Este domingo a la medianoche, especial en La otra.-radio, FM 89,3, Radio Gráfica, online
por César Colman
Iniciados en la escena neoyorkina -al igual que Pattie Smith, Television y Ramones- y apadrinados en el emblemático y hoy extinto CBGB los Talking Heads se conocieron en la escuela de diseño de Rhode Island en los primeros 70's. Y, si bien la banda se codeó con toda una nueva camada forjada en los clubes punks de esa ciudad, ellos eran otra cosa. Nadie antes que ellos había logrado un sonido similar con guitarras limpias y al frente, despreocupados por hacer solos y enfatizando lo rítmico, por momentos combinando el funk con el pop y el punk, con composiciones accesibles y bailables, con canciones deformadas por grooves, con melodías refinadas. Pero no siempre serían así. En los últimos 80's fueron conocidos por ser esa banda de canciones bailables y cantables, ya sin grandes reminiscencias punk ni con pretensiones de acercarse a este concepto, hasta culminar con el secreto que los hace funciona: la frescura y espontaneidad de su sonido, aunque nada de todo esto sea improvisado. Es probable que las influencias no sean muy distinguibles a simple oída, pero desde una primera instancia se los noto ávidos por conquistar un sonido propio. Nadie antes que ellos habían hecho algo similar. Influenciando a bandas como The Police, John Lydon o hasta incluso al King Crimson de Discipline, fueron catalogados como "rock inteligente", pero también como nerds.
Los discos
Talking Heads : 77 (1977, producido por Tony Bongiovi, Lance Quinn & Talking Heads)
Es uno de esos discos que necesita varias escuchadas para ser apreciado. Tal vez por el hecho de que no sea fácil distinguir en una primera instancia una canción de otra. Sin embargo, sin apelar a recursos raros, la placa logra su cometido primario, entretener. Con canciones que sin llegar al minimalismo puro se convierten en monotemáticas muestras de arte. Al mismo tiempo, todo pasa tan rápido que requiere apoyar la púa nuevamente hasta descubrir que fue lo que te perdiste.
Canciones: “Psycho killer”; “Don't worry about the government”; “Tentative decisions”; “The book I read”.
More songs about building and food (1978, producido por Brian Eno & Talking Heads)
Un disco con música infecciosa que va haciéndose más grande en la medida en que se suceden las oídas. Esta vez definen la personalidad que en el primero no se percibía.
Canciones: “Thank you for sending me an angel”; “The good thing”; “Stay hungry”; “Take me to the river”.
Fear of music (1979, producido por Brian Eno y Talking Heads, participa Robert Fripp)
Ahora sí, finalmente lograron darle una pequeña vuelta de tuerca a los dos primeros discos y descubrimos algo que nos acerca bastante a esa inescrupulosa palabra: perfección. Este es casi (¡nunca más lejos ese "casi"!) uno de esos lanzamientos que no pueden faltar en tu discografía (¿¡no lo tenés todavía!?). Pero, claro, hay que escucharlo y no es fácil de hacerlo. Hay también música para bailar pero necesita cierto compromiso de tu parte.
Canciones: “I zimbra”; “Mind”; “Paper”; “Cities”; “Life during wartime”; “Memories can't wait”; “Air”; “Heaven”; “Electric guitar”.
La exhuberancia musical de los Heads llevada a su máxima expresión. Y mientras tanto nosotros aquí, impávidos y expectantes, terminamos pidiendo más. El disco es, más que nunca, rítmico por sobre todo lo hecho anteriormente. Es un disco repleto de trucos raros, marcado por ritmos aún más extraños, todo bendecido por la mirada apacible y cómplice del genial Brian Eno. El disco puede dividirse en dos mitades, la primer más brillante, y la segunda más retorcida y oscura, si se quiere. Canciones que en una primera oída pueden sonar extravagantes terminan por hipnotizar al oyente desprevenido. Una barbaridad hecha disco, una placa solo apta para descubrirle cosas, ruidos, detalles, cada vez que se la escuche.
Canciones: “Born under punches (The heat goes on)”; “Crosseyed and painless”; “The Great Curve”; “Once in a lifetime”; “Houses in motion”; “Seen and not seen”; “Listening wind”; “The overload”. Es decir todas.
The name of this band is Talking Heads (1982, producido por Talking Heads)
Es un disco doble en vivo que muestra a los Heads en las primeras dos etapas de su existencia. El primer disco toma distintos conciertos de los años 1977 y 1979, en los que se escucha a una banda mostrando sus locuras, animándose a romper barreras y a impresionar con sus experimentaciones. Con un característico estilo minimalista,adrenalina pop y groove funky. Una suerte de repetición de un riffs llevados al ridículo o a lo naif, si se quiere, que contienen pequeñas variaciones terminan por engancharte más con la melodía. Están solo los cuatro integrantes originales, sin la ayuda de ningún sesionista. El segundo disco presenta la gira de Remain in light de 1981, con la banda más lanzada y la participación de otros músicos, como Adrian Belew. Hacen todo en uno: funk, dance, art-rock, avant-garde, world music, todo con una energía poco común para una banda que en definitiva hacía música pop, solo que la escuchaba el compañero nerd de la secundaria y eso te hacía sospechar.
