por César Colman
Con orígenes en el jazz y en la música experimental, supieron encontrar la fórmula para sonar en los ochenta. Esta, podría decirse, es la historia de tres rubios que afinaban, cantaban bien, y sabían tocar sus instrumentos. Pero, por sobre todas las cosas anteriores, no pertenecían al ambiente en el que se movían. Y es que a fines de los setenta ellos irrumpieron en una escena que les era totalmente ajena. Tal vez por eso, sus rubias melenas se mantuvieron por contrato luego de habérselas teñido para una propaganda. Pero lo importante es el legado de cinco discos hecho por músicos que a pesar de todo no renegaron de sus orígenes. O, como dijo alguna vez, Andy Summers, la última gran banda de los sesenta…
The Copeland
Con padres miembros de la CIA y del servicio de inteligencia británico durante la segunda guerra mundial, la familia Copeland vivió en Damasco, El Cairo, Beirut, entre otros países y esos lugares fueron una gran influencia musical. En el comienzo, el ímpetu y la impronta del proyecto The Police pertenecían a Stewart Copeland. Ian Copeland era el bajista de la familia y alter ego de Miles Copeland, que es dueño fundador de I.R.S. Records, además de manejar el destino de algunas bandas (Wishbone Ash, Caravan). Creó empresas organizadoras de giras musicales. Eso fue de gran ayuda para The Police, ya que fue manager de la banda y luego de Sting solista. De hecho, fue Miles quien descubrió el potencial compositivo del cantante y consiguió el contrato de grabación con A&M. Con lo que The Police, simplemente, se sumó a la familia.
Nacidos en los 50
The Police no fueron tres amigos de la adolescencia que deciden de un día para el otro tener su banda. De ellos más bien puede desprenderse que son una banda causal. Y tal vez por eso el francés Henri Padovani no duró mucho tiempo como guitarrista. Porque, dadas sus escasas habilidades musicales, a Sting no le agradaba su desempeño. Sin embargo, Padovani fue importante durante sus primeros pasos, por sus contactos y principalmente por sus ganas. Hay un único registro de estudio en el primer simple editado por la banda con Henri Padovani: “Fall out/Nothing achieving”. Él únicamente hace el solo principal, el resto lo toca Copeland. Es que el baterista lo quería para poder sonar más crudo, pero se le hizo insostenible en el tiempo. A tal punto defendió su lugar que tocaron en un par de ocasiones con Andy Summers como cuarteto.
Stewart Copeland había tenido su experiencia previa con una banda llamada Curved Air. Ellos hacían una mezcla de AOR con un progresivo muy característico de los años setenta. Con la particularidad de contar con una cantante vikinga, que con el tiempo fue pareja del baterista.
Sting venia de Last Exit, banda que practicaba una suerte de jazz rock. Copeland lo vio en vivo y le pidió a un periodista que se lo presente.
Andy Summers: si Sting era el bueno y Copeland el malo, el guitarrista no podía ser más que el feo. Tenía experiencia en bandas como Soft machine y The Animals. Su innata habilidad para la guitarra cautivó a Sting e hizo que The Police encuentre su tercer pata. Insustituible.
En pleno año 1977 ya sabían tocar sus instrumentos casi como profesionales. Sting contaba con 25 años, Stewart Copeland con 24 y Andy Summers 34. La fiebre punk arreciaba con todos (o casi) pero ellos, simplemente, pertenecían al otro lado del mundo en el que estaban parados en ese momento.
Y entonces quedaron tres…
Desde la tapa, la estética del grupo planteó un cambio. En Outlandos d’Amour (1978) aparecen rubios, con peinados nuevos y distintivos, por una exigencia de la publicidad que los contrató. Pero, por el lado de la música, el virtuosismo de Sting se destaca al componer por un rumbo nuevo. Canciones polémicas como “Roxanne” y “Can’t stand losing you”, ambas prohibidas por la BBC cumplieron su cometido. “Truth hits everybody” y “So lonely” son temas que muestran, en la mezcla de rock, punk y reggae, el buen gusto de la banda.
Con Reggatta de Blanc (1979) dejan su influencias y comienzan a irse para el lado más tranquilo. Un disco que redefine el estilo Police: el reggae blanco adquiere personalidad definitiva para una banda que se afianza. “Message in a bottle”, la canción que abre el disco; “Reggatta de blanc”, el tema instrumental; “Bring on the night”... podría nombrar todas las canciones del disco.
Ya con Zenyatta Mondatta, editado en 1980, salieron a girar por el mundo. Canciones como “Don’t stand so close to me”, “Driven to tears”, “When the world is running down…” definen el comienzo de los ochenta y la new wave. Pero, también hay que decirlo, la figura de Sting comienza a destacarse por sobre la de sus compañeros, al punto de negarse a tocar en un tema instrumental de Summers. El principio del final, podría decirse.
