Se puede escuchar el especial de La otra.-radio dedicado a Plant clickeando acá
por César Colman
Tras el fallecimiento de John Bonham y la disolución de Led Zeppelin, Robert Plant inicia su carrera solista con un perfil notoriamente más bajo. En las primeras reuniones que mantuvo con Ahmet Ertegun (presidente y fundador del sello Atlantic) le pidió que lo tomen en serio. La inmensidad que adquirió Led Zeppelin demandó una estética distinta para la música de Robert Plant. En su etapa solista se pueden distinguir tres etapas. La primera, compuesta por los discos: Pictures at eleven, The principle of moments y Shaken’ n’ stirred. En esta etapa hubo un acercamiento al pop que le dio su mayor éxito comercial. La segunda etapa, compuesta por los discos Now and Zen, Manic nirvana y Fate of nations. En ella enriqueció su música con un endurecimiento en su propuesta, acercándose por momentos a lo hecho por Led Zeppelin. Y la tercer etapa, compuesta por los discos Dreamland, Mighty rearranger, Raising sand (Junto a Alison Krauss), Band of joy y el reciente lullaby and… The Ceaseseless Roar. Aquí lo vemos envejecer con sabiduría, manteniendo su voz en gran forma y jugando con distintos ritmos y sonidos. Estos son, entonces, disco por disco :
Primera etapa
Con Pictures at eleven del año 1982 buscó y consiguió alejarse lo más posible de lo hecho con Zeppelin. Producido por el mismo Plant, le dio a su música un inesperado acercamiento al pop, la new wave y, de alguna forma, al avant-garde. Contó con la colaboración compositiva del guitarrista Robbie Blunt en todos los temas y el aporte en dos temas del tecladista Jezz Woodroffe. Canciones como “Burning down one side” o “Fat lip” lo posicionan en un lugar sorprendente en comparación con lo hecho con Led Zeppelin. En el disco participa Phil Collins en seis de las ocho canciones, en las restantes “Slow dancer” y “Like i’ve never been gone” la batería está a cargo de Cozy Powell. Lo que puede llegar a sorprender es que no hubo presentación en vivo del disco.
Para The principle of moments, del año 1983, las cosas no habían cambiado mucho. Editó su disco bajo sello propio (Es Paranza) con lo que se desvinculaba del todo de Led Zeppelin y esta vez sí, hubo presentación en vivo. Lanza su primer hit, “Big log”; y coquetea con el reggae en “Messin’ with the mekon”. La placa podría catalogarse como un paso al costado sin grandes novedades respecto a su anterior trabajo, pero sí profundizando su alejamiento de Zeppelin.
Luego, el proyecto paralelo The Honeydrippers y el disco Volume one del año 1984. La idea de este EP fue de Ahmet Ertegün (legendario fundador del sello Atlantic), quien decidió grabar canciones clásicas de su sello de los años 50. El disco muestra a un Robert Plant en excelente forma para cantar canciones como “Sea of love” de Phil Phillips, “I got a woman” de Ray Charles y “Rockin’ at midnight” de Roy Brown. Participan Jimmy Page, Jeff Beck, Nile Rodgers y Dave Weckl en la batería.
Con Shaken n’ stirred del año 1985 la cosa volvería a sus carriles. Es que Plant dejó las baladas para concentrarse en su propia música. Ya sin la bateria de Phil Collins, se había corrido la voz de que Eurythmics iba a colaborar con uno o dos canciones para el disco. Con temas como “Little by Little” o “Kallaloo kallaloo”, las guitarras sintetizadas lo convierten en su disco más arraigado a los 80. Robert Plant lo definiría como la aventura de la tecnología.
Segunda etapa
Para Now and Zen del año 1988 Plant cambió la banda. Las canciones se tornaron más directas, ya el avant-garde de trabajos anteriores, a excepción tal vez de “The way i feel” y “Why”. Jimmy Page es invitado en dos temas, “Heaven knows” y “Tall cool one”. Phil Jonstone es una parte vital en la composición, en la ejecución de los teclados y en la producción integral del disco (hecha junto a Tim Palmer y a Plant).
Manic nirvana, editado en 1990, fue más allá. Plant concibió una suerte de compendio de su carrera con canciones nuevas, desde su lado más roquero hasta el world music. Estaba decidido a subir el voltaje y lo consiguió en canciones como “Hurting kind”, “Nirvana” o con el cover “Your ma’ said you cried in your sleep last night”. Las canciones parecen concebidas para sonar bien en vivo; con la incorporación de Charlie Jones en el bajo, la banda suena fluida.
