NOTA DEL EDITOR: Esta entrevista fue publicada originalmente en el blog La música es del aire, editado por Santiago Segura. Forma parte de una serie de charlas futboleras titulada LMEDA Mundial, que durará lo que el Mundial de Brasil. "El Mundial -explica Santiago- nos servirá como excusa para bucear en las vivencias y los pensamientos de músicos y periodistas argentinos acerca del deporte más popular en nuestro país y en el mundo". Antes de esta nota ya fueron publicadas otras: al músico Pol Neiman, los periodistas Federico Anzardi y Sebastián Lino, y la fotógrafa Andy Cherniavsky.
Llegamos a la primera semana de Mundial y el balón sigue girando en Brasil. Mas en La Música es del Aire, esta vez, ponemos la pelota bajo la suela para detenernos en las palabras de Oscar Cuervo. Profesor de Filosofía de la UBA, sabio del cine -estudió en el ENERC-, director de la revista Parte de Guerra en los '90 y, desde 2003, director técnico de ese monstruo de tres cabezas llamado La otra: primero notable revista, luego nocturno programa de radio en las madrugadas de FM La Tribu y, por último, hipervisitado blog (en el blog encontrarán enlaces a todo lo demás, por supuesto).
Oscar está lejos de ser un gran fanático del fútbol, pero su mirada analítica siempre aporta al debate. Nos cuenta que es de Huracán pero no mira los partidos; que le simpatiza la figura de Maradona (con leves reparos); y que, a pesar de no ser un ferviente futbolero, lejos está de las posturas antifútbol de Jorge Luis Borges y Juan José Sebreli. Allá vamos:
HURACÁN, EL BARRIO Y LOS RELATOS ÉPICOS
- ¿Hincha de?
- De Huracán.
- Sé que no sos precisamente un fanático del
fútbol...
- Efectivamente no soy fanático del fútbol, pero
tampoco soy fanático del antifútbol. Digamos que me produce una amable
indiferencia, siempre que cerca de mí no se pongan muy densos, onda Tano Pasman
o violentos como barrabravas. El fútbol me cae simpático como juego, siempre
que se lo tome como juego.
- ¿Sos de Huracán por simpatía barrial o por
herencia familiar?
- Soy de Huracán por barrio, por estirpe. Mi papá
lo es; un tío mío jugó en la primera de Huracán hace dos billones de años, el
Turco Rueduch;
mi abuelo materno trabajaba en la Quema: el predio donde se quemaba la basura
de la ciudad, que quedaba al lado de la cancha, de donde sale el adjetivo los
Quemeros para referirse a los hinchas de Huracán; mis abuelos eran muy
pobres y llevaban a mi mamá (de chiquita) y a sus hermanos a buscar cosas
valiosas, como ser cubiertos o cosas así que la gente en aquel entonces tiraba
a la basura. Digamos que Huracán me evoca todo eso. Barrio de casas bajas,
todavía, mucho cielo. Además el logo de Huracán me parece un gran hallazgo de
diseño. Me parece que es el logo más lindo del fútbol argentino.
- Coincido, es un escudo muy lindo. ¿Y mirás algún
partido o sos hincha
de sólo
para tener qué contestar cuando te lo preguntan?
- Hace mucho, pero mucho que no miro un partido
entero. Miro un rato y me distraigo, así sea, como fue en estos días, una final
entre Huracán e Independiente en la que se decidía el ascenso. No es por ningún
principismo, sino que me distraigo y me pongo a leer otra cosa.
- ¿Hay algo que te acerque al fútbol, algún
personaje o algún aspecto del juego que te resulte atractivo?
- Me gusta cuando el fútbol genera relatos épicos,
las grandes finales del Mundial que tienen alternativas dramáticas, los equipos
que remontan un partido a pura garra, cuando Maradona hacía jugadas asombrosas
e inolvidables en el '86, cuando lo sacaron del Mundial por el doping positivo;
me acuerdo de un partido en el que Palermo hizo algunas jugadas heroicas bajo
una lluvia torrencial...
- El gol en las Eliminatorias del Mundial 2010,
contra Perú.
- Debe ser ése. O una madrugada en que Argentina
quedó fuera del Mundial, cuando los partidos se jugaban a las 5 de la mañana,
¿supongo que sería en Japón? Recuerdo a Batistuta arrodillado llorando y me
parece que era un buen equipo al que le faltó definición. Me quedan imágenes,
pero me olvido del argumento. También tengo algunos recuerdos auditivos: los
jingles que se pasaban en la cancha de Huracán cuando yo era chico: “si
su piloto no es Aguamar, no es impermeable, se lo puedo asegurar...”, o “Proveduría
Deportiva tiene de todo, todo, todo...”. Eran unas músicas horribles,
mezcla de tarantela y marcha militar, y salían por los parlantes con un
tremendo sonido a lata que rebotaba contra el aire frío de la tarde. Me
producían una mezcla de fascinación y repudio musical... (Risas).
