(Un largo muy corto)
por Liliana Piñeiro
Un rayo de luz entra por las hendijas de la ventana. Sentado en el sillón, me doy cuenta de que no he dormido, no sé cuánto tiempo he pasado así, inmóvil, en medio del vacío de mi propia casa.
Ella se fue. Desde hacía rato yo sentía vagamente el olor a rancio del amor, que día tras día socavaba las paredes, pero sostenía los andamios a pura complacencia. Ella me miraba con irritación, a veces con pena. Yo ya estaba solo.
Me pongo de pie, y subo la persiana. Bajo el cielo claro, la gente camina por las calles como si nada hubiera sucedido. El espectáculo me parece obsceno. Inesperadamente, recuerdo la escena de una película que vi hace poco. La cámara fija enfoca una ventana. La protagonista, agitada, va y viene por la habitación, por momentos sale del cuadro. Con manos temblorosas enciende un cigarrillo, aspira, vuelve a salir. El viento agita las cortinas y uno siente la tensión que ocurre fuera de campo, hasta que ella entra de nuevo, deja la colilla humeante en el cenicero, y salta.
Cuando la luz del sol me lastima la cara, enciendo mi cigarrillo.
(Este texto fue
seleccionado para participar de la Antología Trinacional de Microficciones (Argentina- Chile- Perú), “Borrando Fronteras”
(Macedonia Ediciones), que se presentó en la Ciudad de Buenos Aires el 18 de
noviembre de 2014).
tremendo relato corto! felicitaciones liliana!
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