</i>, recién toma relevancia en los cincuenta cuando el transexualismo, como síndrome médico, fue clínicamente diferenciado de travestismo. Pero los primeros registros existentes acerca de las llamadas “desviaciones sexuales” pertenecen al campo del derecho penal y de la criminología. En Argentina fue el sistema de salud quien criminalizó las desviaciones sexuales mientras que en Inglaterra y Alemania, los profesionales de la misma área trabajaron en un sentido contrario, luchando desde temprano por la descriminalización de los “desvíos”.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-RgdfUMmHLrc/YEboXp2UMfI/AAAAAAABFtk/VEhI1ZzbEVEUqM_orXMejVtodr4ASa2HACLcBGAsYHQ/s888/la-revoluci%25C3%25B3n-de-las-mariposas--888x444.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="444" data-original-width="888" height="320" src="https://1.bp.blogspot.com/-RgdfUMmHLrc/YEboXp2UMfI/AAAAAAABFtk/VEhI1ZzbEVEUqM_orXMejVtodr4ASa2HACLcBGAsYHQ/w640-h320/la-revoluci%25C3%25B3n-de-las-mariposas--888x444.jpg" width="640" /></a></div><p style="text-align: justify;">En <i>La Revolución de las Mariposas</i>, un trabajo de investigación publicado en 2017 que tuvo como brazo encuestador al alumnado del bachillerato popular trans Mocha Celis y, como soporte institucional, al Programa de Género y Diversidad Sexual del Ministerio Público de la Defensa de CABA, se pueden ver reflejados las cifras que reflejan la criminalización de los géneros que se encuentran por fuera de la heteronormatividad.</p><p style="text-align: justify;">En el caso de las mujeres trans y travestis solo el 9% de las que fueron encuestadas para esta investigación dijo estar inserta en el mercado formal de trabajo, al tiempo que el 15% manifestó tareas informales de carácter precario y un 3,6%, vivir de beneficios provenientes de diversas políticas públicas. Para el resto, más del 70%, la prostitución sigue siendo la principal fuente de ingresos. Estas cifras son totalmente opuestas en los casos de los hombres trans en donde el 85% de quienes fueron encuestados dijo contar con un trabajo: el 48,5%, de carácter informal; el 36,4%, formal, y el 15% restante vivía de la ayuda familiar.</p><p style="text-align: justify;">“La asociación entre travestismo y prostitución constituye una de las representaciones del sentido común más difundidas en las sociedades latinoamericanas y en la sociedad argentina en particular”, es la fuerte descripción que realiza Lohana Berkins en su trabajo <i>Travestis: una identidad política</i>. “Uno de los elementos necesarios para comprender el recurso a la prostitución como salida casi exclusiva para asegurarse el sustento es la expulsión de las travestis del sistema educativo”, agrega.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-IzY33OVV7Zc/YEbp5rAhe5I/AAAAAAABFts/QwJvNwgt23IZyqYD06XBROUwOmUM340BgCLcBGAsYHQ/s580/berkins_00.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="300" data-original-width="580" height="332" src="https://1.bp.blogspot.com/-IzY33OVV7Zc/YEbp5rAhe5I/AAAAAAABFts/QwJvNwgt23IZyqYD06XBROUwOmUM340BgCLcBGAsYHQ/w640-h332/berkins_00.jpg" width="640" /></a></div><p style="text-align: justify;">Esta afirmación se confirma ya que el trabajo de investigación refleja que el 76% de quienes no han alcanzado el nivel secundario vive de la prostitución; porcentaje que disminuye cuando se observa a quienes alcanzaron un nivel igual o superior a la secundaria.</p><p style="text-align: justify;">Otro dato que refleja el trabajo es que, del total de las mujeres trans y travestis que dijeron estar estudiando en 2016, el 50% se encuentra cursando el nivel secundario. Un hecho novedoso es que casi un 16% dijo estar estudiando en la universidad. En su gran mayoría (87,9%), estudian en una institución pública.</p><p style="text-align: justify;">Diana Maffia afirma que, en su carácter descriptivo, el feminismo puede probar estadísticamente que en todas las sociedades las mujeres están peor que los varones. Y que centrándose en la pobreza, se puede saber que entre los pobres, las mujeres están peor. Lo mismo si se analiza el trabajo con relación laboral, allí también las mujeres están peor y así sucesivamente. Pero Judith Butler va un poco más allá de ese análisis y afirma que “la hipótesis de un sistema binario de géneros sostiene de manera implícita la idea de una relación mimética entre género y sexo, en la cual el género refleja al sexo o, de lo contrario, está limitado por él”.</p><p style="text-align: justify;">Tal como afirma Monique Wittig, los discursos que particularmente oprimen a todos los géneros, especialmente a los que se encuentran fuera de la heteronormatividad, son aquellos que dan por sentado que lo que funda una sociedad, cualquier sociedad, es la heterosexualidad. Y que esos discursos nos oprimen en el sentido de que nos impiden hablar a menos que hablemos en sus términos.</p><p style="text-align: justify;">Después de haber permanecido en silencio durante muchos años, un día Jocelyn Bell Burnell rompió aquellos discursos heteronormativos y habló. Aquella astrofísica irlandesa, ignorada en su descubrimiento, en 2018 recibió el Premio Especial de Avance en Física Fundamental; y, tras el anuncio del premio de 3 millones de dólares, decidió donar todo ese dinero para ayudar a las mujeres, las minorías y lxs estudiantes refugiadxs que buscan convertirse en investigadorxs de física.</p><p style="text-align: justify;"> </p><p style="text-align: justify;"><b>* </b>Oración escrita en género masculino adrede.</p>Oscar Cuervohttp://www.blogger.com/profile/15744374287487312025noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3702496019912113605.post-19849049813406793362021-03-06T09:00:00.003-03:002021-03-06T19:42:05.907-03:00Un Perrone largo: trabajo y fe<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/--PV5qfX45kk/YENpZXyu9EI/AAAAAAABFrs/NLIGJncEbKYT-5HBHrGFpdkkBGIiDsRoQCLcBGAsYHQ/s1280/cielo%2Bskate.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1037" data-original-width="1280" height="518" src="https://1.bp.blogspot.com/--PV5qfX45kk/YENpZXyu9EI/AAAAAAABFrs/NLIGJncEbKYT-5HBHrGFpdkkBGIiDsRoQCLcBGAsYHQ/w640-h518/cielo%2Bskate.jpg" width="640" /></a></div><p>por Oscar A. Cuervo</p><p style="text-align: justify;">La clave de la obra cinematográfica de Raúl Perrone reside en su poética. Esta palabra no debe entenderse aquí como un conjunto de rasgos estilísticos insistentes (en su extensa filmografía los hay, pero no son tantos ni tan distintivos como quisieran creer los críticos que suponen que el cine de Perrone mostró todo su juego a mediados de los ’90); tampoco me refiero a una analogía con la típica oposición literaria entre prosa y poesía (esa tensión ciertamente existe en su cine, aunque aflora con más nitidez en su producción reciente); menos aún uso el término “poética” en la vaga referencia a un fulgor, un excedente estético que acompañaría la presentación de las cosas, destinado a provocar el goce de la subjetividad del espectador, lo que suele llamarse “belleza” (también el fulgor y el goce aparecen en su cine pero no es ese el principio rector de su obra). Cuando señalo la importancia de la <i>poética</i> perroneana aludo al sentido clásico de la <i>poiesis</i> griega; esto es: la producción como un modo de abrir el mundo. Perrone se halla embargado en la mirada, en la tarea cotidiana de configurar una forma a partir de su contacto artesanal con la materia. Su poética no surge principalmente de un programa metodológico: su famoso Decálogo 1998 bordea la parodia del Dogma 95 de Von Trier y Vinterberg, destinado a despistar a los buscadores de recetas simples que pierden de vista su singularidad, dado que cualquiera puede seguir los pasos prescritos en este tipo de listados, pero con eso solo no se logra producir una mirada. La poética perroneana se funda en su praxis de <i>producción</i>, siempre que no reduzcamos la idea de producción al problema de la financiación de sus proyectos. Es innegable que Perrone cuando se dispone a hablar de la clave de su cine alude una y otra vez al obstáculo del financiamiento y también a su falta. Se obstina en evitar la caída en el círculo habitual del financiamiento cinematográfico y esta tenacidad funciona como un auténtico obstáculo epistemológico que lo inhibe de ciertos recursos a la vez que posibilita hallazgos que otros cineastas ni sospechan. Pero ese obstinamiento también motoriza una ascesis. Perrone es un asceta del cine y paradójicamente de esa posición a la vez existencial y económica nace la desmesura de su obra. </p><p style="text-align: justify;">Muchas veces se lo presenta como el padre o padrino del cine independiente argentino; pero mejor podríamos pensarlo como un asceta. Hay una creciente tonalidad religiosa que impregna su cine. Esto es detectable en su Tríptico de la primera década de este siglo: <i>Luján</i> (2009), <i>Los actos cotidianos</i> (2009) y <i>Al final la vida sigue, igual</i> (2010), títulos que se podrían agregar a su cortometraje <i>SEM</i> (2011) y el largo <i>Las pibas</i> (2012), que forman un bloque fácilmente reconocible. Esa religiosidad no solo se reduce a los íconos que pueblan los lugares en que habitan sus personajes o en las invocaciones religiosas que pronuncian ya desde la escena inicial de <i>Labios de churrasco</i> (1994, en boca de Fabián Vena). No se trata de que sus personajes estén buscando el amparo de Dios sino más bien de cierta intuición que parece guiar la vigilia productiva de Perrone, por la que este amparo se lleva a cabo por medio de su mirada cinematográfica, que los devuelve transfigurados. </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-x9drHmlOdnQ/YENpyeSLGJI/AAAAAAABFr0/kQbWlWBlLagvjqs7Ft6SJHSIK5yBRhqvACLcBGAsYHQ/s800/labios%2Bde%2Bchurrasco.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="598" data-original-width="800" height="478" src="https://1.bp.blogspot.com/-x9drHmlOdnQ/YENpyeSLGJI/AAAAAAABFr0/kQbWlWBlLagvjqs7Ft6SJHSIK5yBRhqvACLcBGAsYHQ/w640-h478/labios%2Bde%2Bchurrasco.jpg" width="640" /></a></div><p style="text-align: justify;">La insistencia con que desde sus primeras películas compone el espacio de barrios de casas bajas con un alto cielo arriba traza un eje vertical en el que cielo y tierra se desalejan por obra del encuadre. El poner juntos cielo y tierra y entre ellos sus criaturas parece obrar como la justificación de su desmesura productiva, como si el cineasta los necesitara porque ellos, sus personajes, lo necesitan. Su mirada es a la vez la producción del artesano en el tallercito de su casa –de esos que todavía quedan en barrios como Ituzaingó, en los que Perrone vive y sueña- tanto como un acto sacrificial –en el sentido <i>hacer sagrado</i> un vínculo que ya existía en el plano mundano. La peculiar conjunción de hombre de oficio que manufactura en su taller hogareño y poeta que vela por sus criaturas reclamando nuestra mirada hacia ellas da como resultado una energía de trabajo desbocada, que desconoce la mesura de los horarios productivos y el reposo, sin días laborables ni feriados, una misión salvadora que sostiene el mundo. El mundo de Perrone es Ituzaingó pero a la vez Ituzaingó <i>es</i> tal cuando él lo filma -esa tenacidad sostiene su tarea incansable, que de otra manera correría el riesgo de extinguirse. </p><p style="text-align: justify;">Sus personajes tienen una relación precaria con el mundo del trabajo. Se trata de una marca histórica: Perrone empieza a filmar en los '90, cuando el neoliberalismo corroe el mundo del trabajo. Su mirada nunca abandonó ese terreno lindante entre la clase trabajadora y el lumpen-proletariado, el resto de lo popular asechado por la licuación postindustrial. La distancia precisa que él guarda respecto del mundo que filma no es la del burgués que incursiona por los arrabales para acercar un espectáculo <i>al público del centro</i>; tampoco es la distancia del militante esclarecido que quiere darle conciencia al pueblo. Perrone pertenece al pueblo retratado de un modo ambivalente: por motivos de edad él todavía recuerda el valor del trabajo en una época que está a punto de olvidarlo. Si el riesgo que sus personajes corren es el de la disolución de sus lazos comunitarios porque están a punto de dejar de producir o porque nunca conocieron esa posibilidad, él parece querer conjurar ese peligro mediante su consagración amorosa de sus materiales. La materialidad de la imagen cinematográfica es el elemento en el que la mirada curadora va a tomar forma. </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-vhSaPyYen_A/YENqaCFB35I/AAAAAAABFr8/xd9VIhzi4mQxL6Iv1Tu9velY4KFnLmThQCLcBGAsYHQ/s800/5%2Bpal%2Bpeso.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="414" data-original-width="800" height="332" src="https://1.bp.blogspot.com/-vhSaPyYen_A/YENqaCFB35I/AAAAAAABFr8/xd9VIhzi4mQxL6Iv1Tu9velY4KFnLmThQCLcBGAsYHQ/w640-h332/5%2Bpal%2Bpeso.png" width="640" /></a></div><p style="text-align: justify;">Esta interpretación puede hacerse retrospectivamente, si se revén sus películas desde la última hasta la primera: en esta cronología invertida puede reconocerse el principio de proliferación de su obra. Si el Perrone inicial parecía ubicarse en el género de una picaresca suburbana, de buscavidas que muchas veces terminaban aniquilados por la irrupción de una violencia que desbarataba la posibilidad del costumbrismo, en el último tramo de su filmografía el suburbio persiste, pero ya no su picaresca. Los restos del costumbrismo asociado a su Trilogía de Ituzaingó -<i>Labios de churrasco</i> (1994), <i>Graciadió</i> (1997) y <i>5 pal’ peso</i> (1998)- se fueron enrareciendo hasta extinguirse en el Tríptico 2009/2012, mediante un procedimiento de sustracción de todo histrionismo, que a veces les restaba espesor a sus pícaros de los ‘90, y también una depuración expresiva que hace resaltar la crudeza del claroscuro, la fiereza del color y la aspereza de la imagen digital. En la materialidad digital cuya rusticidad visual, alejada de la tersura del fílmico, parecen palparse en las paredes rajadas y descascaradas de <i>Luján</i> o <i>Los actos cotidianos</i> se abre paso una expresividad que asume la fricción de la cámara con la luz y da lugar a una sombra espesa. Las texturas pasan a ser tan importantes como las vidas de los personajes retratados. Más bien podría decir: se reclaman unas a otras. La aspereza se encuentra también en la captura sonora directa que le suma a los diálogos el valor del registro documental del habla popular de un espacio históricamente situado: el conurbano bonaerense de fines del siglo xx y principios del xxi. La prosa en la que su cine se desenvolvió llega al límite en el que la poesía (aquí sí como oposición a la prosa) está a punto de empezar. El expresionismo que su cine asume a partir del momento posterior al Tríptico, a comienzos de los '10. aparece como el destino de un largo recorrido, o como la consumación de un oficio. Logra articular así el rito poético que le permite cuidar el mundo. Cuidarlo, no hermosearlo ni idealizarlo: salvarlo para una mirada. </p><p style="text-align: justify;">Esta etapa empieza con <i>P3ND3JO5</i> (2013), que marca un punto de inflexión en su obra, de la que <i>Ragazzi</i> (2014) puede considerarse una consecución. A partir de <i>P3ND3JO5</i>, la continuidad de rasgos estilísticos que las lecturas críticas le adjudicaron se problematiza. No es solamente que empiece a cultivar un estilo nuevo, sino que los motivos que lo hacían reconocible vuelven transfigurados, lo que obliga a revisar la noción establecida de su identidad autoral. Sucede una mutación desde el realismo áspero hacia un expresionismo digital. Hay una película que presiente esa mutación: <i>Al final la vida sigue, igual</i>: en sus últimas secuencias las casitas de paredes rajadas y pintura descascarada se vacían de cuerpos y se pueblan de sombras y de fantasmas: la película termina literalmente con la visita de un fantasma. La banda sonora se enrarece acompañando esa mutación, desligándose del sincro y entregándose al efecto misterioso de los <i>loops</i>: música, ambientes, el rumor de los grillos o el ladrido de perros, palabras, susurros o gritos. Ahí parece haber tocado un límite a traspasar. No es seguro que Perrone supiera hacia dónde. </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/--Q1kVyA8O3w/YENq7fDpYUI/AAAAAAABFsE/sI7Rzj7x54wS6ZXjoE1-EsoCiHn-lZbZACLcBGAsYHQ/s801/al%2Bfinal2.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="461" data-original-width="801" height="368" src="https://1.bp.blogspot.com/--Q1kVyA8O3w/YENq7fDpYUI/AAAAAAABFsE/sI7Rzj7x54wS6ZXjoE1-EsoCiHn-lZbZACLcBGAsYHQ/w640-h368/al%2Bfinal2.jpg" width="640" /></a></div><p style="text-align: justify;">En <i>P3ND3JO5</i> el giro ya es irreversible. Lo que a partir de entonces toma por asalto el comando es otro elemento del cine. Porque si por un lado el cine se asienta en la huella que imprime lo real sobre un soporte sensible, por el otro, ya desde sus comienzos históricos el cine había mostrado su capacidad para desencadenar la alucinación. Algunos críticos hablaron erróneamente de un “giro primitivista”. Pero se trata de la recuperación de una experiencia (palabra más precisa que “experimental” para desechar sus connotaciones cientificistas) que descolló en la etapa final del cine mudo: el expresionismo alucinado y sombrío de Friedrich Murnau o Jean Epstein, por citar dos modelos que no eran previsibles a la altura de <i>Labios de churrasco</i> ni de <i>Luján</i>. No hay primitivismo porque la estilización de esta gramática queda muy lejos de lo primitivo. </p><p style="text-align: justify;">Si desde el principio hubo en el cine de Perrone un gusto por las superposiciones, los cambios de cadencia, los lentes deformantes o los bordes de iris, estos recursos pasan a comandar la estructura misma del plano. La pantalla se vuelve un lienzo en el que conviven un número indiscernible de capas. La imagen digital que en su período anterior había manifestado su aspereza recupera ahora la antigua función de la truca ilusionista que resalta el carácter fastasmal que todo el cine guarda como posibilidad. El color que había saturado las imágenes del Tríptico muchas veces desaparece para resaltar la oposición entre luz y tinieblas. Lo tangible se vuelve vaporoso y los cuerpos se descomponen en un prisma de múltiples reflejos informes. En ese paroxismo, el espacio parece des-solidificarse en un estado gaseoso o líquido. Sin embargo, hay algo que prevalece en esta liquidación del realismo: las caras de los personajes, ahora más propiamente “modelos”, ya emancipados de una función narrativa de la que solo quedan restos. Notablemente, la misma Ituzaingó, organizadora de las relaciones dramáticas de su cine previo, se vuelve líquida, gaseosa, un fondo del que emergen los rostros, filmados ahora en escorzos oblicuos, anti-realistas, a menudo en contrapicados que los recortan directamente del cielo.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-WxbCJvzyRtU/YENrgJtVJbI/AAAAAAABFsM/wIH66BkuisAxR3lw2cvd8lzA1p-vqtY9QCLcBGAsYHQ/s800/p3nd3jo5%2Bon%2Bline.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="418" data-original-width="800" height="334" src="https://1.bp.blogspot.com/-WxbCJvzyRtU/YENrgJtVJbI/AAAAAAABFsM/wIH66BkuisAxR3lw2cvd8lzA1p-vqtY9QCLcBGAsYHQ/w640-h334/p3nd3jo5%2Bon%2Bline.jpg" width="640" /></a></div><p style="text-align: justify;">No es una operación retro: Perrone cree que en los procedimientos del expresionismo de fines del período silente hay un camino abandonado en favor de la discursividad del sonoro. La operación se completa mediante la eliminación casi total del sonido directo (del que apenas quedan algunos ambientes, siempre intervenidos), sustituido por un magma auditivo que mixtura sonidos electrónicos, tecno-cumbia, voces en reverse, fricción de una banda sonora raspada que desplaza la sincronía que podría funcionar como último residuo del realismo. La manipulación desaforada del sonido y la tensión violenta que establece con las imágenes parecen declarar la necesidad de refundar las convenciones cinematográficas para volver a preguntarnos por los usos ya naturalizados de la imagen y el sonido. </p><p style="text-align: justify;">El otro elemento que no cabe en una operación de “rescate” del pasado cinematográfico son las caras de lxs pibxs de estas nuevas películas, desde <i>P3ND3JO5</i> hasta <i>Ragazzi</i>, pasando por <i>FAVULA</i> y unas cuantas posteriores inéditas hasta hoy. Las caras de lxs chicxs son inequívocamente contemporáneas y reconociblemente bonaerenses. Los cortes de pelo, los piercings, los rasgos mestizos y su frescura adolescente marcarían el elemento realista que Perrone no se permite manipular. Si la Ituzaingó del siglo xxi parece borroneada en el espacio (incluso totalmente suprimida en la escenografía de <i>FAVULA</i>), donde es imposible confundir su cine con el expresionismo de los años 20 es en las caras de esxs pibxs.</p><p style="text-align: justify;">Todos estos recursos aparecen en <i>P3ND3JO5</i>, cuya coda tiene un tono místico apoyado en un poema de Pasolini, <i>La crucifixión</i>:</p><p style="text-align: justify;"><i>¿Por qué Cristo fue EXPUESTO en la Cruz?</i></p><p style="text-align: justify;"><i>Oh sacudida del corazón al desnudo</i></p><p style="text-align: justify;"><i>cuerpo del jovencito... atroz</i></p><p style="text-align: justify;"><i>ofensa a su pudor crudo...</i></p><p style="text-align: justify;"><i>¡El sol y las miradas! La voz</i></p><p style="text-align: justify;"><i>extrema pidió perdón a Dios</i></p><p style="text-align: justify;"><i>con un sollozo de vergüenza</i></p><p style="text-align: justify;"><i>roja en el cielo sin sonido,</i></p><p style="text-align: justify;"><i>entre pupilas frescas y hastiadas</i></p><p style="text-align: justify;"><i>de Él: muerte, sexo y picota.</i></p><p style="text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-JEI6X7iFBz8/YENr69o1-hI/AAAAAAABFsY/zI-7alLwj8Mxyk4T-co3nf1PB5utL7BCwCLcBGAsYHQ/s746/ragazzi2.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="659" data-original-width="746" height="566" src="https://1.bp.blogspot.com/-JEI6X7iFBz8/YENr69o1-hI/AAAAAAABFsY/zI-7alLwj8Mxyk4T-co3nf1PB5utL7BCwCLcBGAsYHQ/w640-h566/ragazzi2.jpg" width="640" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-ww2bV_8TxrM/YENr6jYRDgI/AAAAAAABFsU/e3cMl5BGEyUPGl3Ut2ZBij-eZnSPcpvJACLcBGAsYHQ/s800/ragazzi.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="560" data-original-width="800" height="448" src="https://1.bp.blogspot.com/-ww2bV_8TxrM/YENr6jYRDgI/AAAAAAABFsU/e3cMl5BGEyUPGl3Ut2ZBij-eZnSPcpvJACLcBGAsYHQ/w640-h448/ragazzi.jpg" width="640" /></a></div><i><br /></i><p></p><p style="text-align: justify;">En <i>Ragazzi</i>, un año después de <i>P3ND3JO5</i>, Perrone explicita su posición de enunciación. Se vale de Pasolini para marcar la distancia que a la vez lo separa y lo une con esta generación de pibes. Su modo de ingresar al mundo de estos chicos es mediante voces exógenas que ponen palabras que no pueden provenir sino de otra dimensión. Una de esas voces exógenas es la del propio Pasolini, en la que parece enmascararse el propio Perrone:</p><p style="text-align: justify;"><i>Querido muchacho, sí, claro, encontrémonos,<span style="white-space: pre;"> </span></i></p><p style="text-align: justify;"><i>pero no esperes nada de este encuentro.<span style="white-space: pre;"> </span></i></p><p style="text-align: justify;"><i>Si acaso, una nueva desilusión, un nuevo<span style="white-space: pre;"> </span></i></p><p style="text-align: justify;"><i>vacío: de aquellos que hacen bien<span style="white-space: pre;"> </span></i></p><p style="text-align: justify;"><i>a la dignidad narcisista, como un dolor.<span style="white-space: pre;"> </span></i></p><p style="text-align: justify;"><i>A los cuarenta años yo estoy como a los diecisiete.<span style="white-space: pre;"> </span></i></p><p style="text-align: justify;"><i>Frustrados, el de cuarenta y el de diecisiete<span style="white-space: pre;"> </span></i></p><p style="text-align: justify;"><i>pueden, claro, encontrarse, balbuceando<span style="white-space: pre;"> </span></i></p><p style="text-align: justify;"><i>ideas convergentes, sobre problemas<span style="white-space: pre;"> </span></i></p><p style="text-align: justify;"><i>entre los que se abren dos décadas, toda una vida,<span style="white-space: pre;"> </span></i></p><p style="text-align: justify;"><i>y que, sin embargo, aparentemente son los mismos.<span style="white-space: pre;"> </span></i></p><p style="text-align: justify;"><i>Hasta que una palabra, salida de las gargantas inseguras,<span style="white-space: pre;"> </span></i></p><p style="text-align: justify;"><i>aridecida de llanto y deseo de estar solos,<span style="white-space: pre;"> </span></i></p><p style="text-align: justify;"><i>revela su irremediable diferencia.</i></p><p style="text-align: right;">(Pier Paolo Pasolini, <i>Fragmento epistolar, al muchacho Codignola</i>)</p><p style="text-align: center;">***</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-2p4oAqpII2Y/YENteS6ZnEI/AAAAAAABFsk/qncSV13HMKEKyIQSmrsGONOKJbC7gj-bQCLcBGAsYHQ/s507/ragazzi.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="449" data-original-width="507" height="566" src="https://1.bp.blogspot.com/-2p4oAqpII2Y/YENteS6ZnEI/AAAAAAABFsk/qncSV13HMKEKyIQSmrsGONOKJbC7gj-bQCLcBGAsYHQ/w640-h566/ragazzi.jpg" width="640" /></a></div><p style="text-align: justify;">Perrone, cineasta bonaerense del siglo xxi, toma a Pasolini como pretexto, como texto del que apropiarse, también como ícono, para hacerlo colisionar con otros ángeles, otras estrellas, oscuras o radiantes, de su cielo de cine. La inquietud febril, su “fiebre de maníaco ante la idea de llegar tarde”, como al comienzo le hace decir a un personaje adulto que le habla a los <i>ragazzi</i> reunidos en la escalinata de la iglesia de Ituzaingó, lo empuja a convocar a todos los espíritus. Los tiempos diversos, las lenguas y dialectos, Melies, Pasolini, Dreyer, Leonardo Favio, las sombras chinescas, Zeppelin, Handel, los rostros desfigurados por la estela del movimiento, como en una pintura de Francis Bacon; la fricción caótica de todos estos recursos se integran en una mirada. El primer movimiento de <i>Ragazzi</i> está signado por Pasolini, más precisamente por el episodio de su asesinato. La narración es apenas esbozada y funciona como una cadena laxa de imágenes que dejan salir a pasear a los fantasmas. Es un movimiento sombrío: parece que Pasolini estuviera mirando a su último muchacho atrás de sus gafas oscuras. La imagen conque termina el primer Movimiento es la del espectro de Pasolini que anda ingrávido por el horizonte del baldío, una vez que su cuerpo fue asesinado, como si la muerte no hubiera podido con él.</p><p style="text-align: justify;">El segundo movimiento contrasta con el primero por dos motivos notorios: por su luminosidad jubilosa y por algo que hasta ahora Perrone no se había permitido: salir de Ituzaingó. Filma a unos pibes carreros en Córdoba capital, debajo de un puente por el que pasa un arroyo, mientras por arriba zumban los autos de la clase media cordobesa a toda velocidad. Esos chicos son despreciados o temidos por los que manejan los autos (a quienes Perrone solo evoca por el audio televisivo de un suceso policial). Parecería que nadie puede verlos, excepto el autor de <i>Ragazzi</i>, que los va a buscar en su lugar. Los encuentra no en su trabajo infantil sino en pleno estallido vital, jubilosos y no mellados por la historia. No se trata de una negación maníaca de la muerte ni de una idealización de la pobreza. La cámara capta un erotismo de los cuerpos que no es ficción. Seguramente es el momento más alegre y erótico de toda su obra. Algo que el cine ya no muestra: en estos cuerpos vulnerables hay una potente capacidad de goce y ese goce no desconoce su vulnerabilidad. Es un movimiento de innegable filiación pasoliniana, como un camino todavía abierto. Esos cuerpos gozosos filmados bajo una luz que los baña de una cualidad mitológica hacen posible una recuperación fastuosa de la vida. Los chicos de ese arroyo permiten intersectar a Pasolini con Favio.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-SaaUpuH2nJ0/YENt7MawWBI/AAAAAAABFss/FqnyXfUNAXgulsCfsgQL49DUGew21kXqQCLcBGAsYHQ/s1366/perrone%2Bcorsario7.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="768" data-original-width="1366" height="360" src="https://1.bp.blogspot.com/-SaaUpuH2nJ0/YENt7MawWBI/AAAAAAABFss/FqnyXfUNAXgulsCfsgQL49DUGew21kXqQCLcBGAsYHQ/w640-h360/perrone%2Bcorsario7.jpg" width="640" /></a></div><p style="text-align: justify;">También sobrevuela la tragedia: los jóvenes en peligro, la adolescencia como el umbral de una muerte posible es constante en esta etapa perroneana. Pero el paso de la poesía fúnebre al estallido erótico de los cuerpos acariciados por el sol y la libertad de la tarde estival se sobrepone incluso al destino trágico. La cámara alcanza el éxtasis cuando captura los perfiles angulosos de los chicos recortados contra un cielo que parece adorarlos, sus miradas en trance, la irresponsable vitalidad de caballos y perros, la súbita irrupción de la belleza femenina. Con un final brillante y glorioso, los pibes desafían la ley de gravedad, las leyes de la termodinámica, la fatalidad de la muerte y vuelven a nacer de las aguas, una auténtica resurrección. La cámara de Perrone sacraliza esos rostros de luminosa inocencia.</p>
<iframe allow="accelerometer; autoplay; clipboard-write; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture" allowfullscreen="" frameborder="0" height="355" src="https://www.youtube.com/embed/2dHbA5HkFlg" width="640"></iframe><p style="text-align: justify;">* Este texto fue escrito en 2015 para la revista <i>Kilómetro 111, </i>publicado con el título "Filmar la Gracia: el último Perrone"; se publica ahora levemente modificado. Se trata de mi intento más exhaustivo para abarcar su obra. Desde entonces, por supuesto, Perrone siguió filmando profusamente. Incluso incursionó por otras vías (<i>Hierba, Cínicos, Expiación, Cosimi</i>). Pero una zona de su filmografía, como las recientes <i>Corsario, Algnxs Pibxs, 4TRO V3INT3</i> y la aún inédita <i>Sean Eternxs </i>se integran con naturalidad a las líneas aquí propuestas. También pueden integrar este grupo dos cortometrajes que Perrone hizo con el sonido diseñado por el autor de este ensayo.</p>
<iframe allow="accelerometer; autoplay; clipboard-write; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture" allowfullscreen="" frameborder="0" height="355" src="https://www.youtube.com/embed/xnVg1m82iBs" width="640"></iframe><div><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-xv_46yxcsww/YENuYqpMcXI/AAAAAAABFs0/JYL2Rc875PwyuVdOSYkA5cYDRrKVcH9BgCLcBGAsYHQ/s956/sean%2Beternos.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="535" data-original-width="956" height="358" src="https://1.bp.blogspot.com/-xv_46yxcsww/YENuYqpMcXI/AAAAAAABFs0/JYL2Rc875PwyuVdOSYkA5cYDRrKVcH9BgCLcBGAsYHQ/w640-h358/sean%2Beternos.jpg" width="640" /></a></div><br /><div><br /></div>Oscar Cuervohttp://www.blogger.com/profile/15744374287487312025noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3702496019912113605.post-17483042283148605862021-01-24T06:30:00.001-03:002021-01-24T06:30:46.385-03:00La demonización del populismo<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://1.bp.blogspot.com/-oocCDmlzCY0/YA0XozXMwTI/AAAAAAABFcU/OhhkEPqqzEwAFx3ciP3JrRjaarCvTuTqwCLcBGAsYHQ/s750/caza%2Bde%2Bbrujas.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-align: center;"><img border="0" data-original-height="750" data-original-width="500" src="https://1.bp.blogspot.com/-oocCDmlzCY0/YA0XozXMwTI/AAAAAAABFcU/OhhkEPqqzEwAFx3ciP3JrRjaarCvTuTqwCLcBGAsYHQ/s16000/caza%2Bde%2Bbrujas.jpg" /></a></div><p> <br /><span style="text-align: justify;">por Lidia Ferrari *</span></p><p style="text-align: justify;">Para un historiador de pleno siglo XX como Lucien Febvre, en el siglo XVI estaban todos familiarizados con los ángeles y los demonios. Cada hombre, hasta el más culto, tenía del universo una visión mística, habitaban un universo fantasmagórico. Se preguntará Febvre si ellos ¿Tuvieron “una clara conciencia científica de lo real”? <span style="color: #2b00fe; font-size: xx-small;">1</span>. Y cita a todos los maestros en demonología antigua, como Ficino, Agrippa, Paracelso que estaban sumergidos en una fantasmagoría cotidiana, poblados de espíritus, demonios, criaturas semidivinas. Eran los magos, los alquimistas o los astrólogos. Para el historiador, en los tiempos contemporáneos, las únicas fantasmagorías salen de los laboratorios. Entonces parece que el mundo de la creencia en lo “irreal” no atravesaría nuestros tiempos modernos, donde la ciencia y su legado simbólico lo impediría.</p><p style="text-align: justify;">Obviamente, no se puede sostener eso después de Freud. Freud nos advirtió que fantasmagorías y demonios nutren al sujeto neurótico, y no sólo lo asaltan en la vida cotidiana sino que hasta le dan razón de existir. ¿Que estos demonios neuróticos son más reales que los que volaban en los cielos renacentistas? Lo que parece persistir en nuestra ideología occidental moderna es la “creencia” <span style="color: #2b00fe; font-family: verdana; font-size: xx-small;">2</span> de que estamos habitando un suelo firme y bien sustentado, en el cual ya no hay lugar para las tropelías de los demonios, como sí lo habría sido en siglos precedentes. Sin embargo, el psicoanálisis viene a decirnos que tenemos mucho lugar para ellos. Que son criaturas creadas por el discurso y que por eso tienen una eficacia que no puede cancelar ninguna ciencia positiva. Hay que poseer una teoría del sujeto que admita la existencia de las brujas y los demonios como seres que habitan el lenguaje. Si alguien nos dice que existen las brujas apelaremos a esa generalizada operación de la <i>Verleugnung </i>freudiana para, mientras la exorcisamos con un amuleto, decir que no creemos en ellas. Observamos cómo se crean demonios todos los días y cómo a una mayoría de gente, las “pruebas”, esas que no sólo reclama la ciencia sino que hasta los tribunales inquisidores exigían, serán incapaces de convencerlos de que estos demonios no existen. ¿Nos hemos vuelto ocultistas, esotéricos, mágicos, místicos? No, estamos ante la presencia de cómo se puede crear colectivamente la idea de la existencia del mal, un mal oscuro que no sobrevuela con escoba por los cielos, sino que se encarna en seres de carne y hueso que adoptan alguna actividad considerada, como los herejes de antaño, contestataria contra la corriente de los dispositivos de poder existentes.</p><p style="text-align: justify;">La irregular historia de la persecución y demonización de las brujas como un capítulo de la persecución a los herejes en la Iglesia desmiente, una vez más, la idea del progreso en la evolución humana. El <i>best seller</i> de 1487 <i>Malleus maleficarum </i><span style="color: #2b00fe; font-family: verdana; font-size: xx-small;">3</span>, un tratado sobre el delito de brujería, donde se detalla su existencia y su tratamiento, sostuvo durante siglos la forma de enfrentar a la brujería no sólo en los tribunales inquisidores. A partir de este tratado, el papa Inocencio VIII hace constar que la Iglesia Católica cree en la existencia de las brujas. Lo significativo es que este decreto derogaba el <i>Canon Episcopi</i> del año 906, donde la Iglesia sostenía que creer en brujas era una herejía. En los años del primer milenio la Iglesia consideraba que creer en las brujas era una herejía. En el siglo XV, la Iglesia no sólo cree en su existencia sino que se dispone a perseguirlas y condenarlas. Esto muestra las acrobacias en la construcción de lo demoníaco y de la presencia del mal en la historia y sus agentes.</p><p style="text-align: justify;">Estamos asistiendo a operaciones similares respecto de las palabras y lo que ellas designan, sólo que con dispositivos de diferente carácter tecnológico. Pero similar eficacia sobre los sujetos a quienes se dirige. En el siglo XVI, el inquisidor Alonso de Salazar hace una rigurosa indagación sobre ciertos episodios de brujería, donde encuentra muchas contradicciones en quienes daban su testimonio. En su informe sostuvo que esas palabras no podían ser tomadas en cuenta porque ellas estaban sostenidas en los dichos que circulaban en la época. Si se decía que las brujas volaban, alguien podía testificar que había visto a una bruja volar. Su informe, junto a otros, tuvo crucial importancia para que la Suprema Inquisición en 1614 dedicara una serie de instrucciones que “rezumaban escepticismo ante las declaraciones de las brujas, y aconsejaban cautela e indulgencia en todas las investigaciones” <span style="color: #2b00fe; font-family: verdana; font-size: xx-small;">4</span>. Decía Alonso de Salazar: “<i>…también saco de las experiencias que he visto ...que no hubo brujas ni embrujados en el lugar hasta que se comenzó a tratar y escribir de ellos</i>” <span style="color: #2b00fe; font-family: verdana; font-size: xx-small;">5</span>.</p><p style="text-align: justify;">Otra manera de mostrar la potencia de la manipulación de la lengua para introducir, a través de lo simbólico, un imaginario que hace suplencia de lo real imposible.</p><p style="text-align: justify;">La palabra "populismo" se encuentra en el centro de una operación de demonización. Por eso estamos desenterrando una variedad de términos que ya pensamos desaparecidos de nuestro mundo racional y científico. Nos lo obliga una estrategia narrativa donde se exhuman terminologías que no hacen sino traer al repertorio del sentido común popular términos como demonios, lo maldito, la satanización, el eje del mal, etc. Se está recuperando la noción de lo diabólico y lo maldito sagrado. Hay un procedimiento tendiente a estigmatizar ciertas palabras, para estigmatizar a las personas y movimientos que son representados en esas palabras. De la misma manera que en los procedimientos que establecían la herejía y brujería. Es de tener en cuenta que el estigma es una marca que no se puede borrar. En cuanto alguien queda tocado por el estigma queda ubicado en un lugar de exclusión. En este proceso de demonización o estigmatización se produce una potente corriente de descrédito hacia el estigmatizado o demonizado. Nadie quiere ocupar el lugar del demonizado, lo que ya supone un principio de identificación por la negativa.</p><p style="text-align: justify;">Los discursos que se imponen y cristalizan asedian a la lengua, la modifican. Las prácticas del lenguaje se van modificando en sus usos y prácticas. En estas épocas no es azaroso que se haya desatado un lenguaje injuriante, difamatorio y blasfemo (en un sentido secular, pero decantado de la blasfemia religiosa, donde no hay orden sagrado o investido de respeto que pueda limitar el uso de determinadas palabras y las injurias a determinados lugares investidos de dignidad). Se ha desencadenado, sobre todo en Argentina, un uso injuriante e infamante de las palabras con las que los sujetos intercambian entre sí. Las malas palabras están a la orden del día. No se trata de una crítica al uso de las “malas palabras” sino al estatuto del intercambio social que genera un lenguaje en el cual ellas reinan por doquier. Como dice Agamben: “El insulto es eficaz precisamente porque no funciona como un enunciado constatativo, sino más bien como un nombre propio, porque llama en el lenguaje de un modo que el llamado no puede aceptar, y del cual sin embargo no puede defenderse, como si alguien se obstinara en llamarme Gastón sabiendo que me llamo Giorgio” <span style="color: #2b00fe; font-family: verdana; font-size: xx-small;">6</span>. </p><p style="text-align: justify;">Las condiciones en que se tramita la palabra "populismo", en su aparente disputa, hacen de la misma palabra usada por los medios de comunicación para ligarla a lo demoníaco un término que pertenece a un orden heterogéneo al de la razón populista de Laclau, tanto que se podría decir que ambos términos son inconmensurables. Que el lenguaje y las palabras estén en estado de movimiento continuo, que ese movimiento no pueda detenerse, no obsta para que veamos que en la actualidad, una de las formas del poder –como lo ha sido siempre, pero ahora con instrumentos más potentes- sea intentar controlar todo movimiento donde las unidades semánticas se puedan liberar o transformarse. Tales tipos de transformaciones ocurrieron a fines de la Edad Media cuando cierta “política de la lengua” impuso una desontologización del lenguaje <span style="color: #2b00fe; font-family: verdana; font-size: xx-small;">7</span> a partir, entre otros, de separar la lengua de su referente. Un divorcio entre las palabras y las cosas coincide, según Michel de Certeau, con el momento donde el Latín deja paso a las lenguas vulgares, que se convertirán ellas, más tarde, en lenguas nacionales. No podemos decir que estemos asistiendo a una vuelta a una relación directa entre la lengua y lo real que articula, pero es cierto que se imponen sentidos a partir de una dimensión narrativa que “sintetiza” las palabras y sus significados, privilegiando un orden sintagmático de la lengua, lo que, sin dudas, empobrece el lenguaje.</p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;"><span style="background-color: black; color: white; font-family: verdana; font-size: x-small;">NOTAS</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: x-small;">1 - Febvre, Lucien, <i>El problema de la incredulidad en el siglo XVI. La religión de Rabelais,</i> Madrid, Akal, 2012, p. 310.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: x-small;">2 - Sobre la función de la creencia y la credulidad en su relación con la alteridad véase el libro <i>La diversión en la crueldad. Psicoanálisis de una pasión argentina,</i> Buenos Aires, Letra Viva, 2016.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: x-small;">3 - Freud le escribe a Fliess en enero de 1897 cuánto le interesa dicho libro, que se va a dedicar a “estudiarlo asiduamente”, ya que la comparación que encuentra entre brujería e histeria “cobra cada vez mayor vida”, Freud, S. <i>O. C. T.</i> <i>III</i>, Madrid, Biblioteca Nueva, 1973, p. 3560.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: x-small;">4 - Kamen, Henry, <i>La inquisición española: Mito e historia</i>, Grupo Planeta, posición Kindle 7639-7640.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: x-small;">5 - <i>Ibid</i>., posición Kindle 7616-7619.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: x-small;">6 - Agamben, Giorgio, “La Amistad”, <i>La Nación</i>, Suplemento Cultura, domingo 25 /09/2005.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana; font-size: x-small;">7 - “La experiencia, en el sentido moderno del término, nace con la desontologización del lenguaje, a la que corresponde también el nacimiento de la lingüística”. De Certeau, Michel, <i>La fábula mística (siglos XVI-XVII),</i> Madrid, Siruela, 2006, p.126.</span></p><p style="text-align: justify;">* Reproducimos un fragmento del texto de Lidia Ferrari "Populismo, emancipaciones y herejías", en el libro <i>Decir de mujeres. Escritos entre psicoanálisis, política y feminismo</i>, (Letra Viva, 2019).</p>Oscar Cuervohttp://www.blogger.com/profile/15744374287487312025noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3702496019912113605.post-57961086218690602822020-06-15T16:58:00.000-03:002020-06-15T23:58:02.793-03:00"En estos días simplemente no hay ninguna buena nueva" (Bob Dylan)<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