DIEGO, MESSI Y LOS MUNDIALES
- ¿Qué te despiertan, por ejemplo, Maradona y
Messi?
- A Maradona le tengo mucho cariño, aunque a veces
su necesidad de estar siempre exponiendo su vida familiar me satura. Por
supuesto que es el mejor jugador que vi. Además sus posiciones políticas me
resultan simpáticas, aunque a veces también derrapó en ese sentido. Me parece
un genio comunicacional, acuñó algunas grandes frases que ya forman parte de
habla popular, como “se te escapó la tortuga”, o “la
tenés adentro” y mil más. Ahora lo vi en el programa De
Zurda, junto a Víctor Hugo, y me da la impresión de que el programa está
hecho por gente inepta, que no sabe de televisión, porque sólo así se puede
desaprovechar a dos monstruos de la comunicación como ellos. Falta un productor
que entienda el lenguaje televisivo, entonces los dos están rígidos y solemnes
y pierden lo mejor que saben hacer.
- ¿Y Messi?
- Messi: no me produce nada. Como persona me
parece muy aburrido, jamás lo escuché decir algo interesante. Es un bicho
experimental, me parece, que no tiene en la cabeza nada más que fútbol y dinero
(a diferencia de Diego, un tipo que se apasiona por muchas cosas). Pero a la
vez me encantaría que esta vez jugara muy bien e hiciera un Mundial que todos
recordemos, que lleve a la Selección bien alto y que haga goles memorables, como
los de Maradona. Me encantaría que se haga verdad su fama de crack, algo que en
la Selección nunca demostró. Nunca vi a Barcelona, por lo tanto nunca lo vi
jugar maravillosamente. Entonces espero que este Mundial deje una huella
indeleble.
- Durante el Mundial 2010 escribiste: “OK.
Señores: empezó el Mundial. Todo muy lindo, me voy a dormir. Despiértenme el 11
de julio a las seis de la tarde”. ¿Toda tu vida fuiste de odiar los
mundiales?
- ¿Dije eso en el Mundial 2010? ¿En
Facebook?
- No me acordaba. Sería que en ese momento no
estaba muy enganchado. En realidad no odio los mundiales, me divierte la
conmoción social que producen, la gente que llena los bares y se pone a
conversar con desconocidos, la manera como atraviesa la vida cotidiana del
país. Yo miro con interés no los partidos en sí, sino lo que generan en la
sociedad. Ahora, si alcanza cotas muy altas de chauvinismo, de triunfalismo o
de depresión, entonces me produce rechazo. Preferiría que se lo tomara con un
espíritu más de juego y no como una tragedia ni como una gesta heroica. Sé que
pase lo que pase, con Argentina campeón del mundo o siamo
fuori della copa, en pocos días todo vuelve a la normalidad. Lo que sí me
está saturando es la publicidad.
- Es insoportable.
No puedo creer que se apelen a argumentos tan
berretas como “los
argentinos nos volvemos todos buenos y amamos a nuestro país y somo capaces de
hacer cualquier cosa por nuestra Selección” y
boludeces por el estilo (risas). Ese tipo de instrumentación me hace
detestar el fútbol, sobre todo cuando la gente la asume como propia. Quizás a
eso me refería la vez que puse que me iba a dormir hasta que terminara el
Mundial.
- ¿Y aprovechás para hacer otras cosas mientras
todos están encerrados mirando los partidos? Ir al cine, al teatro, a un
show...
- Generalmente cuando todo el mundo está pendiente
de los partidos me dedico a hacer otra cosa, ir al cine, leer, u observo como
el ritmo de la vida se altera. Depende de cómo me agarre. Quizás me engancho
con la Selección y empiezo a mirar los partidos. Si pierden me voy a
entristecer un rato y en seguida se me va a pasar. Lo mismo si ganan.
- Pensé que tenías una visión más negativa respecto
del deporte. Lejos estás de la postura borgiana de “once
jugadores que corren detrás de una pelota para tratar de meterla en un arco,
algo absurdo y pueril”.
- No, la postura borgiana no, menos aún la de
Sebreli, que me parece un soberano estúpido. Creo que el fútbol es bello, el
juego tiene inteligencia y dramatismo, que es muy lindo observar a los grandes
jugadores o a los equipos que están bien ensamblados. Lo que rechazo es la
violencia por la que se puede querer linchar a un hincha del equipo rival, ese
tipo de identidad reactiva que te lleva a odiar al contrario me resulta muy
detestable.