El disco Fate of nations de 1993 significó el retorno a sus raíces musicales, con canciones como “If i were a carpenter”, el cover de Tim Hardin. Pero también con el enternecedor “I believe”, dedicado a Karac, su hijo fallecido en 1977. Se destacan canciones como la zeppeliana “29 palms”, “Calling to you” y “Memory song”, con un reconocible aroma oriental. También la increíble e hipnótica balada “Greatest gift” en la que Plant consolidaba su arte en un nivel superlativo.
Impasse
Muy a pesar de todo, hubo otra oportunidad para que Page y Plant arremetieran, ahora con No quarter en el año 1994. Convertidos en una suerte de dúo hicieron, canciones de Led Zeppelin y otras nuevas. MTV los invito al Unplugged y ellos le dieron una nueva forma al concepto, grabando en Marruecos, Gales y Londres con orquestación egipcia y marroquí. La nueva y misteriosa “Wonderful one” no desentona en un disco a la altura de sus protagonistas. El éxito fue tan inmediato que se lanzaron a una gira.
Led Zeppelin. The BBC sessions (1997): dividido en dos partes totalmente discernibles, en el primer disco están las sesiones del año 1969. “Dazed and confused” y “Whole lotta love” presentan una típica zapada de la época. Por su lado, el segundo disco registra un concierto que tuvo lugar en el año 1971 con canciones que se acercan más a un nivel profesional, como “Black dog” o “Heartbreaker”. La cuestión con esta clase de ediciones es la necesidad creada desde un mercado siempre demandante.
La segunda aparición del dúo Page & Plant, editada en 1998, se denominó Walking into the clarksdale. Hubiera sido, al menos, un sorprendente malentendido que repitieran el anterior y genial No quarter. Pero, con producción de Steve Albini (PJ Harvey, Urge Overkill, Nirvana), el disco dan un vuelco hacia el costado de Plant. Claro que no es un disco digerible en primera instancia pero la intensidad es la necesaria. Canciones como “When the world was young”, “Blue train” o la oriental “Most high” revelan un camino oculto y virgen al que tal vez le falta transitarlo.
Tercera etapa
Un disco de versiones es Dreamland ,del año 2002, con “One more cup of coffe” (Bob Dylan) o la más famosa “Hey Joe” (Billy Roberts), antes interpretada, entre otros, por Jimmi Hendrix. También está la inolvidable e insuperable versión de “Song to the siren” de Tim Buckley. Nueve años después de “Fate of nations” y después de un impasse que tuvo a Page de coprotagonistan vuelve con banda nueva. Dreamland agrupa las influencias de Plant.
Mighty Rearranger de 2005, a nombre de Robert Plant & The Strange Sensation: si no escuchaste este disco, deberías hacerlo: Ese mismo año Plant se negó a recibir un Grammy en nombre de Led Zeppelin. De eso se trata su integridad. Canciones como “Tin pan valley”, “Mighty rearranger” o la deliciosa “Shine it all around” fueron concebidas para ser grandes, mirando hacia adelante pero volcando su experiencia y sabiduría en ello. Solo alguien de su talla podría lograr algo así.
Raising sand: Robert Plant y la cantante de bluegrass Alison Kraus editaron en el 2007 este disco producido por T. Bone Burnett (una suerte de eminencia que trabajó con gente de la talla de Elton John, Bob Dylan, Elvis Costello, Diana Krall y extensísimo etc.). Acompañados por músicos como Marc Ribot y Rowland Salley, entre otros, el disco alberga versiones como “Trampled rose” de Tom Waits, “Please read the letter” de Page & Plant o “Fortune teller”, versionada también por los Rolling Stones a mediados de los 60, en Got life if you want it. Un disco irrepetible.
Si bien el disco Band of joy fue editado en el 2010, este es el nombre de la banda que Robert Plant y John Bonham abandonaron para ingresar a Led Zeppelin. Aquí la formación se reúne sin Bonzo.Tiene una suerte de continuidad ideológica con Raising sand, con temas tradicionales como “Cindy, i’ll marry you someday” o “Satan your kingdom must comedown”. También hay covers como “Angel dance” y, por supuesto, temas propios. PEl disco es que nos regala un sabrosísimo folk blues primario.
Por ultimo, lullaby and… The Ceaseseless Roar, editado el año pasado. Robert tenía dos hipotéticas opciones : o bien darle continuidad y tal vez profundizar lo hecho con Mighty rearranger, lo que sería lo obvio, dada su evolución, o sorprender con una nueva vuelta de tuerca. Con canciones como “A stolen Kiss”, “Turn it up” o “Little Maggie” demuestra por qué las respuestas más sencillas suelen ser las más acertadas, aunque no las obvias. Otro disco que muestra a Plant en gran forma, ya a mediados de la segunda década del siglo xxi. Definitivamente, Robert Plant es un artista de dos siglos.
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