lunes, 26 de septiembre de 2022

Belleza de lo que termina - pero recomienza, al día, al amor siguiente - JLG/Ricagno

Filme Socialisme

 -Apuntes impresionistas sobre  una primera visión del film de Godard 

  en forma de poesía, con el permiso de Pasolini- 

por Alejandro Ricagno *


dedicada a  todos aquellos y aquellas que saben reírse seriamente con Godard, con Tati, con Toto, y con Keaton (Buster o Diane, igual da ¿igualdad?) A los que tienen -cinéfilos o no- en fin, sentido del humor y del amor.

 Ah; y  también a los cinéfilos que no detestan el teatro. 


La mer, la mer, toujours recommencée. O récompense après une pensée. Qu'un long

regard sur le calme des dieux!

Paul Valery

 

 Como en un film de Godard/ 

 Aturdido como después de un film de Godard/

 

 Y allí perdido entre los pasajeros del barco/ 

 Alain Badiou, entre camarotes en la geometría del vacío/

 

 Los pasajeros, mientras tanto, juegan con los tragamonedas/ 

 Y el mar…. La mer, la mer, toujours recomencée

 

Pero para los tripulantes de este Titanic/ 

cuyo hundimiento es seguir indiferente frente a la belleza del mar/

para ellos, Jean Luc,  

nunca recomienza. 

 

Ni siquiera está:

Superficie lisa de deslizamiento de falsa horizontalidad

(Idea Europea de Democracia expulsiva)

Salvo para vos, 

que lo retratás en HD, por primera vez…

 

(Hacer algo, por primera vez a los 80: nacer.)


Film Socialisme: uno se hunde en la butaca de ese mar de citas,

en el barco ebrio de dinero y desazón

aunque Patti Smith cante como una eléctrica Rimbaud:

Oh, Gloria!

Jesús murió por los pecados de alguien, pero no por los tuyos/ Patti, my dear!            

Pero no por los tuyos, 

Jean Luc, cher ami!

  

 Yo los saludo a ambos y levanto mi copa por más películas y poemas!

 Por la pobre Europa, levanto mi copa!

 Por entre los escombros de Medio Oriente, levanto mi copa!

 Por el Tercer Mundo y su miseria fotografiada hasta la Náusea en los libros  

 Y los documentales europeos       

 Y en los celulares de turistas, 

 Y en el banco de datos de Facebook 

 Apuro mi copa en alegre trago amargo -sin obrero-

 mientras dudo si seguir en el barco 

 o saltar: 

 Film Socialisme:

 

De un abismo a otro / De un pensamiento a una imagen

acá, en la pantalla, 

allá, en la vida - y viceversa-

en la búsqueda de la idea de un Socialismo para un Film

que como el mar…

-Etcétera-


Como en un film de Godard: 

la paradoja consiste en que la memoria universal

son sus fragmentos que Jean Luc hace estallar para clavarlos en la nuestra

¿La imagen nos enseña a ver antes que escribir? 

  

-Preguntas al no azar-

Ver será realmente Ver, sin vidrio oscuro

delante o detrás?

   

-Preguntas al no espacio-

Y la palabra, qué fija o dispara? 

Y la palabra que fija: dispara.

Un barco como una casa de citas 

-donde el ex nazi amable puede ser un señor de apellido ¿judío?, confundido en las luchas argelinas de aquel FLN, donde el marinero ruso no es de Potemkin, y el capitán posa frente al turismo obsceno de cámara digital y sonrisa de Black Jack(ass) entre el ruido de los tragamonedas-


Un barco como una Casa de Citas

Burdel cultural europeo de luxe multilingual 

Mientras Palestina es la herida y su pueblo se balancea en las cuerdas

de los equilibristas del ultimo film de la Vardá

-despreciado por varios críticos argentinos de Fipresci, que prefiere  las proezas físicas de los que se golpean, rien, y beben sudor testicular, por la gracia de la Libertad Documental Norteamericana & White Trash-

  

Y vos Jean Luc, con tus anteojos, supiste ver

que las playas de Agnès, también 

son las de otro pueblo que las anhela con sangre,

 

  y sin embargo allá nomás, 

 EL MAR - toujour recomencé

En Pax

En HD!!-

 

Y la eternidad - sabemos que es el Sol mezclado con el mar-

Siempre en Poniente. 