Canciones: Disco 1 : “New feeling”; “A clean break (Let's work)”; “Psycho killer”; “The big country”; “The girls want to be with the girls”; “Electricity (Drugs)”; “Artists only”; “Stay hungry”; “Memories (Can't wait)”; “Heaven”.
Disco 2: “Psycho Killer”; “Stay hungry”; “Animals”; “Houses in motion”; “Born under punches (The heat goes on)”; “Life during wartime”; “The great curve”.
Luego de un hiato de tres años, la banda regresa. Y a partir de acá es cuando la cosa empieza a ponerse menos interesantes. Comienzan a hacerse más populares, no porque antes no lo hayan buscado, pero ciertamente cambian hacia un formato más convencional. Luego de la desgastante gira de Remain in light se embarcaron en proyectos diferentes. Tina y Chris hicieron el suyo con Tom Tom Club, mientras Byrne siguió con Eno para hacer más música por su cuenta. Al parecer, para Eno la cosa no funcionaba con el resto de los Heads, pero sí con Byrne, así que al volver a la banda lo hizo solo. Y si bien se nota, tampoco es que las canciones sean malas. Simplemente se pegan más fácil al oído. Es decir, el nerd de la división de a poco deja de seguirlos y ahora podés escucharlos en el boliche, con esa compañerita que nunca te dio bola. O sea, adiós amigo nerd.
Canciones: “Burning down the house”; “Making flippy floppy”; “Swamp”.
Stop making sense (1984, producido por Talking Heads)
Concebida originalmente como la banda de sonido de una película documental sobre la gira, el disco fue editado originalmente con 9 canciones, para luego reeditarse con 16, haciéndole verdadera justicia. La banda hace lo suyo de la mejor manera que le sale, rockeando con el agregado de músicos invitados y la fuerza arrolladora de su música. La pelìcula, dirigida por Jonathan Demme, es pura adrenalina llevada a la pantalla grande, en lo que según algunos podía pensarse como uno de los mejores documentales jamás vistos. Hay dos sorpresas: “What a day that was”, un tema solista de Byrne, y “Genius of love”, de Tom Tom club (que luego terminó siendo un sampler para el mega hit de Mariah Carey, “Fantasy”).
Canciones: “Psycho Killer”; “Slippery people”; “Life during wartime”; “What a day that was”; “Girlfriend is better”; “Take me to the river”.
Little creatures (1985, producido por Talking Heads)
Este es el disco más pop de los Heads hasta la fecha, sumiso, agradable, íntegramente convencional y construido para la FM. De haberlo editado otra banda, sería considerado casi un bochorno, con canciones adaptables al formato de las nuevas tendencias, pero con el aliciente de contar con compositores extraordinarios que, simplemente, marcan una leve transición. El problema del disco es que no sorprende nunca. Y hasta podría considerársele una grosería tras otra sin que necesariamente esto nos obligue a descartarlo.
Canciones: “And she was”; “The lady don't mind”; “Television man”; “Road to nowhere”.
True stories (1986, producido por Talking Heads)
Por primera vez se repiten. Repiten la fórmula, repiten las canciones, repiten el éxito. Por primera vez en su historia, repiten todo, pero esta vez con buenas canciones. Un disco que hizo conocida a la banda y desilusionó a los fanáticos de la primera ola, el resultado final tampoco es necesariamente malo. Los videos, las radios y los boliches: todo ayuda a que la música de los Heads se propague y hasta se disfrute con una sonrisa. Para ese entonces el nerd de la división ya está escuchando a los Ramones y en otra cosa. ¿Y la chica? Se fue con otro.
Canciones: “Love for sale”; “Wild wild life”.
Naked (1988, producido por Steve Lillywhite y Talking Heads)
Volvieron un poco. Sí. Dejaron de lado las melodías pop de los dos discos anteriores y se metieron más de lleno en el world music. Ya perdidos los ánimos de revolucionar nada los Heads se adentraron nuevamente en el mundo del ritmo. Un disco que no sorprende aunque se puede entender que haya sido lo mejor que pudieron hacer en ese entonces.
Canciones: “Mr. Jones”; “Ruby dear”; “The facts of life”; “Bill”.
Popular Favourites: 1976-1992 / Sand in the vaseline (1992)
Es una compilacion con cuatro temas ineditos de la primera época y otros cuatro de la última epoca. Sin mucho más que agregar.
Canciones: "Sugar on my tongue"; "I want to live"; "Love --> Building on fire"; "I wish you wouldn't say that"; "Sax and violins"; "Gangsters of love"; "Lifetime piling up"; "Popsicle".
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