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<a href="https://1.bp.blogspot.com/-Cl5CF1bb79I/XufPMlmwn1I/AAAAAAABC04/Is7OP3nc0agabGGaZTSWbEJMsxB7aOafQCLcBGAsYHQ/s1600/dylan%2B2020c.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1109" data-original-width="1600" height="442" src="https://1.bp.blogspot.com/-Cl5CF1bb79I/XufPMlmwn1I/AAAAAAABC04/Is7OP3nc0agabGGaZTSWbEJMsxB7aOafQCLcBGAsYHQ/s640/dylan%2B2020c.jpg" width="640" /></a></div>
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<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; font-size: large;">Entrevista a Bob Dylan en <a href="https://www.nytimes.com/2020/06/12/arts/music/bob-dylan-rough-and-rowdy-ways.html">The New York Times</a> </span></div>
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<div class="css-vp77d3 epjyd6m0" style="-webkit-box-align: center; align-items: center; background-color: white; border: 0px; color: #333333; display: flex; font-size: 16px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px 0px 15px; padding: 0px; text-size-adjust: 100%; vertical-align: baseline; width: 600px;">
<div class="css-1baulvz" style="border: 0px; display: inline-block; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
<div class="css-1nuro5j e1jsehar1" itemprop="author" itemscope="" itemtype="http://schema.org/Person" style="border: 0px; display: inline-block; font-size: 0.9375rem; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: 700; letter-spacing: 0.02em; line-height: 1.25rem; padding: 0px; vertical-align: baseline;">
<div style="text-align: justify;">
<span class="css-1baulvz last-byline" itemprop="name" style="border: 0px; display: inline-block; font: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Traducida y adapatada por </span><span class="css-1baulvz last-byline" itemprop="name" style="border: 0px; display: inline-block; font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; font-size: inherit; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; font-weight: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">Un Largo</span></div>
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<ul class="css-1u1psjv epjyd6m3" style="-webkit-box-align: center; -webkit-box-pack: justify; align-items: center; background-color: white; border: 0px; color: #333333; display: flex; flex-wrap: nowrap; font-size: 16px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; justify-content: space-between; line-height: inherit; list-style: none; margin: 0px; padding: 0px; text-size-adjust: 100%; vertical-align: baseline;">
<li class="css-ccw2r3 epjyd6m1" style="border: 0px; flex-shrink: 1; font: inherit; list-style: none; margin: 0px; padding: 0px 1rem 0px 0px; text-size-adjust: 100%; vertical-align: baseline;"><div class="css-ld3wwf e16638kd1" style="border: 0px; display: flex; flex-shrink: 1; flex-wrap: wrap; font-family: nyt-franklin, helvetica, arial, sans-serif; font-size: 0.8125rem; font-stretch: inherit; font-style: inherit; font-variant: inherit; line-height: 1rem; margin: 0px; padding: 0px; text-size-adjust: 100%; vertical-align: baseline;">
<div style="text-align: justify;">
<time class="css-1sbuyqj e16638kd3" datetime="2020-06-12T05:00:23-04:00" style="border: 0px; display: inline-block; font: inherit; margin: 0px; padding: 0px 1em 0px 0px; text-size-adjust: 100%; vertical-align: baseline;">Junio 12, 2020</time></div>
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Bob Dylan dio en los últimos años poquísimas entrevistas. De hecho no dio ninguna después de ganar el Premio Nobel de Literatura en 2016. Este viernes <i>The New York Times</i> publicó en su versión online una entrevista que Dylan concedió recientemene a <span style="background-color: white; color: #333333; font-size: 15px; letter-spacing: 0.3px;">Douglas Brinkley, </span>profesor de historia de la Universidad de Rice y autor de<i> American Moonshot: John F. Kennedy y la Gran Carrera Espacial</i>.<span style="color: #333333;"><span style="background-color: white; font-size: 15px; letter-spacing: 0.3px;"><b> </b></span></span></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: #333333;"><span style="color: #333333;"><span style="background-color: white; font-size: 15px; letter-spacing: 0.3px;">Es la única entrevista concedida por el cantante ante la inminente salida -este viernes 19- de</span></span><span style="color: #333333;"><span style="background-color: white; font-size: 15px; letter-spacing: 0.3px;">l álbum </span></span><i>Rough and Rowdy Ways,</i> el primero que da a conocer desde que en 2012 editó <i>Tempest</i><span style="color: #333333;"><span style="background-color: white; font-size: 15px; letter-spacing: 0.3px;">. </span></span><span style="color: #333333;"><span style="background-color: white; font-size: 15px; letter-spacing: 0.3px;">La entrevista extracta dos conversaciones telefónicas: la primera de ellas ocurrió en abril, cuando acababa de aparecer "M</span></span><span style="background-color: white; color: #333333; font-size: 15px; letter-spacing: 0.3px;">urder</span><span style="color: #333333;"><span style="background-color: white; font-size: 15px; letter-spacing: 0.3px;"> M</span></span><span style="background-color: white; color: #333333; font-size: 15px; letter-spacing: 0.3px;">ost</span><span style="background-color: white; color: #333333; font-size: 15px; letter-spacing: 0.3px;"> </span><span style="color: #333333;"><span style="background-color: white; font-size: 15px; letter-spacing: 0.3px;">Foul", la canción que anticipó el nuevo disco</span></span><i>, </i><a href="https://unlargo.blogspot.com/2020/05/it-had-to-be-you-bob.html">ampliamente comentada en este blog</a>. <span style="background-color: white; color: #333333; font-size: 15px; letter-spacing: 0.3px;">Brinkley habla con Dylan no solo de esta canción, sino de otras del disco aún inédito, pero también de una </span></span><span style="background-color: white; color: #333333; font-size: 15px; letter-spacing: 0.3px;">amplia</span><span style="background-color: white; color: #333333; font-size: 15px; letter-spacing: 0.3px;"> </span><span style="background-color: white; color: #333333; font-size: 15px; letter-spacing: 0.3px;">gama de temas que muestran la perspectiva de Dylan sobre el mundo actual y el que está por venir. </span><span style="color: #333333;">La segunda charla telefónica se hizo un día después de que George Floyd fuera asesinado por la policía de Minneapolis, hecho que produjo una conmoción política en USA que todavía no cesa. La entrevista salió publicada este domingo en la edición impresa del </span><i style="color: #333333;">The New York Times</i><span style="color: #333333;"> en una versión abreviada, con el título "El todavía pinta sus obras maestras".</span></div>
<span style="color: #333333;">
</span>
<br />
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Al comentar el asesinato de Floyd a manos de la brutal policía de Donald Trump, Dylan dijo: "Me agobia infinitamente ver a George torturado hasta la muerte de esa manera. Fue peor que feo. Esperemos que la justicia llegue rápidamente para la familia Floyd y para esta nación ".</div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-cDf6RjSqVGM/XufPrdp6P0I/AAAAAAABC1A/xV3POeIkN-4H9nOPyHGpszH6yKRnO8KugCLcBGAsYHQ/s1600/bob%2Bdylan%2Bself%2Bportrait.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="676" data-original-width="1000" height="432" src="https://1.bp.blogspot.com/-cDf6RjSqVGM/XufPrdp6P0I/AAAAAAABC1A/xV3POeIkN-4H9nOPyHGpszH6yKRnO8KugCLcBGAsYHQ/s640/bob%2Bdylan%2Bself%2Bportrait.jpg" width="640" /></a></div>
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La entrevista:</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>- ¿<span style="color: #333333;"><span style="background-color: white; font-size: 15px; letter-spacing: 0.3px;">"M</span></span><span style="background-color: white; color: #333333; font-size: 15px; letter-spacing: 0.3px;">urder</span><span style="color: #333333;"><span style="background-color: white; font-size: 15px; letter-spacing: 0.3px;"> M</span></span><span style="background-color: white; color: #333333; font-size: 15px; letter-spacing: 0.3px;">ost</span><span style="background-color: white; color: #333333; font-size: 15px; letter-spacing: 0.3px;"> </span><span style="color: #333333;"><span style="background-color: white; font-size: 15px; letter-spacing: 0.3px;">Foul" fue</span></span> escrita como un elegía nostálgica por un tiempo perdido?</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
- Para mí no es nostálgica. No pienso en <span style="color: #333333;"><span style="background-color: white; font-size: 15px; letter-spacing: 0.3px;">"M</span></span><span style="background-color: white; color: #333333; font-size: 15px; letter-spacing: 0.3px;">urder</span><span style="color: #333333;"><span style="background-color: white; font-size: 15px; letter-spacing: 0.3px;"> M</span></span><span style="background-color: white; color: #333333; font-size: 15px; letter-spacing: 0.3px;">ost</span><span style="background-color: white; color: #333333; font-size: 15px; letter-spacing: 0.3px;"> </span><span style="color: #333333;"><span style="background-color: white; font-size: 15px; letter-spacing: 0.3px;">Foul"</span></span> como una glorificación del pasado o una especie de expulsión del paraíso perdido. Lo que dice la canción me lo dice en el instante. Siempre es así, especialmente cuando estoy escribiendo las letras.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>- En los '90 se subastó una serie de transcripciones inéditas tuyas sobre sobre el asesinato de JFK . ¿Esas notas en prosa eran para un ensayo o pensabas escribir una canción como "Murder Most Foul" desde hace mucho?</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
- No recuerdo querer escribir una canción sobre JFK. Muchos de esos documentos subastados eran falsificados. Las falsificaciones son fáciles de detectar porque alguien siempre pone mi nombre en la parte de abajo.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>- ¿Te sorprendió que esta canción de 17 minutos fuera tu primer número 1 en Billboard?</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
- Claro.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>- En "Murder Most Foul" hay un sentimiento muy apocalíptico</b>.<b> ¿Te preocupa que en 2020 hayamos atravesado un punto de no retorno, que la tecnología y la hiperindustrialización van a funcionar contra la vida humana en la Tierra?</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
- Claro, hay muchas razones para preocuparse por eso. Definitivamente ahora hay mucha más angustia y nerviosismo que antes. Pero eso solo se aplica a personas de cierta edad como vos y yo, Doug. Tenemos una tendencia a vivir en el pasado, pero somos solo nosotros. Los jóvenes no siguen esta tendencia. No tienen pasado, así que todo lo que saben es lo que ven y oyen, y van a creer cualquier cosa. De ahora en adelante van a estar a la vanguardia. Cuando ves a chicos que ahora tienen 10 años, dentro de 20 o 30 años ellos tendrán el control y no tendrán ni idea del mundo que nosotros conocimos. Los chicos que ahora son adolescentes no tienen memoria para recordar. Quizás sea mejor entrar en esa mentalidad lo antes posible, porque esa será la realidad. En cuanto a la tecnología, hace que todos sean vulnerables. Pero los jóvenes no piensan así, no les importa. Las telecomunicaciones y la tecnología avanzada es el mundo en el que nacieron. Nuestro mundo ya está obsoleto.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>- “<a href="http://tallerlaotra.blogspot.com/2020/04/dylan-contiene-multitudes.html">I Contain Multitudes</a>” tiene un verso poderoso: “duermo en la misma cama con la vida y la muerte”. Supongo que todos nos sentimos así cuando llegamos a cierta edad. ¿Pensás en la muerte con frecuencia?</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
- Pienso en la muerte de la raza humana. El largo y extraño viaje del mono desnudo. No es para estar más tranquilo pero la vida de todos nosotros es transitoria. Todo ser humano, no importa lo fuerte o poderoso que sea, es frágil cuando está ante la muerte. Lo pienso en términos generales, no de manera personal.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-0xMKPI6hgCM/XufP3jSsKGI/AAAAAAABC1E/ctA6tEQXcBM-Pq6q4XBMo4gd-rd1GvpAACLcBGAsYHQ/s1600/dylan1.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="658" data-original-width="900" height="466" src="https://1.bp.blogspot.com/-0xMKPI6hgCM/XufP3jSsKGI/AAAAAAABC1E/ctA6tEQXcBM-Pq6q4XBMo4gd-rd1GvpAACLcBGAsYHQ/s640/dylan1.jpg" width="640" /></a></div>
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>- Hay un verso en <a href="http://tallerlaotra.blogspot.com/2020/05/falso-profeta.html">"Falso Profeta</a>" -"<i>Soy el último de los mejores, pueden enterrar al resto</i>"- que me recordó las muertes </b><b>recientes </b><b>de John Prine y Little Richard. ¿Escuchaste su música después de que les hicieran un tributo a ellos?</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
- Los dos muchachos triunfaron en lo suyo. No necesitan que nadie les haga tributos. Todos saben lo que hicieron y quiénes fueron. Y se merecen todo el respeto y la aclamación que recibieron. No hay duda de eso. Pero fue Little Richard con quien crecí. Él estaba allí antes que yo. Encendió un fósforo debajo de mí. Me contactó con cosas que nunca hubiera sabido por mi cuenta. Entonces pienso en él de otra manera.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>- ¿Por qué no hubo más gente que le prestara atención a la música <i>gospel </i>de Little Richard?</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
- Probablemente porque la música gospel es la música de las buenas nuevas y en estos días simplemente no hay ninguna buena nueva. Las buenas nuevas en el mundo de hoy se parecen a un fugitivo que es tratado como un matón y se da a la fuga. Todo lo que vemos son nuevas buenas para nada. Y tenemos que agradecer a la industria de los medios por eso. Se sacude a la gente, chismes y ropa sucia, noticias oscuras que te deprimen y te horrorizan. Por otro lado, las buenas nuevas del evangelio son ejemplares. Pueden darte coraje. Pueden darle un eje a tu vida, o intentarlo, de todos modos. Y podés hacerlo con honor y principios. Hay teorías de la verdad en el evangelio, pero para la mayoría de las personas eso no es lo importante. Viven su vida demasiado rápido, demasiadas influencias malas. El sexo, la política y el asesinato son el camino a seguir si querés llamar la atención de todos. Nos excita, ese es nuestro problema. Little Richard fue un gran cantante de gospel. Pero creo que fue visto como un extraño o un intruso en el mundo del evangelio. No lo aceptaron. Y por supuesto el mundo del rock 'n' roll quería que siguiera cantando "Good Golly, Miss Molly". Entonces su música gospel no fue aceptada en ninguno de ambos mundos. Creo que a la hermana Rosetta Tharpe le pasó lo mismo. No puedo imaginar que ninguno de ellos se haya molestado demasiado al respecto. Los dos fueron lo que solíamos llamar personas de carácter fuerte. Genuinos, con mucho talento, se conocían a sí mismos, no se dejaron influenciar por nada del exterior. Little Richard sé que fue así. También Robert Johnson, todavía más. Robert fue uno de los genios más creativos de todos los tiempos pero probablemente no tenía un público a quién hablar. Estaba tan adelantado a su tiempo que todavía no lo hemos alcanzado. Su estado hoy no podría ser más alto. Sin embargo, en su día, sus canciones deben haber confundido a la gente. Solo muestra que las grandes personas siguen su propio camino.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>- En el álbum <i>Tempest </i>interpretás "Roll on John" como tributo a John Lennon. ¿Hay otra persona para la que le gustaría escribir una balada?</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
- Ese tipo de canciones para mí simplemente salen de la nada, de la nada. Nunca planeo escribir ninguna de ellas. Hay ciertas figuras públicas que están en tu inconsciente por una razón u otra. Ninguna de esas canciones con nombres citados está escrita intencionalmente. Simplemente caen del espacio. Estoy tan desconcertado como cualquier otro en cuanto a por qué las escribo. Sin embargo, la tradición popular tiene una larga historia de canciones sobre personas reales. Supongo que estoy incluido en esa tradición.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>- Honrás a muchos grandes artistas en tus canciones. Tu mención de Don Henley y Glenn Frey en <span style="color: #333333;"><span style="background-color: white; font-size: 15px; letter-spacing: 0.3px;">"M</span></span><span style="background-color: white; color: #333333; font-size: 15px; letter-spacing: 0.3px;">urder</span><span style="color: #333333;"><span style="background-color: white; font-size: 15px; letter-spacing: 0.3px;"> M</span></span><span style="background-color: white; color: #333333; font-size: 15px; letter-spacing: 0.3px;">ost</span><span style="background-color: white; color: #333333; font-size: 15px; letter-spacing: 0.3px;"> </span><span style="color: #333333;"><span style="background-color: white; font-size: 15px; letter-spacing: 0.3px;">Foul"</span></span> me sorprendió un poco. ¿Qué canciones de Eagles disfrutas más?</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
- "New Kid in Town", "Life in the Fast Lane", "Pretty Maids All in a Row". Esa podría ser una de las mejores canciones de la historia.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-0DNwmzgURKg/XufQXB6mCaI/AAAAAAABC1Q/iHvEaC0nOZMZMhIDgoZbs_v84ZDhU-cQgCLcBGAsYHQ/s1600/Bob-Dylan-Rough-and-Rowdy-Ways.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="445" data-original-width="581" height="490" src="https://1.bp.blogspot.com/-0DNwmzgURKg/XufQXB6mCaI/AAAAAAABC1Q/iHvEaC0nOZMZMhIDgoZbs_v84ZDhU-cQgCLcBGAsYHQ/s640/Bob-Dylan-Rough-and-Rowdy-Ways.jpg" width="640" /></a></div>
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>- También te referís a Art Pepper, Charlie Parker, Bud Powell, Thelonious Monk, Oscar Peterson y Stan Getz en <span style="color: #333333;"><span style="background-color: white; font-size: 15px; letter-spacing: 0.3px;">"M</span></span><span style="background-color: white; color: #333333; font-size: 15px; letter-spacing: 0.3px;">urder</span><span style="color: #333333;"><span style="background-color: white; font-size: 15px; letter-spacing: 0.3px;"> M</span></span><span style="background-color: white; color: #333333; font-size: 15px; letter-spacing: 0.3px;">ost</span><span style="background-color: white; color: #333333; font-size: 15px; letter-spacing: 0.3px;"> </span><span style="color: #333333;"><span style="background-color: white; font-size: 15px; letter-spacing: 0.3px;">Foul"</span></span>. ¿Cómo te inspiró el jazz como compositor y poeta en tu larga carrera? ¿Hay artistas de jazz que estuviste escuchando últimamente?</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
- Tal vez las primeras cosas de Miles en Capitol Records. ¿Pero qué es el jazz? Dixieland, bebop, fusión de alta velocidad? ¿A qué llamas jazz? ¿Es Sonny Rollins? Me gustan las cosas de calipso de Sonny, pero ¿eso es jazz? Jo Stafford, Joni James, Kay Starr: creo que todos eran cantantes de jazz. King Pleasure, esa es mi idea de un cantante de jazz. No sé, podés poner cualquier cosa en esa categoría. El jazz te devuelve a los locos años 20'. Paul Whiteman fue llamado el rey del jazz. Estoy seguro de que si le preguntaras a Lester Young, él no sabría de qué le estás hablando. ¿Algo de eso me inspiró alguna vez? Bueno, sí. Probablemente mucho Ella Fitzgerald como cantante me inspira. Oscar Peterson como pianista, absolutamente. ¿Algo de esto me inspiró como compositor? Sí, "Ruby, My Dear" de Monk. Esa canción me puso en cierta dirección para hacer algo por ese lado. Recuerdo haberla escuchado una y otra vez.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>- ¿Qué papel juega la improvisación en tu música?</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
- Ninguno, para nada. No hay forma de que puedas cambiar la naturaleza de una canción una vez que la creaste. Podés poner diferentes patrones de guitarra o piano sobre las líneas estructurales y basarte en ellas, pero eso no es improvisación. La improvisación te deja abierto a buenas o malas performances y la idea es mantenerte parejo. Básicamente tocás lo mismo una y otra vez de la manera más perfecta posible.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>- <a href="http://tallerlaotra.blogspot.com/2020/04/dylan-contiene-multitudes.html">"I Contain Multitudes"</a> es sorprendentemente autobiográfica en algunas partes. Los dos últimos versos exudan estoicismo, mientras que el resto de la canción es un confesionario humorístico. ¿Te divertiste lidiando con impulsos contradictorios de vos mismo y de la naturaleza humana en general?</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
- Realmente no tuve que esforzarme mucho. Es el tipo de cosas en las que se acumulan versos de la corriente de la conciencia y luego te dejan en paz y sale algo. En esa canción en particular los últimos versos llegaron primero. Así que ahí es donde iba la canción todo el tiempo. Obviamente, el catalizador de la canción es la línea del título. Es una de esas canciones que escribíss por instinto, en estado de trance. La mayoría de mis canciones recientes son así. Las letras son reales, tangibles, no son metáforas. Las canciones parecen conocerse a sí mismas y saben que puedo cantarlas, vocal y rítmicamente. Se escriben a sí mismas y cuentan conmigo para que las cante.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>- Una vez más en esta canción nombrás a muchas personas. ¿Qué te hizo decidir mencionar a Anna Frank junto a Indiana Jones?</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
- Su historia significa mucho. Es algo profundo. Y difícil de articular o parafrasear, especialmente en la cultura moderna. Se tiene un lapso de atención tan corto. Porque estás tomando el nombre de Anna fuera de contexto, ella es parte de una trilogía. También podrías preguntar: "¿Qué te hizo decidir incluir a Indiana Jones o los Rolling Stones?" Los nombres en sí mismos no van solos. Es la combinación de ellos lo que resulta algo más que las partes separadas. Ir demasiado al detalle es irrelevante. La canción es como una pintura, no podés verla de una vez si estás demasiado cerca. Las piezas individuales son solamente parte de un todo. "I Contain Multitudes" es como escribir en trance. Bueno, no <i>como escribir en trance</i>, es <i>escribir en trance</i>. Es la forma en que me siento acerca de las cosas. Es mi identidad y no voy a cuestionarla, no estoy en condiciones de hacerlo. Cada línea tiene un propósito particular. En algún lugar del universo, esos tres nombres deben haber pagado un precio por lo que representan y están juntos. Apenas puedo explicar eso, por qué, dónde o cómo, pero así son los hechos.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>- Pero Indiana Jones era un personaje ficticio...</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
- Sí, pero la calidad de [el compositor de la banda de sonido] John Williams lo trajo a la vida. Sin esa música, no hubiera sido una gran película. Es la música la que hace que <i>Indy </i>cobre vida. Entonces esa es quizás una de las razones por las que está en la canción. No sé, los tres nombres llegaron juntos.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-KGO1nuzyinc/XufQvDwY4-I/AAAAAAABC1c/GXJNzJtdm0I4NQA1KlqQR2TtvFjX6bKOgCLcBGAsYHQ/s1600/dylan%2Bstones.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="720" data-original-width="1280" height="360" src="https://1.bp.blogspot.com/-KGO1nuzyinc/XufQvDwY4-I/AAAAAAABC1c/GXJNzJtdm0I4NQA1KlqQR2TtvFjX6bKOgCLcBGAsYHQ/s640/dylan%2Bstones.jpg" width="640" /></a></div>
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>- En <a href="http://tallerlaotra.blogspot.com/2020/04/dylan-contiene-multitudes.html">"I Contain Multitudes"</a> hay una referencia a los Rolling Stones. ¿Qué canciones de los Stones te gustaría haber escrito?</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
- Uh, no sé, tal vez "Angie", "Ventilator Blues" y qué más, dejame ver. Ah sí, "Wild Horses".</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>- Charlie Sexton empezó a tocar con vos durante unos años en 1999 y volvió al redil en 2009. ¿Qué lo hace un instrumetista tan especial? Es como si pudiera leer las mentes de los demás.</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
- En cuanto a Charlie, puede leer la mente de cualquiera. Pero Charlie compone canciones y las canta también, y puede tocar la guitarra rítmica para la banda. No hay ninguna de mis canciones de las que Charlie no se sienta parte y siempre tocó muy bien conmigo. <a href="http://tallerlaotra.blogspot.com/2020/05/falso-profeta.html">"False Prophet</a>" es solo una de las tres estructuras de 12 compases en este disco. Charlie es bueno en todas las canciones. No es un guitarrista presumido, aunque pudiera hacerlo si lo quisiera. Es muy estricto en su juego pero puede ser explosivo cuando quiere. Tiene un estilo clásico, muy <i>old school</i>. Él habita en una canción en lugar de atacarla. Siempre hizo eso conmigo.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>- ¿Pensás en esta pandemia en términos bíblicos? ¿Una plaga que barrió la tierra?</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
- Creo que precede a algo más que va a venir. Es una irrupción, seguro, y está muy extendida, ¿pero es bíblica? ¿Te referís a un tipo de señal de advertencia para que la gente se arrepienta de sus fechorías? Eso implicaría que el mundo está a punto para algún castigo divino. La arrogancia extrema puede tener algunas sanciones desastrosas. Tal vez estamos en la víspera de la destrucción. Hay muchas maneras de pensar en este virus. Creo que solo tenés que dejar que todo siga.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>- ¿Cómo pasaste los últimos meses refugiado en tu casa en Malibú? ¿Pudiste soldar o pintar?</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
- Sí, un poco.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-lfcW0-lUnEI/XufQ4z55C-I/AAAAAAABC1g/a4KXAFj-sY8evLMFYJKMim-gLk7Pw_mPwCLcBGAsYHQ/s1600/dylan%2Bherrero.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="426" data-original-width="640" height="424" src="https://1.bp.blogspot.com/-lfcW0-lUnEI/XufQ4z55C-I/AAAAAAABC1g/a4KXAFj-sY8evLMFYJKMim-gLk7Pw_mPwCLcBGAsYHQ/s640/dylan%2Bherrero.jpg" width="640" /></a></div>
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>- ¿Sos capaz de ser musicalmente creativo mientras estás en casa? ¿Tocás piano y programar en tu estudio privado?</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
- Lo hago más que nada en habitaciones de hotel. Una habitación de hotel es lo más cercano que tengo a un estudio privado.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>- ¿Tener el Océano Pacífico en tu patio trasero te ayuda a procesar la pandemia de Covid-19 de una manera espiritual? Existe una teoría llamada "blue mind" que cree que vivir cerca del agua es un curativo para la salud.</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
- Sí, puedo creer eso. “Cold Water”, “Many Rivers to Cross,” “How Deep Is the Ocean”: escucho cualquiera de esas canciones y es como una especie de cura. No sé para qué, pero una cura para algo que ni siquiera sé si tengo. Una especie de solución. Algo espiritual. El agua es una cosa espiritual. Nunca había oído hablar de la "blue mind". Parece que podría ser una especie de canción de blues lento. Algo que escribiría Van Morrison. Quizás la haya hecho, no lo sé.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>- De todas tus composiciones, "When I Paint My Masterpiece" creció en mí a lo largo de los años. ¿Qué te hizo volver a tocarla en los conciertos recientes?</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
- También creció en mí. Creo que esta canción tiene algo que ver con el mundo clásico, algo que está más allá de nuestro alcance. Un lugar en el que te gustaría estar más allá de tu experiencia. Algo que es tan supremo y de primer nivel que nunca podrías volver a bajar de esa cima. Lograste lo impensable. Eso es lo que la canción trata de decir y tendrías que ponerlo en ese contexto. Sin embargo, al decir eso, incluso si pintás tu obra maestra, ¿qué harías entonces? Bueno, obviamente tenes que pintar otra obra maestra. Por lo tanto, podría convertirse en una especie de ciclo interminable, una especie de trampa. Sin embargo, la canción no dice eso.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>- Hace unos años te vi tocar una versión de "Summer Days" que suena a <i>bluegrass</i>. ¿Alguna vez pensaste en grabar un álbum de <i>bluegrass</i>?</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
- Nunca pensé en eso. La música de <i>bluegrass </i>es misteriosa y está muy arraigada, casi tenés que nacer tocándola. El hecho de que seas un gran cantante, un gran esto o aquello no significa que puedas estar en una banda de <i>bluegrass</i>. Es casi como la música clásica. Es armónica y meditativa, pero sedienta de sangre. Si alguna vez escuchaste a los Hermanos Osborne, entonces sabés a lo que me refiero. Es una música implacable y está muy lejos. Las canciones de los Beatles reproducidas en estilo <i>bluegrass </i>no tendrían ningún sentido. Es el repertorio equivocado, y eso se ha hecho. Hay elementos de la música <i>bluegrass </i>con seguridad en lo que toco, especialmente la intensidad y temas similares. Pero no tengo la voz de alto tenor ni armonía de tres partes o un banjo consistente. Escucho mucho a Bill Monroe, pero me apego más o menos a lo que puedo hacer mejor.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>- ¿Cómo está tu salud? Parece que estás en forma como un violín. ¿Cómo mantenés la mente y el cuerpo trabajando juntos al unísono?</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
- Uh, es una gran pregunta. ¿Cómo lo hace uno? Tiene que haber algún tipo de acuerdo. Me gusta pensar en la mente como espíritu y el cuerpo como sustancia. Cómo integrás esas dos cosas, no tengo idea. Solo trato de ir en línea recta y seguir así.<br />
<br /></div>
</div>
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Oscar Cuervohttp://www.blogger.com/profile/15744374287487312025noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3702496019912113605.post-65097662878137391952020-05-09T05:54:00.000-03:002020-05-09T17:00:10.385-03:00It had to be you, Bob<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
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por Oscar Cuervo *</div>
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No one will ever know whether the release of “Murder Most Foul” last March 20th, his first in eight years, encloses Bob Dylan’s encripted message on the political present of the United States. The launch came just when a global pandemic that is sinking the world into anguish hits the most powerful nation on earth in particular. The pandemic seems to be pushing a paradigm over the cliff: the political, social and cultural paradigm embodied in the U.S. throughout the 20th century. Simply put, the country that hegemonized the last century, today shamelessly displays its vulnerability. Not only did the healthcare system collapse. Corpses are loaded into refrigerated trucks outside New York hospitals; the streets desolate beyond recall. Neither world wars nor the attack on the Twin Towers could stop the American Establishment in its tracks as the virus did. The pandemic took them by surprise with the worst leadership possible. Trump’s first trivial reaction had the support of his political and economic backbone. In a country with democratic institutions properly in place, Trump´s worse-than-poor management of the sanitary crisis would have cost him his dismissal. But the fascist side of the flamboyant showman turned political leader that used to inspire caustic humor, timid criticism, and even admiration for his dreadful personality up until the pandemic, now turned Trump into an irresponsible criminal empowered to pile up the dead in common graves. Hard to imagine how a nation might restore its supremacy in the eyes of the world after revealing the reckless frivolity that drove this human catastrophe to unprecedented proportions. The humanitarian disaster questions any claim of superiority the United States might ascribe to as “model of social organization”. No one knows what the world will be like when the pandemic recedes. Hard to imagine how the U.S. could rebuild its symbolic supremacy. What voice in that society would have the right to rise up against such a shame? Bob Dylan’s perhaps. </div>
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<a href="https://1.bp.blogspot.com/-bAq0__3kEh0/XrZpyAwBhmI/AAAAAAABCoI/whCvx1kpo3kISGeY5rFyOjgvZqv9i18_ACLcBGAsYHQ/s1600/dylan%2B69.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="448" data-original-width="640" height="446" src="https://1.bp.blogspot.com/-bAq0__3kEh0/XrZpyAwBhmI/AAAAAAABCoI/whCvx1kpo3kISGeY5rFyOjgvZqv9i18_ACLcBGAsYHQ/s640/dylan%2B69.jpg" width="640" /></a></div>