 

Belleza de lo que termina - pero recomienza, al día, 

al amor siguiente-


 Todos son -somos, queremos, ¿quisimos ser?- pasajeros de Europa Paquebote,

 Paquete bobo de mercancías culturales, sin  distinción 

 Imagen clara junto a imagen degradada. 

Ver más tarde: O antes de que sea demasiado tarde :VER- más vidrio-

 

Como en un film de Godard, 

como en la pesadilla de Pasolini

-muerto frente al mar pobre de Ostia o Bombay, Palestina, el Riachuelo, lo mismo da- 

sumergidos, todos, navegando en las autopistas o las aguas 

-troubled water-

del neocapitalismo moderno,

y Pier Paolo, solo, poeta civil en sus huesos al sol 

bajo el peligro de escribir en Profecía- 


¿Y cuando se filma en profético esplendor, Jean Luc?

Entonces: Filme Socialisme.


-¿Que pasa con las imágenes de Egypto, del final, por ejemplo?-

Los peligros de filmar en Profecía. 

Las palabras son importantes, ha detto  Moretti, Nanni.

Ah sí, pero también la melange de imágenes  -y lenguas- 

allá adelante: Abismo: Film Socialisme. 


Peligros de anticiparse a la historia en la nueva manipulación  poética

de viejas imágenes.

Lo filmado se vuelve Real.

Mientras el Paquebote navega 

su grave ficción de capital. 


¿Te acordás, Jean Luc, de Poesía en Forma de rosa

(Claro que te acordás, 

viejo zorro suizo con los ojos llorosos de inteligencia detrás de un cristal claro!!)

Si no hacés otra cosa que recordar... 

Pero –como Pier Paolo- hacia adelante…

Privilegio profético de filmar

uno dos, tres, pasos más en avance que los demás

Aún en precipicio

Aún en Abismo 

Uno Dos Tres pasos -sin nubes-: Film Socialisme.


Soledad del explorador de fondo:

Los que nadamos muy detrás de ti, te decimos 

Adelante viajero! 

Navegar es preciso y vivir no es preciso.

 

-Pero de vez en cuando, Jean Luc, 

 a mano:

 Un salvavidas.

-De vez en cuando- 

 

Una frase de la que agarrarnos,

una imagen que nos detenga en el momento

Exacto en que el pensamiento, saturado de dialéctica,

da un brinco o latido simple de belleza simple.


Dejanos conservar un instante esa imagen

Ese sonido.

Ese silencio.


Dejanos, un momento: 

Film Socialisme. 

 

-Me ahogo, a veces, entre tus voces, 

 entre tus luces,  

 Jean Luc, entre tus sombras 

 y sabés 

 que estoy como vos

 de parte y entre las cosas

 perdido. Como un niño-

 Me ahogo a veces, como vos, en medio de dos siglos.


 Como en un film de Godard: un ensayo musical

 dividido en tres movimientos 

 Una Sinfonía que va del Mar a la Tierra 

-a un Sur francés y luminoso-

para llegar a los puertos 

o ciudades, como puntos de memoria. 

Y la palabra: 

¿Socialisme? 

  

 Lo que interroga y atraviesa el mar

Como Deuda Eterna,  

de uno a otro siglo.

 -y hacia atrás, también, 

Helás; 

hacia atrás: 

la idea de varios socialismos

(¡Toujours recomencée!)

perdidos como niños.

Digresiones a acerca de la segunda parte de Film Socialisme. Incluye restos  diurnos de  una reciente polémica pesadilla crítica-

Pregunta escolar: Maestro Jean Luc, dice el alumno -que soy yo-

– la mano me tiembla, la escena es en una escuelita de críticos al sur del tercer mundo; mi mano, la de alumno que no quiere ser demasiado aplicado o manya oreja pero admira al prestigioso profesor invitado. Me escuece el guardapolvo del polvo de la nouvelle critique argentine -los compañeritos- hecha polvo, pomada para zapatos, suciedad del pensar de la falsa tolerancia; los otros alumnitos burlones se tiran, mientras tanto, con dvds de comedias escatológicas norteamericanas, se ríen del profesor suizo con barba de tres días, anteojos culo de botella y olor a cigarro; se ríen del alumno atrasado que pregunta (yo). Se ríen del barco quieto-:

“Monsieur Profesor Godard: ¿los ideales de la revolución francesa quedan solamente para que los interrogue un hermoso niño rubio frente su madre, en la cocina de una casa-garaje- gasolinera del “midi francés”? ¿Es una ironía la elección del lugar? ¿Tendrá algo que ver que allí fue donde la Resistencia Francesa dio la más dura de sus batallas en la Segunda Guerra? Pregunta el niño atrasado.