Con Ghost in the machine (1981) el ambiente entre los músicos distaba bastante de ser el ideal. El agregado de una sección de viento y la elección de un nombre en inglés, a diferencia de los nombres inventados para los discos anteriores, solo dejaron contento a Sting. Sin embargo, canciones como “Spirits in the material world”, “Every little thing she does is magic” y “One world…” hacen un gran disco. Pero a la vez, canciones como “Invisible sun”, “Secret journey” o esa delicia con aire a Simply red que cierra el disco, “Darkness”, lo convierten en la placa más rara de todas. Lo curioso de esta clase de temas es que no es Sting el que los compone. Podría decirse que es un disco de transición de The Police. El gran Hugh Padgham produjo el disco, al igual que el siguiente.
Synchronicity (1983): si tenías dudas acerca de ellos, se te iban a ir con este disco. El nivel y sofisticación que consiguieron con esta obra lo convierte en uno de los mejores de la década. Una despedida impensada, con canciones como “Synchronicity I y II”, “Walking in your footsteps” o “Every breath you take”. Se trata de una apabullante obra conceptual basada en la idea de sincronicidad de Carl Gustav Jung.
Lo que inicialmente iba a ser la grabación de un nuevo disco, degeneró en la versión remixada de “Don´t stand so close to me”. En 1986 editan Every breath you take – The singles que fue lo último hecho por ellos como banda. Sting se compadecía del productor Laurie Latham, aduciendo que estaba horrorizado por el veneno que había entre ellos. Andy Summers pensaba que la canción estaba bien, pero que le gustaba más la original. Sting no tenía intenciones de escribir para The Police por lo que,, para Summers, se trataba un ejercicio vacío. Copeland grabó con una lesión en la clavícula. Fue una compilación que en la época dejó gusto a poco, con Sting ya inmersoo en su exitosa carrera solista.
Más tarde editaron una serie de compilados con distinta suerte. Message in a box (1993) compila todo el material editado por The Police. Todo. Canciones como “How stupid Mr. Bates”, “A kind of loving” o “I burn for you”, del soundtrack Brimstone & Treacle. También incluía temas en vivo que solo aparecieron en simples, y hasta una versión mono de “Bed’s too big without you”. Otra placa grandiosa es The Police Live! (1995). Este disco doble contiene dos recitales en vivo, uno en noviembre del año 1979, de la gira de presentación de Reggatta de Blanc; el otro es un vivo del año 1983 de la gira de Synchronicity. El primer disco muestra a los primeros Police con una grabación más cruda y carnal, hecha para una radio; mientras que el segundo muestra el grado de sofisticación alcanzado por la banda, con Eddie Offord como ingeniero de grabación. Offord había trabajado con Yes en clásicos como The Yes Album, Fragile, o Close to the edge.
Hubo otras cosas editadas, como por ejemplo Strontium 90, que en realidad fue el proyecto del ex Gong Mike Howlett. Fue en este proyectoo que conocieron a Andy Summers. Incluye, por ejemplo, la versión acústica de “Every little thing she does is magic”, o “Visions of the night”. Después de esto, no hay mucho más.
Sucesos Argentinos
Era raro, muy raro, por aquellos iniciales años ochenta que una banda en pleno auge mundial se acercara hasta estas lejanas tierras a dar un recital. En el año 74 vino Santana, que tocó en el viejo Gasómetro de San Lorenzo. Joe Cocker vino en el año 1977 al Luna Park. Y me atrevo a decir que no muchas más bandas internacionales visitaron la Argentina. La cuestión es que en 1980 The Police hizo su presentación en la inauguración de la disco New York City (la misma del que Sumo hablaría en "La rubia tarada") y otro en el estadio Obras, que pasó a la historia del rock local porque, en plena dictadura, Summers, harto de que la policía obligara al público a sentarse por la fuerza, le propinó un puntapié a uno de los uniformados. Luego de terminado el recital Andy no sabía cómo pedir disculpas, no era un inglés en Nueva York. Era un inglés en la Argentina de la dictadura, tras patear un policía.
Sin más
Luego de la no anunciada separación hubo algunas reuniones, como la de Amnesty en 1986, o en la boda de Sting y Trudie Styler del año 1992. También en, 2003 cuando ingresaron en el Rock and Roll Hall of Fame. En estas ocasiones se mantuvieron las tensiones que hicieron a su separación: Sting se negaba ante cada consulta y sostuvo que, de producirse la reunión, podrían tratarlo de loco. Sin embargo, en 2007 se juntaron en la ceremonia de apertura de los Grammy. Pocos meses después iniciaron una gira mundial que los trajo nuevamente a la Argentina. En la rueda de prensa Sting afirmó entre bromas que ya podían tratarlo de loco. Sin embargo, no hubo planes acerca de componer nuevos temas.
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