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I started out by saying that it will be difficult to know if Dylan released this song about the assassination of John Fitzgerald Kennedy in 1963, over half a century ago, precisely now because it elliptically alludes to the present. Difficult because Dylan has always been the master of indirect communication, the singer with the smudged face that a few months ago appeared saying that he only told the truth while wearing a mask, at the beginning of the <i>Rolling Thunder Revue: A Bob Dylan Story by Martin Scorsese</i>, the documentary that depicts his tour in the mid 70s, one of the peak moments in his career, with plenty of references to the Watergate crisis and Richard Nixon’s removal from office. This documentary seemed to approach political issues with an eloquence that Dylan had not practiced in decades. His troupe is shown in the film as a countercultural gesture deliberately opposed to the decadence of American politics happening at that very moment. There is a playful lightness about the film that brings back that brilliant time in his career and also evokes a glare lost by the counterculture of which Dylan ended up being its most beautiful flower. That ironic lightness can now be seen as the direct antecedent of the song just disclosed. Only that the world portrayed in the movie and the spirit behind it are no longer from that era. Rolling Thunder Revue is a grand and joyous goodbye to the 20th Century. In it, Dylan appears singing songs that intervened directly against the systemic violence of his society, like in “The Lonesome Death of Hattie Caroll”, or the famous “Hurricane”. Back then, Dylan was to the American society an author whose work conferred an authority capable of influencing the civil life of the time. “Hurricane” became Dylan’s determination in denouncing a flagrant injustice against a black boxer who, as the song details with the grip of a thriller, is accused of a crime he did not commit. The Dylan of today appears in the film saying that all that happened such a long time ago that he completely forgot. That’s an indirect communication strategy: it brings back the memory of a time in his society that he himself manifests to have forgotten. Neither is it possible for me to know if, with Scorsese’s complicity, when they made this movie they were elliptically referring to the degradation of politics in the Donald Trump era. But Dylan always has an agenda. When he wanted to be a politician, he did it as no other popular artist in his country. When that role became too much of a burden on him, he did everything he could to destroy his own icon. If in 2019 the octogenarian songwriter who for the last seven years dedicated himself to recording Sinatra’s repertoire now feels like recovering a particularly intense peak of his artistic inspiration and his social committment, it’s because he can still afford to cross from one shore to the other of his apparently irreducible duality. “When you think I’m here, I’m already there” and viceversa. </div>
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<a href="https://1.bp.blogspot.com/-477GVaMm0Zs/XrZpHQzBc9I/AAAAAAABCn4/mz2cdvRNH4QfLEc1CsIVOFvkok6RESk9wCLcBGAsYHQ/s1600/dylan%2Bsmoking.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="393" data-original-width="494" height="508" src="https://1.bp.blogspot.com/-477GVaMm0Zs/XrZpHQzBc9I/AAAAAAABCn4/mz2cdvRNH4QfLEc1CsIVOFvkok6RESk9wCLcBGAsYHQ/s640/dylan%2Bsmoking.jpg" width="640" /></a></div>
<br /></div>
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The recently published “Murder Most Foul” was not necessarily composed in the last months. There are those who say it was a take discarded from his last record with his own songs, <i>Tempest</i> (2012). I wouldn’t be surprised. Part of the Dylan legend draws from his inexplicable will to exclude some of his best songs from his records. Is Dylan not able to appreciate the value of his own work? Does he understand the value of a song like this one only long after? Or does the smudged-face singer withhold them deliberately because he always wants to keep a card up his sleeve? More questions: Is this new song the anticipation of a new record with his own songs, after five reversion volumes of a repertoire notably distant from the kind of songs he did in his Rolling Thunder tour? The first song known after winning the Nobel Prize in Literature brings the artist that made the concept of song in popular music mutate. This was impossible to recognize in his previous records, in which he was determined to show himself as a high-standard crooner exposed to awkward comparisons. As a crooner, Dylan is a controversial artist. As an inventor of a format in modern song, Dylan is miles away from the rest: the greatest, The Beatles, The Rolling Stones, Jimmie Hendrix bowed to his supremacy. “Murder Most Foul” is that kind of song. We don’t know whether Dylan will ever release a record with his own songs again or if he already has one or if he chooses “Murder Most Foul” to be the last of his authorship. At this point, maybe he cannot even assure it himself. If this were actually his parting, it’s a great finale. **</div>
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<div style="text-align: justify;">
Dylan’s “Murder Most Foul” is a 17-minute song, beating his own record. Its harmonic structure consists of two chords. Each verse repeats with minimal variations to the previous one, as if while telling a well-known story he wanted to show us that he is capable of keeping us on edge for an unusually long time with just a handful of notes. If such minimalism of harmonic and melodic resources not only sustains but dazzles us, it’s because there are two things that reveal him as a genius: 1) the narrative structure he unfolds is absolutely unpredictable, unconventional. 2) His way of saying each verse, of arranging each alliteration, of playing even with unexpected rhymes makes the same melodic line sound different each time when repeated dozens of times throughout the song. “It’s not what he says – Lennon once explained about Dylan’s songwriting genius -: it’s how he says it”. Lennon is partly right: only partly: it’s how he says it and also what he says. The musical accompaniment, in the background like never before, lets you appreciate the grain of his cracked voice with remarkable sharpness. Behind his words, a kind of funerary rap...barely sung, a piano, some strings, certain very discreet percussion beats seem to act like a sound cloud that enhances the prominence of the voice. As soon as it begins, everything seems to be said in the first verses: </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>Twas a dark day in Dallas, November ‘63</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>A day that will live on in infamy</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>President Kennedy was a-ridin’ high</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>Good day to be livin’ and a good day to die</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>Being led to the slaughter like a sacrificial lamb...</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-DI-HfjiuZWI/XrZqCll-SmI/AAAAAAABCoQ/ZsRN4QeVV2cGe47NEHbVUsmV7U_BXnINACLcBGAsYHQ/s1600/dylan_257fa02b%2Bb.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="584" data-original-width="901" height="410" src="https://1.bp.blogspot.com/-DI-HfjiuZWI/XrZqCll-SmI/AAAAAAABCoQ/ZsRN4QeVV2cGe47NEHbVUsmV7U_BXnINACLcBGAsYHQ/s640/dylan_257fa02b%2Bb.jpg" width="640" /></a></div>
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
The whole narrative content is presented in those five lines: Dylan is finally going to tell us the most traumatic episode of the 20th century for American society: the assassination of a president whose authorship seems to have had the consent of de facto powers, with the institutional routine not stopping for even a minute. (“We’ve already got someone here to take your place/...Johnson sworn in at 2:38”). Dylan was already professionally active when it happened and now, with a 57-year delay, he finally takes it as the theme for a song. The narrative form is similar to that he excelled in, with “The Lonesome Death of Hattie Carroll” or “Hurricane”, both relevant in the recent film he made with Scorsese. The small detail is that Dylan tells a story that has been told a thousand times, unlike those songs that denounced little-known acts of injustice: no one is going to find out about the assassination of Kennedy by this song. The other difference is the ostensibly anachronistic game of “Murder Most Foul”. While in those songs Dylan talked directly about the present in the context of a civil rights movement that boosted their effect, Dylan now evokes a story not only very well known, but also preterite: “For the last fifty years they’ve been searchin’ for that”, says halfway through the song, whose title quotes some of Shakespeare’s famous verses: in The Tragedy of Hamlet it refers to the murder of the king, Hamlet’s father. Here, it relates to president Kennedy, who in some other verse is also referred to as the king. The three words in the title are the only ones that are recurrently repeated at the end of each stanza, in a structure that is recognizably a Dylanian hallmark. They are also the first of many quotes that the song will display. In the first minutes, the narrator refers to the murder that will take place just a few months before the arrival of The Beatles in the United States: “The Beatles are comin’, they’re gonna hold your hand” is the first of many references to pop culture intertwined in the song. Many quotes appear throughout the 17 minutes and are most varied, sometimes unexpected in a Dylan song. Case in point, “Another one bites the dust” (quoting Queen), or “Tommy, can you hear me?/I’m the Acid Queen” (Rock opera by The Who). This intertextual fabric does not respect any chronological order: phrases, texts, events, songs, names, and movie titles not necessarily close to the Kennedy assassination are cited; some are earlier (Charlie Parker, Thelonious Monk, Dizzi Miss Lizzy), others obviously later (Woodstock, Altamont, Lindsey Buckingham’s couple and Stevie Nicks from Fleetwood Mc, <i>All that Jazz</i>, Queen’s hit previously cited). This collage doesn’t seem to present any evident link with the Kennedy assassination, but rather responds to Dylan’s freedom of association, even a playful and humorous will: some of the quotes work more for their value to rhyme comically with the succession of the verses and only in some occasions they express the sense of the historical episode. Case in point, “Another one bites the dust”: an all too-well known phrase of the most danceable and least prestigious pop coexists in the Dylanian enunciation with another one by Shakespeare because both are elliptical ways of referring to political crime. In this anarquic freedom to quote, Dylan resembles Godard, who in films, especially since <i>Histoire (s) du cinema</i>, plays with similar arbitrariness and comicality with numerous cinephile, literary and philosophical references that respond exclusively to some sort of free association. </div>
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<a href="https://1.bp.blogspot.com/-r7JebVIdQVE/XrZqRP1jTaI/AAAAAAABCoU/80WYExBsFU0GEFBVd2vY6FXFxYHX5TCKACLcBGAsYHQ/s1600/dylan1.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="658" data-original-width="900" height="466" src="https://1.bp.blogspot.com/-r7JebVIdQVE/XrZqRP1jTaI/AAAAAAABCoU/80WYExBsFU0GEFBVd2vY6FXFxYHX5TCKACLcBGAsYHQ/s640/dylan1.jpg" width="640" /></a></div>
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
That underlying comicality is a discordant element in a song that sustains for so many minutes a tone of litany. To a listener caught off guard, the intertextual heterogeneity may go unnoticed. The verses at the beginning flow like a screenplay or a suspense story. In Dylan’s words, the disparity of this reference system is never bumpy. The voice pauses at the central and side details of the murder, as if a film went from wide-angle shots to close-ups and alternate montages, with lead and supporting characters. If “Murder Most Foul” sounds so magnetic despite its length and anticipated ending, it’s because of its constant deviations from the main axis. </div>
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<a href="https://1.bp.blogspot.com/-esAZH5cGN1s/XrZqg-KXC7I/AAAAAAABCoc/bguHwM1Jv9wSSIY5Fus4-8AHIPJL9nTXACLcBGAsYHQ/s1600/dylan-imgcache.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="364" data-original-width="800" height="290" src="https://1.bp.blogspot.com/-esAZH5cGN1s/XrZqg-KXC7I/AAAAAAABCoc/bguHwM1Jv9wSSIY5Fus4-8AHIPJL9nTXACLcBGAsYHQ/s640/dylan-imgcache.jpg" width="640" /></a></div>
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Something organizes the arrangement of the verses and the tension of the story and is the key to the originality of the song: the changing identity of the narrator. If in the first verses an omniscient narrator warns us that he is going to tell us a story we already know, suddenly the enunciator’s position changes: at times it’s Kennedy himself who tells us his death, sometimes it’s those who planned his murder; sometimes it seems to be a direct witness to the events, in others someone evokes what happened half a century ago. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
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<a href="https://1.bp.blogspot.com/-bSXodkgpJFg/XrZqwkZbG5I/AAAAAAABCok/A9H5FpCEtyEozRuDdvH8-VCmt0eH5NzvgCLcBGAsYHQ/s1600/dylan%2B69%2Ba.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="372" data-original-width="640" height="370" src="https://1.bp.blogspot.com/-bSXodkgpJFg/XrZqwkZbG5I/AAAAAAABCok/A9H5FpCEtyEozRuDdvH8-VCmt0eH5NzvgCLcBGAsYHQ/s640/dylan%2B69%2Ba.jpg" width="640" /></a></div>
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
One of the persistent axes of the song is Dylan’s own dialogue with radio DJ Wolfman Jack, contemporary of the events narrated and invoked from the first stanza. Dylan steps in and asks Wolfman to set the music to the story: <i>“Wolfman, oh Wolfman, oh Wolfman, howl/Rub-a-dub-dub, it’s murder most foul”</i>. Wolfman was the stage name of Robert Weston Smith, an announcer with a wolfish voice that referred to that of Howlin’ Wolf. In that first invocation, Dylan’s voice stretches to emulate the howl of a wolf. Halfway through the song, when everything seems to have been told, comes a succession of stanzas with Dylan asking Wolfman to keep playing songs. The setting seems to shift from the murder scene to a radio environment that Dylan is no stranger to: he himself had a radio show a few years ago. Here, the one speaking is the musician who recalls the tradition he wants to belong to. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>Play “Misty” for me and “That Old Devil Moon”</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>Play “Anything Goes” and “Memphis in June”</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>Play “Lonely at the Top” and “Lonely Are the Brave”</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>Play it for Houdini spinning around his grave</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>Play Jelly Roll Morton, play “Lucille”</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>Play “Deep in a Dream”, and play “Driving Wheel”</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>Play “Moonlight Sonata” in F-sharp</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>And “A Key to the Highway” for the king on the harp</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>Play “Marching Through Georgia” and “Dumbarton’s Drums”</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>Play “Darkness” and death will come when it comes</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>Play “Love Me or Leave Me” by the great Bud Powell</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>Play “The Blood-Stained Banner”</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-xeZ54d9Th20/XrZrHWpclRI/AAAAAAABCow/mOsp8gHrn3kcOAVQ0VNSXapBEape0EGYACLcBGAsYHQ/s1600/bob-dylan2.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="515" data-original-width="1080" height="304" src="https://1.bp.blogspot.com/-xeZ54d9Th20/XrZrHWpclRI/AAAAAAABCow/mOsp8gHrn3kcOAVQ0VNSXapBEape0EGYACLcBGAsYHQ/s640/bob-dylan2.jpg" width="640" /></a></div>
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
The series of requests end up in a curious loop, when Dylan asks Wolfman to play his own song: “play Murder Most Foul”, a self-contained song. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Back to the question from the beginning: the underlying humor that Dylan usually plays with is overshadowed here by a funeral tone that no longer seems limited to Kennedy’s death. Sounds more like the elegy for a nation.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>“Good bye, Charlie, good bye Uncle Sam</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>(...) The day that they killed him, someone said to me, “</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>Son, the Age of the Antichrist has just only begun” (...)</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>What’d say?</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>I said the soul of a nation been torn away</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>And it’s beginning to go into a slow decay.</i></div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-xOoz0DxmPJQ/XrZrYdBp2qI/AAAAAAABCo4/5W-FcAUWaX8f5AEEpe-dpKqArJDNb3igwCLcBGAsYHQ/s1600/dylan%2Bherrero.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="426" data-original-width="640" height="424" src="https://1.bp.blogspot.com/-xOoz0DxmPJQ/XrZrYdBp2qI/AAAAAAABCo4/5W-FcAUWaX8f5AEEpe-dpKqArJDNb3igwCLcBGAsYHQ/s640/dylan%2Bherrero.jpg" width="640" /></a></div>
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Then it takes on the serious tone of a prayer for the dead that Dylan utters amid these infamous times. The United States commanded today by a sinister clown, with thousands of wooden coffins lined up in Central Park. Artists are called on to save the dignity of a nation in terminal state.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-DjjjfH0T6Lg/XrZrkKjeOZI/AAAAAAABCo8/PWOS51TwfQcnOUaaHgbiaTIuOz2dLDLXACLcBGAsYHQ/s1600/Bob-Dylan-marshallmatlock.com_.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="826" data-original-width="640" src="https://1.bp.blogspot.com/-DjjjfH0T6Lg/XrZrkKjeOZI/AAAAAAABCo8/PWOS51TwfQcnOUaaHgbiaTIuOz2dLDLXACLcBGAsYHQ/s1600/Bob-Dylan-marshallmatlock.com_.jpg" /></a></div>
<br />
* Publicada en castellano originalmente el 12 de abril del corriente año en el <a href="https://tallerlaotra.blogspot.com/2020/04/tenias-que-ser-tu.html">blog <i>La otra</i></a>, esta nota fue traducida al inglés por Perla Neiman.<br />
<br />
<iframe allow="accelerometer; autoplay; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture" allowfullscreen="" frameborder="0" height="355" src="https://www.youtube.com/embed/pgEP8teNXwY" width="640"></iframe>
** Después de algunas semanas, otras dos nuevas canciones lanzadas en diversas platafomas -<a href="https://tallerlaotra.blogspot.com/2020/04/dylan-contiene-multitudes.html">"I contain multitudes"</a> y "False Prophet" la duda se disipó: Dylan está adelantando de a poco algunas canciones de su nuevo álbum, <i>Rough and Rowdy Ways</i>, el primero con canciones propias desde <i>Tempest </i>(2012), que se publicará el próximo 19 de junio.</div>
</div>
<iframe allow="accelerometer; autoplay; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture" allowfullscreen="" frameborder="0" height="355" src="https://www.youtube.com/embed/2QPBpFAKTGo" width="640"></iframe></div>
Oscar Cuervohttp://www.blogger.com/profile/15744374287487312025noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3702496019912113605.post-74448727333759588152020-04-06T22:03:00.000-03:002020-04-06T22:08:45.626-03:00Hombres de la Avenida Madison<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<i style="text-align: justify;"><span style="color: blue; font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; font-size: large;">Mad Men *</span></i><br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i style="font-family: Arial, sans-serif;"><br /></i></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-Z6Vg-J3-XPE/XovJ1L6fhhI/AAAAAAABCV4/FvW-aM0rJzInTq8eE4_IP_t-2YzRXqWQwCLcBGAsYHQ/s1600/madmen_h.webp" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="550" data-original-width="980" height="354" src="https://1.bp.blogspot.com/-Z6Vg-J3-XPE/XovJ1L6fhhI/AAAAAAABCV4/FvW-aM0rJzInTq8eE4_IP_t-2YzRXqWQwCLcBGAsYHQ/s640/madmen_h.webp" width="640" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<i style="font-family: Arial, sans-serif;"><br /></i></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif";">por Ezra
Cohen * *<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif";">Una serie en
principio lenta, de desarrollo pausado, sin finales inciertos de episodio.
Atrapa no tanto por excitación o curiosidad como por deleite. No provoca
ansiedad, no es narcótica. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif";"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif";">Comienza
recibiendo impresiones del mundo exterior como exterior, como algo que les
sucede y no pueden ni quieren controlar, arrastrando la omnipresente sensación
de triunfo de los años 50; pero afinando la sintonía a medida que los
protagonistas son permeados, sensibilizados o falseados por valores o
acontecimientos de los años 60, mayormente fuera de campo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif";"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif";">Madison
Avenue es sinónimo de publicidad, allí tuvieron su sede las mayores agencias de
publicidad del mundo. Negocios millonarios se podían conseguir con una buena
cena y se podían perder por un desliz. La presencia que tienen las marcas en
nuestros días se originó en el trabajo que se realizó desde las primeras
décadas del siglo XX en los edificios de la avenida. Allí se inventaron las
concepciones de marca tradicional, innovadora, familiar, juvenil, femenina,
masculina, distinguida, rebelde, excéntrica. Allí las confusas categorías de
los dueños de empresas, en relación con la imaginación de los publicistas, se
sintetizaron como imagen y se recordaron por años, por una secuencia o un
novedoso pack, como identidades conceptuales. Las individualidades de los
consumidores, identificados automáticamente con el consumo de tal producto,
experimentaron -en forma consciente o inconsciente, torpe o prolija- la
representación ideal de sí mismos más o menos impuesta por afiches y spots.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif";"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif";">Por
individualismos seriales, cortados con la tijera de las corporaciones, un
devenir mannequin dispuso las identidades -la misma realización de las
existencias- condicionadas al consumo. Las cosas se impusieron reduciendo
emociones e ideales, y amenazando con la exclusión, de no dejarse moldear por
la forma social y humana indicada por los productos. El reverso de las grandes
estrategias publicitarias fue la soledad y la ruina íntima de los triunfadores,
alienados por imágenes industriales. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif";"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-P7B_Aik_2Vg/XovSaphR2DI/AAAAAAABCXQ/pD29GsgmgREvhXV58qotQ0mIpNJDAjvvQCLcBGAsYHQ/s1600/3109782524_95205f22c2.webp" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="347" data-original-width="500" height="442" src="https://1.bp.blogspot.com/-P7B_Aik_2Vg/XovSaphR2DI/AAAAAAABCXQ/pD29GsgmgREvhXV58qotQ0mIpNJDAjvvQCLcBGAsYHQ/s640/3109782524_95205f22c2.webp" width="640" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif";"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif";">Son los
mismos años en que las demandas de la juventud y de sectores radicalizados no
tardan en ser neutralizadas por imágenes corporativas. Sucedáneos de ideales
configuran el nuevo entendimiento de aspiraciones individuales y sociales,
diluidas e integradas por ideales corporativos. La concepción de rebeldía se
sustituye por la imagen rebelde, se pone a vender ropa y cigarrillos. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif";">La
suplantación de identidades con historia y significado por identidades
sensoriales con slogan, creó un sutil poder corporativo sobre los cuerpos de
las nuevas generaciones. La eficiencia mercantil expuso su cara desintegradora,
homologando las distintas individualidades por estereotipos manejables,
facilitando que las marcas adquirieran más identidad que las personas. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif";"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif";">Nada de esto
podría haber ocurrido, si los ejecutivos de las empresas -a veces herederos
caprichosos, a veces recalcitrantes discursos, a veces miserables, afortunados
o respetuosos y esforzados representantes de alguna dinastía- no fueran el mal
necesario de los publicistas, y los publicistas el mal necesario de las
empresas. Se miraban de reojo, se necesitaban, negociaban. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif";">Los dichosos
y distantes suburbios de la clase media norteamericana, son el espacio donde
una familia se realiza como imagen y se quiebra como realidad: son el sitio de
la desesperación sorda que anida el optimismo obligado de esos años. Entre la
agencia de publicidad y el suburbio, el espíritu del redactor publicitario, que
parece sentirse cada vez más fuera de su trabajo y fuera de su casa, en la
ruta, en casa de un amante o en muy diversos encuentros con otras generaciones.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif";"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif";">Por momentos
se solapa con aquella juventud a la que nunca duda en ayudar, en situaciones lo
más alejadas posibles de la filantropía, en medio de sensibles cambios de
ánimo; pues uno de los grandes logros de la serie es imaginar con sutileza la
profunda y tranquila atracción que debieron ejercer los jóvenes de esos años
sobre sociedades tradicionalmente adultas, acostumbradas a relaciones
dominantes con la juventud. Para nuestras sociedades, donde la juventud se
mantiene como un ideal a lo largo de toda la vida, es difícil entender los años
en que no era común que un adulto anhelara ser joven. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif";"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif";">Por un lado
los Teddy Boys británicos y una novedosa preocupación por la estética en
sectores históricamente marginados, que resignificaron los símbolos asociados a
las clases altas, secuestrando y creando modas al rechazar toda vestimenta
utilitaria promoviendo, por el contrario, los valores aristocráticos del ocio,
la violencia y la performance. Y por otro lado la consolidación de la
literatura y la cultura beatnik y derivas incondicionadas, configuraron los
cimientos de una nueva experiencia de vida, que dispuso la identidad de la
juventud, tan apartada de los valores de comodidad, eficiencia y seguridad de
la burguesía, como de los valores de trabajo, esfuerzo y solidaridad de la
<i>working class</i>.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif";"><span style="mso-spacerun: yes;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif";">Un nuevo
sujeto experimental regulado por la búsqueda de exploraciones físicas y
psíquicas, rebeldía y sentimiento no controlado, fuera de los traumas del
clásico alcoholismo, fue transfigurado a mediados de los 60, cuando la juventud
conoció su mayor poder y apogeo, entre los hijos del baby boom y la emergencia
de una contracultura más afirmativa desde la música y la política; para luego
extraviarse -a fines de los 60 y principios de los 70- en apologías o tragedias
de la imaginación, por medio de distintas violencias, psicosis o
autodestrucciones, deudoras de aquellas subjetividades arriesgadas de
posguerra-precursoras de la familia Manson en su versión tenebrosa, de los
estudiantes del Mayo Francés en su versión idealista- hasta la reacción
conservadora que las disuelve y las integra en la pose y el narcisismo de los
80, como parodia y producto prefabricado, por apropiación de los patrones de
conducta en estrategias comerciales, que actualizan los valores de la
subjetividad burguesa, a medida que promueven y fetichizan el culto de la
rebeldía, como mímesis condicionada, segura y dependiente, disponiendo
juventudes pragmáticas e inseguras. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif";"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-vYG2t8oMK2k/XovOrS_A_VI/AAAAAAABCWg/2rzrmOcC3NEILqXv36YB9NXgyibyvVsmACLcBGAsYHQ/s1600/longform-original-26326-1431347999-4.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="720" data-original-width="1205" height="382" src="https://1.bp.blogspot.com/-vYG2t8oMK2k/XovOrS_A_VI/AAAAAAABCWg/2rzrmOcC3NEILqXv36YB9NXgyibyvVsmACLcBGAsYHQ/s640/longform-original-26326-1431347999-4.png" width="640" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif";"><span style="mso-spacerun: yes;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif";">La serie
ocurre antes de la reacción conservadora, en el momento en que los valores
parecían subir de la contracultura a los edificios de oficinas en New York, sin
generar rechazo ni fascinación, tranquilamente apropiados. Justo antes -y
también después- de que <i>Easy Ryder</i> cambiara los enfoques de los ejecutivos de
Hollywood, y el cine mostrara aquello que la televisión y la política todavía
discutía como degeneración, pero que ya comenzaba a ser considerado estético u
original por una masa crítica, consignada en las planillas de contenido de la
industria cultural como mercado potencial. Que la publicidad comienza a
descubrir, moldeando a los adultos en culturas juveniles, a las que accedían
principalmente por el dinero. La plata para una sesión controlada de LSD con
Timothy Leary o para propiciar orgías de hippies en entornos lujosos, ya
muestra estas actividades apartadas de dilemas personales y de ideales
sociales, reapropiadas como consumo suntuario. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif";"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif";">A medio
camino entre las hipocresías alcohólicas y misóginas de los suburbios de la
clase media ascendente de posguerra, con sus jardines y sueños rotos y familias
de poster colorido, y la llegada del verano del amor, el rock, las adicciones y
las comunas; en medio de la crudeza de Vietnam y los reiterados asesinatos de
líderes políticos, por no hacer hincapié en ninguna de estas cosas, la serie
permite experimentarlas con inocencia. La mirada ingenua sobre los fenómenos
sociales facilita entender su recepción y su apropiación, por parte de los que
no eran protagonistas, dándole una autenticidad superlativa al marco histórico.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-wBi1PWMsJ2s/XovMNaLMboI/AAAAAAABCWE/n8eao0fbUQgwt61tJLt-s2r-dHDY-YHCACLcBGAsYHQ/s1600/trump-mad-men.webp" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="506" data-original-width="900" height="354" src="https://1.bp.blogspot.com/-wBi1PWMsJ2s/XovMNaLMboI/AAAAAAABCWE/n8eao0fbUQgwt61tJLt-s2r-dHDY-YHCACLcBGAsYHQ/s640/trump-mad-men.webp" width="640" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif";"><o:p><br /></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif";">Donald Draper
es el gran individuo americano, pero su identidad es falsa y sólo una o dos
personas en el mundo conocen su verdadero nombre y lo aprecian. El resto
aprecia, adula o utiliza al seductor talentoso, por instantes autoritario y
siempre alcohólico, exitoso ejecutivo y héroe veterano de la guerra de Corea
con mujer exmodelo publicitario que recuerda a Grace Kelly, menos intensa, más
angustiada y reemplazada -a medida que los 50 se adentran en los 60- por una
aspirante a actriz francocanadiense, que se viste y se mueve como las mujeres
de la <i>Nouvelle Vague</i>, como hija de un intelectual marxista insatisfecho. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif";"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif";">La familia
Draper tiene unos hijos que parecen ir creciendo sin mucha influencia de su
padre, criados por la madre modelo y la televisión. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif";"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif";">Alrededor de
los Draper se contará la historia coral de los <i>Mad Men</i>, donde todos los
personajes participan por igual del optimismo, el cinismo, el machismo, la
arrogancia de los años gloriosos de posguerra. Con media sonrisa estudiada, con
trago de reposición continua, siempre prendiendo un cigarrillo, la serie
presenta los trabajadores masculinos de aquel ambiente, disponiendo de mujeres
de las que se puede abusar tan fácilmente como de los sueños de la publicidad.
Otras se disponen a hacer fortuna por sus propios medios, pero no se apartan de
la regla donde variedad de abusos menores o mayores -ciertamente aceptados como
inversiones conscientes y deseadas, tanto por hombres como por mujeres-
prometen fortuna y éxito a todos los afectados.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif";">La
identificación con los personajes queda dificultada, no nos indican su rumbo en
ningún momento, descuidan la ilusión del destino individual. Lejos de
convenciones de series habituales que hacen depender la psicología del
personaje de objetivos concretos, habitualmente redentores. No se relativiza la
moral. No hay identificación o condena inmediata.No hay sentido de vida
definido ni una intriga para el espectador.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif";"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif";">En las
fábricas de sueños de la avenida Madison, los hombres tienen un comportamiento
genéricamente masculino y su individualidad es definida por accidentes,
incluyendo la extracción social, más que por un reto de conquista. Por este
enfoque, la ambición de triunfar no es tanto una ambición como un mandato
social, del que no consiguen sustraerse. No se presenta entonces una alegría
estable. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif";"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif";">Aquel halo
seudoespiritual, la búsqueda tranquila o desesperada de la gracia, la sanción
moral o metafísica, con la que embellecen siempre al habitual protagonista de
la industria, prácticamente no existe. La economía moral de los hombres y
mujeres de </span><i style="font-family: Arial, sans-serif;">Mad Men</i><span style="font-family: "arial" , "sans-serif";"> se reduce a que todo debe funcionar cada vez mejor, objetiva
y fríamente mejor, fuera de cualquier bondad o maldad, sin sanción ideológica.
No hay apologías ni críticas a la tierra de la libertad. Por esa moral del
estatus obligado -más que una concepción de libertad y logro- no se da la
obligada comunión con los mitos liberales del cine americano. La serie es
tajante y sincera. Por momentos no trata tanto de individuos, dueños de su
propio tiempo y decisiones, como de producciones accidentales de subjetividad.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-XXwsiGA8R30/XovM7eCgSGI/AAAAAAABCWM/UATz7ATPHSgauYG-y9WVjK4yYHIqTCThACLcBGAsYHQ/s1600/450_1000.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="253" data-original-width="450" height="354" src="https://1.bp.blogspot.com/-XXwsiGA8R30/XovM7eCgSGI/AAAAAAABCWM/UATz7ATPHSgauYG-y9WVjK4yYHIqTCThACLcBGAsYHQ/s640/450_1000.jpg" width="640" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif";"><o:p><br /></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif";">Peggy Olson,
llegando de una escuela de secretarias, pasa de los valores y las vestimentas
tradicionales, a una modernización regulada por los consejos pragmáticos del
entorno femenino, que le indican necesidad de disponibilidad sexual y promoción
de cuerpo, hasta que un amigo gay la produce, le corta el pelo, la
individualiza, mientras se convierte en redactora, afirmándose y
distinguiéndose en sus simpatías por la contracultura, donde establece sus
relaciones, distanciándose a la vez de cualquier ambiente radical o artístico,
a los que conoce y respeta sin poder identificarse, consciente de las
limitaciones que implica su trabajo. Por estas circunstancias -por su contacto
y distancia consciente con la realidad social, por su objetividad utilitaria-
será la antena de lo nuevo en la agencia, ganando poder, autoridad y dureza.
Buscará orden e ironía para distanciarse de las nuevas generaciones sin
rechazarlas, agenciándolas por relaciones entusiastas pero distantes. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif";"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-kygmQ8bggnk/XovNMJVddbI/AAAAAAABCWU/QVLaRDNtpvEpJriVPZMicqfr8mNtbQOMgCLcBGAsYHQ/s1600/gqUUCL4XPcu9w1lseSkwiKli_500.webp" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="333" data-original-width="500" height="426" src="https://1.bp.blogspot.com/-kygmQ8bggnk/XovNMJVddbI/AAAAAAABCWU/QVLaRDNtpvEpJriVPZMicqfr8mNtbQOMgCLcBGAsYHQ/s640/gqUUCL4XPcu9w1lseSkwiKli_500.webp" width="640" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif";"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif";">En contraste
Joan Holloway, secretaria o gerente de oficina con la fidelidad de un ama de
llaves, hasta convertirse en potente socia y ejecutiva, con poder de veto y
extorsión, derivando en posiciones de poder e independencia cada vez mayores.
Con cierta humillación, no dejará de presentar un perfil encantador y confiable
a lo largo de toda la serie. Resaltará la gracia de su cuerpo y sus miradas,
pero el reconocimiento de los demás será implícito e inequívoco en lo que
respecta a su proverbial eficiencia. Distintos momentos de la ambición femenina
en sociedades masculinas, el talento será en Joan fidelidad, discreción y
eficiencia, y en Peggy creatividad, conocimiento y esfuerzo.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif";">Con la
resolución absoluta de no ser madres del todo, delegando hijos y cuidados. Su
sensibilidad y su inteligencia, pueden llegar a ser tan relevantes, como su
apatía burguesa: el estricto control que mantienen sobre su entusiasmo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif";"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif";">El resto de
mujeres serán esencialmente amantes, esposas, madres e hijas, y los intentos de
separarse de esas funciones -los sueños de actriz de Megan Draper, por ejemplo,
quien no posee un control tan estricto sobre su entusiasmo- se construirán en
forma más dependiente, incontrolada y compleja.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif";">La historia
es el otro gran protagonista de la serie. La disociación entre la importancia
histórica de lo que está ocurriendo en el mundo y la displicencia fría con que
se recibe, a veces se rompe. Con el asesinato de Kennedy o la crisis de los
misiles, se asustan o emocionan. La muerte de Martin Luther King los confunde.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif";"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif";">Y sin embargo
no es América, no hay problemas que resolver entre todos. Las mujeres de los
suburbios dividen su existencia entre el chismerío con los vecinos de igual
posición económica, la más o menos prudente crianza de sus hijos y una
recurrente catarsis privada. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif";"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif";">En cuanto a
la enorme ebullición cultural de esos años, las referencias a la música popular
o al cine y la pintura no tienen nada que se parezca a la valoración de una
obra. Un poema de Frank O´ Hara parece provocar una distensión similar a la de
un vaso de whisky. Una pintura de Rothko no se distingue de un mueble, aunque
se la mencione como buena inversión. El recital de Bob Dylan no provoca más
comentarios que los que provocaría un comediante. Los Beatles son el aullido de
una adolescente y los Stones la inquietud sexual puber con un hombre mayor.