“Intelectual! Pedante! Atrasado! Fascista!!”

-gritan los otros alumnos, ante la pregunta del alumno atrasado – que soy yo- y prenden el televisor para ver Transformers mientras escriben en su cuadernos 

“La importancia tecno biológica de los auto-robots en el cine mainstream contemporáneo, contra la senilidad del pensamiento suizo y los críticos afrancesados”; mientras uno de ellos le pega a otro con una mano Gigante y todos ríen, ríen, ríen; hacen ruidos de pedos con la boca y se ríen, porque la risa es democrática y todos están de acuerdo en que la broma es estúpida pero la celebración de la estupidez es inteligente y democrática, así que celebremos, dicen, mientras pisotean copias de Film Socialisme

en nombre de la democrática risa contra los intolerantes que no se suman al festejo, mientras el alumno atrasado (yo) insiste frente al profesor suizo, que indiferente que ya no está allí… 

Se ha ido a mirar un pájaro cantor del otro lado de la ventana -tal vez un mirlo- pero el alumno atrasado -es decir, atrasado porque que no entiende la celebración (a)crítica de comedietas bastardas, por parte de los compañeritos, enarboladas como el último bien iluminador de los valores culturales de la globalización contra “la intelectualidad pretenciosa”-aka los films del profesor que el alumno atrasado intenta defender con argumentos balbuceantes -le pregunta al profesor suizo:

“¿Se resuelve, Monsieur Profesor, el socialismo como caricatura en la segunda parte de su Film Socialisme- por lejos, las más oscura- en esas alusiones a una elección local del sur de Francia, mientras vemos a un Burro y una Llama tercermundista esperar al lado de un surtidor de nafta?” 

Eso pregunta el alumno -es decir, yo- curioso y confundido, que de pronto no es más un alumno: es un viejo y le sudan los ojos y no ve bien. 

Y el profesor Godard se ha ido tras el mirlo o tras una mariposa o una paradoja o un mar. Y los alumnos compañeritos, también han crecido, pero no tanto -hasta la adolescencia indefinida entre 14 y 55 años, aunque algunos tengan canas, al lado de otros que pasan en skate- y ahora son profesores que acusan de retrogrado e intolerante al alumno atrasado y viejo (o sea yo); acusan  de pedante y senil al profesor suizo, mientras el alumno atrasado decide democráticamente mandarlos a la mismísima mierda, para hacer merecida gala del mote de intolerante, y en seguida huye alegremente tras el mirlo que, le dijo el profesor suizo, es un amigo intimo de Otar Iossellani con quien, al fin, toma vino al sol de una plaza entre cartoneros y linyeras cantores.

-Fin de la pesadilla con final feliz- 



Lento despertar de  las imágenes al universo de lo real, 

-pero sabemos que en lo Real está la muerte-

entonces no despertar del todo, 

duermevela aún, Jean Luc 

que en los sueños nos entendemos mejor 


En los sueños.

Como en el cine.

Ahh, perdón, querido Jean Luc. 

Me pierdo en rencillas críticas. 

Pesadillas recurrentes.-Pero vos entenderás.


La poesía se me desliza hacia la prosa. 

La prosa hacia la rabia- pero vos entenderás.

-Siempre te gustaron las polémicas-


Aquí, en el texto una idea y otra, desembocan en una nueva, inesperada.

-Como en Film Socialisme, ahora que lo pienso-

 Pero en el camino pierdo la (Nuestra) Música.

-Como en la segunda parte de Film Socialisme, ahora que lo pienso-

 

Te estoy pediendo la pista, joven Jean Luc,

Hijo de otro siglo próximo que aún no se inventó!!!

Me pierdo con vos -lejos de las mezquinas rencillas criticas, lejos de los que no te quieren, 

o peor aún, quieren lo que vos odiás,  

quieren aquello contra lo que vos luchaste y luchás,

 entre el mar de los siglos. 

 Lejos, 

 me pierdo con vos.


Contra los que celebran el triunfo de la estupidez oponer, Jean Lucky Luc, el jugar,

seriamente, como niño a veces, con la leve tontería y su verdad.


Me pierdo con vos, querido Jean Luc 

en la segunda parte de Filme Socialisme


Me pierdo en el gesto del niño rubio hablando de Renoir -el pintor- mientras le mira el culo a la negra africana 

-como Rimbaud que tuvo una cuando se perdía a si mismo en África y otros contrabandos non sanctos.

África, 

-que para Pier Paolo era “su última esperanza”-


Me pierdo, te dije.

Yo siempre es Un Otro, Jean Luc,

 ya lo sé. 

Ya los sabemos. 

-Se lo hiciste decir a Ana Karina, cuando aún podíamos, con ella,

con nosotros, Vivir su (nuestra) vida- 

Una idea confusa una imagen clara

¿Era así, Jean Luc? ¿Será así, todavía?

Porque, sin embargo, fíjate que régimen de imágenes se festeja

- Y nos domina-

¿Qué claridad, entonces, invocar? 

El  mar,  encore,  toujours…?

Y sin embargo el Otro no es nunca Yo; Jean Luc. 

¿En qué idioma hablarle? 

¿Bastan sólo las imágenes? 

¿Basta la poesía? ¿Basta la salud? 

 

El barco que sigue, la vida que sigue, el dolor… 

-pero también la alegría de poder nombrarlo…


 Me acuerdo de Renoir, el patrón, 

 que nos enseñó la crueldad de las reglas del juego

 de las clases (magistrales).

 Pero de un modo amable, Jean Luc: ahí esta  la cosa. 

(Estar de parte de las cosas) de Un modo amable.

 

¿Se puede ser amable con la Historia del último siglo, querido Jean Luc?

¿Y del nuevo, a un click virtual  de distancia y destrucción?

¿Se puede –a esta altura- volver al cuento? 

¿O acaso es mejor la música, como la música del viento sobre las oreja de un barco autista? 

¿Se puede ser amable, Jean Luc? ¿Cómo se hace? Vos que sabés hacer humor gravemente leve, ¿CÓMO SE HACE? Vos que sabés llorar como nadie…

Si hablamos todos en un otro idioma, en la nave de los locos, 

y las imágenes no alcanzan sino que nos alcanzan,

nos dan caza, caza-bombardeo, y toujours recomencé,

muertos, ya, sobre cubierta?


Si extraño  tantos a mis hermanos que, sabés, nunca estuvieron. 

¿Cómo se hace, Jean Luc, me cache en dié?

(Nota para otros naufragios: el barco es la metáfora social más navegada por la historia del cine: Navegantes, Potemkins, Titanics, Arcas Rusas, Sweets Movies, Itálicas y operísticas Naves que van, no se sabe a dónde, apoteosis de la mezcla de clases, de sus luchas, contrabandos, amores, hundimientos, rescates en alta mar, sus separaciones: Alta Marea). 

 

Yo solamente zarparía en L´Atalante, 

el más amable de los barcos de los pobres amantes.


 ¿Es eso, Jean Luc?

¿Zarpar y zapar entre registros digitales y ver qué pasa, 

qué queda de (en) los puertos de la memoria? 

¿Las ciudades? 

¿La Itaca de Kavafis del que siempre llevará su fracaso, de ciudad en ciudad?

 Allí están, al final de tu Coda: Nápoles- donde Pier Paolo preguntaba qué era el amor- Hellas pour toi. (Atenas), Egipto, ayer  nomás en las calles de El Cairo.

Palestina, la coda final. 

Palestina, la vieja herida actual.


-y ahora pienso en Trípoli bombardeada, como en Buenos Aires, décadas atrás-

¿Qué son, de quién son, de dónde vienen, esas imágenes 

que me surgen por mera asociación, en una ciudad que le da la espalda a su río marrón donde navegan los muertos sin sepultura que ni siquiera Sartre imaginó?

Buenos Aires, 

La Plata,  

Quilmes

Ostia, 

El Cairo 

Bombay,

Trípoli. 

 

Y los ríos  

Siempre deberán ir al mar que es el Morir, Jean Luc? 

Y- a til- une petit espoir…?  

Una sola…?

Un Juanele que nos guíe, por la senda azul 

y las orillas?


Morir de imaginar la muerte de la imagen 

-de los otros; de uno mismo- 


Pero también morir de Morir, de golpe, 

de porrazo, 

de recibir una imagen que no se ve,

que no se lee,

una palabra que no llega. 

O llega tarde 

y mal. 