Bastante literatura por las manos de sus protagonistas, pero esta pertenece a
una vida privada tan inexpugnable como la experiencia alcohólica. La cámara
apenas enfoca nombres, no se distinguen etiquetas ni portadas. No se habla de
literatura como no se habla de alcoholismo. La vida privada es realmente
privada. La vida de hogar todavía tiene algo de vida pública, de actuación en
el gran teatro del mundo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif";"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif";">Como buen
escritor norteamericano y como guionista, Matthew Weiner nos presenta la vida
de sus personajes como vidas de las que no podemos saber nada, aunque
conozcamos toda su historia. No se sabe qué quieren ni cómo piensan, pero se
van intensificando y es todo lo que habría que entender. Las pasiones que ellos
mismos desconocen hasta el momento de aparecer son móviles de acciones
estúpidas, inocentes, crueles, fundamentales o sin importancia. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif";"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif";">No los enfoca
queriendo ganar a toda costa. No sólo se distraen y se pierden en el propio
juego de la competencia, sino que también tienen una enorme capacidad para
perder: clientes, millones, familias, reputaciones, mujeres, hijos. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif";"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif";">La
concentración en el objetivo no se ve clara. La ininteligibilidad de los
móviles de las acciones es un punto fuerte. No se sabe por qué actúan como
actúan. Ni por qué ganan ni por qué pierden. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif";"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif";">El intento de
aunar el espíritu de observación de los narradores de la clase media ascendente
con la descripción de un entorno más amplio, sofisticado, comercial y estético
que los ricos y conservadores suburbios de las novelas de Cheever, permite
sospechar diferencias sustanciales entre la historia de la publicidad y los </span><i style="font-family: Arial, sans-serif;">Mad Men</i><span style="font-family: "arial" , "sans-serif";">. Los enormes espacios de tiempo para el ocio creativo y la relativa
aceptación del oficio publicitario en el entorno, dejan la sospecha de
facilitar más la concentración de la mirada del espectador sobre los
personajes, que la fidelidad histórica a la actividad frenética de esos años.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif";"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif";">Don Draper
construido como antihéroe, con una historia muy distinta a la de los
publicistas históricos; pero también Peggy y Joan con entornos distintos a los
de las mujeres publicistas. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif";"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-z3W8ELti75I/XovRGr-GMVI/AAAAAAABCXE/gKJ7m_qkV7wYy4vKWuTpnoQRsG8HqUa0QCLcBGAsYHQ/s1600/INEOERHDCRGIBOMUMYGYM7HWJ4.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="447" data-original-width="800" height="352" src="https://1.bp.blogspot.com/-z3W8ELti75I/XovRGr-GMVI/AAAAAAABCXE/gKJ7m_qkV7wYy4vKWuTpnoQRsG8HqUa0QCLcBGAsYHQ/s640/INEOERHDCRGIBOMUMYGYM7HWJ4.jpg" width="640" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif";"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif";">A pesar de la
voluntad de veracidad de Weiner, el ascenso social de Peggy como trabajadora
proveniente de una humilde familia de Brooklyn, es una licencia poética e ideológica.
La diferencia es que las grandes publicistas de los años 60 no necesitaron
trabajar por motivos estrictamente económicos. No eran accidentales, ni se
basaban en un notable esfuerzo de sacrificio y progreso personal. Provenían de
una buena situación. Aquí se recae en la falsedad del discurso meritocrático,
por otra parte ajeno al espíritu de la serie.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif";"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif";">Podemos decir
que para el gran publicista, la vida privada familiar es tan pública como su
actividad profesional. Entonces el mundo personal se encuentra entre un quiebre
sin testigos ni redención, y una variedad de escenarios donde todo es imagen,
promoción, venta. Queda a medio camino la opción de perderse en tragos, cuerpos
u oficinas nocturnas. Su atracción no reside tanto en su forma de exceso, como
en su capacidad de mediación de dos formas excesivas. Aquí el autor es puro
cine. La duda de si alcoholizarse y seducir indiscriminadamente es menos
extremo que vivir para la imagen o la imposible redención, puso a la
cinematografía norteamericana en stand by, propiciando la actualización del
Nuevo Hollywood. Fue aquel momento donde la redención personal y el modelo
exitoso de vida dejó de ser lo habitual y sensato en las pantallas, porque lo
sospechoso, extremo e insalubre, pareció más vital, equilibrado y verosímil. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif";"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif";">Fue también
el momento donde la respuesta que dio la alquimia publicitaria evitó que se
torne explícita cualquier angustia social, cualquier fundamento contrario a
esta sociedad. </span><i style="font-family: Arial, sans-serif;">Mad Men</i><span style="font-family: "arial" , "sans-serif";"> también es el relato de esa operación delicada. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif";"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif";">Spoiler y
terminamos: cuando una meditación en un retiro espiritual de California (un Om)
se funde a una publicidad legendaria de Coca Cola del año 1971, se cierra un
círculo trazado por el recorrido que realiza la contracultura, hasta ser
apropiada por ámbitos que antes se burlaban de la misma. Se configura el
conformismo de los próximos años, cuando los discursos de la armonía y el amor
de mediados de los 60 -sucesores de los discursos del estatus y la familia de
los 50, predecesores de los discursos de la falsa desobediencia en los 80-
derivan en aquel optimismo insustancial que los creativos de McCann Erickson
imprimieron al famoso anuncio “<i>I´d like to buy the world a Coke</i>”.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif";"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-a0S91xscX44/XovPfUoHoVI/AAAAAAABCWw/XIrI4RCoRkwZGeHIavjod5_Yn7BRSFjdwCLcBGAsYHQ/s1600/0000367800.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="201" data-original-width="350" height="366" src="https://1.bp.blogspot.com/-a0S91xscX44/XovPfUoHoVI/AAAAAAABCWw/XIrI4RCoRkwZGeHIavjod5_Yn7BRSFjdwCLcBGAsYHQ/s640/0000367800.jpg" width="640" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif";"><span style="mso-spacerun: yes;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif";">Lo que el
mundo necesitaba, la cosa real, lo que los podía unir. Un líquido gaseoso como
catalizador social, escondía y solapaba esa mayoría silenciosa que se
tranquilizaba y votaba por Nixon. El primer coro globalizado con gente de todas
las razas, no sólo es contemporáneo a los comienzos de la reacción
conservadora, sino que se encuentra en contraste -o forzada continuidad- a su
hipotético creador, luego de ser absorbido por McCann en la ficción:<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>el Donald Draper nostálgico de Kerouac de los
últimos capítulos -a diferencia de la alegría optimista, casi naif del jingle-
acusado, trompeado, regalando su auto, robado, abandonado, paralizado,
sucio.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif";"><span style="mso-spacerun: yes;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; font-size: large; font-style: italic;">* </span><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><i>Mad Men</i> es una</span><span style="color: blue; font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; font-size: large; font-style: italic;"> </span><span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;">serie estadounidense emitida durante siete temporadas, entre julio de 2007 y mayo de 2015, en el canal AMC.</span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "helvetica" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "arial" , "sans-serif";"><span style="mso-spacerun: yes;">* </span></span><span style="background-color: white; color: #333333; font-family: "arial" , "tahoma" , "helvetica" , "freesans" , sans-serif; font-size: 14.85px;">* Publicado originalmente en revista </span><i style="background-color: white; color: #333333; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 14.85px;">Autodidactas- Mover con Cuidado</i><span style="background-color: white; color: #333333; font-family: "arial" , "tahoma" , "helvetica" , "freesans" , sans-serif; font-size: 14.85px;">, n° 1, Abril 2019, Merlo, San Luis</span></div>
</div>
Oscar Cuervohttp://www.blogger.com/profile/15744374287487312025noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3702496019912113605.post-88711709577266920892020-03-31T19:27:00.000-03:002020-04-01T13:24:12.201-03:00Los menores de Netflix<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div style="text-align: justify;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;">
<span style="color: blue; font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; font-size: large;"><i style="text-align: justify;">13 Reasons Why - </i><i style="text-align: justify;">Élite - </i><i style="text-align: justify;">Baby</i></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<i style="text-align: justify;"><br /></i></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-VySZgYnfMvE/XoQg4ndXzkI/AAAAAAABCTc/0mfrxQG7G_w_HgmUBiIIoV5J3zJ9WuffgCLcBGAsYHQ/s1600/13-reasons-why.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="600" data-original-width="900" height="426" src="https://1.bp.blogspot.com/-VySZgYnfMvE/XoQg4ndXzkI/AAAAAAABCTc/0mfrxQG7G_w_HgmUBiIIoV5J3zJ9WuffgCLcBGAsYHQ/s640/13-reasons-why.jpg" width="640" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-PJH3-6_AsMw/XoPAr5p33PI/AAAAAAABCSM/IY5ueq1QkwcExcuukO1j66HuCjCof0d8ACLcBGAsYHQ/s1600/gn-gift_guide_variable_c.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="623" data-original-width="970" height="410" src="https://1.bp.blogspot.com/-PJH3-6_AsMw/XoPAr5p33PI/AAAAAAABCSM/IY5ueq1QkwcExcuukO1j66HuCjCof0d8ACLcBGAsYHQ/s640/gn-gift_guide_variable_c.jpg" width="640" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-AoNK3TZyj7M/XoPAzkXT6WI/AAAAAAABCSQ/_jNVB4togqcEf0nJZVvBo37GCrqkSbfcgCLcBGAsYHQ/s1600/baby-2.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="589" data-original-width="1072" height="350" src="https://1.bp.blogspot.com/-AoNK3TZyj7M/XoPAzkXT6WI/AAAAAAABCSQ/_jNVB4togqcEf0nJZVvBo37GCrqkSbfcgCLcBGAsYHQ/s640/baby-2.jpg" width="640" /></a></div>
<br />
por Camilo Song Soo *</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Lo primero que habría que preguntarse es por qué las tres series más populares de Netflix sobre adolescentes requieren de temas violentos y oscuros: suicidio, violación, prostitución, asesinato. Ni <i>13 reasons Why</i> ni <i>Élite </i>pueden resistir una hora de argumento sin tremendismos. <i>Baby </i>zafa un poco, pues los protagonistas no giran como moscas alrededor del tema. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Hay dos ideas que suelen guiar y promocionar estas producciones. La primera es la idea de que tocan temas reales de los que hay que hablar, algo tan fácil de afirmar como de relativizar; pues hoy casi todas las series tocan temas escabrosos y <i>necesarios</i>. Y por otra parte, al tocarlos con cierto descuido, no se puede decir tanto que los toquen como que los mistifiquen, los alejen, los romanticen. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La segunda es la idea de hacer de la adolescencia un circo de fenómenos, algo que ha arraigado en el imaginario popular, al punto de que en las series adolescentes sí o sí tiene que haber personajes raros, maleantes y divas. Y especialmente después del tiempo en que grandes cineastas exploran la adolescencia, para que después las grandes productoras condensen y tamicen todo lo que puede ser aceptado por un gran público y así renueven, por ejemplo, el teen drama. Ya con afán de generar algún tipo de thriller, para englobar público adolescente y adulto. Pues a los adultos no les interesa tanto la adolescencia, como los dramas, el suspenso y los estereotipos de clase social. Tres cosas que no deben faltar en una serie.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-Xi-3O-M0AdY/XoPBcZ2No4I/AAAAAAABCSc/P8S3A3fUjcwAU6skhhzSi4j51CteXBu5wCLcBGAsYHQ/s1600/13-reasons-why-alex.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1067" data-original-width="1600" height="426" src="https://1.bp.blogspot.com/-Xi-3O-M0AdY/XoPBcZ2No4I/AAAAAAABCSc/P8S3A3fUjcwAU6skhhzSi4j51CteXBu5wCLcBGAsYHQ/s640/13-reasons-why-alex.jpg" width="640" /></a></div>
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>13 reasons</i> alude a las razones de un suicidio, enlazado con una denuncia pública del bullying, y con una culpa generalizada difundiéndose a su alrededor. Si las razones de las personas para hacer lo que hacen suelen disociarse de la conciencia de su motivación, se puede decir que asistimos principalmente a la <i>racionalización </i>de un suicidio. Que la serie no nos muestra tanto las motivaciones psicológicas de la protagonista, como sus fuertes y profundas razones enumeradas, ordenadas y distribuidas. Y el temor y la culpa que generan en las personas aludidas por las 13 cintas que serán escuchadas discretamente.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Es importante porque intenta tratar un tema que en nuestro siglo no tratan ni los programas de noticias. La mayor o menor altura con la que lo trate ya sienta un referente importante por el sólo hecho de hacerlo. Es llamativa la batería de recomendaciones y precauciones que rodean a la serie, desde la línea abierta a los consejos paternales de sus protagonistas a cámara. ¿Saben que juegan con fuego y se cuidan legalmente, o realmente quieren hablar del tema tabú del Siglo XXI? No podemos saberlo.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Parecen adultos recordando la adolescencia, más que adolescentes. El espíritu de los guionistas impregna la serie, como si los personajes no pudieran separarse unos de otros, por la imposibilidad de darles vida independiente, en lo que respecta al guion; ya que las actuaciones hacen todo lo necesario para que la rigidez del guion no los afecte, con menor o mayor suerte. Así todos terminan teniendo un sentido de la responsabilidad y de la culpa, que no condice demasiado con la adolescencia ni con sus respectivos personajes. Por eso Clay, el personaje principal -que está destinado a ser héroe fallido- asume su responsabilidad como un trastorno, como algo que le viene de afuera, que perturba su adolescencia; sin dejar de ser bueno, honesto, solidario, valiente, inteligente, buen amigo y buen hijo.</div>
<div style="text-align: justify;">
Pues a todos -comenzando por Clay- parece faltarles algo de aire. Los personajes están tan estereotipados que es como si rodara una maquinaria de estereotipos: el hijo de yonqui inadaptado, el depresivo sensible, el niño rico violento y manipulador, el ambicioso sin escrúpulos de consciencia, el acosador no socializado, etc. Los personajes no tienen vida sino función, para poder darle vida -o muerte- a Hannah Baker, la chica suicida, quizás menos estereotipada, pero igualmente forzada. No se trata de una chica buena, la segunda temporada la serie muestra que no era una santa ni un demonio, sino una chica común y corriente. Pero la eficacia de su acción y conciencia victimista impregna toda la serie, volviendo a Clay un personaje trastornado que termina convirtiéndose por su proverbial valor y honestidad, en una figura de culto para el resto de los personajes, colocando un cartel a sus espaldas que dice TODOS COMPARTIMOS LA CULPA sombreando al espectador. Lo más aburrido es la culpa generalizada y la santidad de Clay, sin las cuales -por otra parte- la serie no funciona; así como la psicosis de Clay, porque no hay que olvidarse que Clay escucha voces y tiene alucinaciones. Y esto es punto flojo.<br />
<br />
<span style="color: blue; font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; font-size: large;">Del Bullying a la culpa</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-Z8UoPtdUox4/XoQhf7xUqqI/AAAAAAABCTk/2oudvYYBHHMHHkMLaLAO0et0s5GRf1mIACLcBGAsYHQ/s1600/91703940_205876230840372_6689022465252786176_n.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="428" data-original-width="640" height="426" src="https://1.bp.blogspot.com/-Z8UoPtdUox4/XoQhf7xUqqI/AAAAAAABCTk/2oudvYYBHHMHHkMLaLAO0et0s5GRf1mIACLcBGAsYHQ/s640/91703940_205876230840372_6689022465252786176_n.png" width="640" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Es extraño lo que pasa con esta serie. Quizás porque se pensó para una sola temporada y luego decidieron continuarla, algunos personajes estereotipados de la primera temporada -donde Hannah era bastante buena e inocente- se humanizaron en la segunda, dejando la humanización del malo para la tercera. Como si fueran resolviendo sucesivamente sus problemas de argumento, humanizando gradualmente: a los santos los vuelve un poco ambiguos y oscuros, a los malos les revisa su vida y los presenta intentando corregir sus errores. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
A veces hace cosas más extrañas, como lo que pasa con la víctima de un acto sádico y cruel, o con la reacción ordenada al peligroso inadaptado a quien no sólo acompañan, sino que incluso le crean su proceso de socialización. Digamos que a las imágenes un poco duras, la serie responde con momentos de confraternidad forzada.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Si al principio se podía creer que su éxito obedecía a que trataba el tema del bullying casi como bajo un microscopio, agrandando todo lo aparentemente trivial de sus causas y consecuencias; esto no explica lo masivo de la serie. Ni siquiera es una serie para adolescentes, aunque indudablemente estos puedan apreciarla mejor; pues los demás pueden quedar preocupados por la falta de respuesta positiva que da la serie a los problemas insolubles que plantea. En gran medida porque los chicos de la serie no hablan con sus padres, lo cual es algo sincero, pero incómodo y cuestionable para un público adulto; que no concibe ni comparte la empatía que provoca la desconfianza hacia las soluciones adultas, como propia de la identidad adolescente. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Intenta ser realista pero atravesada por estereotipos. Victimista, con muchas fallas en la realidad que plantea, la serie termina exhibiendo la culpa humana, más que aquella conciencia social del suicidio adolescente, en el cual casi no se indaga por hacer excesivo hincapié en sus <i>razones</i>. No se romantiza el suicidio, pero se romantizan sus <i>razones</i>. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
No deja de ser una autorreflexión de adultos sobre culpas que se arrastran desde la adolescencia. Puede ser verosímil que una chica grabe todas esas cintas, pero ya es un poco más inverosímil que los que la rodean sientan verdadera culpa. Esto parece mirada adulta y por eso el protagonista, Clay, es una auténtica rareza. Un golem adolescente de la culpa adulta. Así como el chico malo de la tercera temporada, se parece a alguien reflexionando sobre su adolescencia en su juventud ya avanzada; pues este es otro de los grandes problemas. La velocidad de los procesos. Ligeramente acelerados.<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El deportista, exitoso con las mujeres y carismático, se vuelve un yonqui asustadizo y huérfano con carita de perro bueno y lastimado en unos meses. Puede pasar, pero no tan rápido. El acosador abusado, se vuelve un hombre popular y querido por todos. El chico violador y paternalista y manipulador, se torna una persona llena de culpa, remordimientos y buenas intenciones y acciones. Puede pasar, pero en forma más lenta. Los procesos no suelen ser tan rápidos como dicta la serie. Entonces trata el tema del bullying en forma realista, pero falsifica la culpa adolescente. Y es un indirecto testimonio sobre la culpa que sienten los adultos sobre su actuación adolescente. Interesante verla. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
También es un producto industrial condicionado por el clima social y la demanda. La primera temporada se basa en el bestseller homónimo de Jay Asher, por lo que la continuación de la serie es un producto netamente industrial. La necesidad de continuarla se topa con críticas a la crueldad de las imágenes, y con la imposibilidad de poder seguir el formato de trece cintas, trece capítulos. Así la segunda temporada se convierte en un thriller judicial por momentos tedioso y la tercera en un policial no muy malo. Como los tiempos de los personajes son sucesivos y no simultáneos, a pesar de contar con líneas de tiempo paralelas, en la primera temporada uno puede conocer a Clay pero sabe muy poco -creyendo saber mucho- de Hannah; mientras en la segunda temporada conoce a Hannah, pero sabe muy poco -creyendo saber lo suficiente- de su victimario. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Como las imágenes suelen ilustrar palabras posteriores a los actos que muestran, no hay imágenes esenciales. Y lo que sucede se significa principalmente con palabras. Y entonces hablan demasiado.<br />
<br />
<i><span style="color: blue; font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; font-size: large;">Élite</span></i></div>
<div style="text-align: justify;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
</div>
<div style="text-align: justify;">
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-BYPhtvNcuXA/XoPDLcmaHJI/AAAAAAABCTA/LZsO4cMo2Ag3jaJUxy2Gv1LHtkf3KzPagCLcBGAsYHQ/s1600/134298.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="589" data-original-width="785" height="474" src="https://1.bp.blogspot.com/-BYPhtvNcuXA/XoPDLcmaHJI/AAAAAAABCTA/LZsO4cMo2Ag3jaJUxy2Gv1LHtkf3KzPagCLcBGAsYHQ/s640/134298.jpg" width="640" /></a></div>
<br />
Si en <i>13 Reasons</i>, la culpa adulta infiltra todo el guion imposibilitando auténticas conductas adolescentes en sus personajes, en <i>Élite </i>Netflix sube su particular vara. La historia no necesita ni requiere de verdaderos adolescentes. Excepto Marina -la chica asesinada- y la pareja gay, los demás personajes aparecen guiados por intereses definidos, claros y probablemente a largo plazo. Todos parecen saber lo que quieren, y casi no hay lugar para la espontaneidad o la inseguridad. La marquesa, especialmente, es un personaje joven de conducta muy adulta. No sólo ordena su sexualidad y su pareja y sus relaciones de forma disciplinada y enfocada, sino que también defiende los intereses de su familia con sangre fría, prudencia y sagacidad adulta.</div>
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Y si <i>13 reasons</i> trata la sexualidad sin cosificarla y no puede detectarse ánimo de erotismo en sus escenas, pues a la sexualidad adolescente la muestra lejana del autocontrol y el cálculo que implica el erotismo adulto, se puede decir que sigue muy de cerca el cine independiente sobre adolescentes, que parece ser su principal modelo; en tanto que <i>Élite</i> busca, promociona y ostenta algo del erotismo adulto del <i>thriller </i>en un mundo de adolescentes. </div>
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El tema es que los actores no son adolescentes y no se puede decir que hayan hecho el suficiente esfuerzo por encarnar la adolescencia. Quizás la excepción de esto es Marina, la chica problemática y enferma que todos tratan como un problema. Pero ese personaje adolescente por antonomasia es demonizado y sacrificado. Y su pretendiente, el adolescente virgen, en la segunda temporada se vuelve adulto, vengativo, ganador y bastante astuto. Netflix continúa su debilidad por los tiempos acelerados.</div>
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Lo más molesto de la serie son los sentimientos. Aceleradísimos, incomprensibles, sobreactuados. La actuación de los deseos también es extraña, se relaciona con un interés extra. Pues el deseo parece relacionado con el poder, en forma implícita o explícita. Por otra parte, el argumento decide no prestar atención a lo más importante: los juegos de poder entre familias y clases sociales.<br />
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Pues a pesar de que en <i>Élite </i>los adultos son lo más importante, sus creadores no parecen conscientes de esto, porque las actuaciones adultas son en general tan mediocres como sus libretos. Serie extraña porque los adultos son protagonistas de la trama, pero esta no les da importancia. Todo parece ocurrir por las malas acciones de los adultos, y en especial su corrupción, que desata el resentimiento de clase y los romances inadaptados. </div>
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Claro que nada de esto hace que <i>Élite </i>tenga un mensaje social, pues el discurso social de la serie pasa de simplón a miserable. El rico tiene la plata mal habida, el pobre se vende por nada y traiciona sus valores. Si sos pobre la dignidad es un lujo, y cosas de ese estilo. Supongo que por todo lo anterior, no sólo es la serie menos realista, sino también la más adictiva.<br />
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<i style="color: blue; font-family: "trebuchet ms", sans-serif; font-size: x-large;">Baby</i></div>
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<a href="https://1.bp.blogspot.com/-U6NQmohUQkk/XoPDelEYjNI/AAAAAAABCTI/Dfakg6cb8hYbakpWFKbCH9MDh5Ckw11twCLcBGAsYHQ/s1600/Baby-1920.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="900" data-original-width="1600" height="360" src="https://1.bp.blogspot.com/-U6NQmohUQkk/XoPDelEYjNI/AAAAAAABCTI/Dfakg6cb8hYbakpWFKbCH9MDh5Ckw11twCLcBGAsYHQ/s640/Baby-1920.jpg" width="640" /></a></div>
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Se basa en la historia real de dos amigas adolescentes de alta sociedad involucradas en una red de prostitución de menores con clientes de las élites romanas, en el año 2014. Un escándalo de la era Berlusconi. La versión de Netflix es libre, pero su tema hizo que la serie fuera acusada de promoción del delito en algunos países.</div>
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Miniserie de seis capítulos que no permite delinear bien la psicología de los personajes, a pesar de que las actuaciones principales son creíbles. La mayoría de los personajes poseen la espontaneidad, la ignorancia de los riesgos y la confianza que podrían asociarse a una adolescencia de clase afortunada. La amistad entre las protagonistas por momentos parece improvisada, en el mejor y en el peor sentido: se desarrolla sin esfuerzo.</div>
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Para ser una serie de seis capítulos es poco descuidada, la calidad de imagen es superior a las anteriores, la cámara se mueve un poco más, la fotografía es menos monótona, y no recurre a esas líneas de tiempo paralelas que ya parecen obligatorias en las series de Netflix, lo que le da cierta frescura y la sensación de ver lo justo y necesario. </div>
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La actuación de Alice Pagani, que venía de actuar en <i>Loro </i>de Paolo Sorrentino, hace pensar que no se trata de una estrella pasajera de Netflix postulando su fotogenia, sino de una actriz con futuro cinematográfico. Con muy pocos trabajos, su imagen de chica cool materialista, ya puede asociarse a la representación cinematográfica de los valores de la era Berlusconi, en la que Sorrentino indaga y ahonda y <i>Baby </i>bizquea.</div>
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<a href="https://1.bp.blogspot.com/-7V5QZqVl4EU/XoPDnDmZtwI/AAAAAAABCTM/Psn-8bReaZk0753sPvUEkJKSKkrRkyQqwCLcBGAsYHQ/s1600/Baby-Serie-Netflix-1.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="600" data-original-width="900" height="426" src="https://1.bp.blogspot.com/-7V5QZqVl4EU/XoPDnDmZtwI/AAAAAAABCTM/Psn-8bReaZk0753sPvUEkJKSKkrRkyQqwCLcBGAsYHQ/s640/Baby-Serie-Netflix-1.jpg" width="640" /></a></div>
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El tema que trata no es central para los personajes: es algo que sucede y que por el momento no les cambia radicalmente la vida. No se lo romantiza ni se lo critica o condena, se lo muestra con indiferencia, como parte de los imperativos consumistas de la Italia actual. La serie no tiene ningún mensaje, no es pretenciosa, no es falsa ni erótica. Intenta contar una historia muy simple en un entorno relativamente simple, y como testimonio de la vida adolescente funciona mejor que los formatos de thriller con los que Netflix se excusa por hacer series de adolescentes. La misma chica que se prostituye también se enamora y no parece contradictorio. Como los diálogos no suelen ser relevantes, pero son buenos, creíbles, la mayor parte. Pues no explican: muestran.</div>
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Y muestran familias desintegradas, incluso desquiciadas, sin ningún tremendismo, como parte del paisaje. Muestran chicas alegres y desordenadas, que no están visiblemente afectadas por el entorno familiar, como sucede la mayor parte del tiempo, pues salir de casa es salir de casa: el mundo cambia. Y el tema de la prostitución es un poco por dinero y afán de consumo, pero no del todo. Para Chiara, el personaje principal, es salir de la pecera.</div>
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No hay ninguna lectura de una clase política corrupta con redes subterráneas de trata. Y es tan lejana de la historia real que, por ahora, no muestra empresarios ni políticos. Aquí son dos chicas de clase alta, que se prostituyen con profesionales comunes, por motivos diferentes. El tratamiento es liviano, como si se tratara de una adicción creciente al juego. Prostitución por mero afán de consumo. No parece denunciar el delito, pero tampoco exaltarlo. No sermonea ni anima: muestra una parte importante de la actualidad italiana sin querer verla. Por el momento narra la amistad de dos chicas que se encuentran tan atraídas por tener una vida secreta, como por el amor adolescente inconfesado.<br />
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<span style="background-color: white; color: #333333; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 14.85px;">* Publicado originalmente en revista </span><i style="background-color: white; color: #333333; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 14.85px;">Autodidactas- Mover con Cuidado</i><span style="background-color: white; color: #333333; font-family: Arial, Tahoma, Helvetica, FreeSans, sans-serif; font-size: 14.85px;">, n° 3, Agosto 2019, Merlo, San Luis</span></div>
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Oscar Cuervohttp://www.blogger.com/profile/15744374287487312025noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-3702496019912113605.post-88097234291290713302020-03-22T06:51:00.003-03:002020-03-22T06:51:55.993-03:00Cine de menores no apto para menores<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<span style="color: blue; font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; font-size: large;">Larry Clark - Harmony Korine- Gus Van Sant</span><br />
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<a href="https://1.bp.blogspot.com/-kO_MH81TQVA/Xncmf1TCHII/AAAAAAABCLk/DV4icabxdnI-yORF6OzoXK1Oz5IHxL05gCLcBGAsYHQ/s1600/kids3.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="532" data-original-width="992" height="342" src="https://1.bp.blogspot.com/-kO_MH81TQVA/Xncmf1TCHII/AAAAAAABCLk/DV4icabxdnI-yORF6OzoXK1Oz5IHxL05gCLcBGAsYHQ/s640/kids3.jpg" width="640" /></a></div>
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<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;">por Ezra Cohen *</span><br />
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"><br /></span>
<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;">«Bueno, siempre quise hacer la película de adolescencia que sentía que América nunca había hecho. La gran película americana sobre la adolescencia, como la gran novela americana. Es lo que siempre quise hacer. Recuerdo que allá en los cincuenta, cuando era joven, y las películas de adolescentes eran como <i>City Across the River</i>, y John Cassavetes era actor en una y Tony Curtis lo era en otra. Y yo veía esas películas, y me decía: “Estos chicos no parecen chicos, todos son como la gente mayor, todos son como los adultos'. (...) Por eso algunas de las películas de adolescentes que me gustan, como Over the Edge, me gustan en parte porque utilizaban chicos de la edad adecuada, chicos de verdad. Sabía que mi película tenía que hacerse desde adentro, así que llamé a ese chico escritor que conocía por el skateboard; así que vino y le expliqué lo que quería y me dijo: “He esperado toda mi vida escribir esto”. Y en tres semanas apareció con el guión. Creo que cuando se ve la película Kids la mayoría, no todos, pero la mayoría de nosotros, diremos, pues sí, así es tal como éramos. Así es tal como son los chicos».</span></div>
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Muy pocos cineastas influenciaron la historia del cine antes de escribir o filmar su primera película. Cuando se estrenó <i>Kids</i>, Larry Clark era el principal referente de la iconografía visual del joven más o menos violento y autodestructivo, que el tedio provocado por la sociedad de consumo escondía en su seno. Coppola, Scorsese y Van Sant tomaban sus fotografías de yonquis y marginados como referencia para la estética de sus jóvenes al margen de la ley. Sus imágenes de joven fotógrafo están detrás de la construcción visual de los personajes y los escenarios de <i>Rumble Fish</i>, <i>Taxi Driver</i> y <i>Drugstore Cowboy</i>, la película de Van Sant donde se retrata una pandilla de asaltantes de farmacia muy adictos e infortunados.<br />
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<a href="https://1.bp.blogspot.com/-qJ5VlOTa8pE/Xncmm_tVkhI/AAAAAAABCLo/B4UsaE704-gQPi42EriYnfdo9XSZTEwRACLcBGAsYHQ/s1600/Drugstore_Cowboy.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="643" data-original-width="1200" height="342" src="https://1.bp.blogspot.com/-qJ5VlOTa8pE/Xncmm_tVkhI/AAAAAAABCLo/B4UsaE704-gQPi42EriYnfdo9XSZTEwRACLcBGAsYHQ/s640/Drugstore_Cowboy.png" width="640" /></a></div>
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Cuenta Larry Clark que al verla sintió que alguien se metía en su terreno y no lo hacía demasiado bien. Que había llegado el momento de comenzar a contar las cosas como eran.<br />
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Algunos años después conoció a un joven guionista <i>skater </i>(Harmony Korine) y filmó <i>Kids </i>(1995), una película sobre la adolescencia donde los adolescentes no hacen otra cosa que perder el tiempo, drogarse y buscar sexo.<br />
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<div style="text-align: justify;">
Eran los años en que MIRAMAX acababa de ser comprada por DISNEY, pero seguía siendo dirigida por sus antiguos dueños; los cuales estaban fascinados por el potencial de <i>Kids</i>, pero se negaron a producirla. Sin embargo, una vez realizada no sólo la compraron y la distribuyeron, sino que le ofrecieron a Clark 100000 dólares para recortar las escenas escabrosas y volverla película de clasificación R (acompañamiento de adulto) para distribuirla ampliamente, a lo que Clark se negó y se clasificó apta para mayores de 17 años.<br />
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<div style="text-align: justify;">
No se trataba de una película erótica, la sexualidad que muestra esta película tiene menos erotismo que muchas obras de DISNEY; pero es explícita, deserotizada, cosificada, convulsa, torpe y cruel. Cuando Clark llevó a MIRAMAX sus siguientes películas de adolescentes, fueron rechazadas. Por primera vez se puso en duda su carácter de productora de películas arriesgadas, mientras se comenzaba a conformar eso que hoy se llama el cine indie, el cine independiente no aceptado por las grandes productoras de cine independiente. Que ya buscaban un camino <i>mainstream</i>, más en línea con los intereses de sus nuevos patrones.<br />
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<a href="https://1.bp.blogspot.com/-wb6bAH-GEbc/Xncm-_WYx4I/AAAAAAABCLw/aoPXGJD613EHU5qHmRcB5c6BojiZ3AaTQCLcBGAsYHQ/s1600/kids.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="535" data-original-width="992" height="344" src="https://1.bp.blogspot.com/-wb6bAH-GEbc/Xncm-_WYx4I/AAAAAAABCLw/aoPXGJD613EHU5qHmRcB5c6BojiZ3AaTQCLcBGAsYHQ/s640/kids.jpg" width="640" /></a></div>
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<div style="text-align: justify;">
No son estéticos, no tienen los rostros de las películas de Van Sant o el carácter fuerte de los del Nuevo Hollywood. Actúan desprejuiciadamente respecto al sexo y la diversión, pero cargan más prejuicios que los adultos en lo que respecta a la sociedad que los rodea. Pueden ser compasivos y tiernos -o vulgares y crueles- con quienes hay que serlo, siguiendo mandatos estrictos internalizados. Le dan una moneda al lisiado y se burlan del marica o lo desprecian, patean al gato como algo que deben hacer. Son cobardes, crueles y oportunistas. Hablan mucho y nada de lo que dicen parece salir del mismo circuito: divertirse para escapar del tedio. Y hablar de sexo parece el comodín principal de este juego para el que no hay suerte. Sus rostros y sus poses son desencajados, por momentos tienen una violencia y una estupidez casi prohibida en el imaginario adolescente de los <i>mass media</i>. El retrato de la ternura fingida para obtener sexo es de una autenticidad pasmosa, quizás la mirada más dolorosa de la película sobre la generación que intenta retratar. Sin embargo, las chicas parecen tratadas con más cuidado, tienen algo de víctimas o de pueril romanticismo, parecen menos brutales. Lo que en ellas es apertura al juego alegre y sensual, en ellos es jactancia y dominación. Clark no juzga esta generación en ningún momento, pero la muestra con claridad. Son los 90.<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
A pesar de ser una película guionada, la impresión es la de estar viendo una película improvisada, casi documental. La comparación más cercana es Cassavetes y <i>Shadows </i>(1959); pero si los escenarios de deambulación de <i>Shadows </i>eran las reuniones literarias y las fiestas de los negros, en medio de las derivas de la contracultura beat, el esnobismo y el jazz; en los 90 los jóvenes no se guían por la cultura o la contracultura, sino por la inmediatez consumista. Las drogas no son para ampliar la mente sino para creerse geniales, y los chicos no buscan sexo libre con chicas de mente abierta, sino que mienten romances para engañar chicas de su casa y pasar al siguiente nivel. De nuevo, son los 90. Se meten cualquier porquería y se ríen de todo. Pueden matar por accidente.<br />
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<div style="text-align: justify;">
Gus Van Sant es el productor de <i>Kids</i>. Su guionista es Harmony Korine. Son los tres artífices esenciales del retrato de la vida adolescente norteamericana en plena fiebre consumista. Van Sant proviene del cine <i>queer </i>y de vanguardias refinadas y cultas. Clark de las experiencias de adicción, la fotografía comercial y documental y su antropología de campo <i>sui generis</i>. Korine de la experimentación en el montaje, las narrativas y el tratamiento de personajes complejos, polémicos y extremos, cercano a los directores más arriesgados del cine alemán, y a una cinefilia abundante y diversa con la que mantiene un diálogo difícil de precisar.<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Quizás sea Clark quien aporta la mirada social sobre la alienación, la marginación y la desintegración, mientras Van Sant se concentra en una pulsión de muerte inexplicable, y Korine descubre la relación poco explorada entre capitalismo y esquizofrenia. Los tres directores no sólo compartieron la realización de <i>Kids</i>, sino un intento por mostrar la adolescencia fuera de los patrones bien pensantes de la industria del entretenimiento. Por momentos parecen salirse de la industria cultural y coquetear con el video arte (<i>Gerry</i>, <i>Gummo</i>). Por momentos vuelven al establishment y convencen al gran público (Van Sant sobre todo). Por momentos son parte del art business (Clark y sus cotizadas fotografías).<br />
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-hiPY5brNVqA/XncnqZ-x4_I/AAAAAAABCL8/CKkonW8hPOU41CIjsbwS-pvzL4jfdbGlQCLcBGAsYHQ/s1600/kids2.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="539" data-original-width="995" height="346" src="https://1.bp.blogspot.com/-hiPY5brNVqA/XncnqZ-x4_I/AAAAAAABCL8/CKkonW8hPOU41CIjsbwS-pvzL4jfdbGlQCLcBGAsYHQ/s640/kids2.jpg" width="640" /></a></div>
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<div style="text-align: justify;">
Su obra también es la influencia subterránea o explícita que han ejercido sobre la industria cultural y sobre la imagen del adolescente conflictivo de muchas películas y series posteriores, menos sinceras y menos didácticas, menos despojadas, más tendientes a volver difuso y estereotipado, lo que en ellos es claro y singular.<br />
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Se podría pensar que obedecen a experiencias marginales, bastante alejadas de las vivencias de otros países, y esto es relativamente cierto. Los adolescentes norteamericanos están más cerca de eso que la cultura occidental denominó nihilismo, hastío y tedio. Lo que lleva a los chicos de <i>Kids </i>a buscar sexo parece ser lo mismo que lleva a los chicos de <i>Elephant </i>a disparar. Los hijos de la posguerra parecen primero interesarse por el sexo y rechazar la violencia gratuita, pero una vez muerto el <i>flower power</i> y las militancias; las generaciones siguientes quedan obsesionadas, hipnotizadas, por el poder fetichista del sexo y la violencia. No se trata de un interés por sus respectivos potenciales de liberación, sino por sus homólogos poderes de dominación simbólica. Lo que deja un fuera de campo gigantesco al no poder explicar el origen espiritual, físico y psicológico de aquellas obsesiones. El chico de los 90 no tiene explicación sociológica o psicológica concluyente. De hecho hay que hacer un gran esfuerzo sólo para poder comenzar a verlo.<br />
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<div style="text-align: justify;">
Si en <i>Kids </i>las cosas suceden donde la cámara enfoca, en <i>Elephant </i>las cosas suceden más allá de la cámara y del espectador; el cual es obligado a recorrer los pasillos del instituto sabiendo lo que le espera, sin poder detenerse a dimensionar la forma o el tamaño de lo que está sucediendo a su alrededor. Van Sant reacciona, luego de cintas comerciales bien intencionadas sobre adolescentes marginados y talentosos, con la Trilogía de la Muerte, donde el compañerismo de la vida lumpen y el deseo de amor de <i>Mala Noche</i> y <i>My Private Idaho</i>, el abuso de poder y la tragedia de<i> Drugstore Cowboy</i> y <i>To die for</i>, y el festejo del talento joven de sus películas más mainstream, se ven congelados por la pureza escénica minimalista, la pulsión de muerte y una estética de plano secuencia dominante y protagonista.<br />
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-lQ4_DAwQd2s/Xncwuj0lhaI/AAAAAAABCNY/5kpkoKXUF8kdOTPtwpwhAdVXdlsv7zxvACLcBGAsYHQ/s1600/Elephant.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="627" data-original-width="1200" height="330" src="https://1.bp.blogspot.com/-lQ4_DAwQd2s/Xncwuj0lhaI/AAAAAAABCNY/5kpkoKXUF8kdOTPtwpwhAdVXdlsv7zxvACLcBGAsYHQ/s640/Elephant.jpg" width="640" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
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Heredero confeso de Béla Tarr, el plano secuencia parece ser un personaje más e invisible, siguiendo a distintos personajes, conformando el espíritu de un destino colectivo de tragedia. Los planos secuencia entrelazados de <i>Elephant</i>, hacen partícipes a las víctimas de la perpetuación de la masacre. La cámara no hace más que mostrar conversaciones banales o no tanto, pero la fatalidad camina por los pasillos y el juicio sobre los asesinatos se disuelve. Van Sant no explica ni sermonea. Lo que sucede es gigantesco pero producido por la normalidad del instituto.<br />
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Columbine es un producto americano. Y el cine parece ser el instrumento idóneo para mostrarlo.<br />
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<div style="text-align: justify;">
Y si a Clark lo acusaron de pornógrafo y a Van Sant de regodearse en la violencia, hay que decir que las cámaras de ambos se alejan del registro pornográfico o violento, tentándose en los detalles de todo lo que sucede alrededor del acto en cuestión. En <i>Elephant </i>hay menos sangre que en películas <i>mainstream </i>sobre buenos policías, y <i>Kids </i>es lo más lejano a la cosificación de la mujer que pueda dar el cine. Parece más cerca de la Trilogía de la Vida de Pasolini, que de los films de Van Sant, donde los rostros siguen siendo bellos o interesantes y las tomas realzan su individualidad; mientras los planos de Clark se centran en lo vital y en lo grupal, como si fueran planos gregarios. <br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Lo cierto es que la vitalidad y el desorden, para la mentalidad promedio, es algo feo. Se relaciona con las clases bajas. Es mejor la reserva, la intriga o la diplomacia. Se relaciona con las clases dominantes que definen la mentalidad promedio. Clark lo entiende tan bien como Pasolini. De lo único que se puede acusar a su tratamiento de los cuerpos es de vitalista, aquello de lo que carece la pornografía en su optimización de los cuerpos.<br />
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-oeNBIawV5Rk/Xncp-hnFyoI/AAAAAAABCMQ/s9qcM0K-HfAohdEYw2Xx4cNzJwFNYqRSQCLcBGAsYHQ/s1600/cuadro-cuadro-bully-clark-7.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="675" data-original-width="1200" height="360" src="https://1.bp.blogspot.com/-oeNBIawV5Rk/Xncp-hnFyoI/AAAAAAABCMQ/s9qcM0K-HfAohdEYw2Xx4cNzJwFNYqRSQCLcBGAsYHQ/s640/cuadro-cuadro-bully-clark-7.jpg" width="640" /></a></div>
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<div style="text-align: justify;">
Y entonces sus películas no tienen definiciones de personajes individuales, parecen arbitrarias, feas o gratuitas. Por eso en <i>Kids </i>los padres no existen, y en las películas que le siguen, los padres son una referencia compleja. Son desprecio de clase y mandato de no juntarse con perdedores en <i>Bully</i>, película que narra un crimen famoso que desnudó la vida de los adolescentes de la Florida. Son los misterios de la acumulación de capital en <i>Wassup Rockers</i>, con una conversación de cuarto adolescente en una mansión de Beverly Hills, donde la anfitriona del chico latino no sabe responder a qué se dedica su padre, excepto a hablar por celular y jugar al golf. El chico le cuenta sus historias del gueto y la cámara enfoca detalles del rostro asombrado de la chica, no menos asombrado e intrigado que el chico por la mansión donde se encuentra, y el misterio de cómo se hace para vivir así. Con esa chica ansiosa en ropa íntima, con ese chico tranquilo, asombrado y totalmente vestido; la cámara sugiere la vida del otro como un enigma irresoluble.<br />
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<div style="text-align: justify;">
Digamos que el padre parece ser la figura ausente de su cine y al dolor de la desintegración familiar se lo confronta en grupo. Por eso el cine de Clark ocurre fuera de casa, en derivas gregarias. Pero en el caso de Van Sant parece más bien el dolor de la integración individual el que se vuelve abstracto y destructivo. Pues en <i>Gerry</i>, <i>Elephant</i>, <i>Last Days</i> y <i>Paranoid Park</i>, la soledad parece absoluta, pero no es tan importante como la propia energía destructiva que se forma cuando los seres se encuentran en sociedad. La familia no se diferencia demasiado del instituto o de una casa donde conviven amigos. No hay gregarismo ni padre, pero todavía existe un individuo íntegro, atomizado y trágico. Para Van Sant, la individualidad es trágica o socializada en tragedia.<br />
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-LvSVv40MjaQ/XncyEAFx4vI/AAAAAAABCNk/RIpS6rhJYQQUZCvkaQjQ2nGsS6-0yM1HgCLcBGAsYHQ/s1600/paranoid.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="749" data-original-width="1359" height="350" src="https://1.bp.blogspot.com/-LvSVv40MjaQ/XncyEAFx4vI/AAAAAAABCNk/RIpS6rhJYQQUZCvkaQjQ2nGsS6-0yM1HgCLcBGAsYHQ/s640/paranoid.jpg" width="640" /></a></div>
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Por otra parte, si Clark es revulsivo para muchos espectadores y críticos, y no se lo ha reconocido en su propio país; no es tanto por sus jóvenes cuerpos nihilistas, como por haber retratado la sociedad consumista, como una sociedad donde los valores no los impone la familia o el propio individuo, sino la moda, el consumo, la desintegración familiar y las tribus urbanas. Del cine clásico americano a los adolescentes de Larry Clark se ha cumplido un ciclo de valores desintegrados por distintas culturas consumistas, de las cuales él ha tomado sus apuntes, centrándose en la juventud. Sin embargo, el narrador de la desintegración, que excede por completo el campo de la juventud, va a ser su primer guionista. Una de las figuras más potentes y extrañas del cine norteamericano actual.<br />
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¿Por qué Harmony Korine es como es? A los 23 años sale su ópera prima, un relato truculento después del paso de un tornado en la América profunda. Casas bastante aisladas con personas lastimadas, violentas y disociadas, que más o menos conviven con raras tensiones. Con un registro medio documental, y una tendencia a centrarse en personajes singulares pero reales, Korine se centra en lo que la sociedad americana denomina <i>White Trash</i>. Blancos pobres, con familias disfuncionales, casas que se vienen abajo, endogamia, racismo y cosas peores. Lo curioso es que la película mantiene -en medio de la crueldad- una extraña liviandad, por medio de planos y montajes veloces, escenas aisladas, mucho grano y la inversión de una poética de lo cotidiano con misterios sin trascendencia. Todo lo que sirve para volver bello al cine, Korine lo invierte; pues lo cotidiano -en <i>Gummo</i>- tiene algo de amontonamiento, de suciedad, de maldad congénita; pero también de pantomima, de varieté, de humor de cine mudo, de poética de vanguardia, de largas orejas de conejo como incógnita; todas cosas muy aptas para el registro del lado oscuro del sueño americano. Y en medio de todo su musa, la chica cool de los 90, Chloe Sevigny, no desentona.<br />
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¿Recuerdan que hacían cuando eran chicos? Cuenta la leyenda que Korine, desde muy chico, además de conmoverse con los personajes del sur profundo de los Estados Unidos, se dedicó a ver y rever buen cine: Godard, Herzog, Fassbinder, Buster Keaton. Y esto comienza a explicar por qué Korine es como es. Por qué todas sus películas -sólo 6 películas en 22 años- parecen destinadas a ser películas de culto, incluso cuando buscan un éxito comercial. Lo fue <i>Gummo</i>, lo fue <i>Julien Donkey Boy</i>, lo fue <i>Thrash Humpers</i>; pero también <i>Spring Breakers</i> y los dos guiones que hizo para Larry Clark. Lo interesante es que aglutina públicos muy diferentes que no suelen apreciar toda su obra; pues el que lo descubrió con<i> Spring Breakers</i>, difícilmente pueda apreciar <i>Julien Donkey Boy</i>. Y si <i>Kids </i>parecía osada en su momento, <i>Gummo </i>ya levantaba espectadores de la sala.<br />
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<a href="https://1.bp.blogspot.com/-TCxzKRl-ei4/XncylKR5PbI/AAAAAAABCNs/wNXyIy62Pa4EmQXW7gYR9GLB0kK2mkvKQCLcBGAsYHQ/s1600/gummo.webp" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="900" data-original-width="1600" height="354" src="https://1.bp.blogspot.com/-TCxzKRl-ei4/XncylKR5PbI/AAAAAAABCNs/wNXyIy62Pa4EmQXW7gYR9GLB0kK2mkvKQCLcBGAsYHQ/s640/gummo.webp" width="640" /></a></div>
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Por otra parte, no puede reducirse su trabajo a una voluntad de provocar, y tampoco es un explícito <i>enfant terrible</i> al estilo Gaspar Noé; pues al ver sus películas, uno siente que esconde un enciclopedista ordenado y un revisionista del cine clásico, que construye su obra en la delgada línea que divide el provocar del querer hacer un nuevo cine. Un singular talento, pero también mucha cultura cinematográfica y visual. Su árbol genealógico es muy vasto, no es de los que quieren hacer cine porque les gusta el cine en base al cine de su generación, sino de lo que sienten que deben ante todo transformar el cine porque lo conocen profundamente, no como crítico sino como artista o mejor: como espectador conmovido por historias o registros de cualquier época.<br />
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Sí, hay algo intemporal en Korine, a pesar de centrarse en momentos históricamente determinados. Creo que eso puede explicar porque Herzog dijo que Gummo era ciencia ficción. Pues hay algo de intemporal, pero es una intemporalidad apocalíptica. Parece observar la Tierra, como si fueran sus últimos días. Como en <i>Five Years</i>, de Bowie.</div>
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<i>Julien Donkey Boy</i> es un relato sobre trastornos psíquicos y familias sin tratamiento, una galería de fenómenos que hacen cosas inesperadas, la primera película americana que cumple el voto de castidad de Von Trier y Vinterberg, la mejor actuación de Werner Herzog, uno de los montajes más desaforados que puedan verse. Korine parece querer retratar la humanidad en sus primeras películas y por eso busca personajes que no suelen verse en el cine, situaciones que quedan fuera de la mayor parte del ámbito cinematográfico, donde la normalidad suele ser condición esencial de la humanidad del personaje. Korine sabe mostrar los sentimientos y las situaciones de los personajes más disfuncionales, sin un mensaje político de integración, tal cual se cumplen en la sociedad que los desprecia y en toda su crudeza y humanidad.<br />
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Y luego del cimbronazo de las dos primeras películas -muy cercanas al espíritu de Herzog- llega <i>Mister Lonely</i>, donde el catálogo de rarezas es menos escabroso y esconde una enfermedad común y universal: la soledad y el ansia de ser alguien, las reuniones ficticias de reconocimiento mutuo, la superficialidad, la copia y la reproducción alienada. Y así podemos ver a Michael Jackson prendado de Marilyn sin felicidad posible, y dos años después <i>Thrash Humpers</i>, un video arte sobre ancianos sociópatas.<br />
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Y una vez que nos había acostumbrado a la disfuncionalidad de sus personajes escondiéndose del mundo, da un giro de 180 grados, con personajes extrovertidos, medio normales, divertidos, sensuales. Cuando ya estábamos acostumbrados al grano grueso, a las fallas de la cinta de video, a viejos <i>thrash </i>y a jóvenes desquiciados, a gente viviendo vidas ajenas y monólogos desequilibrados; el giro nos presenta primero lolitas de Disney queriendo perderse en un torbellino de consumo, deseo y violencia para encontrarse a sí mismas. Y luego la versión más superficial y fantástica que se pueda tener de un poeta del realismo sucio. Y mucho <i>Gangsta</i>, billetes, mujeres, drogas y alcohol sin tragedia.<br />
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Cuando nos habíamos acostumbrados a los colores terrosos, amarillentos, y generalmente opacos de sus primeras películas, de repente nos salta con la explosión de color fluo y la hiperestilización de <i>Spring Breakers</i> y <i>The Beach Bum</i>. De esos montajes en que hay cosas que no se explican, donde la cámara parece tener voluntad para alejarse del relato principal y quedarse en un detalle cotidiano, resignificado por entornos ominosos y crueles; pasa a un montaje donde lo principal se remarca una y otra vez desde distintas perspectivas y planos, y donde el rostro y la música son tan esenciales como pueden serlo en el cine mainstream. De cuerpos disfuncionales y destructivos a chicas Disney divirtiéndose. De cineasta de lo marginal a involuntaria deconstrucción de la industria del espectáculo.<br />
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No sé si son grandes películas, pero Harmony Korine tiene habilidades inquietantes, especialmente con las historias y el montaje, pero también en la dirección de actores y en la construcción de escenarios. Los finales de <i>Spring Breakers</i> y <i>The Beach Bum</i>, inverosímiles, fantásticos, como un video juego el primero, con algo del espíritu errático y festivo de Kusturica -con corazón gitano- el segundo. Con ambas películas mezcladas a un afán de historieta <i>under </i>o algo parecido, pues los caracteres se remarcan con providenciales fuerzas y aparentes descuidos en el trazo. Y a la vez con una voluntad de diversión que fracasa, porque deja al espectador muy lejos de la identificación emocional, pues los personajes son simpáticos pero también irreales, funcionan pero no emocionan. Podría ser Luhrmann en su exhibicionismo pop de los sueños de la sociedad, pero Korine va un poco más allá. En sus dos últimas películas los personajes tienen algo muy irreal, porque son sueños dirigidos, más que personas. No tienen la humanidad retórica de las grandes producciones, son directamente esquemas, ideologías deterministas y completas. A pesar de basarse en guiones originales, parecen adaptaciones de cómic. No son chicas reales, son como salidas de su propia fantasía. Le dicen miedoso al gangster y el gangster efectivamente se vuelve miedoso porque son ellas las que definen el mundo. En la ficción ocurre lo que ellas dictan, y dictan principalmente el reverso de su historia como princesas encantadas.<br />
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Korine pasa de la realidad del mundo de las imperfecciones humanas al mundo artificial de lo perfecto. Quizás lo anuncia con Michael en <i>Mister Lonely</i>, pero en sus dos últimas películas no se distancia y se identifica totalmente con los fuegos de artificio. Pareciera que el mundo es perfecto y es para siempre, dicen sus chicas.<br />
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En sólo seis películas, pasó de pintar un mundo apocalíptico y real de familias disfuncionales, a enredarse en la individualidad afortunada y asertiva pero sustancialmente irreal, plasmando fantasmas modelados por la sociedad de consumo y sus reversos no convincentes -las almas bellas poéticas- mediante una mirada que no se decide entre la ironía, la identificación o el cinismo. Por eso el poeta de <i>The Beach Bum</i> se parece a lo que ningún poeta occidental ha podido ser del todo. Una caricatura de Li Po con afectada sensibilidad.<br />
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Heredero de una inmensa fortuna, como casi ningún poeta en la historia. Y ese tirón que nos lleva del realismo sucio a la fantasía naíf.<br />
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Si en las primeras películas Korine quiso mostrarle al mundo, en el espíritu más cercano a su maestro alemán, las personas que se suelen ocultar del conocimiento público; con sus últimas películas deja a las personas de lado y exhibe, despliega, proyecta e incluso disfruta los mandatos compulsivos de los sueños actuales. Y a la vez no deja de querer distanciarse, al colocarlos en el plano en el que deben estar: los sueños de la sociedad americana, sueños son y deben vivirse como sueños. Mira todo lo que tengo, dice el <i>Gangsta</i>, y eso conquista a las chicas de entrada. Lo demás son accidentes u obstáculos de video juego. Asumiendo la inocencia de transfigurar las cosas, resignificar y redimensionar incluso la angustia, como la siente una estrella pop. Pues el gangster es la figura pop por excelencia de nuestro siglo: el reverso de la <i>femme fatale</i>. De ahí ese importante papel del que se jactará toda su vida el actor James Franco.<br />
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Por eso en sus últimas películas, los personajes consiguen plata sin trabajar, conquistan a quien quieren, no los pueden atrapar, son queridos, deseados y populares, sus momentos de angustia se superan pronto, hacen realmente lo que quieren hacer y nada los frena. <i>Spring Breakers</i> y <i>The Beach Bum</i> son el sueño americano sin sentimentalismo y sin crítica: historietas cínicas, alucinadas, medio inconscientes. En ningún momento se detecta las intenciones de Korine, y a decir verdad tampoco se detectaban en las anteriores películas. Su cine es casi una crítica involuntaria, la vitalidad prevalece sobre el ánimo crítico en cualquiera de sus películas, por lo que sería impreciso hablar de crítica social. Sin embargo, su honestidad, su inteligencia y su cultura cinematográfica no lo traicionan: nunca dejará de ser ese artista complejo que conoce el mundo desde distintas perspectivas. Por lo que su cercanía a la superficialidad no dejará de ser difícil e intrincada. Por eso sentimientos sin mucha imaginación, activos, en estado de deseo feroz, cruel, violento, alegre, como máquinas. Las últimas no son películas sobre personas reales, sino sobre sueños; pero no son los sueños comunes que postula Hollywood edulcorado, sino el carácter desaforado e inquietante de vivir al límite, pero inocente y protegido a la vez. Personajes desquiciados, hermosos y elegidos, porque tienen que representar un sueño que tiene mucho de providencial y mucho de juego sin importancia.<br />
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Hay que fingir que es un videojuego. Como si estuviéramos en una película. No pueden asustarse con nada. Tienen que ser fuertes. Korine devela con estas palabras la esencia oculta del sueño americano. Fingirnos actores y confiar en nuestra suerte, pues la película ya fue escrita y debemos protagonizarla, sin tomar ninguna decisión sobre nuestra vida, aplicados al guión que nos dieron. Por eso fuertes, pero también inconscientes, como un auténtico, misterioso y sentido romance.<br />
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<a href="https://1.bp.blogspot.com/-H36GOHxp7YY/XncwQIcaa0I/AAAAAAABCNQ/RXC4OXQWg2gxy9BTz9bL_3HwcZLMYEWQQCLcBGAsYHQ/s1600/spring%2Bbreakers.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="566" data-original-width="1361" height="264" src="https://1.bp.blogspot.com/-H36GOHxp7YY/XncwQIcaa0I/AAAAAAABCNQ/RXC4OXQWg2gxy9BTz9bL_3HwcZLMYEWQQCLcBGAsYHQ/s640/spring%2Bbreakers.jpg" width="640" /></a></div>
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* Publicado originalmente en revista <i>Autodidactas- Mover con Cuidado</i>, n° 3, Agosto 2019, Merlo, San Luis</div>
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Oscar Cuervohttp://www.blogger.com/profile/15744374287487312025noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3702496019912113605.post-5169822347759019692020-03-15T06:55:00.000-03:002020-03-15T10:38:33.067-03:00Cuando David Lynch achica la pantalla<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
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<span style="color: blue; font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; font-size: x-large;">Twin Peaks</span></div>
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<a href="https://1.bp.blogspot.com/-CFDSC-F7vSo/Xm30VCSCD5I/AAAAAAABCIM/SSY6nSw50vwXR4UmCrJmxdL1oWh4AxGlACLcBGAsYHQ/s1600/LauraDonnaPicnic.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="696" data-original-width="640" src="https://1.bp.blogspot.com/-CFDSC-F7vSo/Xm30VCSCD5I/AAAAAAABCIM/SSY6nSw50vwXR4UmCrJmxdL1oWh4AxGlACLcBGAsYHQ/s1600/LauraDonnaPicnic.jpg" /></a></div>
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por Ezra Cohen *</div>
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Resulta difícil imaginar el mundo sin industria cultural. Que sería de nosotros sin las repeticiones de emociones, sensaciones e ideas que promueven la radio, la industria musical y cinematográfica, la TV y las plataformas de <i>streaming</i>. Que sería de un siglo de pocas lecturas sin el producto de la industria cultural más acabado del mismo: las series de las webs infernales que invadieron nuestras vidas. </div>
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No nos responderemos esa pregunta, pero diremos que la diferencia central entre la industria cultural y el arte o el pensamiento es que la primera no exige ningún esfuerzo a su espectador oyente lector. Y que las emociones apuntan a un nivel más primario que la literatura o el arte: asustar, excitar, emocionar, provocar identificación, rechazo. </div>
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Es el lenguaje de la jerga que todos entendemos, pero las jergas también tienen su historia y su construcción. Y la jerga de la mayoría de las series actuales, como obra original, se construyó a comienzos de los años 90 y tuvo un principal responsable, o quizás dos. </div>
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<a href="https://1.bp.blogspot.com/-nU_uqdECZmg/Xm35TAK7PxI/AAAAAAABCJU/tP_kd3smCOIzmF7iDYF4ZwMAVJvdI2OrgCLcBGAsYHQ/s1600/d0sfK.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="795" data-original-width="1062" height="474" src="https://1.bp.blogspot.com/-nU_uqdECZmg/Xm35TAK7PxI/AAAAAAABCJU/tP_kd3smCOIzmF7iDYF4ZwMAVJvdI2OrgCLcBGAsYHQ/s640/d0sfK.png" width="640" /></a></div>
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Creada y producida por David Lynch & Mark Frost, un cineasta de culto y un talentoso guionista de la industria darían la tonalidad principal de las series del nuevo milenio. David Lynch todavía no era el gigante de las imágenes complejas, bellas, retorcidas y poéticas; aunque ya había dado su primera muestra con <i>Blue Velvet</i>, la más lineal y a la vez más escabrosa de sus películas. Ya su cine fascinaba e inquietaba, especialmente a sus pares, pero aún no encantaba al espectador.</div>
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Con <i>Twin Peaks</i> llegó el encanto. Y los paisajes y lugares desolados, repetitivos, de significación primaria, se volvieron accesibles al gran público. Las mujeres hermosas como nunca las había visto el cine -como las mujeres de Hitchcock o de Godard, también se puede hablar de las mujeres de Lynch como nuevas, indescifrables- con una cotidianeidad extraña, donde las emociones intentan un tono más alto del habitual, un brusco descenso o un comentario marginal, desapegado de la misma emoción, irónica y profundamente sensible. </div>
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El humor más raro que pueda imaginarse y esa suerte de teatro del absurdo en medio de atmósferas surrealistas, en un proceso de extrañamiento del espectador, serían giros de largo alcance en su obra, como también lo serían aquellos escenarios que inaugura <i>Twin Peaks</i> y que ya asomaban en <i>Blue Velvet</i>: risueñas cafeterías de ruta, antros de música hipnótica -la extraordinaria conjunción con las composiciones de Angelo Badalamenti- y siempre negocios turbios, la cara más perversa y oscura de Estados Unidos, la locura mezclada con la belleza y la sensualidad desgarrada, con una atmósfera retro de los años 50, representada por canciones alegres en medio de torturas crueles, y sin la más mínima provocación consciente, como si todo fuera natural y bello y extraño. </div>
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Todo eso inaugura la serie, tanto para su cine posterior como para el mundo de las series. Hoy es bastante fácil detectar su huella en producciones de todo el mundo. Y toda la carrera conocida de Lynch se construiría alrededor de unos ejes muy seguros: pequeños pueblos perdidos y solitarios y -adentrándose en una reflexión sobre la industria cinematográfica, de finales y estructuras muy abiertas- los delirantes suburbios de Los Angeles. </div>
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<br /></div>
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<a href="https://1.bp.blogspot.com/-Zfz7V2-MTJw/Xm344I4C7pI/AAAAAAABCJM/gxft7tNpPmQLSe1t7eMBR0WZIbnLEaeaACLcBGAsYHQ/s1600/03871264.jpeg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="630" data-original-width="1200" height="332" src="https://1.bp.blogspot.com/-Zfz7V2-MTJw/Xm344I4C7pI/AAAAAAABCJM/gxft7tNpPmQLSe1t7eMBR0WZIbnLEaeaACLcBGAsYHQ/s640/03871264.jpeg" width="640" /></a></div>
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<br /></div>
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Como señalaba el cartel en la ruta, los picos gemelos que volverían famosos a sus creadores pertenecían al paisaje de un pueblo de 51200 habitantes. Primero una temporada corta y libre de ocho episodios con un tema central, y luego una temporada larga y condicionada de 22 episodios con diversos temas, cambiarían el mundo de las ficciones seriadas para siempre, sin alejarse de ciertas convenciones, pero alterándolas profundamente. </div>
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Asustar, excitar, identificar, rechazar no era lo que pasaba con esta serie: fascinaba y encantaba. Trataba en cierta medida de perversiones y posesiones pero no asustaba ni inquietaba, simplemente atrapaba. Y había buenas personas pero no era necesario identificarse con ellas: generaban una profunda simpatía exenta de identificación, como una buena pintura. </div>
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Ningún personaje tenía la invulnerabilidad de los malos rechazados o la vulnerabilidad del alma buena. Chicas hermosas del <i>american dream</i> sin la simpatía proverbial de otras visiones, mantenían a distancia la idealización de la belleza. Todo era complejo y a la vez simple. Valientes y fuertes pero sencillos y oportunistas, los chicos del pueblo no sólo carecían de todo heroísmo, sino incluso de toda significativa ambición o afanes de libertad. Buscaban la realización del amor, del que la serie sólo develaría matices grises o más oscuros. </div>
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Así muchas de las figuras jóvenes que construyó Hollywood a lo largo de casi un siglo serían revisadas: la heredera caprichosa, el chico rebelde, la empleada romántica, redimensionadas. Y a todas las figuras adultas se les añadiría alguna inofensiva obsesión personal, un detalle singularísimo, una relación especial con alguien o algo. En <i>Twin Peaks</i> no había nada que estuviera exento de algún misterio menor o mayor. Y en muchos casos un misterio cálido, casi sin suspenso, como un detalle decorativo inusual que escondiera profundidades insospechadas. </div>
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Y tomaría cuerpo la naturaleza, el inquietante bosque en medio del mundo de los negocios, los miedos ancestrales, la sucia realidad de las fortunas, y una pereza extraña en los ideales sentimentales, tan relativos como el miedo. </div>
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También sufrimientos poco televisivos, de película de Bergman o de película de horror. Y un detective singular, porque la serie tendría uno de los más originales detectives de la historia, un apuesto detective americano con mesura oriental y cierto ascetismo artificial escondiendo culpa y resignación, atento a la calidad de muchas cosas simples. Y todos detrás de una pregunta: ¿Quién mató a Laura Palmer? </div>
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-St7N29bTDnQ/Xm35oHAhJKI/AAAAAAABCJc/k5_1BBAxqxMPKk81fZgAkJIqagYgCTk5wCLcBGAsYHQ/s1600/1495303121_785651_1495325006_sumario_normal.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="354" data-original-width="630" height="354" src="https://1.bp.blogspot.com/-St7N29bTDnQ/Xm35oHAhJKI/AAAAAAABCJc/k5_1BBAxqxMPKk81fZgAkJIqagYgCTk5wCLcBGAsYHQ/s640/1495303121_785651_1495325006_sumario_normal.jpg" width="640" /></a></div>
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<div style="text-align: justify;">
Laura Palmer, el cadáver de los labios azules, la reina estudiantil cuya pérdida emociona a todo el pueblo. Con una mirada retrospectiva sobre sus relaciones que recuerda la estructura de <i>Citizen Kane</i> -¿qué se puede saber sobre un hombre o una mujer?- la serie aporta ese nombre como incógnita para significar la conjunción de ideales y traumas de la sociedad americana. ¿Chica popular, hermosa, solidaria, responsable, amistosa, cálida, sexy, alcohólica, adicta, ninfómana, oscura, masoquista, fría, tenebrosa o traumada?</div>
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<br /></div>
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Todas las significaciones positivas y negativas de la sociedad se esconden detrás de la inquietud por su misterioso asesinato. Por eso haría llorar al director del colegio y entristecería a mucha gente, en tanto que su lado oscuro sería casi desconocido e invulnerable, respetado silenciosamente por todo el pueblo. En esto la serie es tajante: el respeto por su memoria tiene algo de reverencial, de sagrado, como si hubiera muerto un ídolo. La chica ideal no tiene más que 17 años y oscuros secretos.<br />
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Y un pueblo de personajes entrañables, tiernos, misteriosos sin suspenso, humorísticos como de cómic, rebuscados e inverosímiles como de cine B. Lo feo y lo hermoso, lo grotesco y lo sublime, lo cálido y lo frío, lo tierno y lo duro, lo triste y lo alegre, lo horroroso y lo gracioso. Pocas series se pueden jactar de reunir esos elementos en una forma tan proporcionada como <i>Twin Peaks</i>. </div>
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Su gravedad psicológica excede por completo el lenguaje televisivo. Se podría decir que después de la dupla creativa Lynch-Frost sobre esta tierra, las series no poseen la misma gravitación. Son densas y oscuras, de personajes complejos, de historias misteriosas, de significados múltiples e inconclusos. Pero en <i>Twin Peaks </i>un extraño sentido del humor y una voluntad de comprensión omnisciente domina lo que en sus epígonos se transformó en mera obsesión por el misterio, lo dramático y lo terrible, el choque frontal. </div>
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<a href="https://1.bp.blogspot.com/-eYlDH3U5GQY/Xm36Br7WhmI/AAAAAAABCJk/c7VMfsblFu8ND0dEjonNSEbwl0SYzDzYwCLcBGAsYHQ/s1600/-1491598343.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="439" data-original-width="780" height="354" src="https://1.bp.blogspot.com/-eYlDH3U5GQY/Xm36Br7WhmI/AAAAAAABCJk/c7VMfsblFu8ND0dEjonNSEbwl0SYzDzYwCLcBGAsYHQ/s640/-1491598343.jpg" width="640" /></a></div>
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Digamos que la riqueza de la serie trasciende todos los géneros para volverse un comentario sobre la mayor parte de los géneros. Y en eso ninguna otra serie la ha podido seguir. No es una serie de terror, no es un thriller, no es un policial, no es una comedia ni un drama ni pretende chocar. Reúne todos esos elementos en una obra original. </div>
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Asesinatos misteriosos, bosques misteriosos, fortunas misteriosas y sueños misteriosos, hoy ya son parte de la industria cultural; pero en algún momento fueron creación original y estuvieron equilibrados con pasos de comedia y nostalgias.</div>
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Todavía es difícil encontrar algo parecido a la calidad sonora de la serie. O a esa auténtica diversidad de personajes sin estereotipos que parece abarcar toda la humanidad. Tiene algo de los cuadros de Brueghel, de esos viejos maestros que nunca se equivocaron al pintar el dolor por medio de severos contrastes.</div>
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<span style="color: blue; font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; font-size: large;">Twin Peaks 25 años después</span></div>
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<a href="https://1.bp.blogspot.com/-elX_ptu1hTo/Xm31bUODgsI/AAAAAAABCIY/uDjVnIEJUCwmdIuuxP0dHm9TV5-5FInsACLcBGAsYHQ/s1600/Season-3-Promotional-Photo-twin-peaks-40658732-1500-1000.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1000" data-original-width="1500" height="426" src="https://1.bp.blogspot.com/-elX_ptu1hTo/Xm31bUODgsI/AAAAAAABCIY/uDjVnIEJUCwmdIuuxP0dHm9TV5-5FInsACLcBGAsYHQ/s640/Season-3-Promotional-Photo-twin-peaks-40658732-1500-1000.jpg" width="640" /></a></div>
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Fue un fenómeno masivo, especialmente la primera temporada. Pero entre la ansiedad del público y las operaciones comerciales de las cadenas televisivas se armó un cortocircuito y la serie fue perdiendo adeptos en la segunda temporada y finalmente se canceló, con un final absolutamente inesperado. Los dos finales de las primeras temporadas fueron resistidos como finales. Cada vez que terminaba una temporada de <i>Twin Peaks</i>, las críticas hablaban de decepción de sus fans. </div>
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Ya no se podía hablar de la serie sin referirse al comportamiento de sus espectadores, el mito lo construían quienes se reunían a verla y a discutirla y apropiársela. Lo que hoy ocurre con <i>Game of Thrones</i> lo inauguró <i>Twin Peaks</i> a comienzos de los 90. Pero ¿a quién se le ocurre terminar una serie con millones de fanáticos de ese modo, como un episodio más, con un <i>cliffhanger</i>? Y colocar antes del final de la segunda temporada una misteriosa frase sobre 25 años, que en realidad fueron 26.</div>
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Esto ayuda a explicar cómo una serie desconocida para los nuevos públicos generó tanta expectativa hace dos años y nuevamente dividió aguas. Pero <i>Twin Peaks</i> se ubica en esta época, y con respecto a todas las convenciones actuales de las series, como absolutamente novedosa e inédita. El que ve la tercera temporada de <i>Twin Peaks</i> sin conocer las anteriores no entiende casi nada, disfruta de una experiencia estética que no puede comprender o tiene que rechazar por su carácter excesivo, por el paladar acostumbrado a dinámicas de acción y argumento alejadas de cualquier trance poético, filosófico o artístico. Dirigida por un Lynch maduro que parece haber renunciado a las historias cerradas para siempre, y que despega toda la potencialidad del inesperado final de la segunda temporada, en medio de un desdoblamiento continuo de seres, logias y energías; aquel lado que permanecía más oculto en la serie original se ha vuelto protagonista. </div>
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<a href="https://1.bp.blogspot.com/-THPxyEYkNNo/Xm36UocrxGI/AAAAAAABCJs/f_UceTxpTi4cnbHjmyAhc1pfYCocTJdIwCLcBGAsYHQ/s1600/1366_2000.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="800" data-original-width="1200" height="426" src="https://1.bp.blogspot.com/-THPxyEYkNNo/Xm36UocrxGI/AAAAAAABCJs/f_UceTxpTi4cnbHjmyAhc1pfYCocTJdIwCLcBGAsYHQ/s640/1366_2000.jpg" width="640" /></a></div>
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Y a esto habría que añadir que la serie protagonizada por jóvenes de los 90 sigue siendo protagonizada por esos mismos jóvenes adultos, 25 años después, por lo que la empatía con los personajes se dificulta para el que no conoce la serie original; ya que los jóvenes actuales de la serie no tienen el protagonismo ni el encanto ni el misterio de la original: no parecen profundas sus emociones y su comportamiento es superficial, alienado y brutal. El sentimiento se ha trasladado a los adultos y es más complejo, acotado, retorcido y nostálgico. </div>
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El mazo se cortó distinto y las cartas se dieron de vuelta.</div>
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<i>Twin Peaks </i>ya no se reduce a Twin Peaks, los personajes se mueven por todo el territorio norteamericano. Ya no es la serie que ocurre en un pequeño pueblo, sino una gigantesca construcción de espacios disímiles, personajes desdoblados, dimensiones paralelas, y obsesiones mucho más desarrolladas, llevadas al extremo. La comicidad y la extrañeza de Lynch dominan toda la serie. Ya no hay lugar para ninguna de las convenciones a las que nos habituamos. Las historias paralelas se multiplican geométricamente. </div>
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<a href="https://1.bp.blogspot.com/-XnpDzjSlOT8/Xm32eK0OZnI/AAAAAAABCIk/DZQd-8aLX2k_2m4lh4dP8HDBp4L8N4VwACLcBGAsYHQ/s1600/twinpeaksdalehead.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="407" data-original-width="750" height="346" src="https://1.bp.blogspot.com/-XnpDzjSlOT8/Xm32eK0OZnI/AAAAAAABCIk/DZQd-8aLX2k_2m4lh4dP8HDBp4L8N4VwACLcBGAsYHQ/s640/twinpeaksdalehead.png" width="640" /></a></div>
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¿De qué trata la serie? Nadie podría afirmarlo con claridad. ¿Desdoblamiento de dimensiones o de personas? La mezcla de convenciones de las primeras temporadas dejan lugar a las nuevas experiencias visuales del cine de Lynch. La diferencia que existía entre <i>Blue Velvet</i> y <i>Twin Peaks</i> es bastante más amplia que la diferencia entre el cine actual de Lynch y la serie. Si en las primeras temporadas el cineasta pulía su camino a los personajes complejos, humanizándolos por medio de un contacto irónico y distante con los géneros cinematográficos, en la tercera temporada los retuerce al extremo, los fragmenta, los condensa como imagen pura, mientras las dimensiones paralelas de la serie original ya se entrecruzan con la realidad. No son un misterio fuera de campo, sino actores de un cine de sensaciones e imágenes, donde los personajes pueden llegar a ser secundarios a espacios y situaciones creados por fuerzas desconocidas.</div>
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<a href="https://1.bp.blogspot.com/-mGxUUKPs3Ds/Xm322Be-SbI/AAAAAAABCIs/UT23r0xj-ZEqV9FFH93kUN8peu-L0710QCLcBGAsYHQ/s1600/Twin-Peaks-3x08.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="300" data-original-width="450" height="426" src="https://1.bp.blogspot.com/-mGxUUKPs3Ds/Xm322Be-SbI/AAAAAAABCIs/UT23r0xj-ZEqV9FFH93kUN8peu-L0710QCLcBGAsYHQ/s640/Twin-Peaks-3x08.jpg" width="640" /></a></div>
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La psicología se vuelve trazo y la historia personal detalle aislado, si todo personaje es una pelea consigo mismo. Los anhelos del amor perduran en secreto y se realizan parcialmente, pero la camarera siguió siendo camarera y formó una familia disfuncional, mientras su jefa apenas está comenzando a ampliar el negocio, sin querer bajar costos e inquieta por la baja calidad de sus franquicias. Los tiempos del dinero se parecen más a la vida real que a las ficciones de películas o series, donde la jefa en 25 años sería la dueña de una cadena nacional exitosa. </div>
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David Lynch nunca pierde la sensibilidad para la vida real, para las dificultades cotidianas y para las realidades económicas. Los lentos tiempos del dinero del trabajo no cualificado y la bruta aceleración que producen las deudas disfuncionales, se contrastan con el dinero fácil de la delincuencia, la trampa legal o la herencia, en casi todo lo que ha filmado.</div>
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<a href="https://1.bp.blogspot.com/-V2a5z3WwPWA/Xm37UqxRk3I/AAAAAAABCKI/peVZalru1esgvR6B9cYj-MrrndShSrclgCLcBGAsYHQ/s1600/twin%2Bpeaks%2B8%2B2.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="630" data-original-width="1200" height="332" src="https://1.bp.blogspot.com/-V2a5z3WwPWA/Xm37UqxRk3I/AAAAAAABCKI/peVZalru1esgvR6B9cYj-MrrndShSrclgCLcBGAsYHQ/s640/twin%2Bpeaks%2B8%2B2.jpg" width="640" /></a></div>
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Llama la atención que cuando se refieren a la actualidad de Lynch siempre se habla de experiencia visual, como si no hubiera experiencias visuales en las series o las películas habituales, como si ver lo que ya hemos visto muchas veces fuera no ver en el fondo nada: no tener experiencia visual. </div>
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Y es cierto, el cine de David Lynch y la tercera temporada de <i>Twin Peaks</i> son experiencias visuales y no se parecen a nada de lo que existe. A la luz del retorno de <i>Twin Peaks</i>, casi todas las series parecen adicciones a emociones conocidas y controladas. </div>
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Pero era difícil que esta serie se convirtiera nuevamente en un fenómeno popular. No son años donde se busquen experiencias visuales o conmociones estéticas. El público del siglo XXI está demasiado seguro de la calidad de lo que ve y de lo que piensa. </div>
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Por eso el capítulo 8 parece fuera de la sensibilidad actual. Y el acotado fanatismo por la serie se liga necesariamente a la sobreinterpretación. Todos quieren saber argumentalmente qué es lo que sucede. La primera reacción a <i>Twin Peaks</i> es traducirla a un mundo de personajes y situaciones bajo control. La sensibilidad actual se inquieta por los protagonistas y el control del argumento. No sólo necesita saber todo lo que sucede, sino que incluso busca identificarse con algún personaje. Se puede decir que en esta serie ambas cosas son difíciles. </div>
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Pero dijeron por ahí que el medio, aparte de ser el mensaje, también es el masaje. Y Lynch parece haberlo entendido en la forma más original.</div>
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<a href="https://1.bp.blogspot.com/-FUaW7KW4M7I/Xm36ip5wpjI/AAAAAAABCJw/Bqbn18WOA68urxA_bbx205HKR43i8dtNQCLcBGAsYHQ/s1600/head2.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="493" data-original-width="888" height="350" src="https://1.bp.blogspot.com/-FUaW7KW4M7I/Xm36ip5wpjI/AAAAAAABCJw/Bqbn18WOA68urxA_bbx205HKR43i8dtNQCLcBGAsYHQ/s640/head2.jpg" width="640" /></a></div>
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La tercera temporada de <i>Twin Peaks</i> no sólo rompe las estructuras narrativas, sino que tambien fisura el maniqueísmo contemporáneo, sin falsos pretextos. Para Lynch hablar del terror o del mal nunca consistió en asustar o moralizar, sino en explorar la relación de la cotidianeidad con la trascendencia del mal o el horror, como fatalidades existentes e incontrolables, con la misma consecuencia de una buena película de horror pero sin pretender asustar, como parte de la belleza -e incluso la comicidad grotesca- de nuestro mundo.</div>
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Colores y sonidos son un tema aparte. No hay paleta más amplia que la que puede verse en esta serie. Hay escenas que se incrustan en la memoria del espectador por la inquietante belleza que transmiten, aunque este no entienda lo que está pasando. Como si las emociones estuvieran sintonizadas con los colores todo el tiempo.</div>
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-HDb_lKuvdXo/Xm36to751zI/AAAAAAABCJ4/FhTTjpaCBcE3et0jfFalReiPMblxd-twACLcBGAsYHQ/s1600/tp%2Bs3%2Bevolucion%2Bdel%2Bbrazo2.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="768" data-original-width="1366" height="354" src="https://1.bp.blogspot.com/-HDb_lKuvdXo/Xm36to751zI/AAAAAAABCJ4/FhTTjpaCBcE3et0jfFalReiPMblxd-twACLcBGAsYHQ/s640/tp%2Bs3%2Bevolucion%2Bdel%2Bbrazo2.jpg" width="640" /></a></div>
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Dobles y dimensiones paralelas se acompañan de una dimensión sonora inigualable, tanto en lo no musical como en lo musical. </div>
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Y si la maldad y el cruce entre dimensiones se significa con un sonido de electricidad que denota alto voltaje; Lynch también nos recuerda -lejos de imaginarios <i>new age</i> sobre altas vibraciones- que ese alto voltaje se probó experimentalmente en esta tierra, desencadenando fuerzas oscuras en años concretos.</div>
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En cuanto a la música, la tercera temporada restringe la creación hipnótica de Badalamenti a su cortina, y la resignifica cambiada en la aparición de algunos personajes; pero parece darle mayor presencia a los cantos preferidos de Lynch, incluso a bandas de rock, musicalizando a veces transiciones de dimensiones. Aquel canto lánguido y sensual que proviene de <i>Blue Velvet</i>, de mujeres de escenario y misteriosa frialdad, complementa toda la electricidad.</div>
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-4d3tXO_drB0/Xm33_pH-0QI/AAAAAAABCJA/nA87DFdmcgQouV1d48y94n-TA4CR53wGACLcBGAsYHQ/s1600/60acfe9b17ced74323e87b00a35405bf.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="412" data-original-width="640" height="410" src="https://1.bp.blogspot.com/-4d3tXO_drB0/Xm33_pH-0QI/AAAAAAABCJA/nA87DFdmcgQouV1d48y94n-TA4CR53wGACLcBGAsYHQ/s640/60acfe9b17ced74323e87b00a35405bf.jpg" width="640" /></a></div>
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<br /></div>
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Kyle McLachlan y Naomi Watts caracterizan en forma extraordinaria una relación arquetípicamente disfuncional, tanto por su rareza como por su universalidad, ya que no sólo lo que los diferencia, sino incluso lo que comparten con todas las parejas, es significativo. Por la particularidad extrema en que la serie nos muestra su relación, tanto el romance como la familia como la historia quedan fuera de campo, al tiempo que se transmiten emociones que no se pueden entender pero se hacen sentir. </div>
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<br /></div>
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Algo similar ocurre con el personaje protagonizado por Laura Dern -la chica que sale de las sombras en <i>Blue Velvet</i>- pues toda su emocionalidad y dureza concentradas transmiten una realidad inaccesible al espectador, dejando constancia de que algo fuera de campo está sucediendo. Que los afectos son difíciles y reales. Que la chica detrás de las cintas del viejo <i>Twin Peaks</i> tenía un cuerpo y una historia. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
* Texto publicado originalmente en el número 2 de revista <i>Autodidactas - Mover con cuidado</i>, Junio 2019, Merlo, San Luis</div>
</div>
Oscar Cuervohttp://www.blogger.com/profile/15744374287487312025noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3702496019912113605.post-50082072247356573692019-11-23T07:43:00.000-03:002019-11-23T07:43:44.757-03:00La demanda en adicciones, entre la criminalización y la expulsión<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: blue; font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">Consumo problemático y los dispositivos de salud mental. </span><span style="color: blue; font-family: "Trebuchet MS", sans-serif;">Este domingo a las 12 de la noche los autores desarrollan estas ideas en <i>La otra.-radio</i>, FM 89,3</span></div>
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<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-UknrAWvq7tk/XdkNILzb_PI/AAAAAAABBVg/4_1dk7LeVPIR8aXlOWkxroF2ykFZoBAbwCLcBGAsYHQ/s1600/The-Cabinet-of-Dr.-Caligari.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="900" data-original-width="1600" height="360" src="https://1.bp.blogspot.com/-UknrAWvq7tk/XdkNILzb_PI/AAAAAAABBVg/4_1dk7LeVPIR8aXlOWkxroF2ykFZoBAbwCLcBGAsYHQ/s640/The-Cabinet-of-Dr.-Caligari.png" width="640" /></a></div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
por Alejandro Brain, Luciano Rosé, Rodrigo Videtta y Hernán Arra *</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;"><b>El verdadero objetivo de los tratamientos, plantean los autores, no es que la persona deje de consumir, aunque en muchas ocasiones sería lo más aconsejable, sino alojarla y favorecer las nuevas condiciones de producción de subjetividad.</b></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El campo de la salud mental presenta una curiosa relación con el mundo de las sustancias psicoactivas. Los y las psiquiatras, al igual que los equipos de salud, disponemos de ellas como herramienta terapéutica, en muchos casos fundamental, a la vez que rechazamos sin mayores cuestionamientos tratar a aquellas personas que desarrollan trastornos derivados de su uso.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La ilegalidad de muchas de estas drogas no es una cuestión menor, en tanto quienes consultan por problemas derivados de su consumo son técnicamente delincuentes por el simple hecho de tenerlas consigo. Este rechazo a atender la demanda por consumo problemático de drogas no se limita a aquellas sustancias ilegales, también se extiende a sustancias como el alcohol o las benzodiacepinas.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La situación actual, reflejada por los últimos datos del Observatorio Argentino de Drogas, es que los consultorios externos y los hospitales son el cuarto y quinto efector en importancia en recibir la demanda de tratamiento por adicciones. Por encima de ellos se encuentran las iglesias y grupos religiosos, las reuniones de Alcohólicos Anónimos y las comunidades terapéuticas. Esto pone de manifiesto el incumplimiento generalizado de la Ley Nacional de Salud Mental y Adicciones, que en su artículo 4° remarca la obligatoriedad de brindar atención a las personas que usan drogas en todos los hospitales públicos y las lleva a buscar respuestas en otros agentes o a que nunca lleguen al sistema sanitario.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
No se necesitan centros especializados en adicciones para recibirlas, lo que se necesita es un compromiso ético para trabajar con las presentaciones clínicas de la época. Debemos darle a la salud pública el rol protagónico que le corresponde ocupar en cualquier proceso de transformación social y cultural.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El sistema de salud público y estatal, con sus dimensiones de gestión y de atención en los diferentes niveles de complejidad, debería ser el actor protagónico en el proceso de cambio del paradigma en el abordaje de los consumos problemáticos de sustancias. Para alcanzar este objetivo es necesario implementar un modelo de atención complejo, científico, interdisciplinario, intersectorial, conforme a una perspectiva de derechos y accesible.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La única manera de atender la demanda por consumo problemático de sustancias es, valga la obviedad, aceptando que se utilizan estas sustancias. No podemos asistir a esta población si pretendemos que llegue siempre a la consulta sobria, pulcra y a horario. Proponer estas condiciones como parte inflexible del encuadre terapéutico e institucional implica negar la clínica de los consumos y perpetuar el circuito de exclusión que estos sujetos arrastran desde el inicio de su padecimiento.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Entonces, para que la atención de estas personas pueda instituirse bajo las condiciones arriba propuestas, es necesario que su problema de salud sea descriminalizado. Los trastornos derivados del consumo de sustancias son un problema de salud en la misma medida en que lo son un infarto de miocardio, una fractura de tibia o un aborto. En tanto la tenencia de drogas continúe siendo un delito penal, la figura del “adicto” o la “adicta” va a seguir siendo homologada a la del “delincuente”, lo que provoca la exclusión de potenciales usuarios o usuarias del sistema de salud de sus diferentes efectores (consultorios, hospitales, centros de salud, guardias).</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Alojar, ser hospitalario y sostener vínculos intersubjetivos complejos son partes ineludibles de nuestra tarea. En tanto los consumos problemáticos no se constituyan y acepten como un problema de salud, quienes trabajan en el sistema sanitario difícilmente puedan realizar este tipo de abordajes. Para poder hacerlo, es necesario también partir de la idea de que las personas que consumen drogas cuentan con un saber que los profesionales y las profesionales de campo de la salud no tenemos. Este saber --que no es teórico sino biográfico, subjetivo, social y cultural-- debe ser puesto a dialogar con los saberes profesionales y académicos.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
En <i>Tesis sobre el concepto de historia</i>, Walter Benjamin señala que la historia se escribe desde el punto de vista de los vencedores. Lo que el autor nos propone es escribirla desde el punto de vista de quienes fueron vencidos. Para tratar a las personas con un consumo problemático de sustancias hay que darles la palabra, sobre todo a quienes “no están recuperadas”, en tanto su palabra está devaluada. Solo a través de esta operación de reescritura invertida es posible interrumpir el circuito de la opresión.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Por otra parte, la representación social del estereotipo del “adicto” o la “adicta” alcanza tanto al personal del campo de la salud como a las propias personas que consumen sustancias. No es infrecuente que de ambos lados del mostrador, el equipo de salud y quienes los consultan, coincidan en que el problema es “la droga”.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Es nuestra tarea otorgarle al abordaje clínico de los consumos problemáticos el espesor subjetivo que le corresponde, haciéndolos objeto de una atención sanitaria de igual calidad y compromiso ético que los que se les procuran a los demás padecimientos mentales.</div>
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Para esto, el dispositivo de atención debe ser descentrado, con un foco que no recaiga únicamente en el o la paciente sino también en su entorno y en el equipo tratante que lo recibe. Todas las personas participantes de este dispositivo son el centro en algún momento. La flexibilidad del sistema, que no significa blandura ni acefalía, es la única forma de alojar sin expulsar. Es por eso que entendemos que el verdadero objetivo de los tratamientos no es que la persona deje de consumir (aunque en no pocas ocasiones esto sería lo más aconsejable) sino alojarla y favorecer las nuevas condiciones de producción de subjetividad que implican que haya una red que escucha.</div>
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<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif; font-size: x-small;">* Los autores son miembros de la Asociación Argentina de Salud Mental (AASM). Publicado originalmente <a href="https://www.pagina12.com.ar/230852-la-demanda-en-adicciones-entre-la-criminalizacion-y-la-expul">en la sección Psicología de Página 12</a></span></div>
Oscar Cuervohttp://www.blogger.com/profile/15744374287487312025noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3702496019912113605.post-73778274944746787412019-11-13T20:55:00.000-03:002020-03-15T10:40:48.312-03:00Para pensar la ciencia y la técnica<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-mqJbkOIfYXA/XcyXiMbnvWI/AAAAAAABBOA/LkHPtyeSh2UgowwrNrMLC2uRTb6F-9tUgCLcBGAsYHQ/s1600/para-pensar-la-ciencia-y-la-tecnica-edicion-ampliada-fed-D_NQ_NP_984144-MLA28060012047_082018-F.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="960" data-original-width="640" src="https://1.bp.blogspot.com/-mqJbkOIfYXA/XcyXiMbnvWI/AAAAAAABBOA/LkHPtyeSh2UgowwrNrMLC2uRTb6F-9tUgCLcBGAsYHQ/s1600/para-pensar-la-ciencia-y-la-tecnica-edicion-ampliada-fed-D_NQ_NP_984144-MLA28060012047_082018-F.jpg" /></a></div>
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Cristina Campagna , Mónica Giardina, Oscar Cuervo, Eduardo Laso, <i>Para pensar la ciencia y la técnica. Una introducción a la </i><i>tecnociencia</i>, Buenos Aires, Editorial FEDUN, 2017<br />
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por Cecilia Pourrieux *</div>
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En los libros dedicados a temas de Epistemología y Metodología, sobre todo los que están dedicados a cursos de iniciación en estas disciplinas, es común advertir que hay varias deficiencias cuando se presentan temas de Metodología sin sustento epistemológico o se presentan los autores emblemáticos de la Epistemología sin tratar las derivaciones de sus ideas en el campo de la Ética o la Política. Algunas propuestas son logicistas y aparecen como sucedáneas del clásico manual de Irving Copi, de <i>Introducción a la lógica</i>, o son decididamente una secuela del manual de <i>Introducción a la filosofía </i>de Adolfo Carpio. En los inicios del Ciclo Básico Común de la Universidad de Buenos Aires, en marzo de 1985, la materia Introducción al Pensamiento Científico, una de las dos obligatorias junto a Introducción al conocimiento de la Sociedad y el Estado, requirió la formación de una gran masa de docentes. Las distintas cátedras orientaron sus programas, sobre la base de unos contenidos mínimos, pero entre sí mostraban una gran dispersión de intereses. En esos manuales era frecuente encontrar la Historia de la ciencia contada como el logro de algunas mentes más brillantes que otras mientras que los temas canónicos de la Filosofía de la ciencia aparecían desgajados de las contextualizaciones históricas. Ante tal estado de cosas aparece como necesario recordar la conocida sentencia de Lakatos que remeda la de Kant:</div>
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<span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"><span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;">La filosofía de la ciencia sin historia de la ciencia es vacía, la historia de la ciencia sin filosofía de la ciencia es ciega</span><span style="font-family: "times" , "times new roman" , serif;"> (Lakatos, 1987) LAKATOS I: La historia de la ciencia y sus reconstrucciones racionales. Madrid, Tecnos, 1987 p.11.</span></span></div>
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El libro del que nos ocupamos en esta reseña evade estas limitaciones ya que se presenta como una propuesta de epistemología crítica pero sienta las bases filosóficas para mostrar en los orígenes de la filosofía griega esta actitud de la que espera ser consecuente en su propuesta. El ordenamiento de los artículos evidencia esta postura rupturista respecto a la posición canónica acerca de la neutralidad y la objetividad científica. Los autores, expertos profesores en el dictado de la materia Introducción al pensamiento científico del Ciclo Básico Común de la UBA, ordenan en esta secuencia de artículos una propuesta completa y exhaustiva de presentación crítica de los supuestos epistemológicos del positivismo y del neopositivismo, a la vez que desarrollan los principales argumentos de pensadores de rara aparición en este tipo de manuales como, Friedrich Nietzsche, Karl Marx, Martin Heidegger, Gastón Bachelard, Alexandre Koyré, Louis Althusser, Michel Foucault, Illya Prigogine, Enrique Mari y Oscar Varsavsky.</div>
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La secuencia de artículos evidencia la propuesta didáctica ya que podemos ver la especial preocupación por fundamentar el concepto de “tecnociencia”, de fuerte carga crítica respecto a la imagen positivista de la ciencia como un saber autonomizado del resto de las actividades sociales en vista a los requerimientos de objetividad y neutralidad. En "El saber y la filosofía" de Oscar Cuervo, se pregunta ¿qué es saber? Cuestiona la distinción entre saber teórico y práctico sin decirlo en términos técnicos y con ello abre la puerta a una toma de distancia con el cientificismo. La fusión entre la actitud filosófica y actitud política tiene como ejemplo el de Sócrates aludiendo a la presentación de Platón en Apología de Sócrates. Con la presentación de Descartes abre la puerta a la filosofía de la subjetividad moderna antes de exponer en el artículo siguiente las principales notas del Positivismo. En "Ciencia y epistemología" Oscar Cuervo se pregunta ¿qué son las ciencias? Ahora revisa el criterio de demarcación entre ciencia y no ciencia mostrando los argumentos de rechazo a la actitud monista para presentar los caracteres de la actitud cientificista. Realiza una presentación del positivismo a través de los tres estadíos enunciados por Augusto Comte. Presenta una crítica al cientificismo como actitud hegemónica que ha logrado asentar la distinción entre ciencia pura, ciencia aplicada y tecnología. Para contrarrestar la inercia de esta posición tradicional propone recuperar el plural para hablar de Ciencias como paso necesario de una epistemología crítica, una epistemología ampliada a la consideración de las condiciones socio históricas en las que se producen las ciencias y a los particulares marcos metodológicos en cada una de ellas. Luego de este posicionamiento epistemológico encontramos dos artículos dedicados a la revisión histórica de las matemáticas en un artículo de Cristina Campagna "El saber matemático: un recorrido histórico" donde se presenta el período pregriego, pre euclideo y Euclides, las geometrías neoeuclideanas y una conclusión sobre el estado actual. Luego otro artículo de vertiente histórica sobre "La revolución copernicana: un nuevo modelo de saber" de Oscar Cuervo quien profundiza en la necesidad de contextualizar los logros de la modernidad en el campo de las ciencias. En este artículo se revisa la Historia de la física a partir de la presentación del llamado “giro copernicano”. El autor presenta el giro copernicano como innovación y luego como Revolución científica en términos de Kuhn a partir de “El caso Galileo”, ejemplo paradigmático ya tomado por Thomas Kuhn como caso de interés epistemológico para mostrar las complejidades del cambio de paradigma. El artículo de Mónica Giardina "Del “mundo del aproximadamente” hacia el “universo de la precisión”". La impronta matemática en la física de Galileo profundiza la presentación de los artículos anteriores de Cuervo y Campagna. Giardina presenta el caso del principio de inercia como un intento de modelización matemática. El experimento de la torre de Pisa sirve como ejemplo, en favor de la posición de Thomas Kuhn, para mostrar que viendo lo mismo los aristotélicos y los galileanos interpretaron cosas distintas. La idea que se presenta, en contra de la noción tradicional de objetividad, es que los hechos toman sentido a la luz de un marco teórico en relación con otros hechos. Aquí se expresa el ideal de reducir los fenómenos a esquemas matemáticos, ideal que marca las posiciones de Descartes, Galileo y Bacon.</div>
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Luego de este bloque de artículos de posicionamiento histórico y epistemológico se presentan los siguientes artículos escritos por Eduardo Laso dedicados a temas de Metodología y Lógica. El titulado "Lógicas formales de la investigación científica: los métodos" resulta central para un curso de Introducción al pensamiento científico ya que avanza en el terreno del pensamiento formal sobre la base de la presentación anterior de la historia de la filosofía, de la matemática y de la física. Se exponen los distintos métodos, en primer lugar el método inductivo y las críticas de Hume. La presentación del método deductivo alude especialmente a la formulación del Método Hipotético Deductivo tal como lo presenta Carl Hempel. A partir de esta exposición se refiere el autor a los criterios de demarcación verificacionista y falsacionista. Cierra el artículo con las críticas al falsacionismo. El siguiente artículo "Paradigmas y revoluciones científicas" del mismo autor presenta el debate formalismo vs historicismo. Presenta las características de la llamada “Concepción Heredada” y sus autores emblemáticos como representantes del formalismo. Para la presentación del historicismo señala la importancia de la aparición en 1962 del libro <i>La estructura de las revoluciones científicas</i> de Kuhn. Aquí se presentan los conceptos emblemáticos de este autor como los de “comunidad científica”, “ciencia normal”, “revolución científica”, “progreso científico”, “inconmensurabilidad”. Como un aporte importante en estos temas se señala también la crítica de Enrique Marí quien destaca que Kuhn mira solamente la historia interna de la ciencia, las comunidades científicas y deja afuera los factores económicos y políticos. El último artículo de Laso, <i>Una introducción a la epistemología de las ciencias sociales</i> presenta la figura emblemática del positivismo, Augusto Comte, como un pensador preocupado en la necesidad de ordenar y hacer gobernable el cuerpo social, necesidad del desarrollo capitalista a finales del S XVIII y principios del XX. Aquí se evidencia el aporte de la filosofía de Michel Foucault en sus análisis de la llamada “sociedad disciplinaria”. Laso revisa los tres paradigmas en ciencias sociales: el Positivismo, la Hermenéutica y la Ciencia social crítica: el materialismo histórico. Para caracterizar a este paradigma de alto impacto en el pensamiento contemporáneo revisa los conceptos presentes en la obra de Karl Marx de praxis, estructura y superestructura, conflicto social y lucha de clases, ideología, método dialéctico.</div>
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Finalmente, un último bloque de artículos está dedicado a presentar el problema de la técnica y a fundamentar el uso del término “tecnociencia”. En "La cuestión de la técnica" Mónica Giardina alude a la imagen del fuego y la técnica: Prometeo y Hefesto. Presenta la autora las diferencias conceptuales entre técnica, tecnología, tecnocracia, tecnociencia. Luego señala el vínculo entre tecnología y economía. Expone las posiciones de José Ortega y Gasset y de Martin Heidegger para cuestionar el problema de la neutralidad tecnocientífica. En el artículo siguiente "Casos para pensar los contenidos previos" Mónica Giardina revela una perspectiva heideggeriana, en la aplicación de las ideas del artículo anterior a situaciones que muestran la intervención de la tecnociencia en la sociedad. En “La pelota maldita” alude a la intervención de la ciencia en el diseño de la pelota del Mundial. En “La rosa azul” señala la intervención de la ingeniería genética cuando produce formas inéditas en la naturaleza. "Fukushima", "El embotellamiento chino" y "La selfie es un camino de ida" son apartados de este capítulo que suponemos serán de gran fertilidad para mostrar la presencia de la tecnociencia en nuestra sociedad. El artículo de la misma autora, La ecología en el horizonte contemporáneo recupera el origen del término “ecología” en Ernst Haeckel. Giardina alude a este marco teórico como un nuevo paradigma para pensar la vida. Los últimos tres artículos definen la posición de inicio: necesidad de repensar el lugar de la producción científica en la sociedad, crítica a la neutralidad de la ciencia, crítica al pensamiento hegemónico, crítica a las dicotomías entre razón teórica y práctica, actitud cientificista. "La ética y la responsabilidad social en la investigación" de Cristina Campagna expone una crítica al positivismo en los supuestos de objetividad y neutralidad. La autora señala un punto de quiebre en las imágenes optimistas de la ciencia luego de las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial, en el juicio de Nuremberg y en la sanción del Código por parte de Las Naciones Unidas. Así se señala la necesidad de formación ética en los profesionales que no se restringa al conocimiento de las normas. En "Ciencia, política y economía" Campagna alude a las posiciones de Amartya Sen, Oscar Varsavsky, Enrique Dussel antes de la presentación de organismos regionales de biotecnología que atienden a los aspectos bioéticos de la producción científica. Cierra este libro el artículo La Universidad como escuela de ciudadanía donde Campagna presenta las limitaciones actuales de las Universidades Nacionales frente a los nuevos desafíos y plantea un ideal hacia el que orientar las acciones “debe ser elástica, permeable, ética, intercultural. Acompañará los cambios sociales o quedará fuera de la contienda que los pueblos están protagonizando”.</div>
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Para concluir esta presentación destacamos los méritos de esta presentación de temas: resisten la tentación de la cita bibliográfica lo que es muy difícil para quienes nos formamos en la escritura académica. Este estilo evidencia seguridad y manejo en profundidad del tratamiento de los autores involucrados. El estilo de escritura también evidencia capacidad de síntesis y de allanamiento del tecnicismo filosófico. Un libro introductorio es el primero que se lee y el último que se escribe. Este libro es un concentrado de ideas, expuestas con criterio didáctico y evidencia la experiencia tomada en las aulas junto al conocimiento en profundidad producto de la producción de escritos académicos acreditados en publicaciones anteriores. En definitiva este libro evade las limitaciones ya mencionadas y muestra una propuesta sólida y completa para iniciar la vida universitaria en esta sociedad tecnocientífica que transitamos y en vista a cumplirse los 100 años de la Reforma universitaria de 1918.<br />
<br />
* Este texto fue publicado por la r<span style="text-align: left;">evista <i>Perspectivas Metodológicas, editada por la Universidad Nacional de Lanús, </i>Volumen 17, n° 20.</span></div>
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Oscar Cuervohttp://www.blogger.com/profile/15744374287487312025noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3702496019912113605.post-44240882840237516612019-10-04T07:52:00.000-03:002019-10-04T08:00:50.602-03:00Visión sobre Perú<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
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<a href="https://1.bp.blogspot.com/-zmSyfNBAX8Y/XZckIRLE--I/AAAAAAABA2g/PdWCqiB46pUbwhdYC4V4i3FpMd2iXqo3QCLcBGAsYHQ/s1600/peru.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="580" data-original-width="970" height="382" src="https://1.bp.blogspot.com/-zmSyfNBAX8Y/XZckIRLE--I/AAAAAAABA2g/PdWCqiB46pUbwhdYC4V4i3FpMd2iXqo3QCLcBGAsYHQ/s640/peru.jpg" width="640" /></a></div>
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<span lang="PT-BR">por Henrique Júdice Magalhães<i><o:p></o:p></i></span></div>
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<span lang="PT-BR">La literatura peruana no tiene muchas equivalentes en el mundo en calidad y volúmen. A los clásicos José María Arguedas, César Vallejo, Mario Vargas Llosa, Ricardo Palma y Ciro Alegría y a los también consagrados Julio Ramón Ribeyro, Manuel Scorza, Clorinda Mato de Turner, Abraham Valdelomar y Alfredo Bryce hay que añadir decenas de escritores, jóvenes o no tanto, de muchísimo talento y sensibilidad para hurgar en los vericuetos de la sociedad peruana. De allí sacan la materia prima de novelas y cuentos que resultan tanto o más importantes para comprender al país que su respetable tradición historiográfica y ensayística, en la que se destacan Jorge Basadre y Pablo Macera. Pero cuidado: quien mejor logró tal entendimiento (Arguedas) también por ello terminó por suicidarse, y su viuda se fuE después a Sendero Luminoso y estuvo 14 años presa.<o:p></o:p></span><br />
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<span lang="PT-BR">Parecería que al tener tantos buenos escritores, Perú se permite el lujo de eliminar algunos, en general a temprana edad como en los antiguos sacrifícios incas y preincas: Javier Héraud (21 años) <a href="file:///C:/Users/SGB/Downloads/Peru.docx#_ftn1" name="_ftnref1" style="mso-footnote-id: ftn1;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="PT-BR" style="font-family: "liberation serif" , "serif"; font-size: 12.0pt;">[1]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>; Edith Lagos (19); José Valdivia Domínguez (35); Hildebrando Pérez Huarancca, en la casa de los 30 <a href="file:///C:/Users/SGB/Downloads/Peru.docx#_ftn2" name="_ftnref2" style="mso-footnote-id: ftn2;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="PT-BR" style="font-family: "liberation serif" , "serif"; font-size: 12.0pt;">[2]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>. Los tres primeros comprobadamente muertos, el último desaparecido, todos a raíz de actividades políticas armadas que, en un país muy injusto, consideraron necesario emprender. Los tres últimos, de extraviada manera, pero eso no importa ante los crímenes de Estado que segaron sus vidas.<o:p></o:p></span><br />
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<span lang="PT-BR">La calidad y diversidad musical es igualmente impresionante y en eso merece especial reconocimiento la contribución negra, representada, por ejemplo, por la voz y el repertorio de la espléndida Susana Baca. La más grande cantantautora peruana, Chabuca Granda, lo es no solo por su talento, sino también porque, al sumar a sus valses criollos un encomiable trabajo de valorización de esas expresiones de origen africano, se volvió una artista-síntesis de la diversidad musical de Perú. Y es justo agregar una mención a lo que produce la incorporación de influencias del jazz, el blues y la bossa nova a la música del país. En ese rubro se ubica la voz más bella y expresiva que he tenido el privilégio de oír: la de Ingrid Merath (aunque canta también boleros). A la falta de una grabación suya, la interpretación que hace Pilar de la Hoz de un clásico vals con exquisitos arreglos jazzísticos es una buena muestra de esa interesante aleación.<o:p></o:p></span><br />
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<span lang="PT-BR">Los versos de Javier Lazo en “<i>De los amores"</i>, que canta Baca; los de Chabuca en “<i>Cardo o ceniza”</i>; y los de Juan Mosto Domecq en “<i>Quiero que estés conmigo”</i> hablan de los intensos, desatados amores que saben vivir e inspirar ciertas damas que hay en Lima.<o:p></o:p></span><br />
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<iframe allow="accelerometer; autoplay; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture" allowfullscreen="" frameborder="0" height="355" src="https://www.youtube.com/embed/4ibW2kIHd-4" width="640"></iframe>
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<iframe allow="accelerometer; autoplay; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture" allowfullscreen="" frameborder="0" height="355" src="https://www.youtube.com/embed/WOKjc-jrR1c" width="640"></iframe>
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<span lang="PT-BR">Tal música y la rara clase de mujer que la inspira, más algunas ricas comidas (frutas, jugos, chocolates, helados) y dos o tres periodistas y abogados que valen la pena (bonus de haber vivido recientemente bajo el autoritarismo, que pone dichas profesiones a prueba), son, quizás, lo único bueno de una ciudad que vive de espaldas al país, es intransitable, tiene demasiado ruido de bocinas, muy precario suministro de agua (un daño más que causaron los españoles, ya que antes el servicio andaba bien <a href="file:///C:/Users/SGB/Downloads/Peru.docx#_ftn3" name="_ftnref3" style="mso-footnote-id: ftn3;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="PT-BR" style="font-family: "liberation serif" , "serif"; font-size: 12.0pt;">[3]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>) y una oferta cultural sorprendentemente acotada ante su misma producción. No fue en el més que pasé allá, sino a pocos días de regresar a Buenos Aires, que he podido ver (en Sala Lugones) cinco buenísimas películas de Francisco Lombardi pertenecientes a la filmoteca de la Pontifícia Universidad Católica del Perú.<o:p></o:p></span><br />
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<span lang="PT-BR">Ni el arte milenario que dejaron los ancestros de la mayoría de los peruanos está disponible para sus descendientes. En Argentina –país de escasa herencia precolombina– los hacendados ricos del siglo XIX y comienzos del XX, en pos de ilustrar al país, traían de Europa obras de arte clásico para exponerlas en museos del Estado donde todavía hoy cualquiera puede verlas graátis o pagando muy poco. La colección entera del Museo Nacional de Bellas Artes no vale, por supuesto, la vida de un único indio asesinado en la campaña del desierto. Pero en Perú, donde no hubo menos muertes, las reliquias literalmente brotan del suelo y no haría falta importar nada, manda una sarta de <i>huaqueros </i><a href="file:///C:/Users/SGB/Downloads/Peru.docx#_ftn4" name="_ftnref4" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="PT-BR" style="font-family: "liberation serif" , serif; font-size: 12pt;">[4]</span></span><!--[endif]--></span></a> que las saquea para traficarlas, tenerlas en casa o en museos privados donde cobran entradas caras no solo de turistas sino de sus conciudadanos. En espacios que pertenecen al Estado, como la Huaca Pucclana, en Lima, o el Qoriqancha, en Cusco, tampoco entran gratis los peruanos.<o:p></o:p></span><br />
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<span lang="PT-BR">País rico en recursos naturales, Perú fue también una colonia rica, lo que conllevaba la existencia de condados y marquesados. El primer congreso independiente los anuló, pero, casi 200 años después, los herederos de aquella gente, o quienes dicen serlo, siguen pidiendo la rehabilitación de sus títulos. No al Estado peruano, sino al español, que les hace caso <a href="file:///C:/Users/SGB/Downloads/Peru.docx#_ftn5" name="_ftnref5" style="mso-footnote-id: ftn5;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="PT-BR" style="font-family: "liberation serif" , "serif"; font-size: 12.0pt;">[5]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>. A aquella conocida pregunta sobre cuándo se jodió Perú, planteada en una novela de quien hoy es también marqués en España, corresponde agregar esta: ¿hasta cuando lo seguirá jodiendo la antigua metrópoli?<o:p></o:p></span><br />
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<span lang="PT-BR">Quien subscribe no adhiere al etnocacerismo <a href="file:///C:/Users/SGB/Downloads/Peru.docx#_ftn6" name="_ftnref6" style="mso-footnote-id: ftn6;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="PT-BR" style="font-family: "liberation serif" , "serif"; font-size: 12.0pt;">[6]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>, pero si se trata de reivindicar aportes civilizatorios del Occidente iluminista y democrático, la España del 1600 y sus rezagos tampoco son parte de eso.<o:p></o:p></span><br />
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<span lang="PT-BR">Las corridas de toros, prohibidas hace más de 100 años en Argentina, Uruguay y Chile, y blanco de restricciones hoy día en Ecuador, Venezuela, Bolivia y Colombia, tienen en Perú vigencia plena. Un reciente intento de suprimirlas concitó la fuerte y cohesionada reacción ya no solo de decrépitos con fantasías virreynales, sino también de la flor y nata de la ilustración peruana <a href="file:///C:/Users/SGB/Downloads/Peru.docx#_ftn7" name="_ftnref7" style="mso-footnote-id: ftn7;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="PT-BR" style="font-family: "liberation serif" , "serif"; font-size: 12.0pt;">[7]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>, incluidas personas cuya respetable hoja de servicios a la causa de los derechos humanos autorizaría esperar mejor conducta ante la tortura de animales de otras especies. Son los casos de Ricardo Uceda, periodista denunciante de los más letales aparatos clandestinos del Estado en la era fujimorista, y Diego García Sayán, quien como ministro hizo retornar el país a la jurisdición interamericana y es por eso denostado a diario por la prensa de derecha.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="PT-BR"><br /></span></div>
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<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span lang="PT-BR">A la aristocracia peruana le encanta también las peleas de gallos –en Brasil, costumbre rural clandestina o de arrabal, a la que podrá adherir algún nuevo rico o postmoderno que lo crea <i>cool</i>, jamás quien se pretenda gente refinada o de alcurnia. Pero el maltrato animal no es en Perú, monopolio de ningún sector social, sino una de las muy pocas instituciones que no conocen barreras étnicas, ideológicas ni de clase en una sociedad tan racista y segmentada.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="PT-BR"><br /></span></div>
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<span lang="PT-BR">En más de un distrito de Lima se comen gatos previamente sometidos a tormentos <a href="file:///C:/Users/SGB/Downloads/Peru.docx#_ftn8" name="_ftnref8" style="mso-footnote-id: ftn8;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="PT-BR" style="font-family: "liberation serif" , "serif"; font-size: 12.0pt;">[8]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> – costumbre tan venida de España y bendecida por la Iglesia Católica como la tauromaquía. Toda una contradicción en el país de San Martín de Porres, la única persona además de Francisco de Asís en preocuparse por los animales no humanos en los dos mil años de catolicismo. Y para hacer gala de su crueldad, Sendero Luminoso tenía la costumbre de ahorcar perros en postes –lo que, como otras prácticas aberrantes que llevó a efecto dicha organización, parece emular las de las fuerzas del Estado <a href="file:///C:/Users/SGB/Downloads/Peru.docx#_ftn9" name="_ftnref9" style="mso-footnote-id: ftn9;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="PT-BR" style="font-family: "liberation serif" , "serif"; font-size: 12.0pt;">[9]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="PT-BR"><br /></span></div>
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<b><span lang="PT-BR">3<o:p></o:p></span></b><br />
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<span lang="PT-BR">A raíz del conflicto de los 80/90, Perú es hoy un país signado por un trauma inmenso, alrededor del que se desarrolla un proceso de memoria histórica problemático pero existente –a diferencia de Brasil, mi país de nacimiento, donde la opción por la amnesia y la ignorancia histórica es plena.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="PT-BR"><br /></span></div>
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<span lang="PT-BR">En el Lugar de la Memória, Tolerancia e Inclusión Social (LUM), representación física de dicho proceso, he escuchado a Sofía Macher, ex-integrante de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR) peruana, decir que Alberto Fujimori, sentenciado y preso por crímenes de lesa humanidad investigados por dicho organismo, salvó al país del terrorismo. Según la misma Macher, los derechos humanos sí se pueden negociar y el reconocimiento de las víctimas de los crímenes de las Fuerzas Armadas no debe darse sin anuencia de los uniformados <a href="file:///C:/Users/SGB/Downloads/Peru.docx#_ftn10" name="_ftnref10" style="mso-footnote-id: ftn10;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="PT-BR" style="font-family: "liberation serif" , "serif"; font-size: 12.0pt;">[10]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="PT-BR"><br /></span></div>
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<span lang="PT-BR">La CVR promovió lo que, en Argentina, se conoce como “teoría de los dos demonios” <a href="file:///C:/Users/SGB/Downloads/Peru.docx#_ftn11" name="_ftnref11" style="mso-footnote-id: ftn11;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="PT-BR" style="font-family: "liberation serif" , "serif"; font-size: 12.0pt;">[11]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> pero en versión muy empeorada, como se desprende de esos dichos. Su informe nivela en la categoría de “perpetradores” a las FFAA, Sendero Luminoso, el Movimiento Revolucionário Túpac Amaru y los grupos paramilitares, es decir, se trata a la violencia estatal, antiestatal y paraestatal como si pudieran conllevar el mismo tipo y nivel de responsabilidad. En el LUM, sin embargo, solo hay espacio para el descargo de las FFAA (o sea, ¿ya dejaron de ser lo mismo?). El informe de la CVR repite <i>ad nauseam</i> la expresion “lucha antisubversiva” y no habla del terrorismo de Estado.<o:p></o:p></span><br />
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<span lang="PT-BR">Ese sesgo despertaría en Argentina o en Chile reacciones de escándalo. En Perú, ni siquiera calma los furibundos ataques que sigue dirigiendo a la CVR, tras 16 años de la conclusión de su trabajo y solo por haber señalado que los militares violaron los derechos humanos, un arco periodístico y parlamentario que rebasa a la derecha claramente violenta. A la manera brasileña, promueven el negacionismo de los crímenes de las FFAA y, al mismo tiempo, su reivindicación.<o:p></o:p></span><br />
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<span lang="PT-BR">Sendero Luminoso tuvo un accionar atroz, con conductas claramente terroristas, ajenas a los principios y métodos históricos de la izquierda armada latinoamericana: coches-bomba en zona de intensa circulación <a href="file:///C:/Users/SGB/Downloads/Peru.docx#_ftn12" name="_ftnref12" style="mso-footnote-id: ftn12;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="PT-BR" style="font-family: "liberation serif" , "serif"; font-size: 12.0pt;">[12]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>, asesinatos de soldados y de civiles a hachazos, piedrazos y dinamita, masacre de un pueblo entero, incluso mujeres y niños <a href="file:///C:/Users/SGB/Downloads/Peru.docx#_ftn13" name="_ftnref13" style="mso-footnote-id: ftn13;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="PT-BR" style="font-family: "liberation serif" , "serif"; font-size: 12.0pt;">[13]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>. Muy distinta, la acción armada del MRTA tampoco se justificaba en una democracia política plena como el Perú de los 80, donde cualquier propuesta ideológica podría acceder al gobierno y la actividad periodística, sindical y las reivindicaciones sociales eran libres en un principio y solo fueron dejando de serlo cuando los grupos armados dieron al <i>deep State</i> peruano el pretexto para terminar con eso matando no solo a sus miembros, sino a dirigentes sindicales <a href="file:///C:/Users/SGB/Downloads/Peru.docx#_ftn14" name="_ftnref14" style="mso-footnote-id: ftn14;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="PT-BR" style="font-family: "liberation serif" , "serif"; font-size: 12.0pt;">[14]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> y periodistas <a href="file:///C:/Users/SGB/Downloads/Peru.docx#_ftn15" name="_ftnref15" style="mso-footnote-id: ftn15;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="PT-BR" style="font-family: "liberation serif" , "serif"; font-size: 12.0pt;">[15]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> de izquierda.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="PT-BR"><br /></span></div>
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<span lang="PT-BR">Pero nada puede relativizar los crímenes del Estado peruano contra integrantes de Sendero Luminoso (masacrados de a cientos en distintos penales en 1986 y 1992) y del MRTA (ultimados tras rendirse en la casa del embajador japonés en 1997) y contra poblaciones enteras (niños incluso) en Soccos <a href="file:///C:/Users/SGB/Downloads/Peru.docx#_ftn16" name="_ftnref16" style="mso-footnote-id: ftn16;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="PT-BR" style="font-family: "liberation serif" , "serif"; font-size: 12.0pt;">[16]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>, Accomarca <a href="file:///C:/Users/SGB/Downloads/Peru.docx#_ftn17" name="_ftnref17" style="mso-footnote-id: ftn17;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="PT-BR" style="font-family: "liberation serif" , "serif"; font-size: 12.0pt;">[17]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>, Cayara <a href="file:///C:/Users/SGB/Downloads/Peru.docx#_ftn18" name="_ftnref18" style="mso-footnote-id: ftn18;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="PT-BR" style="font-family: "liberation serif" , "serif"; font-size: 12.0pt;">[18]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> y sabrá Diós cuántos pueblos andinos más. Aberrantes para quien comparta valores de justicia y humanidad, las peores acciones de Sendero Luminoso eran débiles intentos de imitar el <i>modus operandi</i> del Estado con que deseaba medir fuerzas.<o:p></o:p></span><br />
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<span lang="PT-BR">Nada justifica, tampoco, el negacionismo que rige hoy en Perú y rebasa a los 80-90. El más preciado tesoro tangible que poseo es un libro de Javier Heraud. Lo es por haber llegado a mis manos desde las de quien me lo dio. Esa persona – bondadosa, de fulgurante inteligencia, culta y sin cerramientos ideológicos – creía que Heraud se había suicidado. Posiblemente, así se lo dijeron en su colegio.<o:p></o:p></span><br />
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<span lang="PT-BR">Es cierto que las FFAA peruanas, salvada la discusión sobre el decenio de Fujimori, pueden decir que en los 80-90 actuaron subordinadas al poder político civil, al que no intentaron voltear sino defender. Pero esto, lejos de atenuar la responsabilidad de los militares, debería generar la de los civiles. La línea establecida por la CVR y el Poder Judicial peruano para responsabilizar a Fujimori porque fue un dictador, pero no a Alan García, Fernando Belaúnde Terry y sus ministros, porque no lo fueron –línea que en los hechos rige en Argentina respecto de las responsabilidades de De la Rúa, Duhalde y algunos de sus ministros sobre la represión de 2001 y 2002 – es muy cuestionable. Desde que Belaúnde, García y Agustín Mantilla están muertos, esa discusión se vuelve metafísica en Perú en lo inmediato, pero el modo de sortear la contradicción es admitir que un gobierno no necesita ser una dictadura para ser criminal. No indultar a Fujimori como premio por haber terminado con el terrorismo, como sostiene un sector de la prensa hegemónica peruana <a href="file:///C:/Users/SGB/Downloads/Peru.docx#_ftn19" name="_ftnref19" style="mso-footnote-id: ftn19;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="PT-BR" style="font-family: "liberation serif" , "serif"; font-size: 12.0pt;">[19]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> que además quiere dar lecciones a Colombia para que no haga demasiadas concesiones a las FARC en pos de lograr la paz <a href="file:///C:/Users/SGB/Downloads/Peru.docx#_ftn20" name="_ftnref20" style="mso-footnote-id: ftn20;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="PT-BR" style="font-family: "liberation serif" , "serif"; font-size: 12.0pt;">[20]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> y aplique la metodología del nipón.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="PT-BR"><br /></span></div>
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<span lang="PT-BR">La responsabilidad no termina en el poder político. En Argentina, hay jueces presos por tan solo hacer la vista gorda a los crímenes de la dictadura de 1976-83 <a href="file:///C:/Users/SGB/Downloads/Peru.docx#_ftn21" name="_ftnref21" style="mso-footnote-id: ftn21;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="PT-BR" style="font-family: "liberation serif" , "serif"; font-size: 12.0pt;">[21]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>. En Perú, fueron partícipes mucho más activos de violaciones a los derechos humanos. Al prescindir de toda formalidad para matar a sus opositores, Videla y Pinochet ahorraron a sus jueces bochornos como condenar extranjeros por traición a la patria <a href="file:///C:/Users/SGB/Downloads/Peru.docx#_ftn22" name="_ftnref22" style="mso-footnote-id: ftn22;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="PT-BR" style="font-family: "liberation serif" , "serif"; font-size: 12.0pt;">[22]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> y apresar compatriotas por actividades (más bien declaraciones) que, siendo o no delito ante la ley del país, se habían realizado en... Inglaterra, que negó a Perú la extradicción de su autor, atrapado durante un viaje a España, que sí se prestó a ese rol <a href="file:///C:/Users/SGB/Downloads/Peru.docx#_ftn23" name="_ftnref23" style="mso-footnote-id: ftn23;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="PT-BR" style="font-family: "liberation serif" , "serif"; font-size: 12.0pt;">[23]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>.<o:p></o:p></span><br />
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<b><span lang="PT-BR">4<o:p></o:p></span></b><br />
<b><span lang="PT-BR"><br /></span></b></div>
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<span lang="PT-BR">Perú es hoy un país tan corrido a la derecha que hasta a un ícono de la derecha internacional y antiguo delfín de la peruana que un día lo quiso como presidente (Mario Vargas Llosa) se lo tilda de velasquista <a href="file:///C:/Users/SGB/Downloads/Peru.docx#_ftn24" name="_ftnref24" style="mso-footnote-id: ftn24;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="PT-BR" style="font-family: "liberation serif" , "serif"; font-size: 12.0pt;">[24]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> (es decir, de comunista) en el mayor y más tradicional diario de Lima. Para el caso inmediato, porque él apoyaba, en un <i>ballotage</i>, a un candidato vagamente de centroizquierda contra la hija de Fujimori. Pero también porque impulsa el proceso de memoria a medias contra el negacionismo total y rechaza destruir obras de arte, aún planteando ocultar sus inscripciones <a href="file:///C:/Users/SGB/Downloads/Peru.docx#_ftn25" name="_ftnref25" style="mso-footnote-id: ftn25;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="PT-BR" style="font-family: "liberation serif" , "serif"; font-size: 12.0pt;">[25]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="PT-BR"><br /></span></div>
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<span lang="PT-BR">Hay, en verdad, una burda explotación política del miedo al terrorismo, que ya tiene incluso nombre específico: terruqueo <a href="file:///C:/Users/SGB/Downloads/Peru.docx#_ftn26" name="_ftnref26" style="mso-footnote-id: ftn26;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="PT-BR" style="font-family: "liberation serif" , "serif"; font-size: 12.0pt;">[26]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>. No pocos periodistas en Perú “deben agradecer a SL haber resuelto su problema de falta de trabajo”, como señala el ex-líder estudiantil José Carlos Vértiz.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="PT-BR"><br /></span></div>
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<span lang="PT-BR">Se volvió tabú cuestionar al operativo militar contra la toma de la residencia del embajador de Japón que terminó con 17 muertos en 1997 (14 del MRTA, incluso adolescentes; 2 del Ejército y un solo rehén que –¡oh casualidad!– era ministro de la Corte Suprema y no se amilanaba ante Fujimori). Buena muestra del valor que se da a la vida humana en el país.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="PT-BR"><br /></span></div>
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<span lang="PT-BR">Hay revuelo, sin embargo, cada vez que un ex-integrante de los grupos armados de los 80 termina de cumplir su condena y deja la cárcel. Aunque sean mujeres mayores que nunca participaron un hecho violento, como la conotada bailarina Maritza Garrido Lecca (25 años en la cárcel, gran parte de ellos a cuatro mil metros de altura y sin tener siquiera espacio para hacer movimientos de baile) y la monja Nelly Evans y Sybilla Arredondo, viuda de Arguedas.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="PT-BR"><br /></span></div>
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<span lang="PT-BR">Pero el terruqueo tiene también aplicaciones políticas relacionadas al presente: estigmatizar y criminalizar protestas contra proyectos mineros que contaminan aguas y tierras, por ejemplo.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="PT-BR"><br /></span></div>
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<span lang="PT-BR">La minería es – junto al narcotráfico – la fuente de la falsa prosperidad que vive hoy Perú. Igual a la que vi en Brasil en la primera década de este siglo: ningún servicio básico funciona bien y algunos lisa y llanamente no funcionan, pero hay plata en el bolsillo o la sensación de tenerla y comprar en cuotas. Parecida, también, a la de la Argentina menemista, en el sentido de que se la usa para tapar el trauma del pasado, para la fuga en clima de farándula hacia adelante, sin saber adónde.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="PT-BR"><br /></span></div>
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<span lang="PT-BR">La clase dirigente peruana ha sido, en eso, precursora: el país tiene acuerdos de libre comercio con EEUU y China, lo que refuerza la destrucción de la industria local pero garantiza el flujo de entrada de dinero, aún cuando una de las potencias se vea en problemas o intente causarlos para sacar ventajas de su relación con Perú. Pero la cotización de los recursos naturales es irremediablemente volátil. Algún día viene un sacudón económico y la sociedad tiene que enfrentarse con sus propios dilemas, todos a la vez.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="PT-BR"><br /></span></div>
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<span lang="PT-BR">En Brasil, la respuesta a tal situación fue el ascenso de un régimen brutal y el incremento de la criminalidad mafiosa en todos los níveles, del cuello blanco hasta la calle. Argentina pudo salir mejor de su colapso, incluso adoptando una administración económica en cierto grado menos rudimentaria: no logró salir de la dependencia de sus productos primarios, pero retiene uno de cada tres dólares de sus ventas al exterior y con eso sostiene los servicios públicos que conforman un razonable aparato de bienestar. Perú, cuando llegue ese día, sí deberá encarar sus fantasmas. Nadie puede saber ahora si la respuesta social será el rebrote de la lucha armada (terrorista o no), el giro hacia una barbarie más profunda sin cualquier trasfondo político (como Brasil) o pasará por el ajuste de cuentas con el pasado en el marco de la construcción de una sociedad mejor.<o:p></o:p></span><br />
<span lang="PT-BR"><br /></span></div>
<div style="mso-element: footnote-list;">
</div>
<div style="mso-element: footnote-list;">
<!--[if !supportFootnotes]--><br clear="all" />
<span style="background-color: black; color: white; font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; font-size: x-small;">NOTAS</span>
<br />
<hr align="left" size="1" width="33%" />
<!--[endif]-->
<br />
<div id="ftn1" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; font-size: x-small;"><a href="file:///C:/Users/SGB/Downloads/Peru.docx#_ftnref1" name="_ftn1" style="mso-footnote-id: ftn1;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="PT-BR"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="PT-BR">[1]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span lang="PT-BR"> <a href="http://utero.pe/2019/08/08/conoce-a-javier-heraud-el-pulpin-peruano-y-rebelde-mas-emblematico-del-siglo-xx/">http://utero.pe/2019/08/08/conoce-a-javier-heraud-el-pulpin-peruano-y-rebelde-mas-emblematico-del-siglo-xx/</a> <o:p></o:p></span></span></div>
</div>
<div id="ftn2" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; font-size: x-small;"><a href="file:///C:/Users/SGB/Downloads/Peru.docx#_ftnref2" name="_ftn2" style="mso-footnote-id: ftn2;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="PT-BR"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="PT-BR">[2]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span lang="PT-BR"> <a href="http://letras.mysite.com/hper290117.html">http://letras.mysite.com/hper290117.html</a> <o:p></o:p></span></span></div>
</div>
<div id="ftn3" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; font-size: x-small;"><a href="file:///C:/Users/SGB/Downloads/Peru.docx#_ftnref3" name="_ftn3" style="mso-footnote-id: ftn3;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="PT-BR"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="PT-BR">[3]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span lang="PT-BR"> <a href="https://andina.pe/agencia/noticia-lima-ganaria-35-mas-agua-sistema-hidraulico-preincaico-757333.aspx">https://andina.pe/agencia/noticia-lima-ganaria-35-mas-agua-sistema-hidraulico-preincaico-757333.aspx</a> <o:p></o:p></span></span></div>
</div>
<div id="ftn4" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; font-size: x-small;"><a href="file:///C:/Users/SGB/Downloads/Peru.docx#_ftnref4" name="_ftn4" style="mso-footnote-id: ftn4;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="PT-BR"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="PT-BR">[4]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span lang="PT-BR"> <a href="https://www.ilam.org/index.php/es/noticias/articulos-destacados/442-los-huaqueros">https://www.ilam.org/index.php/es/noticias/articulos-destacados/442-los-huaqueros</a><o:p></o:p></span></span></div>
</div>
<div id="ftn5" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; font-size: x-small;"><a href="file:///C:/Users/SGB/Downloads/Peru.docx#_ftnref5" name="_ftn5" style="mso-footnote-id: ftn5;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="PT-BR"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="PT-BR">[5]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span lang="PT-BR"> <a href="https://archivo.elcomercio.pe/amp/sociedad/lima/peru-tuvo-mas-nobles-que-ningun-otro-lugar-america_1-noticia-709594">https://archivo.elcomercio.pe/amp/sociedad/lima/peru-tuvo-mas-nobles-que-ningun-otro-lugar-america_1-noticia-709594</a> <o:p></o:p></span></span></div>
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<div class="MsoFootnoteText">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; font-size: x-small;"><a href="file:///C:/Users/SGB/Downloads/Peru.docx#_ftnref6" name="_ftn6" style="mso-footnote-id: ftn6;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="PT-BR"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="PT-BR">[6]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span lang="PT-BR"> <a href="https://www.theclinic.cl/2014/01/23/isaac-humala-y-el-proximo-fallo-de-la-haya-necesitamos-una-guerra-para-despertar/">https://www.theclinic.cl/2014/01/23/isaac-humala-y-el-proximo-fallo-de-la-haya-necesitamos-una-guerra-para-despertar/</a> <o:p></o:p></span></span></div>
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<div class="MsoFootnoteText">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; font-size: x-small;"><a href="file:///C:/Users/SGB/Downloads/Peru.docx#_ftnref7" name="_ftn7" style="mso-footnote-id: ftn7;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="PT-BR"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="PT-BR">[7]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span lang="PT-BR"> <a href="https://diariocorreo.pe/peru/mario-vargas-llosa-encabeza-manifiesto-a-favor-de-corridas-de-toros-476268/">https://diariocorreo.pe/peru/mario-vargas-llosa-encabeza-manifiesto-a-favor-de-corridas-de-toros-476268/</a> <o:p></o:p></span></span></div>
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<div class="MsoFootnoteText">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; font-size: x-small;"><a href="file:///C:/Users/SGB/Downloads/Peru.docx#_ftnref8" name="_ftn8" style="mso-footnote-id: ftn8;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="PT-BR"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="PT-BR">[8]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span lang="PT-BR"> <a href="https://peru21.pe/lima/canete-judicial-prohibe-matanza-e-ingesta-gatos-currunao-159338-noticia/">https://peru21.pe/lima/canete-judicial-prohibe-matanza-e-ingesta-gatos-currunao-159338-noticia/</a> <o:p></o:p></span></span></div>
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<div class="MsoFootnoteText">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; font-size: x-small;"><a href="file:///C:/Users/SGB/Downloads/Peru.docx#_ftnref9" name="_ftn9" style="mso-footnote-id: ftn9;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="PT-BR"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="PT-BR">[9]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span lang="PT-BR"> <a href="https://www.change.org/p/no-m%C3%A1s-uso-y-tortura-de-perros-en-las-escuelas-militares-peruanas">https://www.change.org/p/no-más-uso-y-tortura-de-perros-en-las-escuelas-militares-peruanas</a> <o:p></o:p></span></span></div>
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<div class="MsoFootnoteText">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; font-size: x-small;"><a href="file:///C:/Users/SGB/Downloads/Peru.docx#_ftnref10" name="_ftn10" style="mso-footnote-id: ftn10;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="PT-BR"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="PT-BR">[10]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span lang="PT-BR"> <a href="https://www.youtube.com/watch?v=T1syQSD9OIk">https://www.youtube.com/watch?v=T1syQSD9OIk</a> <o:p></o:p></span></span></div>
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<div id="ftn11" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; font-size: x-small;"><a href="file:///C:/Users/SGB/Downloads/Peru.docx#_ftnref11" name="_ftn11" style="mso-footnote-id: ftn11;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="PT-BR"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="PT-BR">[11]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span lang="PT-BR"> <a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Teor%C3%ADa_de_los_dos_demonios">https://es.wikipedia.org/wiki/Teoría_de_los_dos_demonios</a> <o:p></o:p></span></span></div>
</div>
<div id="ftn12" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; font-size: x-small;"><a href="file:///C:/Users/SGB/Downloads/Peru.docx#_ftnref12" name="_ftn12" style="mso-footnote-id: ftn12;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="PT-BR"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="PT-BR">[12]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span lang="PT-BR"> <a href="https://www.micromuseo.org.pe/rutas/habanamemoriadelolvido/atentado.html">https://www.micromuseo.org.pe/rutas/habanamemoriadelolvido/atentado.html</a> <o:p></o:p></span></span></div>
</div>
<div id="ftn13" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; font-size: x-small;"><a href="file:///C:/Users/SGB/Downloads/Peru.docx#_ftnref13" name="_ftn13" style="mso-footnote-id: ftn13;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="PT-BR"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="PT-BR">[13]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span lang="PT-BR"> <a href="https://nadiehablade.lamula.pe/2017/04/03/no-olvidar-se-cumplen-34-anos-de-la-masacre-de-lucanamarca-por-los-terroristas-de-sendero-luminoso/danae/">https://nadiehablade.lamula.pe/2017/04/03/no-olvidar-se-cumplen-34-anos-de-la-masacre-de-lucanamarca-por-los-terroristas-de-sendero-luminoso/danae/</a> <o:p></o:p></span></span></div>
</div>
<div id="ftn14" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; font-size: x-small;"><a href="file:///C:/Users/SGB/Downloads/Peru.docx#_ftnref14" name="_ftn14" style="mso-footnote-id: ftn14;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="PT-BR"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="PT-BR">[14]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span lang="PT-BR"> <a href="https://revistaideele.com/ideele/content/%C2%BFte-acuerdas-de-sa%C3%BAl">https://revistaideele.com/ideele/content/¿te-acuerdas-de-saúl</a><o:p></o:p></span></span></div>
</div>
<div id="ftn15" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; font-size: x-small;"><a href="file:///C:/Users/SGB/Downloads/Peru.docx#_ftnref15" name="_ftn15" style="mso-footnote-id: ftn15;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="PT-BR"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="PT-BR">[15]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span lang="PT-BR"> <a href="https://www.infoamerica.org/libex/muertes/atentados_pe.htm">https://www.infoamerica.org/libex/muertes/atentados_pe.htm</a> <o:p></o:p></span></span></div>
</div>
<div id="ftn16" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; font-size: x-small;"><a href="file:///C:/Users/SGB/Downloads/Peru.docx#_ftnref16" name="_ftn16" style="mso-footnote-id: ftn16;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="PT-BR"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="PT-BR">[16]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span lang="PT-BR"> <a href="https://lum.cultura.pe/cdi/video/caso-soccos">https://lum.cultura.pe/cdi/video/caso-soccos</a> <o:p></o:p></span></span></div>
</div>
<div id="ftn17" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; font-size: x-small;"><a href="file:///C:/Users/SGB/Downloads/Peru.docx#_ftnref17" name="_ftn17" style="mso-footnote-id: ftn17;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="PT-BR"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="PT-BR">[17]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span lang="PT-BR"> <a href="https://articulospagina12.lamula.pe/2016/09/03/condena-a-militares-asesinos/carlosnoriega/">https://articulospagina12.lamula.pe/2016/09/03/condena-a-militares-asesinos/carlosnoriega/</a> <o:p></o:p></span></span></div>
</div>
<div id="ftn18" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; font-size: x-small;"><a href="file:///C:/Users/SGB/Downloads/Peru.docx#_ftnref18" name="_ftn18" style="mso-footnote-id: ftn18;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="PT-BR"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="PT-BR">[18]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span lang="PT-BR"> <a href="https://www.servindi.org/actualidad-noticias/15/05/2018/se-cumplieron-30-anos-de-la-masacre-de-cayara">https://www.servindi.org/actualidad-noticias/15/05/2018/se-cumplieron-30-anos-de-la-masacre-de-cayara</a> <o:p></o:p></span></span></div>
</div>
<div id="ftn19" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-justify: inter-ideograph;">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; font-size: x-small;"><a href="file:///C:/Users/SGB/Downloads/Peru.docx#_ftnref19" name="_ftn19" style="mso-footnote-id: ftn19;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="PT-BR"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="PT-BR">[19]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span lang="PT-BR"> <a href="https://radioalfil.blogspot.com/2007/12/gustavo-gorriti-contesta-de-althaus.html">https://radioalfil.blogspot.com/2007/12/gustavo-gorriti-contesta-de-althaus.html</a> <o:p></o:p></span></span></div>
</div>
<div id="ftn20" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; font-size: x-small;"><a href="file:///C:/Users/SGB/Downloads/Peru.docx#_ftnref20" name="_ftn20" style="mso-footnote-id: ftn20;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="PT-BR"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="PT-BR">[20]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span lang="PT-BR"> <a href="https://elcomercio.pe/politica/opinion/espejo-colombiano-columna-jaime-althaus-399304-noticia/">https://elcomercio.pe/politica/opinion/espejo-colombiano-columna-jaime-althaus-399304-noticia/</a> <o:p></o:p></span></span></div>
</div>
<div id="ftn21" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; font-size: x-small;"><a href="file:///C:/Users/SGB/Downloads/Peru.docx#_ftnref21" name="_ftn21" style="mso-footnote-id: ftn21;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="PT-BR"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="PT-BR">[21]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span lang="PT-BR"> <a href="https://www.elcohetealaluna.com/ragone-vuelve/">https://www.elcohetealaluna.com/ragone-vuelve/</a> <o:p></o:p></span></span></div>
</div>
<div id="ftn22" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; font-size: x-small;"><a href="file:///C:/Users/SGB/Downloads/Peru.docx#_ftnref22" name="_ftn22" style="mso-footnote-id: ftn22;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="PT-BR"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="PT-BR">[22]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span lang="PT-BR"> <a href="https://elpais.com/diario/2000/09/03/internacional/967932010_850215.html">https://elpais.com/diario/2000/09/03/internacional/967932010_850215.html</a> <o:p></o:p></span></span></div>
</div>
<div id="ftn23" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; font-size: x-small;"><a href="file:///C:/Users/SGB/Downloads/Peru.docx#_ftnref23" name="_ftn23" style="mso-footnote-id: ftn23;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="PT-BR"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="PT-BR">[23]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span lang="PT-BR"> <a href="https://www.facebook.com/notes/adolfo-olaechea-cahuas/las-actividades-en-londres-de-adolfo-olaechea-fueron-siempre-legales/260759394060271/">https://www.facebook.com/notes/adolfo-olaechea-cahuas/las-actividades-en-londres-de-adolfo-olaechea-fueron-siempre-legales/260759394060271/</a> <o:p></o:p></span></span></div>
</div>
<div id="ftn24" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; font-size: x-small;"><a href="file:///C:/Users/SGB/Downloads/Peru.docx#_ftnref24" name="_ftn24" style="mso-footnote-id: ftn24;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="PT-BR"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="PT-BR">[24]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span lang="PT-BR"> <a href="https://elcomercio.pe/opinion/columnistas/vargas-llosa-velasco-martha-meier-miro-quesada-314014-noticia/">https://elcomercio.pe/opinion/columnistas/vargas-llosa-velasco-martha-meier-miro-quesada-314014-noticia/</a> <o:p></o:p></span></span></div>
</div>
<div id="ftn25" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; font-size: x-small;"><a href="file:///C:/Users/SGB/Downloads/Peru.docx#_ftnref25" name="_ftn25" style="mso-footnote-id: ftn25;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="PT-BR"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="PT-BR">[25]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span lang="PT-BR"> <a href="https://elpais.com/diario/2007/01/14/opinion/1168729205_850215.html">https://elpais.com/diario/2007/01/14/opinion/1168729205_850215.html</a> <o:p></o:p></span></span></div>
</div>
<div id="ftn26" style="mso-element: footnote;">
<div class="MsoFootnoteText">
<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; font-size: x-small;"><a href="file:///C:/Users/SGB/Downloads/Peru.docx#_ftnref26" name="_ftn26" style="mso-footnote-id: ftn26;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="PT-BR"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span lang="PT-BR">[26]</span></span><!--[endif]--></span></span></span></a><span lang="PT-BR"> <a href="http://udep.edu.pe/castellanoactual/terruquear-terruqueo-terruqueadores/">http://udep.edu.pe/castellanoactual/terruquear-terruqueo-terruqueadores/</a> <o:p></o:p></span></span></div>
</div>
</div>
</div>
Oscar Cuervohttp://www.blogger.com/profile/15744374287487312025noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3702496019912113605.post-14085087748294970652019-09-01T04:41:00.000-03:002019-09-01T04:41:19.358-03:00El Fujimori brasileño<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-EvbTvnlU9KU/XWt14RUPgQI/AAAAAAABAkc/Q8lxwvG5ZugLsl1W88HIGYAvJOMk7xaawCLcBGAs/s1600/fujimori%2Bbolsonaro.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="286" data-original-width="816" height="222" src="https://1.bp.blogspot.com/-EvbTvnlU9KU/XWt14RUPgQI/AAAAAAABAkc/Q8lxwvG5ZugLsl1W88HIGYAvJOMk7xaawCLcBGAs/s640/fujimori%2Bbolsonaro.jpg" width="640" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
por Henrique Júdice Magalhães</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Tras décadas de resistencia de las clases dominantes y de las Fuerzas Armadas, un partido de centroizquierda, con expresiva adhesión entre las masas empobrecidas, los trabajadores organizados en sindicatos y la clase media, llega a la presidencia de un país sudamericano signado por una iniquidad distributiva entrelazada a un racismo con raíces en la época colonial.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El partido, que tiene por símbolo una estrella, predicaba en su origen un socialismo heterodoxo – o, cuando menos, un reformismo radical – que tenía tanto de anticapitalismo como de anticomunismo, o anti-sovietismo, lo que lo llevó a acercarse a la II Internacional. A lo largo de los años, en aras de acceder al gobierno, renunció a ello y compuso con facciones del viejo sistema y de la derecha.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Su líder, elegido presidente, se destaca por el carisma y por la capacidad de comunicación, reconocidos por sus más duros adversarios. Conquista cierto prestigio internacional</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Creyendo poder substituir reformas sociales efectivas por el simple aumento del poder de compra de la población e incentivo al consumo y al crédito, su gobierno empieza bien y termina mal. Casos de corrupción se van sumando y, junto al pésimo estado de los servicios públicos, a la violencia sin control y a la mala situación económica, hacen crecer el descontento.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Hay protestas de la izquierda en todos sus matices, con fuerte adhesión entre la juventud suburbana – universitaria, trabajadora o las dos cosas. También de la derecha liberal-conservadora, cuya fuerza motriz y base social es una clase media más blanca y acomodada. El gobierno, llegando a incurrir en violaciones a los derechos humanos, reprime a la izquierda y deja libre el terreno a la derecha.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
En las siguientes elecciones presidenciales, el partido del gobierno pierde, pero preserva su piso histórico de votos. La izquierda parlamentaria es arrastrada al fango por el colaboracionismo de la mayoría de sus vertientes hacia el gobierno y por su división interna. La derecha tradicional, identificada correctamente por la amplia mayoría de los votantes como parte del problema, no de la solución, es igualmente repudiada.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El descontento lo capitaliza un candidato hasta ese entonces no tomado muy en serio, de un partido improvisado. Su sorprendente victoria hace ascender a un régimen policíaco, que se afirma por la combinación de liberalismo económico radical, incremento de la represión interna, agresividad ante la prensa y el desmoralizado Congreso y avasallamiento del Poder Judicial.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
A la cabeza de todo está un capitán expulsado del Ejército décadas antes por conducta deshonrosa. Contra todo pronóstico, su liderazgo es aceptado por las fuerzas armadas: no son los generales que terminan por engullirlo, sino al revés.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
No por eso, sin embargo, las FFAA dejan de afirmarse como factor real de poder. En verdad, su poder e ingerencia en temas de la vida del país que en principio no les corresponden, o no deberían corresponderles, ya venían en aumento desde el gobierno anterior, el de centroizquierda.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Ellas renuncian, empero, a viejas pretensiones de modernizar el país que habían llevado a efecto durante su gobierno, años antes, y también a sus pretensiones de afirmación del país como potencia regional. A cambio de recompensas individuales no siempre lícitas, sus oficiales adhieren de forma plena a los lineamientos militares y geopolíticos de EEUU e Israel. Los pocos que, dentro de ellas, alzan la voz contra ese arreglo espurio se vuelven blanco de persecución.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El nuevo gobierno no tiene mayoría parlamentaria pero, con los votos de la derecha tradicional y sin efectiva resistencia del partido que había dejado el gobierno ni de la izquierda en crisis, hace aprobar privatizaciones, desregulación laboral y medidas de vía libre al accionar de las fuerzas represivas.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La base social del nuevo régimen está formada por estratos medios poco letrados, con fuerte presencia de cuentapropistas a veces precarizados, atraídos por la ideología del emprendedurismo, además de miembros de corporaciones armadas. Concita también cierta adhesión de sectores populares. De ella emerge una derecha lúmpen – la bruta y achorada, o DBA – , inepta para usar cubiertos de pescado pero capaz de quitar votos a la izquierda, a la derecha tradicional y al partido más estructurado, el de centroizquierda.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Uno de los cimientos sociales de ese arreglo lo dan las iglesias evangelistas, decisivas para la victoria electoral. A ello se suman también facciones reaccionarias de la iglesia católica, como el Opus Dei, con la complicidad de la jerarquía cardenalicia.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Ésos grupos católicos son, además, uno de los eslabones de la relación con las élites empresariales, que dan su visto bueno, en lo fundamental, al nuevo régimen, al que prestan cuadros para puestos estratégicos, aún evitando vincular públicamente su imagen a ello.</div>
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<br /></div>
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El nuevo gobierno es un circo de horrores que mezcla una atroz vulgaridad con un discurso de rastrero moralismo. El presidente se rodea de familiares que inciden en el palacio y son, ellos mismos, fuente de escándalos con dinero público. Se promueve la estigmatización y persecución a los estudiantes universitarios, reputados, por esa sola condición, de “comunistas” por las fuerzas de seguridad y por la base social del régimen. Luego salen a la luz los vínculos con grupos paramilitares (en verdad, militares en horas extras, sin uniforme), y hay pruebas – o, como mínimo, muy fuertes indicios – de compromiso personal del presidente con ellos y su accionar.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Con asistencia de expertos en operaciones psicosociales nativos y extranjeros, se desarrolla una campaña permanente de difamación y estigmatización contra los opositores, con amplio uso de internet.</div>
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<br /></div>
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Contra el ex-presidente, líder del partido más organizado del país, se desata una ofensiva judicial y mediática que mezcla hechos reales de corrupción de su gobierno – algunos de ellos, sobre bases legadas por gobiernos anteriores nunca investigados – con pruebas dudosas de culpa personal y directa. Éso sirve para sacarlo físicamente de la arena política, dejando vía libre a la ejecución del programa del nuevo régimen. Él sigue, sin embargo, tomando cartas en su partido, aún a distancia.</div>
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<br /></div>
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Hay discretas señales de un acuerdo por lo menos tácito – o, cuando menos, de una convergencia de intereses – entre el líder sacado del juego y su partido, por un lado, y el nuevo régimen, por el otro. Pese a la fuerte retórica contra el gobierno anterior, usada para movilizar a sus propios adeptos, el nuevo gobierno no toca los cuadros que el partido del ex-presidente había insertado en la estructura estatal. Algunos de ellos, en verdad, sobre todo en el poder judicial, pasan a servir con descaro al nuevo gobierno.</div>
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<br /></div>
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La imposición por el ex-presidente a su partido de la eterna espera por su retorno y de candidaturas inexpresivas en las siguientes elecciones, además de su rechazo a conformar un frente contra el nuevo régimen y de la desmovilización de su brazo sindical, sirven a los dos, ya que impiden la emergencia de nuevos liderazgos que puedan amenazar a la tranquilidad del gobierno de uno y a la posición de comando partidario del otro.</div>
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<br /></div>
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Sin embargo, el carismático ex-presidente y su partido pierden una cosa,: por primera vez en años, deja de ser el eje ordenador de la política nacional, en adhesión o repudio al que las otras fuerzas se organizan, a la derecha o a la izquierda. Cede ese rol al nuevo presidente o, por lo menos, lo comparte en posición minoritaria con él.</div>
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<br /></div>
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Un peruano razonablemente perspicaz identificará en lo antedicho la descripción de lo sucedido en los gobiernos de Alan García Pérez, del Partido Aprista, y del tandén Alberto Fujimori/Vladimiro Montesinos, y de la relación entre ellos. Un brasileño con igual dósis de perspicacia podrá leerlo como la descripción de lo que sucede entre Lula y Bolsonaro.</div>
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<br /></div>
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No hay, por supuesto, analogía perfecta entre situaciones históricas distintas. Además del hecho de que García no llegó a ser preso, sino exiliado, hay unas cuantas diferencias de importancia.</div>
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<br /></div>
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Primero, los peruanos, al elegir a Fujimori en 1990, no votaron por la DBA, sino contra el shock económico prometido por Mario Vargas Llosa: solo después de su toma de posesión es que Fujimori lleva a efecto lo que antes se describió aquí – legitimado electoralmente, eso sí, luego, en 1995.</div>
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<br /></div>
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Segundo, la caída de Fujimori fue posible, en gran medida, por algo que Brasil hoy día no tiene: una prensa que cumplió con su deber de investigación y denuncia de los crímenes del fujimorismo. Entre los integrantes destacados de esa prensa de resistencia estuvieron Caretas, Liberación, La República (en vida de su fundador Gustavo Mohme Llona), Gustavo Gorriti y César Hildebrandt.</div>
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<br /></div>
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Tercero, por muy graves y repudiables que hayan sido el desvio militarista de Sendero Luminoso y su demencial violencia contra poblaciones civiles desarmadas, una orgía de sangre con trasfondo político suena todavía menos mala – por lo menos a quien no la vivió – que otra llevada a cabo en el marco de la criminalidad mafiosa y la desesperación individualista por los bienes de consumo desechables, como sucede hoy en Brasil, donde mueren cada año lo que en 20 de guerra interna em Perú.</div>
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<br /></div>
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Cuarto, todavía no se sabe quién es el Montesinos del Fujimori brasileño. A quien la prensa señala como tal, Olavo de Carvalho, parece demasiado chanta, no un verdadero genio del mal.</div>
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<br /></div>
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En lo esencial, sin embargo, las situaciones se parecen mucho, como se parecen las estructuras sociales de Brasil y Perú, y las trayectorias del PT y del APRA. Y, principalmente, la estrategia estadunidense e israelí, que tuvo en el fujimorismo su leading case, inspira al bolsonarismo.</div>
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Con Bolsonaro, Brasil asiste a la emergencia de un fenómeno social y político afianzado en un liderazgo personal que moviliza los peores instintos de una gran parte de la población brasileña y tiende a persistir incluso si su líder fuera derribado o preso.</div>
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Los peruanos conocen el desarrollo posterior de la historia, que aún no se dio en Brasil.</div>
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Fujimori cayó, incluso con el visto bueno de un gobierno demócrata de EEUU, y está preso hace 12 años, pero el fujimorismo permanece como expresión social y política con un piso de votos muy alto que lo pone permanentemente a las puertas del palacio. Para movilizar su base, recurre a fantasmas como el combate a la “ideología de género” y al “adoctrinamiento escolar” (político o sexual). Su discurso es fuertemente patriarcal, conservador y homófobo. Su modus operandi, acusar de comunista o gay a todo aquel que lo enfrenta. Precisamente lo mismo que hace el bolsonarismo en Brasil.</div>
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<br /></div>
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El temor permanente al retorno del fujimorismo no afecta por igual a las demás fuerzas políticas. En 2011, Ollanta Humala, para lograr el apoyo de los demás partidos y al final imponerse por muy estrecho margen ante la hija del ex-dictador Keiko Sofía, tuvo que renunciar a toda pretensión de reforma social que pudiera haber figurado en su plataforma. La izquierda y la centroizquierda no fueron capaces, sin embargo, de sacarle la más mínima concesión programática al banquero naturalizado estadunidense Pedro Pablo Kuczynski en aras del mismo objetivo, en 2016. Ese desplazamiento del eje político hacia la derecha ya se da también en Brasil.</div>
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La condena de Alan García por corrupción fue anulada por irregularidades procesales. Eso es lo más probable que pase con la de Lula, que podrá volver a la presidencia como volvió García.</div>
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<br /></div>
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Hoy día, todo el sistema de poder peruano está jaqueado: el Congreso, el Poder Judicial, lasempresas poderosas. ¿Quien lo defiende a muerte en el parlamento y en la sociedad? El fujiaprismo, palabra que parte de la prensa peruana acuñó para nombrar a la alianza – de conveniencia, por supuesto, pero ¿qué alianza no lo es? – entre esos dos partidos. La disposición que demostró el PT a pactar tras bambalinas con el PSDB en los 90 y 2000 no parece haber cambiado aunque sea otra ahora la fuerza hegemónica de la derecha. Se puede prever para el futuro cercano una repetición, en Brasil, entre el bolsonarismo y el PT, del Pacto de Olivos lúmpen que rige hoy en Perú.</div>
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<br /></div>
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La hipótesis de este artículo es que, con Bolsonaro Brasil no vive – al contrario de lo que habíamos pensado muchos – el retorno de un “partido uniformado”, organizado según la jerarquía militar y la visión de mundo de los think tanks de las FFAA. Lo que existe es la emergencia de un fenómeno social y político que recurre al militarismo pero se afianza mucho más en un liderazgo personal que, irónicamente, tiene un legajo militar deplorable. Dicho fenómeno moviliza las peores pulsiones de una parte significativa de la población brasileña y será de larga duración, no importa si su líder llega a ser depuesto o incluso preso.</div>
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<br /></div>
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La estrategia estadounidense fomenta hoy este tipo de régimen, bruto y brutal, que de los regímenes militares clásicos recoge tan solo la violencia, pero sin ninguna capacidad de formulación.</div>
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<br /></div>
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Los gobiernos de las FFAA como institución pueden ser muy útiles a la hora de masacrar a militantes populares pero tienen algunos inconvenientes, según han podido constatar los yanquis en los años 70/80. Les gusta, por ejemplo, tener visiones geopolíticas propias. Hasta un régimen delirantemente regresivo y alineado en lo económico a EEUU, como la última dictadura argentina, les dio dolores de cabeza al amenazar el equilibrio militar y político de Sudamérica con la guerra de Malvinas, que por muy poco no se desdobló en un conflicto entre Chile y Perú por Arica y Tarapacá.</div>
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<br /></div>
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El bolsonarismo es la expresión más acabada y de más peso de esos regímenes de tierra arrasada que EEUU hoy fomenta. Los generales son, obviamente, cómplices, y no ad honorem, pero la formulación estratégica no se da en cualquier institución militar brasileña, sino en otro lugar.</div>
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<br /></div>
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Otro inconvenciente de las dictaduras militares clásicas es que no cuidan las apariencias. En Colombia y en la Venezuela del puntofijismo, el parlamento, los partidos y el poder judicial nunca dejaron de funcionar libremente y el Estado pudo, en los 70 y 80, matar a militantes populares con igual eficacia y número que en Chile, Argentina, Uruguay o Brasil. Lección aprendida.</div>
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<br /></div>
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Esto último requiere, sin embargo, fuerzas políticas y sociales opositoras que sean, a la vez, cómplices. Se las requiere para simular normalidad democrática e incluso para llenar espacios e impedir la emergencia de otras que no lo sean. Y, para ser cómplices, se necesita darles algo a cambio: por ejemplo, algunas decenas de despachos en el Congreso y la preservación de su control sobre los sindicatos. El PT – esta es otra de las hipótesis de este escrito – ha aceptado ese rol.</div>
</div>
Oscar Cuervohttp://www.blogger.com/profile/15744374287487312025noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3702496019912113605.post-52213752398461281072019-08-16T19:32:00.000-03:002019-08-16T19:32:57.763-03:00bosta galana<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-4ggeggpbQRQ/XVcuxMEK0fI/AAAAAAABAes/Naj3ZcNuiRgss0m8wHmH7QJ6p5xr38yogCLcBGAs/s1600/rambla9.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="617" data-original-width="1280" height="306" src="https://1.bp.blogspot.com/-4ggeggpbQRQ/XVcuxMEK0fI/AAAAAAABAes/Naj3ZcNuiRgss0m8wHmH7QJ6p5xr38yogCLcBGAs/s640/rambla9.JPG" width="640" /></a></div>
<br />
por Pablo Navas<br />
<br />
mar del plata,<br />
la jodida mar del plata<br />
con sus bicicleterías de bicicletas pinchadas<br />
unos lobos malolientes y duros<br />
con mal aliento que repelen<br />
la belle epoque<br />
aguanta<br />
dero.<br />
mar del plata no tiene nada, lo que tiene son tres canales<br />
y en cada uno, un noticiero<br />
lagrasta<br />
-sin chistes por favor-<br />
sus voceros<br />
se le llaman comunicadores<br />
un diario<br />
un panfleto<br />
un rey cuatro bufones<br />
los colectivos: tierra y plantitas<br />
bostezos largos<br />
aburridos<br />
un reloj en la municipalidad,<br />
no hay que creerle al Estado cuando da la hora<br />
igual el reloj está parado<br />
o la hora es la equivocada<br />
o es que acá la vida se detuvo.<br />
carteles de neón<br />
dos terminales<br />
un solo rey cuatro bufones<br />
tintorerías frente a estaciones de servicio;<br />
verdulerías nunca venden palta.<br />
tiene mar, es cierto<br />
pero ese mar está acabado<br />
y a mí<br />
por mi parte<br />
es decir yo<br />
quien dice<br />
que digo<br />
la naturaleza no me dice nada<br />
y a mis amigos tampoco.<br />
no sabemos llegar a la biblioteca<br />
ni a los cuatro climas<br />
ni a la nieve que hubo.<br />
mar del plata bien jodida,<br />
en los bares: la música de los remisseros<br />
y en los remis— es la voz de un remissero que en un rato se la va a poner<br />
contra la loma<br />
de burro<br />
o de colón<br />
que habrá descubierto América<br />
pero no descubrió esta perla, humeante, descascarada<br />
lluviosa, pésima: mar del plata.<br />
dos cafés<br />
medio diario<br />
dos viejitos peleándose por ese diario<br />
en el diario se pelean otros dos de cara pixelada, de tinta corrida,<br />
de nadie lee.<br />
la única condición- no mover el culo o tener prendido el gas butano,<br />
porque un conocido se puede encontrar cualquiera:<br />
en la fonte<br />
en el ascensor<br />
en la puerta<br />
en la cocina<br />
en la cama<br />
en el inodoro<br />
en el cepillo.<br />
por eso conviene,<br />
desde acá sugerimos,<br />
con precaución y en uso pleno de las facultades<br />
con cuidado<br />
y prefiriendo<br />
que<br />
conviene<br />
quedarse<br />
tras la reja<br />
con alarma<br />
el televisor prendido<br />
la bata, las pantuflas<br />
porque afuera<br />
un FFFFRRRIIOOOOO.<br />
y quedando desorbitado<br />
en la rotonda<br />
les transmito<br />
les cuento<br />
una aldea<br />
este precipicio<br />
la doble fila<br />
nada que romantizar<br />
del pulso helado<br />
de la fase abierta<br />
entonces pareciera<br />
que se van chocando<br />
marcha atrás<br />
en una calle desierta<br />
donde no hay arena<br />
y donde en la arena no hay camellos<br />
y a veces hay tormentas.<br />
todos los años se celebra el día aldeano de la nevada<br />
y todos se reúnen a contar '¿donde estuvo usted en la nevada?’<br />
toman chocolate caliente, se ponen guantes y agarran la taza con las dos manos, soplan el chocolate, sale humito, 14 grados<br />
hace.<br />
las frecuencias<br />
no son lo suyo<br />
ni en el transporte<br />
ni en la felicidad.<br />
entonces percibe alguien<br />
la ola turística<br />
una tía dijo:<br />
‘los turistas son como las olas: vienen, rompen y se van’. igual ella se fue, no se si a europa, a calamuchita o a la plata.<br />
pero es, que<br />
¿me entiende?<br />
uno escucha esa frase a los 8 - 10 años<br />
y entiende- no entiende, que no hay nada que se odie más, en este orden:<br />
las rabas<br />
el turista<br />
el pobre<br />
el cornalito: al que hay que comerle la cabeza, los ojitos, su crocantez, mientras pega el sol<br />
en los anteojos, y de ahí rebota al torreón, y a todo esto el cornalito:<br />
ni tan chicloso, pero salado<br />
y el limón, uno lo traga, pero no es difícil.<br />
¿quién viene al mundo con un manual?<br />
la apuesta en otro lado,<br />
el odio: más acá.<br />
algunos más amigos: de la costita- de los amigos- esos mates 'salen/ esos/ mates/ en/ la/ costa' se pregunta la ratera<br />
le contesta su noviecito;<br />
y se tiran en una loma de pasto cortado militar.<br />
y miran que hay perros quietos<br />
indigentes tapados con hojas de palmera<br />
tarritos de jugo baggio con sorbete, tamaño chico<br />
y que se ocupe otro.<br />
lento, lento, lento, lento, lento<br />
las condiciones del stress, el miedo, mar del plata tiene un solo horario: 11 de la mañana,<br />
el cielo violáceo, la mentira fenicia de un sweater polvoriento.<br />
la condena de buscar un kiosko, de querer leer en voz alta,<br />
de esperar que pase alguien que le importe esto y lo otro.<br />
la falsedad de todo acá nomás<br />
de la sierra maldita, corta<br />
y un centro no querido, donde hacen filas los bancarios,<br />
los violinistas<br />
las que se toman la presión y les explota la cabeza.<br />
la tapada con saquito<br />
el tapado de bufanda,<br />
¡vergüenza les tendría que dar!<br />
andar tapados<br />
tiritando, entrando al auto, cerrando ahora<br />
cruzando de vereda, comiendo la medialunita<br />
'acá son ricas por el agua',<br />
acá toman medialunas<br />
de día o de noche<br />
es lo mismo.<br />
sea frente al museo, en la choripanería, en la desconsolada casa de chalecos,<br />
en las universidades de los hijos<br />
en la revista, ya sabés de qué te hablo.<br />
‘te vi en el 8 el otro día’<br />
la casualidad:<br />
impostación pura y dura,<br />
como el alfajorcito vencido que te dieron en el micro<br />
te lo comiste<br />
te ensució la boca,<br />
lo dejaste a la mitad<br />
mientras veías un cartel<br />
todo verde<br />
y de neón.</div>
Oscar Cuervohttp://www.blogger.com/profile/15744374287487312025noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3702496019912113605.post-66120740487941057812019-07-27T07:59:00.002-03:002019-07-27T07:59:12.549-03:00¿Qué significa “Llegamos a la Luna”?<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-En6serQEir0/XTq0VW7oOzI/AAAAAAABAVY/ghw562A_9rEofZ2wTLVsg8NvLcjDMwOpgCLcBGAs/s1600/alunizaje.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="371" data-original-width="660" height="354" src="https://1.bp.blogspot.com/-En6serQEir0/XTq0VW7oOzI/AAAAAAABAVY/ghw562A_9rEofZ2wTLVsg8NvLcjDMwOpgCLcBGAs/s640/alunizaje.jpg" width="640" /></a></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<i>En la película </i>First Man<i> el director toma la decisión de no mostrar el momento en que Armstrong planta la bandera en la Luna, lo que nos genera sentimientos encontrados que nos llevan a plantearnos la épica del desarrollo tecnológico.</i><br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Por Marcelo Rodríguez *</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Hay dos detalles del alunizaje que el espectador aguarda ver en <i>El primer hombre</i> (<i>First man</i>, 2018), la película del director Daniel Chazelle sobre la historia de Neil Armstrong en sus años de entrenamiento y el periplo lunar, y finalmente no ve. Uno es la ceremonia religiosa que Edwin “Buzz” Aldrin celebró en la superficie de la Luna según el rito presbiteriano, y que incluyó la comulgación, que fue la primera ingesta de comida de un ser humano en otro mundo. Otro, cuya ausencia es más llamativa, es el momento en que el primer hombre en la luna clava en ella una pica con la bandera estadounidense. Detalle, este último, que el espectador de otra nacionalidad por una parte agradece y por otra echa de menos, porque justamente ese arranque de patrioterismo que puede suscitar el plantón de la divisa norteamericana le permite tomar distancia de la escena, enmarcar a la conquista del espacio y a ese, su hecho más emblemático, como un logro puramente <i>militar</i>, sin significado antropológico.</div>
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<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La tradición humanista, señalaba el filósofo francés Gilbert Simondon allá por los años en que se iniciaba la conquista espacial, se empeña en no asignarle ningún valor cultural al desarrollo tecnológico. Y termina de esa manera abonando, decía, a la misma idea de neutralidad que sostienen los tecnócratas enamorados de la máquina, esa “neutralidad” que dice que la tecnología no es “ni buena ni mala, sólo nos mejora la vida para que cada cual le dé su propio sentido”; lo bueno y lo malo, se dice desde esta óptica, son las personas, y no la tecnología ni mucho menos la ciencia. Lo malo es que desde esta perspectiva, decía ya en los tardíos años ’50 Simondon –un fanático de la biomecánica, que sostenía que ningún ciudadano debía ignorar cómo funcionan los motores y sus sistemas de control–, la cultura que renuncia a pensar en el significado real de su producción técnica termina dándole a ésta un carácter sagrado. Y bien se sabe que lo sagrado, contrariando todo precepto de la racionalidad que deberían inspirarnos la ciencia y la tecnología, no se cuestiona.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
¿Cuáles serían esos “verdaderos” significados de la tecnología, de los que supuestamente no se habla? Pueden ser varios. Empezando por el mismo funcionamiento, que por sernos en general desconocido termina por producir un efecto como de magia. El discurso publicitario, que se ha vuelto dominante incluso en áreas donde en teoría debería expresarse la racionalidad de una sociedad democrática, se desentiende cada vez más de cualquier intento de descripción objetiva de las cosas de este mundo, y tiende a incrementar ese efecto “mágico”. Las razones de ser de cada nuevo producto, de cada innovación tecnológica, la racionalidad capaz de discernir por qué las cosas se hacen de una determinada manera y no de otra, se esfuman en virtud de esa prestidigitación –eficaz, eficiente, simplificadora– y asumen la forma de la satisfacción de las necesidades, de una tautología de la felicidad que sintetiza sus múltiples caras.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Pero la tecnología tampoco es sólo un set de herramientas, o de prótesis de nuestro cuerpo, como lo había pensado a mediados del siglo XIX el alemán Ernst Kapp, de quien McLuhan tomó la idea de los medios electrónicos como “extensiones de nuestros sentidos”. Abstrayéndose de esa “ilusión” que ve a los objetos técnicos como meros “útiles” a la medida de nuestros deseos, Simondon y otros autores de su época demostraron que en la sociedad industrial –en el capitalismo, pero probablemente también en los sistemas socialistas como se habían dado hasta entonces y, agregamos nosotros, en la actualidad– toda la tecnología tiende a conformar sistemas de gran escala. Las “herramientas”, decía este autor, quedaron en la historia, en el pasado romántico de los artesanos que a fines de la Edad Media desarrollaban su actividad en los márgenes de las ciudades europeas, y que eran los poseedores de la técnica, de los medios de producción y de un sentido de la innovación donde la calidad, la función y la elegancia de los productos eran valores que no habían sido pervertidos por la lógica mercantilista de la producción masiva. Hoy las personas, al vincularse con cualquier producto de la tecnología, pasan a formar inmediatamente parte de un sistema que les asigna un rol social –es productor o consumidor, diseñador o usuario, vendedor o comprador, actor o espectador, espía o espiado, manipulador o manipulado, o a veces varios roles a la vez–, un rol social que es consecuencia directa e inevitable de las funciones técnicas de los artefactos, que es independiente de lo que cada persona crea estar haciendo, por ejemplo, cuando se sube a un auto o envía un mensaje por una red social, y que probablemente no existía, ni siquiera como posibilidad, antes de que esa tecnología fuera inventada y puesta en funcionamiento. Autores como Simondon o McLuhan, cada uno a su manera, lo vieron claramente a partir de la emergencia de fenómenos como la masividad de la televisión, y hoy la velocidad de desarrollo de las infinitas aplicaciones a través de internet hacen pensar a muchos que tal vez esa característica de la tecnología, advertida hace al menos medio siglo sin perjuicio de que siguiéramos viéndola como “neutral” o hasta “inocente”, ya nos ha pasado por encima. Cuanta más capacidad de dominar tienen unos, más posibilidad de ser dominados tienen otros, y esta parece ser una realidad que, como el principio de acción y reacción formulado por Newton como una ley inquebrantable de la física, se cumple indefectiblemente, aunque la cultura nos la oculte, o aunque un tabú nos impida mirar hacia ese lado bajo la pena de cargar el estigma del rechazo irracional, del rencor del vencido o del rezagado. En definitiva, del anatema patriarcal de la impotencia.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Desde la posición de quien asume y pone en palabras ese tácito rencor, probablemente, surgen las versiones negacionistas de la llegada del hombre a la Luna: toda la “magia” consistió no más que en caminatas de astronautas grabadas en estudios de Hollywood, trucos de iluminación en el desierto de Nevada, directores de cine famosos –¿por qué no Stanley Kubrick, que el año anterior había estrenado la magnífica <i>2001, odisea del espacio</i>?– trabajando en secreto con la NASA y guionistas de Disney, y una gigantesca conspiración tan bien montada que ni siquiera los rusos –¿qué no hubieran dado ellos por poder refutar el alunizaje norteamericano?– habrían advertido tan evidente farsa. Es comprensible que ver a la conquista del espacio exclusivamente en términos de una contienda militar entre las dos superpotencias del momento exacerbe esa paranoia negacionista, y la imagen de Neil Armstrong clavando en la Luna su bandera –imagen que Chazelle, probablemente en un acierto estético más de <i>First man</i>, elige no mostrar– la lleva hasta el paroxismo. Es que una forma de no verse en ese lugar de inferioridad, complementario de esa soberbia muestra de poder tecnológico y militar, es negar el hecho que nos habla de ella. Más aún cuando esa muestra de poder es enviada por una potencia con capacidad de destruir el mundo con sus armas nucleares, y que por entonces manifestaba con saña su impunidad y desprecio por la vida, bombardeando a la población civil en Vietnam, o entrenando a las fuerzas militares sudamericanas para un “combate contra el terrorismo” que poco después se traduciría en las atrocidades del Plan Cóndor.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>First man</i> muestra que los cuestionamientos al enorme gasto público que implicaba la carrera espacial iban, dentro de los Estados Unidos, mucho más allá de los sectores más radicalizados, los mismos que protestaban por el cese de la guerra de Vietnam. En una elegante recepción oficial, Armstrong (interpretado por el actor Ryan Gosling) flaquea al tratar de definir el “esfuerzo” que implican los proyectos de la NASA, y atina a rechazar el pelotazo: “Depende en qué contexto se lo considere”. “Lo estoy considerando en el contexto del dinero de los contribuyentes”, le responde cortante su interlocutor, formulando en términos ridículamente prosaicos (y realistas, diríamos, pero sólo en un sentido restringido de la palabra “realista”) la grandilocuencia de la empresa:</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<i>Si algo nos enseña nuestra historia es que el hombre, en su búsqueda de conocimiento y de progreso, es determinado y no puede ser disuadido. […] Elegimos la Luna no porque sea fácil, sino porque es difícil.</i></div>
<div style="text-align: justify;">
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El discurso del presidente norteamericano John F. Kennedy en 1961 había lanzado al mundo el desafío de llevar, antes de que terminara la década, a un hombre a la Luna y traerlo de vuelta. Armstrong, que a diferencia del origen militar de la mayoría de los astronautas era piloto de aviación civil, se postuló como candidato para integrar el Proyecto Gemini, cuyo objetivo era el de “ensayar”, a través de una serie de vuelos espaciales tripulados, algunos de los dispositivos, maniobras y habilidades técnicas que la NASA estimaba necesarias para las futuras misiones lunares. En 1962 los ingenieros espaciales estadounidenses ya tenían claro (y lo habían hecho público) que la forma más segura de transportar gente al satélite sería a través de dos naves: una que transportase a los astronautas hasta la órbita lunar y otra que descendiera a la superficie y luego se volviera a elevar para encontrarse con la primera y volver de regreso a casa. Además de los artefactos en sí, eran precisas una serie de operaciones –entre ellas la actividad extra-vehicular (EVA), el trasbordo de los astronautas de nave a nave, el acoplamiento “nariz a nariz”–, cada una de las cuales constituiría una proeza en sí misma, porque nunca habían sido realizadas en el espacio y a nadie le constaba que fueran realmente posibles.</div>
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<span style="color: blue; font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; font-size: large;">“Papá va a ir a la Luna”</span></div>
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Entristecido por un profundo dolor (la película comienza con el episodio de la muerte de su pequeña hija, en 1961), reservado y taciturno, el Armstrong de <i>First man</i> se distancia enormemente del héroe de Hollywood para acercarnos más a ese otro modelo de héroe norteamericano que es el misterioso Capitán Achab, creado por Herman Melville en <i>Moby Dick</i>. La posibilidad del fracaso y de la muerte lo acechan permanentemente en la vida y en el pensamiento, conformando con el deseo una sola materia. El hombre destinado a llevarse el mayor de los laureles desconoce el sentimiento de euforia, y se adivina que no sabría qué cara poner en caso de tener que festejar un triunfo. El filme pinta un astro que brilla en la oscuridad.</div>
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En marzo de 1965 les tocó ver por televisión cómo los rusos se les adelantaban una vez más, esta vez con el primer EVA o “paseo espacial”: fue el de Alexéi Leonov, flotando en el espacio a metros de la nave Voskhod 2. La televisación no fue en directo. Las autoridades rusas (según se supo décadas después) sólo liberó las imágenes una vez concluida la misión, que fue por demás accidentada. Primero, el traje espacial de Leonov se había hinchado demasiado y le impedía volver a entrar en la nave tras el paseo: lo logró a duras penas con un movimiento desesperado, ingresando de cabeza por la manga de salida cuando la indicación era hacerlo con los pies. Adentro de la nave se descontroló el nivel de oxígeno y temieron el incendio durante todo el regreso a tierra, que tampoco ocurrió según lo previsto: Leonov y su compañero Pavel Belyayev fueron a parar a un bosque helado de la taiga siberiana, donde casi son comidos por los lobos y sólo pudieron ser rescatados días después.</div>
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Con el inicio del Programa Apolo, en febrero de 1967, la tragedia toca de cerca al grupo. Los astronautas Virgil Grissom, Ed White y Roger Chaffee fallecieron en la rampa de lanzamiento de Cabo Cañaveral a bordo de la cápsula Apolo 1 por fallas técnicas que provocaron un incendio. Buzz Aldrin cree que la muerte de Grissom lo coloca entre los candidatos a viajar a la Luna, y desenfadado y sin pelos en la lengua, lo dice delante de todos. Su comentario resulta, como mínimo, inoportuno. Buzz se excusa; al fin y al cabo, dice, “es lo que todos piensan”. “Tal vez deberías pensar en no decirlo”, lo corta Armstrong. La verdad es para él un reino de silencio y de contemplación, aún, y sobre todo, cuando está sobrecogido por el terror, a bordo de un avión-cohete X-15, esos costosos engendros militares ensayados en la década del ’60 que superaban la velocidad Mach 6 y permitían, en una experiencia cercana a la desintegración total del avión y del piloto, sobrepasar la atmósfera:</div>
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<i>Era tan delgada, una parte tan pequeña de la Tierra, que apenas se podía ver; y cuando estás aquí abajo entre la multitud y miras hacia arriba, parece… parece bastante grande y no piensas mucho en ello. Pero cuando tienes un punto de vista diferente, cambia tu perspectiva. No sé qué descubrirá la exploración espacial, pero no creo que sea sólo una exploración por el bien de la exploración. Creo que será más el hecho de que nos permitirá ver cosas que tal vez deberíamos haber visto desde hace mucho tiempo, pero que no hemos sido capaces hasta ahora. </i><span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; font-size: x-small;">[1]</span></div>
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Por eso, les dice a los reclutadores del Proyecto Gemini en la NASA, quiere ser astronauta, como si en la operación tecnológica que iba a anular de manera efectiva y para siempre la distancia que separa al hombre de su diosa lunar debiera necesariamente estar presente, y en grandes dosis, la metafísica.</div>
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<i>– ¿Qué pasa, mamá?</i></div>
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<i>– Nada, querido. Tu papá va a ir a la Luna.</i></div>
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<span style="color: blue; font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; font-size: large;">Misiones a la Luna</span></div>
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Una página actual de Wikipedia ofrece el simpático detalle de incluir en el listado de “Misiones espaciales lanzadas a la Luna” a proyectos imaginarios como, por ejemplo, la leyenda contada por Plutarco en el siglo I antes de Cristo acerca de un “camino que lleva a la Luna” en <i>De facie en orbe Lunae</i>, una novela de Luciano de Samosata fechada en el año 79 de nuestra era, una cita de <i>La Divina Comedia</i> de Dante Alighieri y, por supuesto, <i>De la Tierra a la Luna</i> (1865) y <i>Alrededor de la Luna </i>(1870), ambas de Julio Verne, sin olvidar las anteriores <i>La conquista de la Luna</i> (1809), del norteamericano Washington Irving, y el relato fantástico <i>La incomparable aventura de un tal Hans Pfaall</i> (1835), de Edgar Allan Poe. Según ese listado, para julio de 1969 las misiones espaciales reales enviadas al satélite natural de la Tierra por soviéticos y norteamericanos a partir de 1958 habían sido, en total, setenta y una. Salvo las misiones Apolo 8 y 10, ninguno de los otros vuelos fue tripulado, pero todos tenían un objetivo técnico, ya fuera de aproximarse, de orbitar o bien de alunizar, además de probar tecnologías.</div>
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Solamente 25 de esas 71 misiones lunares (el 35 por ciento) habían sido exitosas. Tras el alunizaje en <i>First man</i> se escucha a un locutor de radio desde la Tierra:</div>
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<i>Estos primeros hombres en la Luna han visto algo que los hombres que los sigan no experimentarán.</i></div>
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La teoría dice que los primeros son siempre los que allanan el camino y ponen las piedras para que los que vienen detrás pisen más seguros. Pero si bien en el Programa Apolo las cosas venían saliendo a pedir de boca, al menos a partir del accidente inicial que costó la vida de tres astronautas en Tierra, esa regla en general no se había dado en el transcurso de la carrera hacia la Luna. Los rusos habían fracasado en 26 de sus 41 misiones, la enorme mayoría aún después del éxito pionero del Lunik 2 en 1959, y en otros 6 de sus intentos hubo fallas, y el éxito fue sólo parcial. La NASA contaba 16 éxitos totales y cuatro parciales, pero 14 fracasos intercalados entre ellos: nada garantizaba que, tras un éxito, el esquema se repitiera. En diciembre de 1968, el Apolo 8 orbitó por primera vez la Luna con tres astronautas a bordo: Frank Borman, James Lovell y William Anders, con lo que, literalmente, el sueño de Julio Verne en <i>De la Tierra a la Luna</i> –donde los tres personajes logran orbitar la Luna y regresar a la Tierra– se hallaba ya cumplido. En mayo de 1969, el Apolo 10 repitió la hazaña.</div>
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Las misiones tripuladas a la Luna fueron cinco en total. La última, Apolo 17, logró hacer alunizar al módulo de excursión y un vehículo todoterreno, y estuvo integrada por Eugene Cernan, Ronald Evans y Harrison Schmitt, un geólogo. Fue el 7 de diciembre de 1972.</div>
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<span style="font-family: "trebuchet ms" , sans-serif; font-size: x-small;">[1] TRADUCIDO DE UN FRAGMENTO DEL DISCURSO DEL PERSONAJE DE NEIL ARMSTRONG EN EL FILME DE CHAZELLE.</span><br />
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<span style="font-family: Trebuchet MS, sans-serif;">* Publicado originalmente en <i><a href="https://laespiraldearquimedesblog.wordpress.com/2019/07/19/que-significa-llegamos-a-la-luna/">La espiral de Argquímedes</a></i>.</span><br />
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Oscar Cuervohttp://www.blogger.com/profile/15744374287487312025noreply@blogger.com0