Pero también de la bala por la espalda, por ejemplo, 

de las bombas en las plazas, del veneno en el agua, del hambre, en la esquina, acá nomás


un deslizarse mínimo sobre  la borda y cualquiera en cualquier momento

…en  la mer, la mer, toujour recomen…MERDE…!


(Glup, sonido de aguas profundas)

…….

No hagan olas, por favor.


Es el siglo XXI, estúpidos!  

Y es la economía líquida, virtual, pero también la crisis de la palabras que la nombran, 

la mala economía de la palabras liquidadas, como Film, como Socialisme, en el despilfarro de las imágenes que se reproducen y se reproducen y ya no puede nadie nadie puede nombrar más!


Qué nuevo siglo de manos!

No: de dedos en ordenadores!

Y no es sencillo, Jean Luc! 

No. Pas de tout. 

Niente. 

Non. No. 

Guarda al hilo.

¿Film? ¿Socialisme?

 Disparador de dudas, en otro sur, en otra lengua, 

 el mismo mundo.

 

Que nadie pueda decir esta imagen es mía, ya que si nada nos pertenece en igualdad, toda imagen en cambio, a cambio, nos pertenecerá. 


Así sea, Jean Luc. 

Así : sea. 

Así: mar.  

Yo me valgo de esquirlas de poetas cuyos nombres casi olvidé, vos de imágenes de noticieros, de videos, de películas de Hollywood, y de las otras, donde siempre hace siglos venimos cayéndonos en las Pirámides, o en las escalinatas de Odessa, que ahora remonta el turismo. 

Que toda imagen no tenga dueño. 

Que pueda ser reciclada, invocada por la memoria araña, en un  poema, en un ensayo, pero que no la roce nunca la estupidez.

-Aunque yo preferiría a la hora fatal llevarme una imagen casual, al pasar, mía, mía 

-resabio burgués, que en mi alma no pura, aún anida- 

Una imagen personal, no reciclable: una flor o piel de aquel amante, un cielo, aquellos ojos verdes- aquellos- y la voz de esa mujer, toujours recomenzando en mi memoria, antes el sonido que la imagen, 

una manera setentista de fumar  y de decir incluso la palabra “memoria” sin embalsamarla, 

y decir, escucharle decir algo “sobre mi rostro trágico”,

ESO anhelo, Jean Luc,

como última imagen visual y sonora, propia, mía, mía, 

no te la doy a vos que sos mi amigo, no se la doy a los enemigos de la inteligencia, 

a los ex amigos no se las doy tampoco, no la dono, no al entrego, egoísta de mí, 

pero a lo mejor  en esa hora grave, leve, entonces

                                                                               ya no importe.. 


-Una Imagen Sin Pasado Universal 

como la sonrisa de aquel amigo muerto hace tantos otoños, que es la época que mueren lo que saben morir, la película que no vimos mientras transcurría la película vivida que se desvanecerá en la nada. 

O en el mar.

 

Ahora qué hago con las esquirlas de metralla-collage que me dejaste, Jean Luc: 

Despertaste la bestia de belleza fatal: Film Socialisme

Me muero, memoria: 

Utopía de la pérdida. 

Ganancia sin usufructo de la pura belleza 


Frases, 

Palabras,

Paroles, 

Mots 

que nos lanzás como botellas del náufrago, como marinero de poema de Tuñón,

para hacer huir a los idiotas que necesitan celebrar la idiotez  

como Triunfo de la Voluntad.!!!

 

Pero vos sabés, mejor que nadie,  Jean Luc, querido

que aún quedan dichas 

terribles dichas a descubrir sobre la luz terrestre

La esperanza es un niño fauvista que dibuja a un negra adolescente sobre una escalera.

Y para las almas, (aún), -a dios Gracias-

No hay copyright.


Posdata:

Nadamos; Jean Luc. 

Es así, nomás.


Es la costumbre de los ahogados.


(continuará… en otros poemas)


(Se agradece la inestimable colaboración de Pasolini, Pratolini, Patti Smith, Molina, Cernuda, Paul Valery; Rimbaud, Badiou, Jarry y tantas otras voces y otros nombres universales secretos e íntimos, que están soplando en el viento de mi corazón o casa).


* Este texto fue escrito por Alejandro Ricagno para revista La otra n° 26, a propósito del estreno de Film Socialismo de Jean Luc Godard. En estos días adquiere renovada vigencia. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario